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Monday, July 18, 2016

Ayn Rand

Ayn Rand

Ayn Rand






Por José María Marco
Ayn Rand - de nombre de pila, Alissa Rosenbaum - nació en San Petersburgo el 2 de febrero de 1905. Pronto decidió ser escritora, aunque, instintivamente ajena al misticismo y al colectivismo característicos de la cultura rusa, siempre tuvo como modelos los escritores europeos occidentales. Durante sus estudios en el instituto fue testigo del paso por el poder de Kerensky, al que apoyó, y de la Revolución bolchevique de 1917, que denunció como un golpe de Estado desde el primer momento. La familia huyó de los desórdenes y de la guerra civil a Crimea, donde Alissa terminó la enseñanza secundaria. Tras el triunfo bolchevique, la farmacia de los Rosenbaum fue confiscada y la familia sufrió privaciones.
En 1921 Alissa se matriculó en la Universidad de San Petersburgo para estudiar Filosofía e Historia. Allí tuvo la oportunidad de conocer de primera mano la degradación de la Universidad y del saber impuesta por los comisarios políticos y descrita, como la expropiación del negocio familiar, en su primera novela, la autobiográfica We, the Living (Los que vivimos, Barcelona, Plaza y Janés, 1992). La protagonista, Kira Argounova, estudia ingeniería pero tiene que asistir a cursos sobre "Mujeres proletarias y analfabetismo", "Electrificación proletaria" y "El camarada Lenin y el camarada Marx". Kira Argounova, enfrentada a una vida sin perspectivas, intenta salir de la Unión Soviética pero es muerta a tiros por la policía fronteriza.

Alissa Rosenbaum tuvo más suerte y a finales de 1925 consiguió un permiso para visitar a unos familiares en Estados Unidos. El permiso era temporal, pero Alissa estaba decidida a no volver a pisar la Unión Soviética. A los 21 años está en Berlín y tras una breve estancia en París, llega a Chicago, donde pasa seis meses: los suficientes para que le amplíen el visado. Decidida a seguir su vocación de escritora, y fascinada por el cine, Ayn Rand -todavía Alissa Rosenbaum-, se muda a Los Ángeles con la intención de trabajar de guionista. Cecil B. De Mille le ofrece un trabajo como extra y más tarde como lectora de guiones.

En Hollywood conoce a Frank O'Connor, un joven actor con el que se casa pronto. El matrimonio duró hasta la muerte de Frank 50 años más tarde, a pesar de la larga relación que Ayn Rand mantuvo con un colaborador y discípulo suyo casado con Barbara Felden, autora de la excelente biografía The Passion of Ayn Rand. Como Frank pasa largas temporadas sin trabajar, Ayn Rand acepta cualquier trabajo, incluido uno en el departamento de vestuario de RKO, aunque por fin logra vender un primer guión a Universal. Termina Los que vivimos, un estremecedor retrato de los primeros años de socialismo real en San Petersburgo, pero no se lo publican hasta tres años después, en 1933, con un recibimiento reticente por parte de una crítica infestada de progresismo. Ayn Rand dirá más tarde, cuando preste testimonio ante el Comité de Actividades Antinorteamericanas en 1947: "Es casi imposible dar a entender a personas libres lo que es la vida bajo una dictadura totalitaria... (El pueblo ruso) intenta vivir una vida humana, pero es una vida completamente inhumana. Intenten ustedes imaginar lo que es vivir bajo un terror permanente desde la mañana hasta la noche, y por la noche seguir esperando a que suene el timbre en cualquier momento, un país en el que se tiene miedo de todo y de todos, donde la vida no cuenta nada, menos aún que nada...".

En 1935 empezó a escribir The Fountainhead (El manantial, Barcelona, Orbis, 1988), para lo que se documentó en el estudio del arquitecto de origen estonio Louis Isadore Kahn. Howard Roark, el arquitecto protagonista de El manantial, es el primer gran protagonista épico de la obra de Ayn Rand, un hombre como "puede y ha de ser un hombre", que consigue triunfar imponiendo su propia concepción de la arquitectura. Rechazada por doce editoriales, este canto al individualismo y a la independencia fue publicado por fin en 1943 y se convirtió, sin apenas publicidad, en uno de los grandes best-sellers del siglo XX. Cinco años después se estrenó la versión cinematográfica, también titulada El manantial, con Gary Cooper como protagonista. Trabajando a tiempo completo de guionista, Ayn Rand empezó a escribir Atlas Shrugged (La rebelión de Atlas, en Obras Completas, Barcelona, Luis de Caralt, 1961) que se publicó en 1957, y tiene por protagonistas a dos empresarios, Dagny Taggart y Hank Rearden, que intentan sacar adelante sus respectivos negocios en una Norteamérica arrasada por la intervención gubernamental masiva y el caos social subsiguiente. A medida que se intensifica la devastadora intrusión del Estado, algunos eminentes empresarios, intelectuales y profesionales liberales empiezan a desaparecer. Negándose a colaborar con el totalitarismo, fundan en el Estado de Colorado una utopía capitalista con un símbolo: el signo del dólar. Además de ficción menor (entre la que se cuenta el relato Anthem, protagonizado por Equality 7-2521, un ser que ha de aprender a decir yo en un mundo dominado por la colectividad), Ayn Rand escribió numerosas colaboraciones periodísticas, conferencias y ensayos de muy diversa índole, entre los que están For the New Intellectual (1961), Capitalism: The Unknown Ideal (1966), The Romantic Manifesto (1970) y The New Left: The Anti-Industrial Revolution (1971). En ellos, como en su obra de ficción, fue elaborando un pensamiento que llamó Objetivismo, basado en la afirmación de la razón como principio de conocimiento. Su defensa radical del "egoísmo racional", opuesto a la irracionalidad de cualquier altruismo, y la del capitalismo libertario como único medio de lograr el solo objetivo posible de la vida humana, que es la felicidad individual, le llevaron a distanciarse de los grandes grupos políticos y de las corrientes contraculturales e irracionalistas, presuntamente libertarias, de los años 60 y 70.

Fumadora impenitente, como muchos de sus personajes, falleció de una enfermedad pulmonar en Nueva York, el 6 de marzo de 1982 a los 77 años de edad. Su legado, de gran influencia en el pensamiento liberal norteamericano, ha venido siendo difundido y reivindicado por varias organizaciones, entre ellas el Ayn Rand Institute. Su obra se sigue reeditando con éxito, hasta tal punto que figura todavía en las listas de libros más vendidos. En las librerías españolas se encuentra aún alguna edición de Los que vivimos y de El manantial. El resto de la obra de Ayn Rand está agotado, o no ha sido publicado en España. Entre las muchas páginas web que le están dedicadas, destaca http://www.aynrand.org.
"Civilización es el proceso por el que el hombre se libera de los hombres."

"La pobreza no es una hipoteca sobre el trabajo de los demás; la desventura no es una hipoteca sobre la felicidad: el fracaso no es una hipoteca sobre el éxito; el sufrimiento no es un cheque en blanco, y su alivio no es el fin de la existencia; el hombre no es un animal que haya de ser sacrificado en el altar de los demás; la vida no es un inmenso hospital."

"Cuando el 'bienestar común' de una sociedad se contempla como algo aparte y superior al bienestar individual de sus miembros, el bienestar de algunos hombres prevalece sobre el bienestar de otros, y esos otros son destinados al sacrificio."

Capitalism: The Unknown Ideal



"El principio básico del altruismo es que el hombre no tiene derecho a vivir por su propio bien, que el servicio a los demás es la única justificación de su existencia, y que el sacrificio es el más alto deber moral, la más alta virtud, el valor más alto. No debemos confundir altruismo con generosidad, buena voluntad o respeto por los derechos de los demás. Estos no son valores primeros, sino consecuencias que el altruismo, de hecho, hace imposibles. El valor irreductible, primero y básico del altruismo es el sacrificio propio, que quiere decir: inmolación de uno mismo, abnegación, negación de uno mismo, autodestruccción, es decir: el yo es el mal y los demás el bien."

Philosophy: Who Needs It



"Si algunos hombres disfrutan de algún derecho sobre el producto del trabajo de los demás, entonces estos están despojados de sus derechos y condenados al esclavismo."

"La mayor virtud: la capacidad de hacer dinero."

"La riqueza es producto de la capacidad del hombre para pensar."

"Cualquier compromiso entre el alimento y el veneno conduce a la victoria de la

muerte. Cualquier compromiso entre el bien y el mal lleva a la victoria del mal."

Capitalism: The Unknown Ideal



"La racionalidad es el reconocimiento de que la existencia es un hecho en sí, que nada puede alterar la verdad y que nada puede prevalecer sobre el hecho de comprenderla, que es en lo que consiste el pensamiento."

La rebelión de Atlas



"El único propósito del gobierno es proteger los derechos del hombre, es decir, protegerlo de la violencia física. Un auténtico gobierno no es más que un policía, que actúa en nombre del derecho a la autodefensa del ser humano y, como tal, sólo puede recurrir a la violencia contra aquellos que han hecho uso de ella."

La rebelión de Atlas



"Quien quiere a todos los hombres odia a la humanidad. No espera nada de ella."

"No hay que decirle a nadie que sea orgulloso; te odiarán. No lo dirán, pero te odiarán.

Dirán que los odias a ellos."

El manantial



"El socialismo es la doctrina según la cual el hombre no tiene derecho a vivir por su propio bien, que su vida y su trabajo no le pertenecen a él, sino a la sociedad, que la única justificación de su existencia es el servicio a la sociedad, y que la sociedad puede disponer de él según le plazca, con tal de conseguir su propio bienestar colectivo, tribal."

The New Intellectual



"No hay diferencia entre comunismo y socialismo, salvo en los medios para conseguir un mismo objetivo final: el comunismo se propone esclavizar a los hombres por la fuerza; el socialismo, por el voto. Es la misma diferencia que existe entre el asesinato y el suicidio."

Foreign Policy Drains U.S. of Main Weapons



"El país que ha alcanzado los mayores logros, la mayor prosperidad, la mayor libertad, se construyó sobre el derecho del hombre a perseguir su felicidad. Su propia felicidad, no la de los demás."

El manantial

Ayn Rand

Ayn Rand

Ayn Rand






Por José María Marco
Ayn Rand - de nombre de pila, Alissa Rosenbaum - nació en San Petersburgo el 2 de febrero de 1905. Pronto decidió ser escritora, aunque, instintivamente ajena al misticismo y al colectivismo característicos de la cultura rusa, siempre tuvo como modelos los escritores europeos occidentales. Durante sus estudios en el instituto fue testigo del paso por el poder de Kerensky, al que apoyó, y de la Revolución bolchevique de 1917, que denunció como un golpe de Estado desde el primer momento. La familia huyó de los desórdenes y de la guerra civil a Crimea, donde Alissa terminó la enseñanza secundaria. Tras el triunfo bolchevique, la farmacia de los Rosenbaum fue confiscada y la familia sufrió privaciones.
En 1921 Alissa se matriculó en la Universidad de San Petersburgo para estudiar Filosofía e Historia. Allí tuvo la oportunidad de conocer de primera mano la degradación de la Universidad y del saber impuesta por los comisarios políticos y descrita, como la expropiación del negocio familiar, en su primera novela, la autobiográfica We, the Living (Los que vivimos, Barcelona, Plaza y Janés, 1992). La protagonista, Kira Argounova, estudia ingeniería pero tiene que asistir a cursos sobre "Mujeres proletarias y analfabetismo", "Electrificación proletaria" y "El camarada Lenin y el camarada Marx". Kira Argounova, enfrentada a una vida sin perspectivas, intenta salir de la Unión Soviética pero es muerta a tiros por la policía fronteriza.

Saturday, July 2, 2016

Lecciones del derrumbe populista en América Latina

Lecciones del derrumbe populista en América Latina

Por Washington Abdala
Lo difícil y peculiar del presente latinoamericano es que todos sabemos lo que está mal, pero no siempre acertamos en recorrer el camino correcto. Es que, en la actividad gubernamental, nunca es fácil saber cuál es la fórmula que resultará exitosa, porque depende de variables de diverso calibre y contextos mutantes. Veamos algunos ejemplos que delatan lo complejo que es gobernar acertando con las medidas que se toman.


En algún momento, en Brasil creyeron —casi todos los analistas y los observadores supuestamente imparciales— que el liderazgo de Lula da Silva, con sus metodologías gradualistas en materia de reformas, era el camino acertado para recorrer un tiempo de prosperidad y lograr hasta la aceptación de los Estados Unidos, que veían en ese accionar un ejemplo para la región. Claro, hubo que esperar a saber todo para que aquel ejemplo se transformara en patetismo puro y vergüenza regional. No creo que nadie imaginara la dimensión de la corrupción. O sea, Brasil pasó de ser referencia moral a papelón universal. El Partido de los Trabajadores pagará cara la cleptocracia que incubó en el poder. Por lo pronto, ya cayó una presidente y siguen firmas. Inimaginable para el poderoso integrante del BRIC de hace dos años.
Otro ejemplo. Era muy claro que los zapatistas mexicanos enarbolaban un relato utópico, con ideas imposibles de concretar. Los métodos que argumentaban fueron tan naíf como demenciales, por eso resultaron inaplicables siempre. México fue alienando y la fórmula zapatista, local y parcial, jamás se universalizó, ni fue tenida en cuenta como relevante por ningún integrante de las élites de los gobiernos de turno. Los zapatistas son el pasado y no suministraron pistas para salir de las crisis actuales. Es más, ni las vieron venir en sus dimensiones violentas o económicas.
El eje bolivariano era el otro referente geopolítico que, con Hugo Chávez con vida y liderazgo activo (y petróleo caro), parecía detonar algunas supuestas verdades que luego supimos que eran sólo efectos fantasía, mientras ese país cayó en una decadencia populista, quedó sumido en un poder militar que todos sabemos que terminará rematadamente mal. Por eso, el gesto del secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de quebrar con los protocolos diplomáticos y sacudir las inercias funge como un llamado de atención ante el mundo, como diciendo: "Miren que estoy avisando que va a pasar lo peor, yo advertí". Y por más culebrones con los Estados Unidos, el final siempre será el mismo.
De la Argentina kirchnerista mejor ni abusarse, porque ya sería grosero, con un modelo que tuvo pretensiones progresistas pero que sólo fue distributivo durante un tiempo, luego únicamente endeudó a la sociedad en cifras astronómicas que el actual Gobierno ni se anima a contarle aún a la población para que algunas gentes no infarten. La realidad en Argentina, además, cada día aporta datos imposibles de imaginar hasta para el más creativo guionista de cine de ciencia ficción.
Queda en pie la Bolivia de Evo Morales, que no dejó de reconocer que tuvo mejorías en relación con los depredatorios regímenes anteriores, pero que ya comienza a manifestar registros de agotamiento (nunca olvidemos que es una economía que tiene un sostén externo fruto también de la droga que vende). Y el Ecuador de Rafael Correa, que ha sido, quizás, de toda esta barra, el más inteligente, máxime cuando uno repasa los números de ese país y no puede desconsiderarlo. Distintos de Perú y Colombia, son indicadores (los ecuatorianos y los bolivianos) que en economía hablan solos. El capital únicamente invierte donde encuentra rentabilidad. Si tiene temor, huye (Venezuela). Pero si considera que habrá spread o plusvalía, se afinca y se expande (Perú).
La conclusión es una sola pero evidente: las izquierdas, en sus praxis latinoamericanas, con 387 millones de personas que somos, excepto los 16 millones del Ecuador y los 11 millones de Bolivia, el resto nadie quiere saber nada con los modelos populistas. O sea, queda claro que no se puede tener un gasto público insensato. Queda claro que no se puede tener un déficit que supere en demasía un 3% del PBI. Queda claro que sin inversión auténtica y real nada es posible. Y queda claro que con arreglos monetarios sólo se gana tiempo y no salud económica. Todo lo demás es teoría. Esta es la realidad para no vivir en la inflación y en el salario devaluado.
Lo bueno es que es posible y verdadero salir de las crisis. Las dramáticas posguerras del siglo pasado nos mostraron eso: que los países que quisieron se remangaron y los sacaron adelante. Claro, hay una generación que tiene que sudar, remar, empujar y dar más de lo que correspondería en tiempos de bonanza.
En el presente —que no estamos en una crisis tipo posguerra, pero tampoco estamos en una época de prosperidad— solamente cabe que exista algún tipo de compromiso colectivo dentro de cada nación que entienda que se están jugando asuntos superiores. Si la ciudadanía no termina por creer en esto, si los líderes no convencen a la masa de semejante evidencia, si ellos no se convencen antes, nada será posible. Y aunque se tenga razón, no se podrá quebrar la lógica negativa del presente.
Hay que tener razón, liderarla y además contagiar a los otros. Si falla alguna de estas tres concausas, estamos liquidados.
El autor es un abogado y escritor. Ex presidente de la Cámara de Diputados de Uruguay.

Lecciones del derrumbe populista en América Latina

Lecciones del derrumbe populista en América Latina

Por Washington Abdala
Lo difícil y peculiar del presente latinoamericano es que todos sabemos lo que está mal, pero no siempre acertamos en recorrer el camino correcto. Es que, en la actividad gubernamental, nunca es fácil saber cuál es la fórmula que resultará exitosa, porque depende de variables de diverso calibre y contextos mutantes. Veamos algunos ejemplos que delatan lo complejo que es gobernar acertando con las medidas que se toman.