REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela
La elección de EU pasa ya a los libros de historia
cabresteando una gran sorpresa: La consagración no fue para Hillary Clinton
como todos esperaban. Quién tomará protesta como presidente el próximo mes de
Febrero, es el hombre más odiado por los mexicanos, Donald Trump. De nada
sirvieron los millones inyectados por Arabia Saudita y el resto de los países
árabes a la campaña de Clinton, las “ganancias” de la Fundación por la venta de
uranio a Rusia, el asesinato del embajador Stevenson en Lybia, la corrupción
del Departamento de Justicia, del FBI, y la del Presidente.
La madrugada del día 9, el hombre imposible emergía
victorioso de la elección, a pesar que se han detectado 3 millones de votos
fraudulentos, sufragados para Clinton. El proceso transitado por los EU, además
de una interesante lección, se puede definir también como el más virulento de
su historia. Tanto que se llegó a intentar contra la vida de Trump, ante una
media en silencio.
Esta competencia tan sin igual, me ha provocado una
desagradable situación. Desde hace meses, cuando afirmé que, si al final del
evento, los candidatos a enfrentarse fueran Clinton y Trump, sin dudarlo, yo me
decidiría por Trump. Ello provocó que muchos de mis amigos, e inclusive
familiares, se convirtieran en mis feroces enemigos por lo cual, tuve que
moverme a los subterráneos y convertirme en parte de ese grupo que nadie supo
identificar, los Trumpistas camuflajeados.
Siendo libertario ¿Por qué apoyé a un candidato que no
lo es?
1) Frente a
un particular menú, Clinton y Trump, no me tembló la mano al palomear mi
preferencia a favor de Trump. Hillary y su marido, Bill, bien sabido por el
mundo entero, son los políticos más diabólicos, corruptos, sin escrúpulos, que
hayan aparecido en el horizonte de los EU, y Hillary es una marxista quien
hábilmente ha permanecido en el closet. Son piezas claves de una maquinaria que
busca dominar el mundo a través de un gobierno global, desapareciendo los de
todas las naciones.
Hay dos tipos de Globalización, la de ellos y la
nuestra.
La globalización de ellos es control. Sumisión total
de las sociedades controlando la política, educación, servicios de salud,
armas, petróleo, monedas, mercados, bancos, el crecimiento o decrecimiento de
las poblaciones, en lo que llaman El Nuevo Orden Mundial. Ellos requieren de
una burocracia obesa y global, que tome el poder para entregarlo a los
oligarcas de siempre. Lo de ellos es conocido como Neoliberalismo, o, como lo
definiera Mises; Intervencionismo.
Ellos creen en los mercados intervenidos, planeación
central, comercio global negociado y, como los negocios con gobiernos, usando
la coerción para escoger ganadores y perdedores. Son promotores de guerras,
porque financieramente los benefician. Pero su mejor negocio es la lucha contra
la pobreza.
La globalización nuestra, no afirmo sea la de Trump,
es libertad. Libertad que la gente debe tener para ir en busca de sus sueños,
su destino y su felicidad. Libertad para que la gente se organice en una danza
con el orden natural, para desarrollar sus legítimos esfuerzos. Verdadera
libertad de comercio, de mercados, igualdad ante la ley. Una virtuosa sociedad
llevando a cabo intercambios en los mercados libres, benéficos para todas las
partes participando.
Lo nuestro es un sistema de cooperación para lograr el
bienestar común, que se produce de forma espontánea. Un sistema basado en la
propiedad privada que utiliza el mecanismo de precios libres, como el
instrumento óptimo para la más eficiente asignación de recursos, y las
personas libremente puedan elegir. Lo nuestro es liberalismo republicano, la
tiranía de la ley, lo de ellos es tiranía disfrazada.
2) Donald
Trump es un forastero en Washington, un hombre que no solo es ajeno a ese
maligno entarimado global, es su enemigo. Ello fue algo que me atrajo. Trump es
un rebelde decidido a enfrentar esa venenosa globalización orquestada por
Rockefeller, Rothschild, Soros, los Bush, Council of Foreign Relations, el
Bilderberg Group, la ONU, la media CNN, ABC, NBC, CBS, New York Times,
Washington Post, el FED a través de controlar todos los bancos centrales del
mundo.
Al momento que Trump expresó de su intención para
lograr la nominación en el Partido Republicano. Bill Bennett, ex secretario de
educación, publicó un artículo verdaderamente profético describiendo lo que él
pensaba, Trump, con su estilo temerario, trataría de implementar. Pasaba a
describir sus enemigos al acecho, decididos a evitar sus planes se hicieran
realidad, a cualquier precio, llegando inclusive al asesinato, si era
necesario. Esa es la diabólica alianza entre gobierno, grandes corporaciones, y
la media, que se benefician mutuamente con billones producto de esa habilidad
para controlar todo lo importante.
Cerraba su nota afirmando: “Trump investigará, llegará
hasta el fondo. Trump va a litigar y procesar, irá luego contra los
involucrados—Obama, Clinton, Corzine, Podesta, Holder, Lynch—Algunos de ellos
pueden terminar en prisión. Es por ello que han liberado los perros del
infierno y se preparan para atacarlo. Tratarán de perjudicar sus negocios,
fabricarán mentiras, atacarán a su familia, su reputación, e inclusive, si gana
la presidencia, más agresivos y letales serán los ataques”.
3) Yo nunca
creí en las bravatas de Trump, por eso no me preocuparon. Tuve la oportunidad
de conocerlo en los años 80, y me di cuenta es un hombre de una gran
inteligencia y conoce bien los beneficios del libre comercio. Él sabe que las
empresas no abandonan EU solo buscando mano de obra barata, huyen del gobierno
abusivo, impuestos criminales, y de esas regulaciones asfixiantes que no
les permiten operar. Sabe también que la única forma de provocar su regreso, no
es forzándolas a base de tarifas, sino ofreciéndoles un ambiente atractivo de
negocios.
Para entenderlo
mejor hay que leer al mismo Mises: “El libre
comercio es bueno, siempre y cuando sea verdaderamente libre”.
También nos podemos remontar a un artículo de Bruce Barlett de 1998 titulado;
“La verdad de la Historia del Libre Comercio”. Nos daremos cuenta que todos los
tratados de libre comercio, siempre han sido confeccionados por esos
globalistas con sus intereses en mente, no los de los pueblos, y hasta la
aparición de Trump, nos damos cuenta no son tan libres como pensábamos.
Ahora, yo siempre he tenido la tendencia de cerrar
filas con quienes sufren agresivos e injustos ataques de multitudes histéricas.
Lo han tachado de racista, homofóbico, fascista, islamofófico, el chupa cabras
de los hispanos, populista, verdugo de las mujeres, con un aplomo que pareciera
hablar su psiquiatra de cabecera. Una descripción fabricada por la media
globalista por encargo de los oligarcas, con la cual estoy en desacuerdo, y
aunque a veces testeree los alambres, muerda el freno y repare de lado,
mientras respete el credo mexicano: “Del dicho
al hecho, hay mucho trecho”, tendrá mi apoyo. Pero si se amacha y se
deja cái, pos lo mandamos pal arado.
No comments:
Post a Comment