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Wednesday, October 5, 2016

Trump no es la causa de la devaluación

En el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto el peso mexicano se ha devaluado ante el dólar alrededor de 50 por ciento. En menos de cuatro años perdió mucho más valor que en los 12 años de los dos gobiernos panistas (37 por ciento). Pero el problema más grave es que en casi cuatro años el gobierno no aceptó la verdadera causa de la devaluación del peso ni puso en práctica medidas estructurales suficientes para frenarla.

Siempre encuentra un 'chivo expiatorio' externo para culparlo de la devaluación. Al principio señaló la baja del precio del petróleo, que también le sirvió de excusa para elevar impuestos, que se tradujeron en un menor crecimiento y una baja del nivel de vida de la clase media. De 2013 a 2016 el actual gobierno tuvo más ingresos petroleros que Calderón en sus primeros cuatro años.

Han culpado del fortalecimiento del dólar al aumento de tasas en Estados Unidos, al bajo crecimiento en China, a la salida del Reino Unido de la Comunidad Europea y, por último, a la posibilidad de que Donald Trump gane las elecciones para presidente de la Unión Americana. Todos esos factores influyen, pero no son la causa primera y más importante de la devaluación del peso. Podrían no habernos impactado negativamente si las autoridades hacendarias hubieran adoptado una posición responsable en el gasto, el déficit y la deuda en los primeros cuatro años de gobierno. Tuvieron las herramientas para lograrlo pero no lo hicieron.

El debilitamiento del marco macroeconómico al ejercer un gasto desordenado y excesivo, por arriba del aprobado por el Congreso, que incrementó el déficit presupuestal y un endeudamiento que se duplicó en cuatro años, son las verdaderas y más importantes causas de la devaluación.

El triunfo o la derrota de Donald Trump no definirá el futuro del peso ni de la economía mexicana, sino la adopción urgente de un programa gubernamental que reduzca el gasto, el déficit, los impuestos y la deuda a niveles que creen las condiciones para una mayor inversión privada nacional y extranjera y restablezcan la confianza en calificadoras internacionales de que vamos por el camino correcto. Hasta ahora los recortes y ajustes programados no generan las expectativas de lograrlo.

Trump no es la causa de la devaluación

En el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto el peso mexicano se ha devaluado ante el dólar alrededor de 50 por ciento. En menos de cuatro años perdió mucho más valor que en los 12 años de los dos gobiernos panistas (37 por ciento). Pero el problema más grave es que en casi cuatro años el gobierno no aceptó la verdadera causa de la devaluación del peso ni puso en práctica medidas estructurales suficientes para frenarla.

Saturday, June 25, 2016

Venezuela supera validación de firmas, se acercan al referendo

Hasta este jueves, la oposición venezolana logró 326.381 firmas validadas, mientras que para este viernes aplicarán el "Gran Remate"

validación de firmas
Último día de validación de firmas: todos los puntos en el país amanecieron repletos de ciudadanos dispuestos a reafirmar con su firma y huella que desean el referendo revocatorio contra Nicolás Maduro. (El Carabobeño)
Este viernes 24 de junio culmina el proceso de validación de firmas, trámite necesario para activar el referendo revocatorio contra el presidente actual Nicolás Maudro. La oposición, a pesar de las adversidades impuestas por el Gobierno y por el Consejo Nacional Electoral, logró el objetivo de recaudar el 1% en cada estado del país.
En este último día todos los puntos de validación en el país amanecieron repletos de ciudadanos dispuestos a reafirmar con su firma y huella que desean el referendo revocatorio contra Nicolás Maduro.

URGENTE: Hemos alcanzado la meta del 1% en ! Grande nuestro pueblo! El Revocatorio va!!

 
Todo indicaba que la continuación de los trámites para el referendo dependería del estado Nueva Esparta, en el cual hasta este jueves 23 de junio no se habían validado las firmas necesarias para seguir con el proceso; sin embargo, gracias a las diligencias de los líderes opositores que viajaron hasta esa entidad, se logró una prórroga en la noche que permitió que para este viernes solo faltaran 99 validaciones.
El alcalde opositor del municipio Mariño, Alfredo Díaz, indicó: “Lo que ha pasado en Nueva Esparta, en estos días de validación, ha sido un verdadero irrespeto a los derechos políticos. Estamos a 99 validaciones de lograr la meta exigida por el CNE. Ayer nos quitaron la luz en los puntos”.

Aunque la Mesa de la Unidad Democrática necesita validar la mayor cantidad de firmas posibles para evitar más trabas del CNE, logró cumplir con la meta mínima del 1%.
Hasta este jueves, la oposición venezolana logró 326.381 firmas validadas, mientras que para este viernes aplicarán el “Gran Remate”; así le llamaron a la jornada de hoy en la que superarán con buena ventaja la meta mínima impuesta por el CNE.
Al terminar la jornada de este viernes, la Mesa de la Unidad Democrática deberá esperar el pronunciamiento del organismo electoral, que se debería efectuar en los próximos tres días hábiles; luego de ello la oposición venezolana deberá recolectar otra vez 20% (casi 4 millones) de las firmas del patrón electoral con el cual nuevamente se solicitará el referendo revocatorio.
Esta última recolección es otro de los requisitos establecidos por el CNE para poder lograr la consulta popular.
El especialista en procesos electorales, el periodista Eugenio Martínez, informó que entre esta validación que culmina este viernes y la próxima recolección de firmas del 20% deberá transcurrir un lapso de tres meses, por lo que se llevaría a cabo a mediados del mes de septiembre de 2016.
Aunque el Gobierno venezolano insiste en que el referendo revocatorio no puede efectuarse este año, la oposición de ese país lo contradice y asegura que la consulta popular podría llevarse a cabo en octubre. Si la consulta se realiza luego del 10 de enero del próximo año, de perder el presidente Maduro, le correspondería al vicepresidente de la República culminar el período presidencial hasta el 2019, en ese caso lo haría el chavista Aristóbulo Istúriz.
Fuente: El Nacional

Venezuela supera validación de firmas, se acercan al referendo

Hasta este jueves, la oposición venezolana logró 326.381 firmas validadas, mientras que para este viernes aplicarán el "Gran Remate"

validación de firmas
Último día de validación de firmas: todos los puntos en el país amanecieron repletos de ciudadanos dispuestos a reafirmar con su firma y huella que desean el referendo revocatorio contra Nicolás Maduro. (El Carabobeño)
Este viernes 24 de junio culmina el proceso de validación de firmas, trámite necesario para activar el referendo revocatorio contra el presidente actual Nicolás Maudro. La oposición, a pesar de las adversidades impuestas por el Gobierno y por el Consejo Nacional Electoral, logró el objetivo de recaudar el 1% en cada estado del país.
En este último día todos los puntos de validación en el país amanecieron repletos de ciudadanos dispuestos a reafirmar con su firma y huella que desean el referendo revocatorio contra Nicolás Maduro.

URGENTE: Hemos alcanzado la meta del 1% en ! Grande nuestro pueblo! El Revocatorio va!!

Thursday, June 23, 2016

Continúa el deterioro de las variables financieras

La economía nacional continúa mostrando crecimiento económico, así como generación de empleos formales y crecientes ventas en el mercado interno, al mismo tiempo que el barril de petróleo exportado recupera su precio de manera extraordinaria en el curso del año. A pesar de lo anterior, continúa el deterioro de diversos mercados financieros como son el del tipo de cambio, que vuelve a superar la barrera de 19 pesos; así como el de las tasas de interés de los instrumentos del gobierno de mediano plazo, las cuales se elevan a niveles superiores a 4.4 por ciento.

Se atribuye este deterioro a la preocupación que existe sobre la posibilidad de que Gran Bretaña se retire de la Unión Europea, como consecuencia del referéndum que se realizará en ese país el próximo día 23 de junio o a que la Fed decida elevar las tasas de interés este miércoles al terminar su reunión mensual. Aunque es obvio que estos son temas que afectan a los distintos países, el impacto negativo ha sido peor en México que en casi todos los demás países subdesarrollados.

Esto puede deberse a diversas señales que muestran que la economía nacional no está tan sólida como sería deseable para enfrentarse un mayor deterioro del entorno internacional, lo que preocupa a los diversos inversionistas: 1) Aunque la economía nacional sigue creciendo, lo hace apoyada en el sector servicios, ya que la producción industrial sólo creció a una tasa de 0.8 por ciento en el periodo de enero a abril, en comparación a los mismos cuatro meses del año anterior. 2) La inflación, medida por medio de los precios al consumidor, fue de 2.6 por ciento anual en mayo, pero los precios al productor final se elevaron en 5.8 or ciento en el mismo mes, perjudicando los márgenes de utilidad del sector comercio. 3) El déficit en cuenta corriente se mantiene en niveles de 2.7 por ciento del PIB en el primer trimestre, que aunado a una ligera salida de capitales, presiona al tipo de cambio. 4) La deuda del sector público federal representó ya  48.1 por ciento del PIB el pasado marzo, que sumando la de los gobiernos estatales podría ser superior a 50 por ciento en este momento. 5) Los requerimientos financieros del sector público el año pasado fueron de 4.1 por ciento del PIB, lo que equivalió a 18 por ciento de todo el gasto público.

Todo lo anterior muestra que la economía nacional no está tan sólida como sería deseable para enfrentar las dos grandes amenazas que se ciernen sobre el entorno internacional: 1) Reducción en el comercio internacional, que es una de las principales fuentes de crecimiento de la producción mundial y nacional. Hay que recordar que la crisis de la década de los 30 se debió en gran parte a las políticas proteccionistas que siguieron los países más desarrollados en aquellos años y es posible que se repita la misma experiencia. 2) Reducción en los flujos de capitales globales, encabezado por la política monetaria de Estados Unidos, que eleva las tasas de interés y reduce los montos disponibles para financiar la inversión en el país, el déficit de la balanza de cuenta corriente y el desequilibrio del gobierno mexicano.

Como se espera que este difícil entorno internacional se mantenga durante varios trimestres o incluso años más, es conveniente que se refuercen las finanzas públicas y privadas, se logre crear un entorno donde puedan prosperar las empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, ya que son ellas las que pagan impuestos y crean empleos formales. Además es recomendable que se reduzcan dispendios y corrupción los cuales encarecen los costos de las empresas y reducen los ingresos de los trabajadores y empleados.

Ciertamente México tiene una mejor posición financiera que la mayoría de los países subdesarrollados, pero el entorno internacional puede provocar un deterioro interno muy rápido, si no se reacciona a tiempo.

La experiencia de los pasados meses nos lo confirma.

Continúa el deterioro de las variables financieras

La economía nacional continúa mostrando crecimiento económico, así como generación de empleos formales y crecientes ventas en el mercado interno, al mismo tiempo que el barril de petróleo exportado recupera su precio de manera extraordinaria en el curso del año. A pesar de lo anterior, continúa el deterioro de diversos mercados financieros como son el del tipo de cambio, que vuelve a superar la barrera de 19 pesos; así como el de las tasas de interés de los instrumentos del gobierno de mediano plazo, las cuales se elevan a niveles superiores a 4.4 por ciento.

El fracaso del presidencialismo

Leo Zuckermann
 
Leo Zuckermann es analista político y académico mexicano. Posee una licenciatura en administración pública en El Colegio de México y una maestría en políticas públicas en la Universidad de Oxford (Inglaterra). Asimismo, cuenta con dos maestrías de la Universidad de Columbia, Nueva York, donde es candidato a doctor en ciencia política. Trabajó para la presidencia de la República en México y en la empresa consultora McKinsey and Company. Fue secretario general del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), donde actualmente es profesor afiliado de la División de Estudios Políticos. Su columna, Juegos de Poder, se publica de lunes a viernes en Excélsior, así como en distintos periódicos de varios estados de México. En radio, es conductor del programa Imagen Electoral que se trasmite en Grupo Imagen. En 2003, recibió el Premio Nacional de Periodismo.
Ya pasaron muchos años desde que el politólogo español Juan Linz argumentó que los regímenes parlamentarios eran superiores a los presidenciales. Cuánta razón tenía. Lo estamos viendo en muchos lados.
En Brasil, un Congreso donde están representados más de una veintena de partidos, con una mayoría de legisladores comprobadamente corruptos, ha apartado de su cargo a la Presidenta. No se trata, como dicen los afectados, de un golpe de Estado porque el juicio de destitución se ha realizado conforme a las reglas establecidas en la Constitución.



No obstante, la razón por la que han retirado del cargo –temporalmente aunque todo indica que será de manera permanente– a Dilma Rousseff suena más a una maniobra política que a la comisión de un delito que merezca quitarle el puesto que se ganó en las urnas. Al quite ha entrado el vicepresidente, uno de los principales artífices para remover a su jefa. Más pronto que tarde, Michel Temer tendrá que tomarse una sopa de su propio chocolate al enfrentar a un Congreso hambriento y dividido. En una de ésas, el nuevo presidente termina igual que Dilma.
Ya pasaron muchos años desde que el politólogo español Juan Linz argumentó que los regímenes parlamentarios eran superiores a los presidenciales. Cuánta razón tenía. Lo estamos viendo en muchos lados...
En Venezuela, el electorado votó mayoritariamente por un Congreso opositor al Presidente. Comenzó, así, una lucha entre los dos poderes. Los opositores están tratando de revocar el mandato de Maduro juntando firmas para realizar una consulta popular al respecto. El presidente, por su parte, ha declarado un estado de emergencia que le otorga más poderes y abiertamente habla de destituir al Congreso. Mientras todo esto ocurre, la economía está al borde del colapso. No hay gobierno en Venezuela. Tampoco medicinas, electricidad, cerveza ni papel de baño.
Cuando Linz escribió su ensayo acerca de la inferioridad del presidencialismo frente al parlamentarismo, dijo que la excepción era Estados Unidos, régimen que, por muchas razones, había funcionado históricamente incluso con gobiernos divididos. Pero estos últimos lustros hemos visto una polarización que ha desincentivado los acuerdos entre la Casa Blanca y el Capitolio. Hoy la parálisis es lo que caracteriza al Washington de Obama. Lograr que el Senado ratifique a un embajador se ha convertido en un dolor de muelas para el presidente.
Extrañamente, después de varios años de parálisis gubernamental, de bloqueos entre el Presidente y el Congreso, el régimen mexicano, gracias al Pacto por México, se desatoró. Los dos primeros años del presidente Peña fueron ejemplo de que sí es posible sacar reformas estructurales trascendentales. El sueño, sin embargo, duró poco. Cada vez más existen bloqueos entre los dos poderes con todo y que el PRI tiene mayoría en una de las cámaras. En el sexenio que viene las cosas se pondrán peor si el candidato que gane la Presidencia lo hace con menos del 30% del voto y su partido no tiene mayoría en ambas cámaras.
En fin, que los presidencialismos nos han dado prueba tras prueba de disfuncionalidad. ¿Son mejores, entonces, los parlamentarismos, tal y como argumentaba Linz?
Depende. Los regímenes donde el Parlamento se forma por representación proporcional suelen ser más inestables. Italia es el caso histórico. En Israel, las coaliciones de gobierno son muy frágiles. Netanyahu ha sobrevivido mucho tiempo como primer ministro gracias a que les reparte mucho dinero a los partidos chicos que lo apoyan y el fracaso de la izquierda para enfrentarlo. Pero los gobiernos de Netanyahu no han logrado resolver el principal problema de ese país: la paz con los palestinos.
Estos casos contrastan con el parlamentarismo alemán que sí ha producido gobiernos estables y eficaces. Aquí estamos hablando de un sistema mixto de integración del Parlamento entre representación proporcional y distritos de mayoría. Pero el mejor parlamentarismo, o por lo menos el que más me gusta a mí, es el británico. Ahí todo el Parlamento se elige por distritos de mayoría. Ciertamente hay una sobrerrepresentación enorme para el partido ganador, pero cuenta con los votos legislativos para sacar adelante su agenda legislativa. Si ésta es buena, el electorado los premia reeligiéndolos. Si, en cambio, el gobierno resulta ser un desastre, los votantes le dan una patada en el trasero dándole la oportunidad a la oposición de gobernar con amplios márgenes de acción.

El fracaso del presidencialismo

Leo Zuckermann
 
Leo Zuckermann es analista político y académico mexicano. Posee una licenciatura en administración pública en El Colegio de México y una maestría en políticas públicas en la Universidad de Oxford (Inglaterra). Asimismo, cuenta con dos maestrías de la Universidad de Columbia, Nueva York, donde es candidato a doctor en ciencia política. Trabajó para la presidencia de la República en México y en la empresa consultora McKinsey and Company. Fue secretario general del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), donde actualmente es profesor afiliado de la División de Estudios Políticos. Su columna, Juegos de Poder, se publica de lunes a viernes en Excélsior, así como en distintos periódicos de varios estados de México. En radio, es conductor del programa Imagen Electoral que se trasmite en Grupo Imagen. En 2003, recibió el Premio Nacional de Periodismo.
Ya pasaron muchos años desde que el politólogo español Juan Linz argumentó que los regímenes parlamentarios eran superiores a los presidenciales. Cuánta razón tenía. Lo estamos viendo en muchos lados.
En Brasil, un Congreso donde están representados más de una veintena de partidos, con una mayoría de legisladores comprobadamente corruptos, ha apartado de su cargo a la Presidenta. No se trata, como dicen los afectados, de un golpe de Estado porque el juicio de destitución se ha realizado conforme a las reglas establecidas en la Constitución.


Monday, June 20, 2016

Las 5 peores divisas de 2015 medido en dólares ¿Adivinará antes de leer?

Esfera de dolares
 – Las divisas muchas veces popularmente se utilizan como referencia de riqueza y valor. Pueden cambiar en el tiempo por un variado número de factores – desde el estado económico del gobierno emisor, hasta eventos mundiales, pasando por las subidas y bajadas de las demás divisas que fluctúan contra ella, que al fin y al cabo afectan los ahorros de los ciudadanos. Presentamos hoy las 5 peores divisas de 2015 como objeto de reflexión para el inversor en oro.Algunas divisas emitidas por ciertos gobiernos pueden resultar seriamente arriesgadas si se decide ahorrar en ellas. Precisamente es la falta de disciplina fiscal manejando el presupuesto y la deuda pública lo que hace que el valor de estas divisas se descontrole.
Veamos cuáles han sido las cinco divisas del mundo con peor rendimiento en 2015. Los países ganadores sufrieron importantes devaluaciones a lo largo del pasado año.



  1. Bolívar venezolano
El caso venezolano estuvo relacionado, en gran medida, al estado del mercado mundial del crudo en 2015. Al depender un 80% de su Producto Interior Bruto (PIB) de la exportación del crudo, su economía ha estado apegada casi en su totalidad al precio del petróleo. Desde 1950 hasta principio de los años 80, Venezuela ha tenido una de las economías más fuertes de Sudamérica, también gracias a planes económicos expansivos con buena política monetaria. Por otro lado, la inflación ha sido uno de los grandes problemas del país debido al excesivo gasto público en programas sociales y el mantenimiento de un “Estado Grande”. La actual tasa de inflación “oficial” es de 57,3% y el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que sobrepase los 700% para el 2016. Éstas, sin embargo, son cifras oficiales. El dólar estadounidense se negocia a más de mil bolívares por dólar, mientras que la tasa oficial artificial es de 6,3%. La hiperinflación ha tomado vuelo con un incremento del dólar de 2000% solamente en los últimos dos años. Esto ha causado escasez de productos básicos como alimentos, medicamentos y una inminente implosión social que puede ser encendida en cualquier momento.

Bolívar venezolano de julio 2010 a octubre 2015

Bolivar venezolano de julio 2010 a octubre 2015
  1. Peso argentino
En su época dorada, Argentina fue una vez uno de los países más ricos del mundo y en declive en los últimos 50 años debido a crisis económicas, cambios políticos repentinos e inflación. Mientras que su tasa inflacionaria es de sólo 10,9% después de que el nuevo gobierno fuera electo, Argentina ha alcanzado la hiperinflación varias veces en su historia, incluyendo el episodio en 1990 cuando alcanzó un 20.000 por ciento debido al colapso total del sistema por la crisis de deuda. Con un fuerte ajuste cambiario en 2015, como consecuencias de las políticas de la antigua presidente, el nuevo gobierno se vio en la necesidad de balancear el ajuste cambiario y el peso argentino cayó casi 34% en 2015.

Peso argentino de julio 2015 a enero 2016

Peso argentino de julio 2015 a enero 2016
  1. Real brasileño
El real brasilero también vio una caída de más de 33% en el 2015 respecto al dólar, debido principalmente a la caída en las materias primas y su sistema de gasto público. La corrupción también jugó un factor también con las recientes acusaciones sobre el escándalo de Petrobras causando volatilidad en los mercados, pérdida de confianza en el país y fuga de capitales.

Real brasileño julio 2015 a enero 2016

Real brasileno julio 2015 a enero 2016
  1. Rublo ruso
Rusia es otro país con sus fortunas ligadas a la industria petrolera. Mientras que el rublo perdió solamente un 7% contra el dólar, hubo varias instancias de varias subidas y caídas a lo largo de todo el año. Comparado con 2014, cuando perdió un abismal 41% con el dólar, 2015 fue un año más estable para la moneda rusa, sin embargo con el PIB a la baja, la producción industrial baja, y una confianza en la economía por los suelos.

Rublo ruso de julio 2015 a enero 2016

Rublo ruso de julio 2015 a enero 2016
  1. Rand sudafricano
El rand cayó un 25% con respecto al dólar en 2015, mayormente por la bajada en los precios de las materias primas y el impacto que esto ha tenido en las más grandes compañías de este país. Con la minería empujando el 50% de las ganancias en el operador cambiario y un déficit presupuestario creciente, el país está en aprietos. El año terminó flojo para Sudáfrica, con una tasa de desempleo del 25% y un cambio repentino de ministros de finanzas en tan solo unos pocos días.

Rand sudafricano de julio 2015 a enero 2016

Rand sudafricano de julio 2015 a enero 2016
por Mac Fuenmayor – Analista de Inversiones en BitGold

Las 5 peores divisas de 2015 medido en dólares ¿Adivinará antes de leer?

Esfera de dolares
 – Las divisas muchas veces popularmente se utilizan como referencia de riqueza y valor. Pueden cambiar en el tiempo por un variado número de factores – desde el estado económico del gobierno emisor, hasta eventos mundiales, pasando por las subidas y bajadas de las demás divisas que fluctúan contra ella, que al fin y al cabo afectan los ahorros de los ciudadanos. Presentamos hoy las 5 peores divisas de 2015 como objeto de reflexión para el inversor en oro.Algunas divisas emitidas por ciertos gobiernos pueden resultar seriamente arriesgadas si se decide ahorrar en ellas. Precisamente es la falta de disciplina fiscal manejando el presupuesto y la deuda pública lo que hace que el valor de estas divisas se descontrole.
Veamos cuáles han sido las cinco divisas del mundo con peor rendimiento en 2015. Los países ganadores sufrieron importantes devaluaciones a lo largo del pasado año.


Tuesday, June 14, 2016

Tipos negativos: un nuevo impuesto camuflado


El Euribor a un año –el de referencia para la mayoría de hipotecas en nuestro país– ha entrado en terreno negativo por primera vez en su historia. Dejando de lado sus implicaciones sobre las finanzas familiares, es evidente que se trata de un extraño fenómeno macroeconómico que requiere de una explicación, tanto para entender por qué se produce cuanto para prever cuáles puede ser sus consecuencias futuras.
Primero, las causas: el Euribor negativo es el resultado del efecto conjunto de las flexibilizaciones cuantitativas de los bancos centrales (los QE) y de la imposición de tipos de interés negativos sobre las reservas bancarias.



Vayamos por partes. En una flexibilización cuantitativa, un banco privado vende algunos de sus activos (deuda pública, bonos corporativos, titulizaciones, etc.) al banco central y éste le paga con un depósito en el propio banco central. Estos depósitos en el banco central son activos para el banco privado y constituyen lo que se conoce como reservas del sistema. La operación es prácticamente calcada a lo que sucedería si alguno de nosotros poseyese un título de deuda pública y se lo vendiera a una entidad financiera: ésta nos lo compraría dándonos a cambio un depósito (cuenta corriente) en la propia entidad (y ese depósito contra el banco sería nuestro activo).
Todos los bancos centrales occidentales han ejecutado flexibilizaciones cuantitativas desde el comienzo de la crisis: el último en sumarse fue el Banco Central Europeo en marzo de 2015. Ello ha implicado una notable modificación del balance de los bancos privados: sus activos tradicionales (préstamos y bonos) han perdido peso y las reservas (sus depósitos contra el banco central) lo han ganado. Aquí es cuando empieza a surtir verdadero efecto la segunda parte de la operación: el establecimiento de tipos de interés negativos sobre los depósitos contra el banco central (sobre las reservas del sistema).
El funcionamiento de un tipo de interés negativo es muy simple: si un banco posee un depósito contra el BCE de 1.000 euros y el tipo de interés negativo es del -1% anual, al cabo de un año poseerá simplemente un depósito de 990 euros. En la Eurozona, los tipos de interés negativos sobre los depósitos en el BCE se introdujeron a mediados de 2014, pero en aquel entonces tuvieron pocas repercusiones: el BCE cobraba un -0,10% anual por el exceso de reservas sobre el mínimo obligatorio (los bancos han de tener obligatoriamente un porcentaje de sus activos en depósitos en el BCE: es lo que se conoce como coeficiente de caja mínimo) y pagaba un 0,05% por las reservas obligatorias. Dado que, en 2014, el exceso de reservas fue de 79.000 millones y las reservas obligatorias fueron de 106.500, el resultado fue bastante equilibrado: el BCE cobró de la banca 79 millones de euros en intereses negativos (sobre el exceso de reservas) y le pagó 53 en intereses positivos (por las reservas obligatorias).
La situación, sin embargo, ha comenzado a cambiar desde que las flexibilizaciones cuantitativas han cebado las reservas bancarias a partir de marzo de 2015. En la actualidad, el exceso de reservas se ubica en 444.000 millones de euros y las reservas obligatorias en 114.000. Para más inri, los tipos de interés negativos del BCE sobre sus depósitos han pasado a ser del -0,30%. Resultado: el BCE está cobrando a la banca intereses de 1.333 millones de euros y apenas le devuelve 57 millones como remuneración por sus reservas mínimas obligatorias. El agujero para los bancos es evidente y creciente: sus reservas en el BCE van aumentando como consecuencia del QE y eso acrecienta el coste derivado de los tipos de interés negativos sobre sus depósitos.
La cuestión es: ¿tienen alguna forma los bancos de librarse de estos tipos de interés negativos? La respuesta intuitiva es que sí: basta con que los bancos presten a familias y empresas su exceso de reservas en el BCE para que deje de soportar los intereses negativos. Pero se trata de una respuesta intuitiva equivocada: los bancos no pueden prestar (o transferir) depósitos en el BCE a los particulares (explicación técnica, aquí). Sólo bancos y gobiernos poseen una cuenta corriente abierta en el BCE, por lo que las reservas no pueden prestarse o transferirse a otros agentes que no sean bancos y gobiernos (por clarificar: un banco, cuando nos extiende un crédito, nos presta sus propios depósitos, no los depósitos del BCE).
Por consiguiente, los bancos privados sólo tienen, en realidad, tres vías para desembarazarse de ese incómodo exceso de reservas en el BCE por el cual les toca pagar intereses. La primera es utilizarlas para pagar sus deudas (o las de sus acreedores) con el BCE: por ejemplo, si un banco debe 1.000 euros al BCE y tiene reservas de 1.000 euros en el BCE, ambas partidas se pueden compensar, desapareciendo simultáneamente. El problema de esta vía para reducir su exceso de reservas es que es tremendamente lenta: la mayoría de las deudas con el BCE son a largo plazo, por lo que no constituyen una solución eficaz para dejar de pagar intereses en el corto o medio plazo.
La segunda forma es prestando a los gobiernos de la Eurozona: dado que los gobiernos sí tienen cuentas corrientes en el BCE, los bancos pueden prestarles sus reservas (por ejemplo, invirtiendo en deuda pública). Este es el motivo por el cual los tipos de interés de los bonos estatales se hallan a niveles tan bajos (incluso en algunos casos negativos) en la Eurozona: los bancos evitan pagar intereses transfiriendo sus reservas en el BCE a los gobiernos. Pero, de nuevo, se trata de una solución con las patas muy cortas: cuando los gobiernos gastan el dinero que se les presta (por ejemplo, para pagar a los funcionarios), esas reservas regresan al propio sistema bancario.
Y la tercera forma es, justamente, con préstamos entre bancos: dado que cada banco también posee una cuenta corriente en el BCE, una entidad financiera puede reducir sus reservas prestándoselas a otra entidad financiera. Este es el motivo por el cual el Euribor ha entrado en terreno negativo. El Euribor es, grosso modo, el tipo de interés medio al que se están financiando entre sí los grandes bancos europeos: con tipos negativos sobre sus reservas, cualquier banco está interesado en prestar a otro esas reservas a tipos inferiores al -0,3%, aun cuando esos tipos inferiores sea negativos. Es decir, si yo soy un banco que poseo un depósito de 1.000 euros en el BCE, preferiré prestárselo a otro banco y que me devuelva 999 euros en un año (tipo negativo del -0,1%) a no prestárselo y que el BCE me cobre el -0,3% (de modo que mi depósito caiga a un valor de 997 euros).
El problema es que los préstamos entre bancos tampoco son una solución para escapar agregadamente de los tipos de interés negativos: si un banco presta a otro sus depósitos en el BCE, sólo le está traspasando a éste la patata caliente. Dado que el volumen total de depósitos en el BCE no se reduce (sólo cambia de manos entre los bancos), alguna entidad financiera termina soportando los costes de los tipos de interés negativos. En el ejemplo anterior, los costes del -0,3% de intereses los comparten el banco prestamista y el banco prestatario: el banco prestamista presta 1.000 euros y recupera 999 al cabo de un año (coste del -0,1%); el banco prestatario recibe 1.000 euros, al cabo de un año éstos valen 997 euros y tiene la obligación de devolver 999 (coste del -0,2%).
En suma, la causa del Euribor negativo es, como decíamos, el efecto conjunto de las flexibilizaciones cuantitativas y de los tipos de interés negativos sobre los depósitos del BCE. Ahora bien, ya hemos visto que el Euribor negativo no sirve para proteger a los bancos privados de los altos costes que les está imponiendo el BCE en forma de tipos negativos. Así pues, ¿qué soluciones les quedan? En realidad, sólo hay dos: la primera –que es la que desea el BCE–, que los bancos privados intenten compensar esas pérdidas inexorables que les impone con mayores beneficios vinculados a su actividad bancaria tradicional; la segunda –que es la que probablemente terminará dándose–, que los bancos nos trasladen a todos los ciudadanos ese coste en forma de tipos de interés negativos sobre nuestros depósitos.
Como digo, la primera opción es la que desea el BCE para estimular la economía: si el BCE impone a los bancos una mordida anual de 1.300 millones de euros (y creciendo) en forma de intereses negativos, éstos deberían empezar a prestar con mayor decisión a familias y empresas (no a prestar sus reservas, que no pueden, sino sus propios depósitos), para así ganar más dinero y compensar con tales beneficios las pérdidas por los tipos negativos. En parte, esto ya está sucediendo: los tipos de interés fijos históricamente bajos que estamos presenciando durante los últimos mesesson una consecuencia de lo anterior. Sin embargo, esta vía es problemática: por un lado, sigue sin haber demasiadas personas que quieran endeudarse (la mayoría de familias y empresas siguen pagando sus deudas heredadas, no contrayendo nueva deudas); por otro, un exceso de prodigalidad prestamista de la banca podría generar nuevas burbujas y descapitalizar a las entidades en el futuro.
De ahí que, muy probablemente, la segunda vía sea la que termine prevaleciendo: los bancos cubrirán sus pérdidas derivadas de los tipos de interés negativos cobrando al resto de ciudadanos tipos de interés negativos sobre nuestras cuentas corrientes. En principio, los ciudadanos contamos con una vía relativamente asequible para resistirnos a tal expolio: basta con que saquemos el dinero del banco, pues sobre el efectivo no pueden cobrarse tipos negativos (salvo a través de improbables experimentos estatales). Ahora bien, el dinero en efectivo no está libre de costes: guardar metálico en nuestras casas es arriesgado (robo, deterioro, pérdida…) y poco conveniente (muchos pagos es difícil realizarlos en metálico). Por tanto, los ciudadanos pueden terminar aceptando un cierto interés negativo sobre sus depósitos bancarios para ahorrarse tales costes. De hecho, cuantas más trabas pongan los Estados a los pagos en metálico (las limitaciones al pago en efectivo son crecientes y, en algunos países europeos, ya se estudia su prohibición total), menor resistencia podremos oponer a los tipos negativos y, por tanto, mayor podrá ser la mordida a la que nos veamos sometidos por los bancos privados (y, en última instancia, por el banco central).
Así que, a menos que haya una reversión del signo de la política monetaria, vayan preparándose para los tipos de interés negativos: sus saldos de tesorería presuntamente líquidos cargarán con un pseudoimpuesto con el propósito de estimularle a que los gaste y a que, por esta vía, se estimule la economía (en realidad, sólo se estimulan las burbujas y los recalentones de gasto).
Por cierto, dése cuenta de que quien sale verdaderamente beneficiado con los tipos de interés negativos es el banco central: compra activos que valen 1.000 pagando con su propia deuda cifrada en 1.000 y, con el paso del tiempo, esa deuda va menguando (tipos negativos), de modo que sus ganancias por la compra del activo van incrementándose. En el extremo, si comprara algo que vale 1.000 a cambio de entregar deuda propia por importe de cero, sus ganancias serían de 1.000 (señoreaje absoluto). ¿Y quiénes son los que se reparten los beneficios del banco central? Sí, ha acertado: los Estados. Por tanto, siga el circuito entero: los tipos de interés negativos son, en última instancia, un impuesto sobre el patrimonio líquido de los agentes económicos cuyo propósito último es contribuir al desapalancamiento de los Estados (como la inflación pero sin inflación). No es ninguna idea novedosa; algo similar fue lo que propuso hace unos años el FMI: un impuesto extraordinario sobre la riqueza neta de las familias para amortizar deuda pública. Bueno, pues ya lo tenemos aquí.

Tipos negativos: un nuevo impuesto camuflado


El Euribor a un año –el de referencia para la mayoría de hipotecas en nuestro país– ha entrado en terreno negativo por primera vez en su historia. Dejando de lado sus implicaciones sobre las finanzas familiares, es evidente que se trata de un extraño fenómeno macroeconómico que requiere de una explicación, tanto para entender por qué se produce cuanto para prever cuáles puede ser sus consecuencias futuras.
Primero, las causas: el Euribor negativo es el resultado del efecto conjunto de las flexibilizaciones cuantitativas de los bancos centrales (los QE) y de la imposición de tipos de interés negativos sobre las reservas bancarias.


La Fantasía Monetaria Moderna


Bryan Caplan decía que las discusiones sobre economía en ocasiones son como una tarta con múltiples capas. Hay cuestiones que nos provocan una primera opinión inmediata e impulsiva: la capa superficial. Cuando lo analizamos más a fondo, aparece una segunda capa en la que parece que esa primera opinión era ingenua, poco sofisticada e incorrecta. Pero a menudo ocurre que si seguimos profundizando encontramos una tercera capa que resulta coincidir con la primera. Al final la segunda capa, aunque revestida de sofisticación, era la equivocada: la primera impresión resulta ser la que había dado en la diana.



Un claro ejemplo de este fenómeno lo pudimos ver hace unos días en una serie de tuits sobre teoría monetaria que publicó Eduardo Garzón, asesor económico del Ayuntamiento de Madrid y uno de los economistas en alza de la izquierda española. Decía Garzón, entre otras cosas, que un Estado con soberanía monetaria “jamás puede quedarse sin dinero, por lo que, si se lo propone, jamás puede quebrar”. Además añadía que un Estado que emite la moneda que utiliza “no necesita recaudar impuestos para poder gastar”.
La reacción inmediata de las redes sociales fue burlarse de las afirmaciones publicadas por Eduardo Garzón como si de un completo ignorante se tratara: “tontería”, “estupidez” o “delirante teoría” es sólo una pequeña muestra de los calificativos y críticas que cosechó aquella tarde. Sin embargo estas afirmaciones de Garzón no son ocurrencias que se sacara de la manga de manera irreflexiva, sino que forman parte de la doctrina de la denominada Teoría Monetaria Moderna (MMT por sus siglas en inglés). De hecho, las opiniones de Garzón son casi extractos literales de publicaciones de los principales teóricos de la MMT, como son Randall Wray o Warren Mosler.
Un análisis algo más pausado de los desarrollos de Garzón, Wray o Mosler revelan esa segunda capa de la tarta en la que se percibe que, en realidad, estas afirmaciones no son tan disparatadas o, al menos, no son estrictamente falsas. Es cierto que un Estado que emite su propia moneda siempre podría pagar sus deudas en términos nominales con nuevas emisiones de dicha moneda. De igual manera, no hace falta que un Estado recaude impuestos para gastar, pues en efecto puede hacerlo con emisiones monetarias. Sin embargo, el objetivo de los impulsores de la MMT no es ver si este tipo de frases son estrictamente ciertas o falsas, sino que buscan trasladar a sus lectores la idea de que deberíamos ponerlas en práctica: que nuestros Estados deberían romper con los compromisos de credibilidad que se autoimponen en la actualidad los bancos centrales, y ponerse a emitir moneda de manera enérgica para gastarla en aquello que consideren oportuno.
La cuestión, como ellos mismos admiten, es que esto no puede hacerse de forma ilimitada sin sufrir severas consecuencias. Por un lado, el mero hecho de romper con las reglas de prudencia a la emisión monetaria minará la credibilidad del Estado para mantener estable el valor de la moneda, por lo que su demanda tenderá a caer. Por otro, un aumento de la emisión de moneda fiat que no vaya acompañada de un aumento proporcional de la demanda de dicha moneda tenderá a deteriorar su valor. El efecto en ambos casos se traduce en pérdida de poder adquisitivo de la unidad monetaria. Es decir, que la tercera capa de la tarta revela que la típica crítica superficial, inmediata e impulsiva que recibió Garzón era en el fondo correcta: dichas prácticas a la larga tenderían a provocar inflación. Y esto implica que si bien un Estado no puede quebrar en términos nominales, sí puede volverse incapaz de hacer frente a sus pagos en términos reales, que al fin y al cabo es lo relevante.
Eduardo Garzón suele replicar a esta crítica que, aunque es cierto que emitir moneda fiat en exceso provoca inflación, mientras exista capacidad ociosa en la economía no habrá inflación, y que además dicho gasto elevará la demanda agregada y generará riqueza y bienestar en la economía. Pero como explica Juan Ramón Rallo en su libro “Contra la Modern Monetary Theory”, esta opinión, que también sostiene Mosler, se debe a una mala teoría de la producción agregada. La aparente capacidad ociosa que no encuentra demanda no se debe a que no existan suficientes medios de pago en circulación, sino a que existe una descoordinación generalizada entre la oferta y la demanda. Lo que se logra emitiendo nueva moneda para gastarla en cualquier cosa es, precisamente, evitar que dicha descoordinación se corrija, e incluso provocar adicionales distorsiones en la estructura productiva. Rallo concluye en su libro: “En la medida en que el Estado desconozca las preferencias variadas y dinámicamente cambiantes de los agentes económicos a propósito de qué debe producirse, cuándo debe producirse y con qué nivel de riesgo debe producirse, el Estado no debería “promover la actividad económica” gastando, pues en realidad sólo estará despilfarrando”.
Los partidarios de la MMT al final suelen llegar a una contradicción. Por un lado dicen que el Estado puede gastar de forma ilimitada y que no puede quebrar. Por otro, cuando se les pregunta por la consecuencia de que la moneda empiece a perder su valor y se dispare la inflación, afirman que es imprescindible poner límites a la emisión para evitar que la moneda pierda su capacidad de compra. Pero el caso es que si se pone dicho límite, ya no es cierto que el Estado pueda emitir y gastar sin límite hasta el punto de no quebrar nunca; y si no se le pone, el Estado podrá nominalmente emitir moneda fiat y gastar sin límite, pero dicha moneda dejará de tener valor y perderá la capacidad de compra en términos reales. En definitiva, las típicas afirmaciones impactantes que hacen los seguidores de la Teoría Monetaria Moderna, en función de cómo las interpretemos, bien pueden ser ciertas pero enormemente destructivas por la ausencia de límites, o bien son directamente falsas por la existencia de dichos límites. Creer que pueden ser a la vez afirmaciones verdaderas y prácticas aconsejables es abandonar el ámbito de la teoría económica y pasar al de la fantasía.

La Fantasía Monetaria Moderna


Bryan Caplan decía que las discusiones sobre economía en ocasiones son como una tarta con múltiples capas. Hay cuestiones que nos provocan una primera opinión inmediata e impulsiva: la capa superficial. Cuando lo analizamos más a fondo, aparece una segunda capa en la que parece que esa primera opinión era ingenua, poco sofisticada e incorrecta. Pero a menudo ocurre que si seguimos profundizando encontramos una tercera capa que resulta coincidir con la primera. Al final la segunda capa, aunque revestida de sofisticación, era la equivocada: la primera impresión resulta ser la que había dado en la diana.


Monday, June 13, 2016

¿Por qué se sigue devaluando el peso?

El dólar se cotizaba por debajo de 13 pesos en el verano de 2014 y la mezcla mexicana de petróleo estaba por arriba de 100 dólares el barril entonces. Sin embargo, los mercados de diversas materias primas y metales, de los granos y de los energéticos, tuvieron un importante ajuste en sus precios por la menor actividad de las naciones más desarrolladas y, sobre todo de China, la cual ya es la segunda economía del orbe. Este ajuste global de precios fue reforzada por la política de Estados Unidos, que consiste en detener el crecimiento de la oferta monetaria, esto es, ya no incrementar la cantidad de dólares en los mercados financieros e incluso reducirla por medio de mayores tasas de interés.

Esta política para detener el aumento en la cantidad de dólares propició una menor actividad económica en los distintos países y la disminución en los precios de estos productos y materias primas. Así, el valor de la mezcla de petróleo de México cayó hasta 20 dólares el barril a principios de este año y el dólar se llegó a cotizar en 19 pesos. Ante este entorno, el 17 de febrero pasado el Banco de México y la Secretaría de Hacienda anunciaron una estrategia conjunta para fortalecer el entorno macroeconómico, que consistió en un recorte adicional al gasto público y un aumento en la tasa de interés de referencia, entre otras medidas. El objetivo implícito de las mismas es reducir el crecimiento de la liquidez y de la demanda agregada, para así bajar la demanda por dólares. Por otro lado, la Fed de Estados Unidos retrasó el aumento en sus tasas de interés para evitar mayores problemas en los distintos mercados internos y externos.

Todo lo anterior resultó en una apreciación del petróleo, que se ha duplicado en este año, para llegar a 40 dólares el barril y el peso mexicano se fortaleció al pasar de 19 pesos por un dólar a 17.18 en febrero pasado.

Sin embargo, de manera inesperada en las tres primeras semanas de mayo el peso tuvo una devaluación de 8.0 por ciento, para cotizarse en 18.54 pesos por un dólar, a pesar de que el petróleo siguió subiendo de precio, de que la economía se está reactivando y de que se tienen las menores tasas de inflación que se registran en el país en las últimas décadas.

Esta caída en el peso sucedió cuando la gran mayoría de instituciones financieras y bancarias esperaban lo contrario, lo que pudo haber provocado pérdidas cambiarias importantes para algunos bancos y empresas.

El deterioro del peso puede atribuirse a que los participantes en los mercados piensen:

1) Que ya es inminente el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, lo cual tendría un efecto negativo importante en nuestro país; 2) que hay contagio de la crisis política en Brasil o de la económica en Venezuela, y piensan que México puede ser el siguiente país en problemas; 3) que concluyan que el actual crecimiento en México por el mercado interno no es sostenible en el mediano plazo, por la presión que provoca en la balanza comercial; 4) que las actuales campañas por las elecciones de junio están provocando una mayor liquidez de la esperada, que en parte se está canalizando al tipo de cambio; 5) que los datos del gasto público, del desequilibrio fiscal y de la creciente deuda pública dados a conocer en semanas recientes no fueron satisfactorios, por lo que los participantes en los mercados financieros actúan de acuerdo; 6) que el inminente nombramiento de Trump como candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos supone mayores costos al comercio internacional de ese país, lo cual tendría un efecto negativo para el nuestro; 7) que hay un deterioro creciente de las expectativas que genera nuestro país para los inversionistas internacionales, destacando un menor crecimiento económico del que se preveía, el retraso del Congreso para aprobar el Sistema Nacional Anticorrupción, que el incremento en la violencia en el país seguirá agravando a la economía nacional u otras causas más.

Independientemente de las razones de este deterioro en la cotización del peso, para lograr su estabilización se requiere que se refuercen las medidas de austeridad fiscal, que se haga una fuerte reducción en el gasto de todo el sector público y no sólo en algunas secretarías de Estado y que se haga una reforzamiento de la política monetaria. De mantenerse este deterioro en el valor del peso, es muy probable que se refuercen las distintas medidas económicas una vez pasadas las elecciones del 5 de junio.

¿Por qué se sigue devaluando el peso?

El dólar se cotizaba por debajo de 13 pesos en el verano de 2014 y la mezcla mexicana de petróleo estaba por arriba de 100 dólares el barril entonces. Sin embargo, los mercados de diversas materias primas y metales, de los granos y de los energéticos, tuvieron un importante ajuste en sus precios por la menor actividad de las naciones más desarrolladas y, sobre todo de China, la cual ya es la segunda economía del orbe. Este ajuste global de precios fue reforzada por la política de Estados Unidos, que consiste en detener el crecimiento de la oferta monetaria, esto es, ya no incrementar la cantidad de dólares en los mercados financieros e incluso reducirla por medio de mayores tasas de interés.