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Tuesday, October 4, 2016

Grave riesgo de más deuda y mayores tasas de interés

Es frecuente escuchar que la deuda pública de México no es preocupante porque todavía está por debajo de lo que tienen otras naciones, en las cuales llega a representar cerca del 100% de su PIB y aquí “sólo es la mitad”. Ciertamente es mucho menor que la prevaleciente en Estados Unidos o Japón, pero este análisis es incompleto porque los gobiernos de estos países pagan una tasa de interés muy cercana a cero, mientras que aquí ya está por arriba del cuatro por ciento y creciendo.

Además el monto total de la deuda pública en nuestro país está aumentando de manera relevante, mientras que en otros es estable o incluso muestra disminución. Así, la deuda del sector público, medida por medio del “Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público”, pasó de representar el 29.1% del PIB en 2007 (antes de la crisis financiera global) al 50.5% estimada para el cierre del presente año. Esto significa que en términos nominales la deuda pública histórica más que se ha duplicado en estos años.

Lo más preocupante de lo anterior es el servicio de la deuda, esto es el pago que debe de erogar el gobierno por tener este pasivo. Se estima que para el presente año este servicio puede ser cercano o superior a los 470 mil millones de pesos, cantidad muy superior a los egresos de cualquier secretaría de Estado. Además su tasa de crecimiento nominal, hasta el primer semestre de 2016, era superior al 13% y se espera que se incremente alrededor del 20% para el próximo año, esto es que sea equivalente a los 570 mil millones de pesos, lo cual lo vuelve el renglón de egresos más grande del presupuesto.

Por otro lado la política monetaria externa prevista para el corto y mediano plazos, principalmente en los Estados Unidos, es que se sigan incrementando las tasas de interés y reduciendo de manera relativa la extraordinaria liquidez generada en los pasados años. La pregunta no es si subirán las tasas internacionales de interés en el futuro, sino cuándo y cuánto. Esto elevará el gasto del gobierno mexicano, lo que propiciará un mayor déficit fiscal y aumentaría la deuda total aún más, cayendo así en un círculo vicioso de un creciente desequilibrio en las finanzas públicas.

En definitiva, existe una preocupación real en los distintos mercados financieros de que las tasas de interés internas y externas seguirán subiendo, lo que tendría un impacto grave en las finanzas públicas, sobre todo si se le reduce la calificación crediticia a México.

A los participantes en los mercados financieros no les ha convencido que el presupuesto del gobierno federal presentado al poder legislativo en días pasados sea suficiente para enfrentar este entorno externo e interno tan difícil. Esto se debe a que lo ven muy parecido a los publicados en años anteriores, mismos que no se han cumplido, ya que en todos los casos se han tenido sobregiros en el gasto público. A lo anterior habría que agregar la preocupación del resultado de las elecciones en los Estados Unidos y su posible impacto en la economía mexicana. Como respuesta se ha tenido una salida de capitales del país, lo cual está teniendo un impacto importante en el tipo de cambio.

Por lo mismo, se espera que se actúe con más decisión ante la difícil situación que puede enfrentar el país en los siguientes dos años. Es necesario que se sumen al esfuerzo nacional de austeridad a los distintos poderes autónomos, a los gobiernos de los estados y municipios y que se tomen decisiones drásticas en varias secretarías de Estado en donde se duplican funciones o se realizan actividades que ya no son relevantes. El tiempo se está acabando para tomar decisiones bien evaluadas y sin precipitaciones

Grave riesgo de más deuda y mayores tasas de interés

Es frecuente escuchar que la deuda pública de México no es preocupante porque todavía está por debajo de lo que tienen otras naciones, en las cuales llega a representar cerca del 100% de su PIB y aquí “sólo es la mitad”. Ciertamente es mucho menor que la prevaleciente en Estados Unidos o Japón, pero este análisis es incompleto porque los gobiernos de estos países pagan una tasa de interés muy cercana a cero, mientras que aquí ya está por arriba del cuatro por ciento y creciendo.

La economía nacional enfrenta dos graves riesgos

El entorno económico que enfrenta nuestro país ha cambiado de manera drástica en los pasados tres años, tanto por razones externas como por causas internas.

Mientras que hace algunos años México era una estrella creciente para los inversionistas globales, los cuales hacían cola para poder hablar con los distintos empresarios y funcionarios mexicanos; hoy la situación es a la inversa, ya que en muchos sectores es muy difícil interesar a los grandes inversionistas para que evalúen proyectos nacionales. Por lo mismo se perciben graves riesgos en el futuro para nuestro país; sin embargo, es necesario identificar los más preocupantes para poder jerarquizarlos y dedicar más importancia a los más peligrosos para la estabilidad nacional.

Una manera de poder analizar los riesgos es comparar la situación actual con la ocurrida en la pasada crisis global de 2009, la cual fue la peor del último siglo, pero que la mayoría de la población nacional no percibió de esa manera. Esto se debió a que las tasas de interés no tuvieron el drástico incremento que ocurrió en crisis pasadas, debido a que el gobierno tenía un bajo déficit fiscal con una deuda mucho menor que la actual.

Esa fortaleza financiera le permitió aislar, en parte, a la economía y a los consumidores nacionales del fuerte impacto externo. Sin embargo, en la actualidad la situación fiscal del gobierno se ha deteriorado y debilitado, tanto por los menores ingresos petroleros como por el mayor gasto total, lo que le impide hacer frente al entorno internacional como sería deseable.

Los dos graves riesgos que enfrenta la economía nacional son el incremento en las tasas de interés y la renegociación del Tratado de Libre Comercio, lo que comentaré en la próxima columna. La Fed ha estado advirtiendo sobre el aumento en sus tasas de interés, con todo los costos que esto provoca en Estados Unidos. Sin embargo, ha buscado cualquier posible pretexto para evitar subirlas, como son las elecciones presidenciales, el menor incremento en el empleo o la aprobación del Brexit.

En el caso de México, las tasas de interés de mediano ya habían estado elevándose en los meses pasados y el tipo de cambio ha reaccionado al entorno interno y externo. Además el proceso electoral en Estados Unidos ha puesto a nuestro país en el centro del debate de una manera negativa. Todo esto está presionando a los distintos precios y amenaza en originar un incremento importante en la inflación.

Por lo mismo, el Banco de México ha elevado la tasa de interés de referencia de manera más relevante que en el exterior, a fin de evitar mayor salida de capitales y un mayor deterioro del tipo de cambio. Esto sin lugar a dudas beneficia a los ahorradores, castiga la salida de recursos del sistema financiero y propicia la apreciación del tipo de cambio, aunque puede ser sólo en el corto plazo.

Sin embargo, tiene un importante riesgo, ya que el principal deudor en el país es el sector público, que tendrá que pagar un mayor servicio por su deuda, lo que ha sido uno de sus principales renglones de egresos y con mayor crecimiento en los pasados años. Este incremento en las tasas tiene el riesgo de elevar el déficit fiscal, lo que presionaría para elevar aún más el monto de la deuda pública, incrementando así el riesgo y las tasas internas de interés.

Es decir que se puede caer en el círculo vicioso de mayores tasas de interés las que elevan el gasto público y, consecuentemente, el déficit fiscal, lo que a su vez obliga a emitir más deuda incrementando con esto las tasas de interés, iniciándose así otra vez el círculo negativo del cual es muy difícil salir. Este escenario lo tuvo el país al final del gobierno de Echeverría, de López Portillo y del gobierno de De la Madrid, cuando se tuvieron las graves crisis sexenales.

Para evitarlo, es indispensable que se reduzca de manera relevante el actual déficit fiscal. Esto no se puede lograr sólo con recortes y reducción del gasto del gobierno federal, ya que el mismo sólo representa una parte de todos los egresos del sector público. Es indispensable que también se reduzcan los gastos de los organismos autónomos, de los poderes Judicial y Legislativo, así como de la que realizan los estados y los municipios. Es por lo mismo muy importante que se controle la corrupción que es obvia en los distintos niveles del gobierno.

El papel que tendrá el Congreso en las siguientes semanas será fundamental para el bienestar del país en los próximos años. Esperemos que esté a la altura de lo que se requiere.

La economía nacional enfrenta dos graves riesgos

El entorno económico que enfrenta nuestro país ha cambiado de manera drástica en los pasados tres años, tanto por razones externas como por causas internas.

Mientras que hace algunos años México era una estrella creciente para los inversionistas globales, los cuales hacían cola para poder hablar con los distintos empresarios y funcionarios mexicanos; hoy la situación es a la inversa, ya que en muchos sectores es muy difícil interesar a los grandes inversionistas para que evalúen proyectos nacionales. Por lo mismo se perciben graves riesgos en el futuro para nuestro país; sin embargo, es necesario identificar los más preocupantes para poder jerarquizarlos y dedicar más importancia a los más peligrosos para la estabilidad nacional.

Thursday, July 7, 2016

La crisis externa resalta los desequilibrios internos

En junio se tuvieron diversos eventos políticos, sociales y económicos, tanto en el entorno internacional como nacional, que han afectado de manera negativa a las principales variables económicas de nuestro país.

En el entorno externo resaltan de manera relevante el inesperado resultado del referéndum sobre la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y la candidatura republicana de Trump para la presidencia de Estados Unidos, así como sus ataques a México. En el primer caso se pensaba que no ganaría la posición de Brexit, por los elevados costos que esto tendría en ese país, por lo que el resultado ocasionó fuertes presiones en los mercados al ser un evento inesperado. Lo anterior presupone un menor crecimiento de la economía global para los siguientes trimestres, el riesgo de que se empiecen a romper otros acuerdos comerciales en el mundo y existe la preocupación de que se tenga una nueva recesión global como sucedió en 2009, lo que afectaría a nuestro país.

Por otro lado, el aumento en el precio del petróleo no apoyó la recuperación en el peso mexicano, como había sucedido con anterioridad, lo que fue influido por el déficit de la balanza petrolera que tenemos (importamos más destilados de petróleo y gas del que exportamos), así como por el cambio en la perspectiva de la calificación crediticia que hizo Moody’s de la deuda mexicana en semanas anteriores.

En el aspecto interno destacan un cambio en el equilibrio político como resultado de las elecciones del pasado 5 de junio, en donde adquieren mayor fuerza el partido Morena y el PAN. Por otra parte, los distintos conflictos sociales y políticos simultáneos en distintas partes del territorio nacional reducen las perspectivas de la inversión. Destacan entre las mismas el cierre de carreteras por grupos inconformes, sobre todo en los estados del sureste. Por otro lado está el enfrentamiento de la Iglesia católica debido a la iniciativa del llamado matrimonio igualitario y la molestia del sector empresarial y particulares por la propuesta de tener que hacer declaraciones adicionales en caso de que realicen ventas al gobierno o reciban recursos del sector público.

Además, se ha extendido la percepción de un incremento en la delincuencia en diversas partes del territorio nacional. También ha afectado el reforzamiento del programa Hoy No Circula ampliado en el área metropolitana de la ciudad de México.

La devaluación del tipo de cambio se suma a la percepción que tiene la ciudadanía de un incremento en la inflación, aunque las autoridades insisten en que no existe tal, lo cual agrega un problema de desconfianza en las estadísticas que elabora el sector público.

Todos los riesgos anteriores reducen el atractivo para traer inversión adicional al país, ya que recortan la rentabilidad de la misma. Esta se agrava con el incremento en el precio de los energéticos y las tasas de interés anunciado en días pasados. En la medida en que se tenga un menor monto de inversión, se baja la expectativa de crecimiento para el país, de aquí que las distintas corredurías y analistas están reduciendo las expectativas de crecimiento del PIB para el segundo semestre del año.

La mejor manera de enfrentar las anteriores dificultades es por medio de mayor crecimiento de la economía, que sólo se puede lograr por medio de mayor inversión, tanto pública como privada. Para lograrlo se requiere la conjunción de muy diversas medidas encabezadas por el gobierno que destraben este proceso, como son cambios en los impuestos, en las regulaciones, fortalecimiento del Estado de derecho, escrituración de propiedades, mayor seguridad, eliminación de monopolios, etcétera. En muchas ocasiones el entorno regulatorio y legal parece hecho para dificultar la inversión, en lugar de promoverla, lo que propicia la corrupción.

En artículos próximos trataré sobre casos concretos para facilitar esta inversión.

La crisis externa resalta los desequilibrios internos

En junio se tuvieron diversos eventos políticos, sociales y económicos, tanto en el entorno internacional como nacional, que han afectado de manera negativa a las principales variables económicas de nuestro país.

En el entorno externo resaltan de manera relevante el inesperado resultado del referéndum sobre la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y la candidatura republicana de Trump para la presidencia de Estados Unidos, así como sus ataques a México. En el primer caso se pensaba que no ganaría la posición de Brexit, por los elevados costos que esto tendría en ese país, por lo que el resultado ocasionó fuertes presiones en los mercados al ser un evento inesperado. Lo anterior presupone un menor crecimiento de la economía global para los siguientes trimestres, el riesgo de que se empiecen a romper otros acuerdos comerciales en el mundo y existe la preocupación de que se tenga una nueva recesión global como sucedió en 2009, lo que afectaría a nuestro país.

Thursday, June 23, 2016

Continúa el deterioro de las variables financieras

La economía nacional continúa mostrando crecimiento económico, así como generación de empleos formales y crecientes ventas en el mercado interno, al mismo tiempo que el barril de petróleo exportado recupera su precio de manera extraordinaria en el curso del año. A pesar de lo anterior, continúa el deterioro de diversos mercados financieros como son el del tipo de cambio, que vuelve a superar la barrera de 19 pesos; así como el de las tasas de interés de los instrumentos del gobierno de mediano plazo, las cuales se elevan a niveles superiores a 4.4 por ciento.

Se atribuye este deterioro a la preocupación que existe sobre la posibilidad de que Gran Bretaña se retire de la Unión Europea, como consecuencia del referéndum que se realizará en ese país el próximo día 23 de junio o a que la Fed decida elevar las tasas de interés este miércoles al terminar su reunión mensual. Aunque es obvio que estos son temas que afectan a los distintos países, el impacto negativo ha sido peor en México que en casi todos los demás países subdesarrollados.

Esto puede deberse a diversas señales que muestran que la economía nacional no está tan sólida como sería deseable para enfrentarse un mayor deterioro del entorno internacional, lo que preocupa a los diversos inversionistas: 1) Aunque la economía nacional sigue creciendo, lo hace apoyada en el sector servicios, ya que la producción industrial sólo creció a una tasa de 0.8 por ciento en el periodo de enero a abril, en comparación a los mismos cuatro meses del año anterior. 2) La inflación, medida por medio de los precios al consumidor, fue de 2.6 por ciento anual en mayo, pero los precios al productor final se elevaron en 5.8 or ciento en el mismo mes, perjudicando los márgenes de utilidad del sector comercio. 3) El déficit en cuenta corriente se mantiene en niveles de 2.7 por ciento del PIB en el primer trimestre, que aunado a una ligera salida de capitales, presiona al tipo de cambio. 4) La deuda del sector público federal representó ya  48.1 por ciento del PIB el pasado marzo, que sumando la de los gobiernos estatales podría ser superior a 50 por ciento en este momento. 5) Los requerimientos financieros del sector público el año pasado fueron de 4.1 por ciento del PIB, lo que equivalió a 18 por ciento de todo el gasto público.

Todo lo anterior muestra que la economía nacional no está tan sólida como sería deseable para enfrentar las dos grandes amenazas que se ciernen sobre el entorno internacional: 1) Reducción en el comercio internacional, que es una de las principales fuentes de crecimiento de la producción mundial y nacional. Hay que recordar que la crisis de la década de los 30 se debió en gran parte a las políticas proteccionistas que siguieron los países más desarrollados en aquellos años y es posible que se repita la misma experiencia. 2) Reducción en los flujos de capitales globales, encabezado por la política monetaria de Estados Unidos, que eleva las tasas de interés y reduce los montos disponibles para financiar la inversión en el país, el déficit de la balanza de cuenta corriente y el desequilibrio del gobierno mexicano.

Como se espera que este difícil entorno internacional se mantenga durante varios trimestres o incluso años más, es conveniente que se refuercen las finanzas públicas y privadas, se logre crear un entorno donde puedan prosperar las empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, ya que son ellas las que pagan impuestos y crean empleos formales. Además es recomendable que se reduzcan dispendios y corrupción los cuales encarecen los costos de las empresas y reducen los ingresos de los trabajadores y empleados.

Ciertamente México tiene una mejor posición financiera que la mayoría de los países subdesarrollados, pero el entorno internacional puede provocar un deterioro interno muy rápido, si no se reacciona a tiempo.

La experiencia de los pasados meses nos lo confirma.

Continúa el deterioro de las variables financieras

La economía nacional continúa mostrando crecimiento económico, así como generación de empleos formales y crecientes ventas en el mercado interno, al mismo tiempo que el barril de petróleo exportado recupera su precio de manera extraordinaria en el curso del año. A pesar de lo anterior, continúa el deterioro de diversos mercados financieros como son el del tipo de cambio, que vuelve a superar la barrera de 19 pesos; así como el de las tasas de interés de los instrumentos del gobierno de mediano plazo, las cuales se elevan a niveles superiores a 4.4 por ciento.

Thursday, June 16, 2016

La importancia de controlar la deuda pública

En el Informe sobre la Situación de las Finanzas Públicas y la Deuda Pública dado a conocer el pasado fin de semana, se confirmó que la deuda pública en México sigue creciendo de manera importante. En su definición más amplia, que es el “Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público” se ha duplicado como porcentaje del PIB en los pasados diez años, ya que de representar cerca de 22 por ciento de la producción nacional en 2006 llegó a 36.4 por ciento al final de 2012 y ya equivale al 47.6 por ciento al término del primer trimestre del presente año. Esto es, más que se ha duplicado en una década.

La deuda pública resulta de un desequilibrio fiscal entre todos los ingresos públicos y todos los gastos del sector público, el cual ha sido superior a 4.0 por ciento del PIB en los últimos años. Para poder cubrir este faltante el gobierno tiene que endeudarse cada año, lo cual tiene distintos impactos en los mercados financieros nacionales e internacionales. Uno de los más frecuentes es el desplazamiento del sector privado de los mercados de deuda, así como presionar al alza las tasas de interés que se le cobran a los deudores. Es por lo mismo muy frecuente el reclamo de las empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, de que no obtienen créditos a tasas competitivas, lo cual les impide rivalizar de manera adecuada contra los productores extranjeros.

Por el lado del gasto público es frecuente ver y escuchar la presión de los distintos sectores y grupos que no sólo piden, sino exigen, más recursos para cubrir necesidades reales que consideran necesarias, como si el gobierno federal fuera una fuente inagotable de recursos financieros. Lo mismo se pide dinero para que se construyan más carreteras que para sistemas de agua potable u hospitales o edificios de oficinas, que para otorgar subsidios a sectores necesitados o para realizar congresos constituyentes. Por otro lado, también justifican el gasto para crear sistemas de transporte o para reforzar la lucha contra la delincuencia.

Sin embargo, los ingresos públicos no sólo no se incrementan, sino que disminuyen como lo confirma el reporte de finanzas públicas durante el primer trimestre de 2016. En los primeros tres meses del presente año los ingresos totales que tuvo el sector público fueron inferiores en 5.3 por ciento (una vez descontando la inflación) que en los mismos meses del año pasado. Esto significa que los ingresos nominales del sector público son menores en casi 8.0 por ciento respecto al año anterior.

Resalta esta contracción a pesar de que los ingresos públicos derivados de los impuestos han crecido en los mismos meses en 5.9 por ciento por arriba de la inflación; es decir, los causantes estamos pagando más impuestos en presente año, al igual que en 2015. La razón de los menores ingresos totales se debe a que los ingresos no tributarios, principalmente los petroleros, han tenido una contracción de 22.9 por ciento en el trimestre.

Cabe destacar el esfuerzo que ha realizado el gobierno para evitar que se eleve aún más la deuda, como es la reducción del gasto público, el cual ha bajado 7.3 por ciento en comparación al año pasado. Sin embargo, hay ciertos conceptos que no se pueden reducir como son el costo financiero de la deuda, que está ya elevándose a tasas de 13 por ciento, y el pago de pensiones y jubilaciones que está creciendo 4.3 por ciento arriba de la inflación.

El déficit fiscal se puede cubrir de manera temporal por medio del incremento en la deuda pública, pero en el mediano plazo esto eleva el pago de los intereses, lo que a su vez sube el gasto público, lo que vuelve a incrementar el gasto público, cayendo así en un círculo vicioso del cual es muy difícil salir. Esta es la situación actual que tienen Brasil y Venezuela y que en la década de los ochenta le pasó en México. Es por lo mismo muy importante que el gasto público se ejerza con honradez y en aspectos que realmente ayuden a mejorar el ingreso nacional y la producción.

Estamos a tiempo para detener el crecimiento del déficit público y de la deuda, lo cual es la base del crecimiento estable y sólido, en este momento en que el entorno internacional está en un periodo de relativa tranquilidad. Sin embargo, los síntomas son claros de que se tendrá un nuevo periodo de fuerte volatilidad internacional en el mediano plazo.

La importancia de controlar la deuda pública

En el Informe sobre la Situación de las Finanzas Públicas y la Deuda Pública dado a conocer el pasado fin de semana, se confirmó que la deuda pública en México sigue creciendo de manera importante. En su definición más amplia, que es el “Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público” se ha duplicado como porcentaje del PIB en los pasados diez años, ya que de representar cerca de 22 por ciento de la producción nacional en 2006 llegó a 36.4 por ciento al final de 2012 y ya equivale al 47.6 por ciento al término del primer trimestre del presente año. Esto es, más que se ha duplicado en una década.

Monday, June 13, 2016

Regresando a la realidad después de las elecciones

Las elecciones realizadas en varias partes del territorio nacional el fin de semana pasado habían ocupado la atención pública durante varios meses y mientras los resultados fueron los previstos en algunos casos
-los cuales todavía podrán ser impugnados en los respectivos tribunales-, en otros han resultado sorpresivos.

Con esto se logra uno de los objetivos de la democracia, que es depositar el poder político en el voto en los ciudadanos, por lo que los resultados se conocen hasta después del proceso electoral.

Parece lejana la época en que se conocía al ganador de las elecciones antes de las mismas, cuando el presidente nombraba a los distintos candidatos a los puestos populares; mientras que hoy no se conocen los mismos sino [en algunos casos] incluso después de varios días de las elecciones por los distintos procesos de revisión de las votaciones.

Hay que destacar que a pesar de las dudas previas, parece que los electores sí tienden a castigar a los candidatos o gobiernos que no consideran capaces o que son vistos como corruptos.

Por otro lado, en el entorno internacional hay que destacar las elecciones presidenciales en Perú, en la cual ganó Pedro Pablo Kuczynski por un mínimo margen sobre Keiko Fujimori, la hija del expresidente del mismo apellido.

El primero es un reconocido financiero a nivel mundial que ha ocupado posiciones relevantes en distintas empresas globales y ha tenido elevados puestos durante varios gobiernos de su país, siendo considerado clave para el proceso de apertura y desregulación de aquella economía. Este proceso le ha permitido pasar de ser uno de los países más pobres de Latinoamérica a uno con crecimientos superiores a 11 por ciento en años pasados. Como presidente de ese país, estoy seguro de que seguirá siendo ejemplo para sus vecinos y para el resto del continente.

Por otra parte, sorprende que a pesar de que México es una de las economías más abiertas del planeta, se le dé poca importancia a lo que sucede en el resto del mundo.

Parte de lo que acontece internamente, tanto en el aspecto económico como en el político, tiene una causa externa.

Temas relevantes que nos deberían preocupar en la actualidad son el posible triunfo de Trump como presidente de Estados Unidos y las medidas económicas que podría tratar de llevar a cabo, que perjudiquen tanto a nuestro país como a su misma economía.

Un menor crecimiento en Estados Unidos tendría un gran grave impacto en México.

Otro tema preocupante es la posible salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y el aumento de las tasas de interés globales.

En nuestra economía existen temas positivos como el hecho que siga creciendo (2.8 por ciento anual en el primer trimestre del año), sobre todo apoyada en el mercado interno y en el financiamiento bancario (el cual crece por arriba de 10 por ciento real); la inflación se mantiene por debajo de 3.0 por ciento y el precio del petróleo ha tenido un repunte importante en semanas previas, lo cual apoya a las finanzas públicas.

Sin embargo, preocupa que el tipo de cambio siga deteriorándose, que el déficit de cuenta corriente siga elevado con una salida neta en la balanza de capitales y que las tasas de interés siguen subiendo, lo cual eleva el costo de la deuda pública.

Además, la inversión fija bruta creció en marzo sólo 1.0 por ciento anual, insuficiente para mantener el actual dinamismo económico.

En conclusión, aunque la economía nacional sigue creciendo, se están acumulando nubarrones en el horizonte, sobre todo internacionalmente, que presagian un escenario más difícil en los siguientes trimestres.

Por lo mismo, es correcta la estrategia de las autoridades de fortalecer las finanzas públicas y la posición de liquidez de las instituciones financieras.

Por su parte, las distintas empresas deberían diseñar estrategias para enfrentar la volatilidad que habrá en los mercados, pero también para aprovechar las oportunidades que se presenten.

Regresando a la realidad después de las elecciones

Las elecciones realizadas en varias partes del territorio nacional el fin de semana pasado habían ocupado la atención pública durante varios meses y mientras los resultados fueron los previstos en algunos casos
-los cuales todavía podrán ser impugnados en los respectivos tribunales-, en otros han resultado sorpresivos.

Con esto se logra uno de los objetivos de la democracia, que es depositar el poder político en el voto en los ciudadanos, por lo que los resultados se conocen hasta después del proceso electoral.

¿Por qué no crecemos más?

Es muy importante que las economías tengan elevadas tasas de crecimiento, ya que esto es equivalente a un mayor ingreso nacional.

El hecho que los países logren un mayor ingreso permite que se generen más empleos, lo que a su vez mejora la distribución del ingreso, eleva la recaudación fiscal, lo que a su vez reduce la deuda pública y propicia menores tasas de interés y en general incrementa el bienestar social.

Por su parte, recesiones provocan inestabilidad social y política, como se nota en este momento en Brasil.

Nuestro país no ha logrado elevar su crecimiento en las pasadas décadas, el cual se mantiene a tasas muy cercanas al 2%, lo que apenas compensa el incremento de la población. Esto significa que el ingreso promedio que tiene cada habitante de México se mantiene, en el mejor de los casos, muy constante en los pasados años. Para el presente año, el Fondo Monetario Internacional estima que nuestra economía crecerá 2.4%, que se compara favorablemente con la contracción de la brasileña, que puede ser del -3.1%, de la argentina de -1.0% o de la recesión en Venezuela de -8.0%, pero que aún es insuficiente para resolver el grave problema de subempleo que tenemos.

En general existe el consenso de que deberíamos crecer a una mayor tasa, pero hay un desconocimiento del mecanismo para lograrlo. La variable que mejor lo explica es la inversión productiva, esto es el incremento del capital que tienen los distintos países. Sin embargo, los datos estadísticos nos indican que su dinamismo aquí es muy bajo en los últimos años, y registra un incremento de solo 1.0% en enero en comparación al mismo mes del año anterior. En ese mes la construcción de vivienda fue la que registró el mayor avance (+11.9%), mientras que la inversión fija bruta en maquinaria y equipo registró una reducción (-0.6%). Este dinamismo tan bajo no permitirá mantener el actual crecimiento de la economía en los siguientes trimestres y de no corregirse es inevitable que la economía crecerá aún menos.

Es relevante destacar que la inversión que menos ha crecido en las pasadas décadas ha sido la del sector público, esto es la que realiza el gobierno y sus entidades, ya que mientras representaba cerca del 8% del PIB a principios de la década de los 90’s, hoy solo es el 4% del PIB.

Por su parte, la inversión que realiza el sector privado ya equivale al 18% en la actualidad. Sin embargo, para que la economía pueda crecer a tasas del seis por ciento de manera consistente, es necesario que los montos canalizados a la inversión sean superiores en un cincuenta por ciento a lo que se tiene en la actualidad.

Esto permitiría crear los empleos que requiere el incremento de la población y se empezarían a crear los empleos adicionales para absorber de manera paulatina a aquellos que laboran en la informalidad.

El mantener la situación actual no permite crear los empleos que se requieren, por lo que los jóvenes se van a laborar a la informalidad (en donde la productividad y los salarios son menores) o a la delincuencia.

Soluciones “mágicas” sin incrementar el monto total de Inversión Fija Bruta productiva, ya sea incrementar salarios por decreto o gasto público canalizado a subsidios o gasto corriente, no lograrán un mayor crecimiento económico.

Lo que se necesita es incrementar la inversión productiva del sector público y crear un entorno propicio para la inversión privada, que se compone de numerosas condiciones como son, entre otros 1) Un Estado de derecho en donde se respeten las leyes, con justicia expedita; 2) Un sistema de precios eficientes y sin intervenciones arbitrarias de los gobiernos; 3) Eliminación de monopolios privados y públicos; 4) Impuestos bajos, generales y estables; 5) Bajas tasas de inflación; 6) Equilibrio fiscal que evite distorsiones en los mercados financieros, etc. Creer en soluciones “mágicas” solo provocarán peores resultados en el futuro.

¿Por qué no crecemos más?

Es muy importante que las economías tengan elevadas tasas de crecimiento, ya que esto es equivalente a un mayor ingreso nacional.

El hecho que los países logren un mayor ingreso permite que se generen más empleos, lo que a su vez mejora la distribución del ingreso, eleva la recaudación fiscal, lo que a su vez reduce la deuda pública y propicia menores tasas de interés y en general incrementa el bienestar social.

Por su parte, recesiones provocan inestabilidad social y política, como se nota en este momento en Brasil.

¿Por qué se sigue devaluando el peso?

El dólar se cotizaba por debajo de 13 pesos en el verano de 2014 y la mezcla mexicana de petróleo estaba por arriba de 100 dólares el barril entonces. Sin embargo, los mercados de diversas materias primas y metales, de los granos y de los energéticos, tuvieron un importante ajuste en sus precios por la menor actividad de las naciones más desarrolladas y, sobre todo de China, la cual ya es la segunda economía del orbe. Este ajuste global de precios fue reforzada por la política de Estados Unidos, que consiste en detener el crecimiento de la oferta monetaria, esto es, ya no incrementar la cantidad de dólares en los mercados financieros e incluso reducirla por medio de mayores tasas de interés.

Esta política para detener el aumento en la cantidad de dólares propició una menor actividad económica en los distintos países y la disminución en los precios de estos productos y materias primas. Así, el valor de la mezcla de petróleo de México cayó hasta 20 dólares el barril a principios de este año y el dólar se llegó a cotizar en 19 pesos. Ante este entorno, el 17 de febrero pasado el Banco de México y la Secretaría de Hacienda anunciaron una estrategia conjunta para fortalecer el entorno macroeconómico, que consistió en un recorte adicional al gasto público y un aumento en la tasa de interés de referencia, entre otras medidas. El objetivo implícito de las mismas es reducir el crecimiento de la liquidez y de la demanda agregada, para así bajar la demanda por dólares. Por otro lado, la Fed de Estados Unidos retrasó el aumento en sus tasas de interés para evitar mayores problemas en los distintos mercados internos y externos.

Todo lo anterior resultó en una apreciación del petróleo, que se ha duplicado en este año, para llegar a 40 dólares el barril y el peso mexicano se fortaleció al pasar de 19 pesos por un dólar a 17.18 en febrero pasado.

Sin embargo, de manera inesperada en las tres primeras semanas de mayo el peso tuvo una devaluación de 8.0 por ciento, para cotizarse en 18.54 pesos por un dólar, a pesar de que el petróleo siguió subiendo de precio, de que la economía se está reactivando y de que se tienen las menores tasas de inflación que se registran en el país en las últimas décadas.

Esta caída en el peso sucedió cuando la gran mayoría de instituciones financieras y bancarias esperaban lo contrario, lo que pudo haber provocado pérdidas cambiarias importantes para algunos bancos y empresas.

El deterioro del peso puede atribuirse a que los participantes en los mercados piensen:

1) Que ya es inminente el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, lo cual tendría un efecto negativo importante en nuestro país; 2) que hay contagio de la crisis política en Brasil o de la económica en Venezuela, y piensan que México puede ser el siguiente país en problemas; 3) que concluyan que el actual crecimiento en México por el mercado interno no es sostenible en el mediano plazo, por la presión que provoca en la balanza comercial; 4) que las actuales campañas por las elecciones de junio están provocando una mayor liquidez de la esperada, que en parte se está canalizando al tipo de cambio; 5) que los datos del gasto público, del desequilibrio fiscal y de la creciente deuda pública dados a conocer en semanas recientes no fueron satisfactorios, por lo que los participantes en los mercados financieros actúan de acuerdo; 6) que el inminente nombramiento de Trump como candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos supone mayores costos al comercio internacional de ese país, lo cual tendría un efecto negativo para el nuestro; 7) que hay un deterioro creciente de las expectativas que genera nuestro país para los inversionistas internacionales, destacando un menor crecimiento económico del que se preveía, el retraso del Congreso para aprobar el Sistema Nacional Anticorrupción, que el incremento en la violencia en el país seguirá agravando a la economía nacional u otras causas más.

Independientemente de las razones de este deterioro en la cotización del peso, para lograr su estabilización se requiere que se refuercen las medidas de austeridad fiscal, que se haga una fuerte reducción en el gasto de todo el sector público y no sólo en algunas secretarías de Estado y que se haga una reforzamiento de la política monetaria. De mantenerse este deterioro en el valor del peso, es muy probable que se refuercen las distintas medidas económicas una vez pasadas las elecciones del 5 de junio.

¿Por qué se sigue devaluando el peso?

El dólar se cotizaba por debajo de 13 pesos en el verano de 2014 y la mezcla mexicana de petróleo estaba por arriba de 100 dólares el barril entonces. Sin embargo, los mercados de diversas materias primas y metales, de los granos y de los energéticos, tuvieron un importante ajuste en sus precios por la menor actividad de las naciones más desarrolladas y, sobre todo de China, la cual ya es la segunda economía del orbe. Este ajuste global de precios fue reforzada por la política de Estados Unidos, que consiste en detener el crecimiento de la oferta monetaria, esto es, ya no incrementar la cantidad de dólares en los mercados financieros e incluso reducirla por medio de mayores tasas de interés.