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Saturday, July 2, 2016

Negociar la ley

Macario Schettino dice que América Latina es un continente que no vivió la modernización y que aún a muchos países dentro de la región, como a México, les cuesta establecer el Imperio de la Ley.

Macario Schettino es profesor de la División de Humanidades y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey, en la ciudad de México y colaborador editorial y financiero de El Universal (México).
Para los que tenían dudas, el asunto de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Oaxaca es muy ilustrativo. Frente a un grupo que bloquea autopistas y refinerías, hay un grupo no menor de personas que pide una mesa de negociación y diálogo. Argumentan que el diálogo es la base de la democracia y que quien se niega a ello, por lo mismo, no es demócrata. Me imagino que si entramos al detalle en la discusión, acabarán aceptando que las leyes, o las reglas en general, no son un tema de la democracia sino de la república, y que se puede ser demócrata sin ser republicano, como lo han sido, sigo imaginando, del otro lado de la Cortina de Hierro, o en Cuba o Venezuela. A lo mejor encuentran algún otro ejemplo.



Permítame regresar a mi interpretación de lo que nos ocurre. Somos un continente, América Latina, que no vivió la modernización. Como parte del Imperio Español, fuimos enemigos de la Reforma Protestante y de la revolución de los Países Bajos en el siglo XVI, los padres de la modernidad. Para el siglo XIX, cuando Napoleón diseminó las ideas de la Revolución Francesa (libertad, igualdad, fraternidad) por toda Europa, nosotros mejor nos independizamos para evitar que esas ideas exóticas llegaran por acá. Las élites que independizaron América Latina cosecharon su esfuerzo a partir de 1870, cuando la primera globalización produjo el enriquecimiento de Europa, y de las élites latinoamericanas, y de nadie más. De ahí nos viene ser el continente más desigual del mundo, todavía hoy.
Esas élites promovieron un pensamiento conservador, que tuvo en José Enrique Rodó a uno de sus principales promotores. En su “Ariel”, publicado al inicio del siglo XX, ponía a América Latina como el último baluarte de la cultura tradicional, grecorromana y cristiana, frente al bárbaro anglosajón. De ese conservadurismo abrevaron los extremos latinoamericanos, ambos populistas: el izquierdismo de Cárdenas, el derechismo de Perón.
Precisamente por no salir de esa visión premoderna, el tema de la ley se nos complica tanto. A unos más que a otros, como siempre. Las naciones en las que menos existió el Imperio Español pudieron construir un sistema de gobierno conservador, pero respetuoso de la ley (Argentina, Chile, Uruguay). En donde más pesó España, no hemos podido establecer el imperio de la ley. Menos en México, en donde el régimen de la Revolución hizo de la ilegalidad una virtud: la negociación.
Me parece que muchas personas no entienden que el origen de la corrupción es el mismo que el del populismo, que detrás de la negociación por un trámite, un contrato, o un puesto público, está exactamente el mismo proceso que detrás del diálogo con los inconformes. Que hace el mismo daño a la sociedad un gobernante abusivo como Duarte, en Veracruz, o Borge, en Quintana Roo, forzando la ley para esconder sus trapacerías, que un movimiento como la CNTE, en Oaxaca, forzándola para mantener sus prebendas.
La dificultad de entender que se trata del mismo fenómeno, con caras diferentes, refleja la incapacidad de ver cómo los enemigos del liberalismo, desde el siglo XVIII, han sido responsables de las peores matanzas, y de los peores resultados económicos. Igual de antiliberales fueron los nacionalistas de derecha (Hitler, Mussolini, Franco) que los comunistas (Stalin, Mao, Pol Pot). El mismo daño económico causaron en América Latina populistas de derecha, como Perón, que de izquierda, como Echeverría. La misma tragedia hermana a Fidel Castro y a Augusto Pinochet.
Pero, en la retórica medieval, argumentamos que hay unos que tienen razón, y otros no. Que hay guerras justas y que la justicia es más importante que la ley. En eso estamos.

Negociar la ley

Macario Schettino dice que América Latina es un continente que no vivió la modernización y que aún a muchos países dentro de la región, como a México, les cuesta establecer el Imperio de la Ley.

Macario Schettino es profesor de la División de Humanidades y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey, en la ciudad de México y colaborador editorial y financiero de El Universal (México).
Para los que tenían dudas, el asunto de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Oaxaca es muy ilustrativo. Frente a un grupo que bloquea autopistas y refinerías, hay un grupo no menor de personas que pide una mesa de negociación y diálogo. Argumentan que el diálogo es la base de la democracia y que quien se niega a ello, por lo mismo, no es demócrata. Me imagino que si entramos al detalle en la discusión, acabarán aceptando que las leyes, o las reglas en general, no son un tema de la democracia sino de la república, y que se puede ser demócrata sin ser republicano, como lo han sido, sigo imaginando, del otro lado de la Cortina de Hierro, o en Cuba o Venezuela. A lo mejor encuentran algún otro ejemplo.


Lecciones del derrumbe populista en América Latina

Lecciones del derrumbe populista en América Latina

Por Washington Abdala
Lo difícil y peculiar del presente latinoamericano es que todos sabemos lo que está mal, pero no siempre acertamos en recorrer el camino correcto. Es que, en la actividad gubernamental, nunca es fácil saber cuál es la fórmula que resultará exitosa, porque depende de variables de diverso calibre y contextos mutantes. Veamos algunos ejemplos que delatan lo complejo que es gobernar acertando con las medidas que se toman.


En algún momento, en Brasil creyeron —casi todos los analistas y los observadores supuestamente imparciales— que el liderazgo de Lula da Silva, con sus metodologías gradualistas en materia de reformas, era el camino acertado para recorrer un tiempo de prosperidad y lograr hasta la aceptación de los Estados Unidos, que veían en ese accionar un ejemplo para la región. Claro, hubo que esperar a saber todo para que aquel ejemplo se transformara en patetismo puro y vergüenza regional. No creo que nadie imaginara la dimensión de la corrupción. O sea, Brasil pasó de ser referencia moral a papelón universal. El Partido de los Trabajadores pagará cara la cleptocracia que incubó en el poder. Por lo pronto, ya cayó una presidente y siguen firmas. Inimaginable para el poderoso integrante del BRIC de hace dos años.
Otro ejemplo. Era muy claro que los zapatistas mexicanos enarbolaban un relato utópico, con ideas imposibles de concretar. Los métodos que argumentaban fueron tan naíf como demenciales, por eso resultaron inaplicables siempre. México fue alienando y la fórmula zapatista, local y parcial, jamás se universalizó, ni fue tenida en cuenta como relevante por ningún integrante de las élites de los gobiernos de turno. Los zapatistas son el pasado y no suministraron pistas para salir de las crisis actuales. Es más, ni las vieron venir en sus dimensiones violentas o económicas.
El eje bolivariano era el otro referente geopolítico que, con Hugo Chávez con vida y liderazgo activo (y petróleo caro), parecía detonar algunas supuestas verdades que luego supimos que eran sólo efectos fantasía, mientras ese país cayó en una decadencia populista, quedó sumido en un poder militar que todos sabemos que terminará rematadamente mal. Por eso, el gesto del secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de quebrar con los protocolos diplomáticos y sacudir las inercias funge como un llamado de atención ante el mundo, como diciendo: "Miren que estoy avisando que va a pasar lo peor, yo advertí". Y por más culebrones con los Estados Unidos, el final siempre será el mismo.
De la Argentina kirchnerista mejor ni abusarse, porque ya sería grosero, con un modelo que tuvo pretensiones progresistas pero que sólo fue distributivo durante un tiempo, luego únicamente endeudó a la sociedad en cifras astronómicas que el actual Gobierno ni se anima a contarle aún a la población para que algunas gentes no infarten. La realidad en Argentina, además, cada día aporta datos imposibles de imaginar hasta para el más creativo guionista de cine de ciencia ficción.
Queda en pie la Bolivia de Evo Morales, que no dejó de reconocer que tuvo mejorías en relación con los depredatorios regímenes anteriores, pero que ya comienza a manifestar registros de agotamiento (nunca olvidemos que es una economía que tiene un sostén externo fruto también de la droga que vende). Y el Ecuador de Rafael Correa, que ha sido, quizás, de toda esta barra, el más inteligente, máxime cuando uno repasa los números de ese país y no puede desconsiderarlo. Distintos de Perú y Colombia, son indicadores (los ecuatorianos y los bolivianos) que en economía hablan solos. El capital únicamente invierte donde encuentra rentabilidad. Si tiene temor, huye (Venezuela). Pero si considera que habrá spread o plusvalía, se afinca y se expande (Perú).
La conclusión es una sola pero evidente: las izquierdas, en sus praxis latinoamericanas, con 387 millones de personas que somos, excepto los 16 millones del Ecuador y los 11 millones de Bolivia, el resto nadie quiere saber nada con los modelos populistas. O sea, queda claro que no se puede tener un gasto público insensato. Queda claro que no se puede tener un déficit que supere en demasía un 3% del PBI. Queda claro que sin inversión auténtica y real nada es posible. Y queda claro que con arreglos monetarios sólo se gana tiempo y no salud económica. Todo lo demás es teoría. Esta es la realidad para no vivir en la inflación y en el salario devaluado.
Lo bueno es que es posible y verdadero salir de las crisis. Las dramáticas posguerras del siglo pasado nos mostraron eso: que los países que quisieron se remangaron y los sacaron adelante. Claro, hay una generación que tiene que sudar, remar, empujar y dar más de lo que correspondería en tiempos de bonanza.
En el presente —que no estamos en una crisis tipo posguerra, pero tampoco estamos en una época de prosperidad— solamente cabe que exista algún tipo de compromiso colectivo dentro de cada nación que entienda que se están jugando asuntos superiores. Si la ciudadanía no termina por creer en esto, si los líderes no convencen a la masa de semejante evidencia, si ellos no se convencen antes, nada será posible. Y aunque se tenga razón, no se podrá quebrar la lógica negativa del presente.
Hay que tener razón, liderarla y además contagiar a los otros. Si falla alguna de estas tres concausas, estamos liquidados.
El autor es un abogado y escritor. Ex presidente de la Cámara de Diputados de Uruguay.

Lecciones del derrumbe populista en América Latina

Lecciones del derrumbe populista en América Latina

Por Washington Abdala
Lo difícil y peculiar del presente latinoamericano es que todos sabemos lo que está mal, pero no siempre acertamos en recorrer el camino correcto. Es que, en la actividad gubernamental, nunca es fácil saber cuál es la fórmula que resultará exitosa, porque depende de variables de diverso calibre y contextos mutantes. Veamos algunos ejemplos que delatan lo complejo que es gobernar acertando con las medidas que se toman.

Thursday, June 23, 2016

2016: las elecciones mexicanas del descrédito

Ivonne Melgar
Ivonne Melgar es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM (México). Trabajó en unomásuno y en Reforma. Es reportera y columnista del periódico Excélsior, Grupo Imagen y Cadena Tres Noticias. Ha reporteado las actividades de Los Pinos (casa de gobierno de México) desde 2003. Es autora de la columna de análisis político Retrovisor que se publica todos los sábados en Excélsior.
La campaña electoral de 2016 se convirtió en una competencia de expedientes de corrupción, narcopolítica e historias personales inconfesables.
Los candidatos a las doce gubernaturas en disputa se concentraron en evidenciar las fortunas de sus adversarios y los excesos en el manejo de los recursos públicos de los mandatarios estatales.



A la narrativa de la canallesca electoral mexicana de 2016 se suma AMLO y su hermano Arturo López Obrador, quien dice apoyar al candidato del PRI al gobierno veracruzano, Héctor Yunes Landa. La descalificación del presidenciable de Morena de que ése es un acto acomodaticio de alguien sin ideales, y el anuncio de que “por eso ya no tengo hermanos”, es tan dramático como revelador de la mezquindad plural que hoy marca a la política mexicana.
De manera que los protagonistas de la temporada son los involucrados en las acusaciones que representantes del PRI, PAN y PRD se lanzaron en este proceso, particularmente en Veracruz, Tamaulipas, Oaxaca, Chihuahua y Durango.
Así que las elecciones de 2016 quedarán como aquellas que paralizaron al Senado en la tarea de concretar las leyes que darían sustento al Sistema Nacional Anticorrupción.
Y en el registro de los medios de comunicación, serán los comicios caracterizados por los destapes que los competidores hicieron de sus contendientes.
Pero más que una guerra de propaganda negra, atestiguamos decenas de piezas del rompecabezas que conforman el ejercicio del poder, historias de vida que vinculan a la corrupcion con los negocios, el conflicto de interés, la compra de bienes y los depósitos bancarios en el extranjero.
Le hemos llamado guerra sucia a esta forma de hacer campaña electoral. En estricto, son expedientes que nos muestran a una clase gobernante ocupada en retener el poder. No en ejercerlo.
Ha sido una campaña que ha consumado el descrédito de la política a cargo de los políticos.
En un primer plano, los perdedores de este proceso son los tres grandes partidos —PRI, PAN y PRD— enfrascados en un círculo vicioso de acusaciones mutuas de corrupción, pero incapaces de diseñar salidas para combatirla y castigarla.
Si nos limitamos a las historias que se lograron sembrar en la opinión pública, diríamos a manera de resumen caricaturesco que en Tamaulipas el narco tiene más fuerza que el INE, que en Veracruz no hay ni a quien irle, que en Oaxaca todos se sirven del erario con la cuchara grande y que los gobernadores hacen y deshacen a su antojo.
Pero la derrota de la legitimidad de una partidocracia que se ha desnudado corrupta y corruptora también arrasó en esta campaña electoral de 2016 con otros protagonistas del juego democrático.
Es evidente que los encuestadores dejaron de ser los centinelas de la competencia. No sólo porque la desconfianza de la gente descalifica sus reportes, sino porque el potencial votante les oculta deliberadamente sus intenciones.
Pero en esta guerra de lodo también salió herida la otrora disciplina del partido en el poder, en medio de una soterrada sucesión presidencial hacia 2018.
“La marca del PRI no vende”, susurran los priistas en una campaña en la que el logo de su instituto político tendió a desaparecer en la publicidad electoral y mientras su dirigente, Manlio Fabio Beltrones, afronta las dificultades propias de una estructura  infiltrada por distintos intereses. Pero la mala imagen del partido en el poder no se transformó en una oportunidad para la oposición que, pese a sumar fuerzas, está literalmente padeciendo a los independientes.
El asunto se agrava en estados donde los abanderados sin partido se llevarán rebanadas de diez puntos, una cuota que podría tener José Luis Barraza en Chihuahua y que le harían falta para ganar a Javier Corral.
Frente a esas vicisitudes de la partidocracia, se afirma que el gran ganador de la temporada será Morena y su líder y candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
Es cierto que los celebrados spots del frijol con gorgojo, del avión presidencial que “no tiene ni Obama” y de los tan ladrones unos como rateros los otros, se han visto reforzados por las acusaciones de corrupción de los candidatos del PAN, PRI y PRD. También es cierto que frente a los señalamientos de peculado, pederastia o cómplices del narco, AMLO puede seguir predicando como el purificador de la vida pública y repartidor de absoluciones, siempre y cuando la jueguen con él.
Pero esa narrativa del tabasqueño, ganadora mediáticamente hablando, se diluye cuando el pretendido abanderado de izquierda se muestra en su dimensión humana como un hermano al que sólo le importa su meta política y es capaz de darle la espalda a los suyos por el pecado de irle a un partido diferente.
Estupefactos habíamos escuchado el deslinde de Alejandro Murat, candidato del PRI al gobierno de Oaxaca, al prometer que su padre, el exgobernador de la entidad, se autoexiliará, que vivirá fuera del país.
Historias escalofriantes del poder. Porque mientras el hijo renegado promete ser diferente, las crónicas de la secrecía electoral cuentan que José Murat opera a distancia a favor de su crío.
A la narrativa de la canallesca electoral mexicana de 2016 se suma AMLO y su hermano Arturo López Obrador, quien dice apoyar al candidato del PRI al gobierno veracruzano, Héctor Yunes Landa. La descalificación del presidenciable de Morena de que ése es un acto acomodaticio de alguien sin ideales, y el anuncio de que “por eso ya no tengo hermanos”, es tan dramático como revelador de la mezquindad plural que hoy marca a la política mexicana.

2016: las elecciones mexicanas del descrédito

Ivonne Melgar
Ivonne Melgar es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM (México). Trabajó en unomásuno y en Reforma. Es reportera y columnista del periódico Excélsior, Grupo Imagen y Cadena Tres Noticias. Ha reporteado las actividades de Los Pinos (casa de gobierno de México) desde 2003. Es autora de la columna de análisis político Retrovisor que se publica todos los sábados en Excélsior.
La campaña electoral de 2016 se convirtió en una competencia de expedientes de corrupción, narcopolítica e historias personales inconfesables.
Los candidatos a las doce gubernaturas en disputa se concentraron en evidenciar las fortunas de sus adversarios y los excesos en el manejo de los recursos públicos de los mandatarios estatales.


Thursday, June 16, 2016

Cumanazo: el estallido social en Venezuela con saqueos hasta de policías

Hasta funcionarios policiales se unieron a los saqueos a más de 50 locales comerciales. La ciudad amaneció militarizada, desolada y sin alimentos


Cumanazo - saqueos en Venezuela
“El Cumanazo”: La ciudad de Cumaná, este miércoles 15 de junio, amaneció destruida. Fueron tantos los robos masivos que más de 100 comercios decidieron no abrir sus puertas tras los disturbios del día anterior. (Maduradas)
Este martes 14 de junio Venezuela presenció un estallido social en la ciudad de Cumaná, al oriente del país. Saqueos, disturbios, protestas y cientos de locales destruidos fueron el resultado de la desesperación de los venezolanos, que cada día deben lidiar contra la escasez de alimentos básicos y buscar sobrevivir con los salarios más bajos de la Región, nada menos que en el país con la mayor inflación del mundo.
Cumaná es la capital del estado Sucre. Es una pequeña ciudad con acceso a hermosas playas, pero con un pueblo que no sabe cómo enfrentar la crisis humanitaria por la que transita el país gobernado por Nicolás Maduro.



Así fue el aaqueo en Cumaná, Zona Industrial de Fe y Alegría el dejando El Cumanazo 400 detenidos.
“El Cumanazo” es tendencia en Twitter, y es que la ciudad  amaneció destruida este miércoles 15 de junio. Fueron tantos los robos masivos que más de 100 comercios decidieron no abrir sus puertas tras los disturbios del día anterior. Además, más de 60 locales comerciales fueron saqueados, por lo que hoy no hay dónde adquirir comida.
En las calles de la capital sucrense se vivió una batalla campal entre funcionarios de Seguridad y venezolanos que decidieron protestar y gritar “Hay hambre, queremos comida”. A través de las redes sociales se vio cómo los mismos funcionarios policiales también formaron parte de los robos y se sumaron al hurto de alimentos en locales comerciales.
En la tarde de ayer, los atracadores se llevaron desde alimentos hasta los bienes de restaurantes y otros locales. De los disturbios resultaron dos fallecidos.
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Imágenes catastróficas reflejan que hay un gran descontento social y que hay muchos ciudadanos de bajos recursos dispuestos a convertirse en delincuentes con el fin de sobrevivir a la situación económica.
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Venezolanos en las calles (PanAm Post)
Robaron desde bebidas alcohólicas hasta anteojos. Esos productos no calman el hambre, pero servirán para que los vendedores informales los revendan a precios elevados en el mercado negro.
Los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, y de la policía regional y municipal, se activaron en las calles disparando al aire para dispersar a las personas, pero la gente regresaba y seguía sacando las mercancías, pese a la represión. Refuerzos militares fueron enviados desde el estado Anzoátequi, aledaño al estado Sucre.
En la tarde se confirmó la muerte de Carlos Colón Castañeda en medio de la protesta, estaba viendo el saqueo y motorizados pasaron disparando. Le dieron dos tiros en el pecho. Hasta ahora, se han reportado otros 25 heridos y 400 detenidos.
En la noche el alcalde de Cumaná, David Velazquez, prohibió la circulación de motos de uso particular en la ciudad por 72 horas.

Otras ciudades “encendidas”

El retraso en la llegada de las bolsas de alimentos que debe distribuir el Gobierno motivó que los habitantes del estado de Trujillo, al occidente del país, protestaran por segundo día consecutivo. El lunes los manifestantes saquearon el Centro de Acopio de Mercal, un local de abastecimiento estatal.

Los habitantes de diferentes comunidades trancaron el paso como medida de protesta ante la escasez de alimentos y para exigir una jornada de Mercal, porque desde hace más de dos meses no les distribuyen víveres.
En el estado de Mérida, también en los Andes venezolanos, al occidente del país, se llevaron a cabo protestas por el desabastecimiento de alimentos. De ellas resultó fallecido un menor de edad. El joven tenía 17 años de edad y resultó herido en la cabeza por un disparo durante las protestas. La información la confirmó el diputado Arquímedes Fajardo, del partido Copei (Comité de Organización Política Electoral Independiente).
El estado de Miranda, en la Región Central del país, amaneció este miércoles 15 de marzo con el mismo tipo de manifestaciones. Los venezolanos exigen comida y aseguran que “hay hambre”. Además, la carretera fue bloqueada por un autobús que fue atravesado por manifestantes, restringiendo el tránsito de vehículos. En la zona se encuentran funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana.

Cumanazo: el estallido social en Venezuela con saqueos hasta de policías

Hasta funcionarios policiales se unieron a los saqueos a más de 50 locales comerciales. La ciudad amaneció militarizada, desolada y sin alimentos


Cumanazo - saqueos en Venezuela
“El Cumanazo”: La ciudad de Cumaná, este miércoles 15 de junio, amaneció destruida. Fueron tantos los robos masivos que más de 100 comercios decidieron no abrir sus puertas tras los disturbios del día anterior. (Maduradas)
Este martes 14 de junio Venezuela presenció un estallido social en la ciudad de Cumaná, al oriente del país. Saqueos, disturbios, protestas y cientos de locales destruidos fueron el resultado de la desesperación de los venezolanos, que cada día deben lidiar contra la escasez de alimentos básicos y buscar sobrevivir con los salarios más bajos de la Región, nada menos que en el país con la mayor inflación del mundo.
Cumaná es la capital del estado Sucre. Es una pequeña ciudad con acceso a hermosas playas, pero con un pueblo que no sabe cómo enfrentar la crisis humanitaria por la que transita el país gobernado por Nicolás Maduro.