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Saturday, September 3, 2016

La subida de tipos de interés de la Fed hará bajar las bolsas y los bonos

Los inversores esperan que, tras buenos datos, los tipos de interés en Estados Unidos suban, y por ello se anticipan vendiendo activos
Foto: La presidenta de la Fed, Janet Yellen.
La presidenta de la Fed, Janet Yellen.

Un profesor de econometría comentó una vez en clase: “Nunca he entendido por qué cuando sale un buen dato económico cae la bolsa”. Es cierto que esta paradoja genera perplejidad en mucha gente. El motivo no es otro que el que la concatenación de buenos datos reduce el exceso de capacidad productiva en una economía, lo que acerca el riesgo de inflación, y por lo tanto los bancos centrales anticipan dicho riesgo subiendo tipos de interés.
Los activos, ya sea un bono o una acción, se valoran descontando los flujos de caja que estos generan, con una tasa que tiene en cuenta los tipos de interés. Al subir los tipos, puede subir la tasa de descuento, por lo que el valor presente del precio del activo se reduce. Así, los inversores esperan que, tras unos buenos datos, los tipos de interés suban y, por ello, se anticipan vendiendo activos.
Si el profesor siguiera hoy vivo, este otoño volvería a sentir escalofríos con su paradoja.



Primero: el crecimiento económico se acelera. EEUU contempló cómo su economía creció tan solo un 1,1% el segundo trimestre, aunque en parte explicado por una fuerte reducción de inventarios; excluyendo ese efecto volátil, el crecimiento hubiera sido del 2,4%, con el consumo, principal componente del PIB, creciendo a un sólido 4,4%. Todo parece indicar que el tercer trimestre el crecimiento se dispara debido a la fortaleza del consumo, a su vez explicado por la creación de empleo, unos dos millones de nuevos puestos al año, y por la progresiva subida de salarios, cerca del 2,5%. Además, otros factores contribuyen a acelerar el crecimiento: a) la menor caída de la inversión, b) la aceleración del mercado inmobiliario, espoleado por la mejora de precios de casas (5,1%) y c) la subida de la construcción de nuevos hogares (que han alcanzado ya 650.000 unidades, el nivel máximo de los últimos nueve años). Como consecuencia de todos estos factores, la Fed de Atlanta estima que la economía puede crecer a un ritmo de un 3,5% el tercer trimestre.
Segundo: el mercado laboral se está sobrecalentando, lo que hace subir la inflación. El mes de julio, EEUU creó un cuarto millón de puestos de trabajo. La economía opera ya a pleno empleo (el desempleo es inferior al 5%), lo que se traduce en cada vez mayores subidas de sueldos. Así, por ejemplo, el desempleo entre universitarios se sitúa en el 2%, y las empresas solo pueden atraer trabajo mediante progresivas subidas de sueldos. El resultado es que los salarios por hora trabajada suben ya al 2,6%. Como consecuencia, la inflación subyacente se ha ido incrementando y se sitúa ya en el 2,2%, y en su variante PCE al 1,7% (hace poco, ambas magnitudes estaban por debajo del 1%), frente a un objetivo de la Fed del 2%. La Fed se fija no solo en la inflación, sino en la expectativa de inflación que presentan los consumidores. Esta ha subido a un año desde el 2,6% al 2,8%, y a largo plazo hasta el 2,6%. Si los consumidores perciben que la inflación sigue subiendo, demandarán más subidas de sueldos, con lo que se puede generar un círculo vicioso, lo que provoca la reacción de la Fed para evitar sus nefastas consecuencias.
Tercero: ha mejorado la coyuntura internacional. En esta columna, pronostiqué en mayo una subida de tipos antes de verano y me equivoqué. El motivo fue el Brexit, ya que la Fed no solo tiene en cuenta la evolución de la economía doméstica, sino también el trasfondo internacional, ya que el dólar es la moneda de reserva mundial y cualquier decisión sobre tipos provoca profundas consecuencias en muchas economías. Con todo, la evolución internacional ha mejorado mucho desde julio. Por un lado, las consecuencias del Brexit en la economía británica y europea han sido, hasta la fecha, apenas insignificantes, algo relevante si se tienen en cuenta las apocalípticas previsiones que se difundían antes de verano. A su vez, la evolución veraniega de los mercados financieros emergentes ha sido bastante benigna.
En la reunión de julio, dos miembros de los nueve con derecho a voto en el comité que fija los tipos de interés de EEUU defendieron una subida. Desde entonces, los acontecimientos expuestos en esta columna han evolucionado en la dirección clara para proporcionar argumentos para que los más indecisos ahora defiendan una subida. Como era de esperar, influyentes miembros con voto en el comité que fija los tipos de interés han avisado de que el mercado laboral es más importante que el PIB para fijar tipos, que la economía está en pleno empleo y que habrá subida de tipos antes de lo que el mercado piensa, y en el caso de Fisher (número dos de Yellen), no ha descartado dos subidas seguidas en 2016.
Con una bolsa cotizando a unos múltiplos sobre beneficios elevados y los mercados de bonos en la mayor burbuja de su historia, las consideraciones arriba expuestas presentan consecuencias formidables.
Cuando suben los tipos después de muchos trimestres de expansión económica, los precios de los activos acaban bajando, como algún día aprendería el consabido profesor de econometría.

La subida de tipos de interés de la Fed hará bajar las bolsas y los bonos

Los inversores esperan que, tras buenos datos, los tipos de interés en Estados Unidos suban, y por ello se anticipan vendiendo activos
Foto: La presidenta de la Fed, Janet Yellen.
La presidenta de la Fed, Janet Yellen.

Un profesor de econometría comentó una vez en clase: “Nunca he entendido por qué cuando sale un buen dato económico cae la bolsa”. Es cierto que esta paradoja genera perplejidad en mucha gente. El motivo no es otro que el que la concatenación de buenos datos reduce el exceso de capacidad productiva en una economía, lo que acerca el riesgo de inflación, y por lo tanto los bancos centrales anticipan dicho riesgo subiendo tipos de interés.
Los activos, ya sea un bono o una acción, se valoran descontando los flujos de caja que estos generan, con una tasa que tiene en cuenta los tipos de interés. Al subir los tipos, puede subir la tasa de descuento, por lo que el valor presente del precio del activo se reduce. Así, los inversores esperan que, tras unos buenos datos, los tipos de interés suban y, por ello, se anticipan vendiendo activos.
Si el profesor siguiera hoy vivo, este otoño volvería a sentir escalofríos con su paradoja.


Monday, July 25, 2016

La ponchera se queda gracias a la Reserva Federal


La ponchera se queda gracias a la Reserva Federal

 por   
Es bien sabido que yo no creo que el Gobierno estadounidense sea capaz de pronosticar correctamente nada. Alan Greenspan y Ben Bernanke han hecho famosas predicciones, completamente despistadas, respecto a las burbujas bursátiles y de vivienda, y famosos economistas de la Fed han sobreestimado repetidamente la fortaleza de la economía desde que sus previsiones se hicieron públicas en 2008 (véase mi artículo anterior sobre el tema).
Pero hay un execonomista de la Fed y la Casa Blanca que tiene un mejor récord… lo cual realmente no es decir mucho. Durante su carrera pública y privada, el exgobernador de la Fed y economista de la era Bush en la Casa Blanca, el economista jefe Larry Lindsey, logró, de hecho, estar en lo correcto en algunas cosas.



A finales de 1990, Lindsey fue uno de los pocos gobernadores de la Fed en advertir acerca de la burbuja bursátil que venía, y en sugerir que las previsiones sobre el crecimiento futuro de los beneficios empresariales eran extremadamente optimistas.


Célebremente, predijo también que el costo de la invasión de Irak en 2003 superaría en gran medida los US$50.000 millones estimados por el entonces secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, una disidencia que en última instancia le costó su posición en la Casa Blanca. Pero incluso la predicción de Lindsey de $100.000 o $200.000 millones resultó demasiado conservadora: se espera que el precio final de la invasión y la ocupación excedan los $2 billones.
Ahora Lindsey está hablando de nuevo, y esta vez apunta a lo que ve como un problema dolorosamente obvio: que la Fed está creando nuevas burbujas que nadie parece dispuesto a encarar, o incluso a reconocer. Entrevistado por la cadena CNBC, el 8 de junio en Squawk Box, Lindsey ofreció una evaluación inusualmente contundente de la situación actual de los mercados y la economía. Parafraseando:
“Al público y a la clase política les encanta ver que todo sube. Tuvimos la ‘burbuja #1′ en la década de 1990, la ‘burbuja #2′ en la década del 2000, y ahora estamos en la ‘burbuja #3′. Es muy divertido mientras está subiendo, pero nadie quiere ser acusado de acabar la fiesta temprano. Pero el trabajo de la Fed es quitar la ponchera con el licor antes de que la fiesta realmente se ponga en marcha”.
A su favor, Lindsey ve cómo esto está sembrando las semillas para un dolor futuro, diciendo:
“La actual tasa de interés de fondos de la Fed es claramente demasiado baja; la única pregunta es cómo la subimos. ¿Lo hacemos lentamente y empezamos temprano, o esperamos a vernos obligados, por el mercado de bonos, o por eventos o estadísticas, en cuyo caso tendríamos que movernos más rápido? El enfoque menos riesgoso es movernos lenta y gradualmente”.

En otras palabras, él está prácticamente pidiendo a sus antiguos colegas de la Fed que comiencen a subir las tasas de inmediato. Yo aprovecharía la afirmación de Lindsey e iría un paso más allá; la fiesta realmente comenzó hace años y ha estado imparable desde septiembre de 2011, la última vez que el Dow se corrigió más de 10%. (Esa corrección se produjo en un momento en que la Fed había dejado brevemente de estimular los mercados con la flexibilización cuantitativa). Desde entonces, el Dow ha subido casi un 58% sin tomar respiro alguno. La fiesta, desde hace mucho, ha pasado a ser delirio.
Associated Press, en un estudio de más que 500 empresas, encontró que el 72% de ellas habían ajustado ganancias que fueron superiores a los ingresos netos en el primer trimestre de este año, y la brecha entre esas cifras había aumentado a dieciséis por ciento, desde nueve por ciento cinco años atrás. También encontraron que 21% de las empresas reportaron ganancias ajustadas que fueron 50% más altas que los ingresos netos, frente a 13% sólo cinco años atrás.
Pero con la ponchera llena aún sobre la mesa, y los ritmos de la disco golpeando en los altavoces, los inversores se han dejado llevar por las cortinas de humo y los espejos y han aceptado a las ganancias ajustadas a valor nominal.
De la misma forma, han dejado pasar el efecto distorsivo de la enorme ola de recompra de acciones corporativas (financiada sobre la espalda de seis años de tasas de interés al cero por ciento de la Fed). Las recompras han creado la ilusión de crecimiento en las ganancias por acción, incluso mientras los ingresos se han estancado.
Así que felicitaciones a Lindsey por señalar la horrible verdad. Pero yo no comparto su creencia de que la economía y el mercado de valores puedan sobrevivir la subida lenta y constante de las tasas por la que él aboga. Creo que una parte muy grande de incluso nuestro modesto crecimiento actual, se basa en el “efecto riqueza” del crecimiento de las acciones, bonos, y el precio de bienes raíces que ha sido posible solo gracias a las tasas de cero por ciento.
En mi opinión, no es coincidencia que el crecimiento económico y el desempeño del mercado de valores se hayan estancado desde diciembre de 2014, cuando el programa QE de la Fed llegara a su fin (tiene muy poco que con el invierno fuerte o el cierre de los puertos de la Costa Oeste).
De hecho, las burbujas actuales son tan grandes y frágiles que el aire ya se está saliendo con tasas todavía en cero. Sin embargo, a diferencia de las burbujas anteriores, que estallaban en respuesta a aumentos de las tasas de la Fed, la burbuja actual puede ser la primera en estallar sin alfiler. Parece que la Fed teme esto y hará todo lo posible para evitar cualquier tensión. Por eso los oficiales de la Fed hablarán de subir las tasas, pero seguirán saliendo con excusas de porqué no se pueden.
Lindsey tendrá razón en que eventualmente los mercados obligarán a la Reserva Federal a elevar las tasas de forma aún más abrupta si espera demasiado tiempo para elevarlas por su cuenta. Pero él subestima enormemente la magnitud de la subida y la severidad de la crisis cuando suceda. No va a ser simplemente el final de una fiesta delirante, sino el comienzo de la peor resaca económica que esta nación ha experimentado hasta ahora.
Peter Schiff es el director ejecutivo y principal estratega global de Euro Pacific Capital, y preside SchiffOro. Se especializa en acciones, monedas y metales preciosos desde una perspectiva internacional. Síguelo en Twitter: @SchiffOro y en Facebook. 

La ponchera se queda gracias a la Reserva Federal


La ponchera se queda gracias a la Reserva Federal

 por   
Es bien sabido que yo no creo que el Gobierno estadounidense sea capaz de pronosticar correctamente nada. Alan Greenspan y Ben Bernanke han hecho famosas predicciones, completamente despistadas, respecto a las burbujas bursátiles y de vivienda, y famosos economistas de la Fed han sobreestimado repetidamente la fortaleza de la economía desde que sus previsiones se hicieron públicas en 2008 (véase mi artículo anterior sobre el tema).
Pero hay un execonomista de la Fed y la Casa Blanca que tiene un mejor récord… lo cual realmente no es decir mucho. Durante su carrera pública y privada, el exgobernador de la Fed y economista de la era Bush en la Casa Blanca, el economista jefe Larry Lindsey, logró, de hecho, estar en lo correcto en algunas cosas.


Sunday, July 24, 2016

Evolución e hitos de la Reserva Federal de 1913 a 2008 (II)

Billetes de 5, 10, 20 y 50 dolares© Anybid - Pixabay.com
(OroyFinanzas.com) – Desde la última gran crisis de 2008, la Reserva Federal-Fed (Federal Reserve en inglés, el Banco Central de Estados Unidos) se ha alineado en la mayoría de los casos de su historia con los prestatarios, poniendo en circulación grandes cantidades de dinero nuevo y reduciendo los tipos de interés a cuotas cercanas a cero. Una situación que ha enfurecido a los acreedores que no cejan en su empeño de que el péndulo gire en la otra dirección. En este artículo finalizaremos con otros capítulos de interés, en la intra-historia de la Fed, que ya expusimos en la primera parte del mismo.



5. El largo camino hacia la “independencia” de la Reserva Federal-Fed de 1950 a 1970

El banco central tenía desde que se acabará con el patrón otro en 1934 la libertad de fomentar el crecimiento mediante la impresión de dinero, y la responsabilidad de no imprimir demasiado. Sin embargo, los políticos con una visión a corto plazo acudieron rápidos a la demanda de dinero y para las siguientes décadas la Fed no tuvo problemas en satisfacer sus deseos.
En 1942, a petición del Departamento del Tesoro, la Reserva Federal acordó mantener bajos los tipos de interés para los bonos del gobierno, para ayudar a financiar el gasto militar de la Segunda Guerra Mundial. Estos tipos bajos se mantuvieron por casi una década, hasta la firma de un acuerdo con el Tesoro fechado en 1951 que confirmaba la autonomía de la Fed para subir los tipos.
En la década de los años 60, Wright Patman, un congresista demócrata de Texas y presidente del comité bancario, lidera iniciativas legislativas contra la Ley de la Reserva Federal de 1913, argumentando, en alusión a la Fed  que “un grupo de hombres controlan uno de las resortes más poderosos de economía y que son no responsables ante nadie “.
Sin embargo, en 1965, el presidente Lyndon B. Johnson, que quería el crédito barato para financiar la guerra de Vietnam y su programa de “Gran Sociedad”, vuelve a cambiar la tendencia. En una reunión en su rancho de Texas con el presidente de la Fed William McChesney Martin, Johnson presionó a Martin para volver a bajar los tipos e imprimir dinero. De esta forma, la inflación siguió subiendo de forma importante hasta principios de 1980.
“Espero que haya hecho examen de conciencia y esté convencido de hacer lo correcto.” – Lady Bird Johnson, (esposa del presidente) al presidente de la Fed, William McChesney  Martin, a su llegada al rancho texano.

6. La regla Volcker: un banco central independiente de Estados Unidos

La recesión a mediados de la década de 1970 había generado unas tasas de desempleo altas, en torno al 9 %, y los demócratas, frustrados ante lo que creían una respuesta inadecuada por parte de la Fed, aprobaron medidas legislativas para establecer lo que se conocía como el doble mandato. La Fed se encargaría de tomar medidas para crear el máximo empleo posible y la estabilidad de los precios. El Congreso finalmente formalizó estas medidas en 1978.
La inflación aumentó en un 11 % al año siguiente, y el presidente Jimmy Carter acordó el nombramiento de un nuevo presidente de la Fed, el independiente Paul A. Volcker. En los siguientes años, el nuevo presidente de la Fed, elevaría los tipos de interés con fuerza, -llevando a la economía a una recesión profunda-, con el objetivo de controlar la inflación. El sucesor de Carter en la presidencia, el republicano Ronald Reagan, mantuvo a Volcker en su puesto, respetando la independencia de la Fed. De esta forma, la Fed había declarado su independencia.
“Cada vez que participaba en una rueda de prensa, se le instaba para que pegara una bofetada a la Reserva Federal, pero nunca lo hizo.” – Paul Volcker, en referencia al presidente Reagan

7. La Fed transita por el camino de la transpariencia

Entre la gran inflación de la década de 1980 y la gran recesión que comenzó en 2008, la Reserva Federal y la economía disfrutaron de más de dos décadas de relativa paz y tranquilidad, un período que los funcionarios de la Fed recuerdan como la Gran Moderación. La inflación mostró una tendencia a la baja y, a excepción de unas pocas recesiones cortas, el desempleo se mantuvo a niveles bajos también. Y desde la Fed veían estas tendencias positivas como un triunfo de su de su recién ganada independencia.
Pero esta nueva situación requería un cambio en la “cultura secreta” de la Fed. Los críticos con la institución argumentaban que independencia iba ligada necesariamente a la transparencia. En 1983, por ejemplo, la Fed se comprometió ante el Congreso en dar a conocer su denominado Libro Beige, un resumen de los informes económicos de sus bancos de reserva regionales. Una medida, en el fondo, propuesta como una forma de distraer la atención de los congresistas sobre otros informes más importantes, que se continuaron siendo secretos. Sin embargo, la Fed llegó a la conclusión de que poco a poco, jugar con la transparencia podría aumentar su poder sobre la política monetaria. Así que en 1994, comenzó a realizar cambios en la política llevada hasta el momento al final de cada sesión de toma de decisiones. En 2004, se publicaron las discusiones mantenidas después de cada sesión. Y en 2011, su presidente, Ben S. Bernanke, inauguró las conferencias trimestrales de noticias. La política de comunicación de los bancos centrales se conoce como Forward Guidance u orientación de expectativas en los mercados.
“Desde que soy presidente de la institución, he aprendido a murmurar con gran coherencia. Si os parece demasiado claro lo que digo, es porque ustedes han entendido mal lo que he dicho”. -Alan Greenspan, presidente de la Fed, en 1987, antes de la innovación en las comunicaciones del banco central
“La Reserva Federal, que yo sepa, es el banco central más transparente en el mundo. Hemos dejado claro cómo interpretamos nuestro mandato y nuestros objetivos y proporcionamos amplios comentarios y orientaciones sobre cómo vamos a tomar decisiones de política monetaria “. -Janet L. Yellen, presidenta de la Fed, en 2014, después de la inovación de las comunicaciones.

8. La gran recesión de 2008, y “auditoría de la Fed”

La buena consideración que tenía la Fed volvió a desvanecerse en 2008. Su falta de supervisión del sistema financiero fue una de las razones de la crisis, y fueron incapaces de verla venir de forma oficial. Además, en esta ocasión, la respuesta de la Fed también fue polémica. Se proporcionó un amplio apoyo al sistema financiero, salvando a algunas de las compañías menos populares de Estados Unidos, por no hablar de los bancos extranjeros. Y luego se embarcó en una campaña de estímulo expansivo para reactivar la economía.
Consecuencia de esta crisis, el Congreso se movió rápidamente para reforzar las responsabilidades en el marco regulatorio de la Fed. Por otro lado, se impusieron ciertos límites a la capacidad de la Fed para repetir su rescate del sistema financiero. Pero es la campaña de estímulo que ha llevado a la mayor controversia.
En una inversión de la tendencia histórica, los republicanos del Congreso han criticado a la Fed por imprimir demasiado dinero, previendo una inflación más alta como consecuencia inevitable. Y se han presentado propuestas para restringir el poder del banco central. Un proyecto de ley, conocido como “auditoría de la Fed”, autorizará a la Oficina de Contabilidad General ( Government Accountability Office-GAO) para examinar las decisiones de política monetaria de la Fed. Otra medida, respaldado por el Comité de Servicios Financieros de la Cámara, requerirá a la Fed una articulación pública del conjunto de reglas que va a seguir en la toma de la política monetaria, y luego explicar cualquier desviación.
“El Sistema de la Reserva Federal debe ser cuestionado y en última instancia, debe ser eliminado. El gobierno no puede ni debe otorgar la confianza del monopolio de dinero. Ninguna institución en la sociedad debe tener el poder de este inmenso. “- Del libro “End the Fed”(2009) de Ron Paul

Evolución e hitos de la Reserva Federal de 1913 a 2008 (II)

Billetes de 5, 10, 20 y 50 dolares© Anybid - Pixabay.com
(OroyFinanzas.com) – Desde la última gran crisis de 2008, la Reserva Federal-Fed (Federal Reserve en inglés, el Banco Central de Estados Unidos) se ha alineado en la mayoría de los casos de su historia con los prestatarios, poniendo en circulación grandes cantidades de dinero nuevo y reduciendo los tipos de interés a cuotas cercanas a cero. Una situación que ha enfurecido a los acreedores que no cejan en su empeño de que el péndulo gire en la otra dirección. En este artículo finalizaremos con otros capítulos de interés, en la intra-historia de la Fed, que ya expusimos en la primera parte del mismo.


Tuesday, July 19, 2016

Evolución e hitos de la Reserva Federal de 1913 a 2008 (II)

Billetes de 5, 10, 20 y 50 dolares© Anybid - Pixabay.com
(OroyFinanzas.com) – Desde la última gran crisis de 2008, la Reserva Federal-Fed (Federal Reserve en inglés, el Banco Central de Estados Unidos) se ha alineado en la mayoría de los casos de su historia con los prestatarios, poniendo en circulación grandes cantidades de dinero nuevo y reduciendo los tipos de interés a cuotas cercanas a cero. Una situación que ha enfurecido a los acreedores que no cejan en su empeño de que el péndulo gire en la otra dirección. En este artículo finalizaremos con otros capítulos de interés, en la intra-historia de la Fed, que ya expusimos en la primera parte del mismo.



5. El largo camino hacia la “independencia” de la Reserva Federal-Fed de 1950 a 1970

El banco central tenía desde que se acabará con el patrón otro en 1934 la libertad de fomentar el crecimiento mediante la impresión de dinero, y la responsabilidad de no imprimir demasiado. Sin embargo, los políticos con una visión a corto plazo acudieron rápidos a la demanda de dinero y para las siguientes décadas la Fed no tuvo problemas en satisfacer sus deseos.
En 1942, a petición del Departamento del Tesoro, la Reserva Federal acordó mantener bajos los tipos de interés para los bonos del gobierno, para ayudar a financiar el gasto militar de la Segunda Guerra Mundial. Estos tipos bajos se mantuvieron por casi una década, hasta la firma de un acuerdo con el Tesoro fechado en 1951 que confirmaba la autonomía de la Fed para subir los tipos.
En la década de los años 60, Wright Patman, un congresista demócrata de Texas y presidente del comité bancario, lidera iniciativas legislativas contra la Ley de la Reserva Federal de 1913, argumentando, en alusión a la Fed  que “un grupo de hombres controlan uno de las resortes más poderosos de economía y que son no responsables ante nadie “.
Sin embargo, en 1965, el presidente Lyndon B. Johnson, que quería el crédito barato para financiar la guerra de Vietnam y su programa de “Gran Sociedad”, vuelve a cambiar la tendencia. En una reunión en su rancho de Texas con el presidente de la Fed William McChesney Martin, Johnson presionó a Martin para volver a bajar los tipos e imprimir dinero. De esta forma, la inflación siguió subiendo de forma importante hasta principios de 1980.
“Espero que haya hecho examen de conciencia y esté convencido de hacer lo correcto.” – Lady Bird Johnson, (esposa del presidente) al presidente de la Fed, William McChesney  Martin, a su llegada al rancho texano.

6. La regla Volcker: un banco central independiente de Estados Unidos

La recesión a mediados de la década de 1970 había generado unas tasas de desempleo altas, en torno al 9 %, y los demócratas, frustrados ante lo que creían una respuesta inadecuada por parte de la Fed, aprobaron medidas legislativas para establecer lo que se conocía como el doble mandato. La Fed se encargaría de tomar medidas para crear el máximo empleo posible y la estabilidad de los precios. El Congreso finalmente formalizó estas medidas en 1978.
La inflación aumentó en un 11 % al año siguiente, y el presidente Jimmy Carter acordó el nombramiento de un nuevo presidente de la Fed, el independiente Paul A. Volcker. En los siguientes años, el nuevo presidente de la Fed, elevaría los tipos de interés con fuerza, -llevando a la economía a una recesión profunda-, con el objetivo de controlar la inflación. El sucesor de Carter en la presidencia, el republicano Ronald Reagan, mantuvo a Volcker en su puesto, respetando la independencia de la Fed. De esta forma, la Fed había declarado su independencia.
“Cada vez que participaba en una rueda de prensa, se le instaba para que pegara una bofetada a la Reserva Federal, pero nunca lo hizo.” – Paul Volcker, en referencia al presidente Reagan

7. La Fed transita por el camino de la transpariencia

Entre la gran inflación de la década de 1980 y la gran recesión que comenzó en 2008, la Reserva Federal y la economía disfrutaron de más de dos décadas de relativa paz y tranquilidad, un período que los funcionarios de la Fed recuerdan como la Gran Moderación. La inflación mostró una tendencia a la baja y, a excepción de unas pocas recesiones cortas, el desempleo se mantuvo a niveles bajos también. Y desde la Fed veían estas tendencias positivas como un triunfo de su de su recién ganada independencia.
Pero esta nueva situación requería un cambio en la “cultura secreta” de la Fed. Los críticos con la institución argumentaban que independencia iba ligada necesariamente a la transparencia. En 1983, por ejemplo, la Fed se comprometió ante el Congreso en dar a conocer su denominado Libro Beige, un resumen de los informes económicos de sus bancos de reserva regionales. Una medida, en el fondo, propuesta como una forma de distraer la atención de los congresistas sobre otros informes más importantes, que se continuaron siendo secretos. Sin embargo, la Fed llegó a la conclusión de que poco a poco, jugar con la transparencia podría aumentar su poder sobre la política monetaria. Así que en 1994, comenzó a realizar cambios en la política llevada hasta el momento al final de cada sesión de toma de decisiones. En 2004, se publicaron las discusiones mantenidas después de cada sesión. Y en 2011, su presidente, Ben S. Bernanke, inauguró las conferencias trimestrales de noticias. La política de comunicación de los bancos centrales se conoce como Forward Guidance u orientación de expectativas en los mercados.
“Desde que soy presidente de la institución, he aprendido a murmurar con gran coherencia. Si os parece demasiado claro lo que digo, es porque ustedes han entendido mal lo que he dicho”. -Alan Greenspan, presidente de la Fed, en 1987, antes de la innovación en las comunicaciones del banco central
“La Reserva Federal, que yo sepa, es el banco central más transparente en el mundo. Hemos dejado claro cómo interpretamos nuestro mandato y nuestros objetivos y proporcionamos amplios comentarios y orientaciones sobre cómo vamos a tomar decisiones de política monetaria “. -Janet L. Yellen, presidenta de la Fed, en 2014, después de la inovación de las comunicaciones.

8. La gran recesión de 2008, y “auditoría de la Fed”

La buena consideración que tenía la Fed volvió a desvanecerse en 2008. Su falta de supervisión del sistema financiero fue una de las razones de la crisis, y fueron incapaces de verla venir de forma oficial. Además, en esta ocasión, la respuesta de la Fed también fue polémica. Se proporcionó un amplio apoyo al sistema financiero, salvando a algunas de las compañías menos populares de Estados Unidos, por no hablar de los bancos extranjeros. Y luego se embarcó en una campaña de estímulo expansivo para reactivar la economía.
Consecuencia de esta crisis, el Congreso se movió rápidamente para reforzar las responsabilidades en el marco regulatorio de la Fed. Por otro lado, se impusieron ciertos límites a la capacidad de la Fed para repetir su rescate del sistema financiero. Pero es la campaña de estímulo que ha llevado a la mayor controversia.
En una inversión de la tendencia histórica, los republicanos del Congreso han criticado a la Fed por imprimir demasiado dinero, previendo una inflación más alta como consecuencia inevitable. Y se han presentado propuestas para restringir el poder del banco central. Un proyecto de ley, conocido como “auditoría de la Fed”, autorizará a la Oficina de Contabilidad General ( Government Accountability Office-GAO) para examinar las decisiones de política monetaria de la Fed. Otra medida, respaldado por el Comité de Servicios Financieros de la Cámara, requerirá a la Fed una articulación pública del conjunto de reglas que va a seguir en la toma de la política monetaria, y luego explicar cualquier desviación.
“El Sistema de la Reserva Federal debe ser cuestionado y en última instancia, debe ser eliminado. El gobierno no puede ni debe otorgar la confianza del monopolio de dinero. Ninguna institución en la sociedad debe tener el poder de este inmenso. “- Del libro “End the Fed”(2009) de Ron Paul

Evolución e hitos de la Reserva Federal de 1913 a 2008 (II)

Billetes de 5, 10, 20 y 50 dolares© Anybid - Pixabay.com
(OroyFinanzas.com) – Desde la última gran crisis de 2008, la Reserva Federal-Fed (Federal Reserve en inglés, el Banco Central de Estados Unidos) se ha alineado en la mayoría de los casos de su historia con los prestatarios, poniendo en circulación grandes cantidades de dinero nuevo y reduciendo los tipos de interés a cuotas cercanas a cero. Una situación que ha enfurecido a los acreedores que no cejan en su empeño de que el péndulo gire en la otra dirección. En este artículo finalizaremos con otros capítulos de interés, en la intra-historia de la Fed, que ya expusimos en la primera parte del mismo.


Wednesday, June 29, 2016

Las políticas de la Reserva Federal causan auges y declives


Desde la crisis económica de 2008-2009, la Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos) ha expandido la oferta monetaria en el sistema bancario en más de 4 billones de dólares y ha manipulado los tipos de interés clave para mantenerlos tan artificialmente bajos que, cuando se ajustan a la inflación de precios, varios han sido realmente negativos. No debería sorprendernos si esto está creando un escenario para otra crisis económica grave más adelante.
El 16 de diciembre de 2009, el Comité de Mercado Abiertos de la Reserva Federal anunció que estaba planeando mantener el tipo de los Fondos Federales (el tipo de interés al que los bancos se prestan entre sí para periodos cortos de tiempo) entre cero y un cuarto de un punto porcentual. El Comité decía que mantendría los tipos de interés “excepcionalmente bajos” por “un largo periodo de tiempo”, que se ha prolongado hasta el presente.



Política de la Reserva Federal y expansión monetaria

Desde finales de 2012, el entonces presidente de la Fed, Ben Bernanke, anunció que la Reserva Federal continuaría comprando valores del gobierno de EEUU y valores con respaldo hipotecario, pero al ritmo de unos aumentados 85.000 millones de dólares mensuales, una política que continuó hasta principios de 2014. Desde entonces, bajo la nueva presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, ha empezado a “picar” sus compras de valores hasta que en julio de 2014 se redujeron a unos “simples” 35.000 millones de dólares mensuales.
En sus recientes declaraciones, Yellen ha insistido en que ella y los demás miembros del Consejo de Gobernadores de la Reserva Federal, que trabajan como planificadores centralizados monetarios de Estados Unidos, están viendo con cuidado los indicadores macroeconómicos para saber cómo gestionar la oferta monetaria y los tipos de interés para mantener en marcha la lenta recuperación económica general sin miedo a la inflación de precios.
Algunos de los giros económicos importantes en las bolsas en los últimos meses han reflejado preocupaciones e incertidumbres acerca de si la inundación de papel moneda y los tipos de interés de casi cero o realmente negativos de la Fed podrían llegar a su fin. En otras palabras, tomar dinero prestado para iniciar proyectos de inversión o financiar compras de acciones podría costar realmente algo, en lugar de parecer gratuitos.
Cuando los medios no se han visto distraídos por las cortinas de crisis en el extranjero, todas las cuales parecen presumir la necesidad de que Estados Unidos actúe como policía global y pagano financiero del mundo a costa de los contribuyentes de EEUU, la suposición de los expertos de las noticias y muchos analistas de política económica es que la manipulación de los tipos de interés por la Reserva Federal es una responsabilidad buena, deseable y necesaria del banco central.
Como consecuencia, prácticamente todos los comentarios sobre las políticas anunciadas por la Fed se centran en si es demasiado pronto para que la Reserva Federal aumente los tipos de interés, dado el estado de la economía, o si la Fed debería estar ya aumentando los tipos de interés para prevenir una futura inflación de precios.
Lo que se ignora es la cuestión más fundamental de si la Fed debería intentar establecer o influir en los tipos de interés en el mercado. La presunción es que es al tiempo legítimo y deseable que los bancos centrales manipulen un precio del mercado, en este caso el precio de prestar y tomar prestado. Los únicos desacuerdos entre los analistas y comentaristas son sobre si los bancos centrales deberían mantener bajos los tipos de interés o impulsarlos al alza y, si es así, en cuánto.

Los tipos de interés basados en el mercado tienen trabajo que hacer

En el mercado libre, los tipos de interés realizan las mismas funciones que todas los demás precios: proporcionar información a los participantes en el mercado, servir como mecanismo de incentivos para compradores y vendedores y equilibrar oferta y demanda en el mercado. Los precios del mercado trasladan información acerca de qué bienes quieren los consumidores y qué costaría a los productores llevar esos bienes al mercado. Los precios del mercado sirven como un incentivo para los productores para suministrar más de un bien cuando el precio aumenta y para suministrar menos cuando el precio disminuye; igualmente, un precio más bajo o más alto influye en los consumidores para comprar más o menos de un bien. Y finalmente, el movimiento de un precio del mercado, al estimular más o menos demanda y oferta, tiende a poner en equilibrio a las dos partes del mercado.
Los tipos de interés del mercado equilibran las acciones y decisiones de prestatarios (inversores) y prestamistas (ahorradores), igual que los precios de zapatos, sombreros o plátanos equilibran las actividades de suministradores y demandantes de esos bienes. Esto asegura, por un lado, que los recursos que no se están usando para producir bienes de consumo estén disponibles para una inversión orientada al futuro y, por otro, que la inversión no superará los recursos ahorrados disponibles para apoyarla.
Tipos de interés más altos de los que equilibrarían ahorro e inversión estimulan más ahorro de lo que los inversores están dispuestos a tomar prestado y tipos de interés por debajo del punto de equilibrio estimularían a tomar prestado más de lo que los ahorradores están dispuestos a proveer.
Sin embargo hay una diferencia crucial entre el precio de cualquier otro bien que se empuje por debajo del punto de equilibrio y los tipos de interés establecidos por debajo de ese punto. Por ejemplo, si el precio de los sombreros está por debajo del punto de equilibrio, el resultado es una escasez; es decir, los proveedores ofrecen menos sombreros que el número que los consumidores estás dispuestos a pagar a ese precio. Por tanto, algunos consumidores tendrán que abandonar el mercado decepcionados, sin ese sombrero en la mano.

Desequilibrios y distorsiones causados por el banco central

Por el contrario, en el mercado del préstamo la Reserva Federal empuja los tipos de interés por debajo del punto en el que el mercado los habría establecido, aumentando la oferta de dinero en dicho mercado. Aun cuando los ahorradores no estén dispuestos a suministrar más de su renta para que la tomen prestada los inversores, el banco central proporciona los fondos solicitados creándolos de la nada y haciéndolos disponibles para que los bancos den préstamos a inversores. El gasto en inversión excede ahora la cantidad de ahorro disponible para respaldar los proyectos puestos en marcha.
Los inversores que toman prestado el dinero recién creado lo gastan para contratar o comprar más recursos y su gasto extra acaba poniendo una presión al alza en los precios. Al mismo tiempo, se atraen más recursos y trabajadores a estos nuevos proyectos de inversión  y lejos de otras actividades del mercado.
El doble resultado del aumento en la oferta monetaria de la Reserva Federal, que empuja los tipos de interés por debajo de ese punto de equilibrio del mercado, es la aparición de una inflación de precios y un auge inicial de la inversión, siendo ambos insostenibles a largo plazo. La inflación de precios es insostenible porque reduce inevitablemente el valor del dinero en los bolsillos de todos y amenaza con el tiempo con socavar la confianza en el sistema monetario.
El auge es insostenible porque el desequilibrio entre ahorro e inversión acabará necesitando una corrección del mercado cuando se descubra que los recursos disponibles no bastan para producir todos los bienes de consumo que quiere comprar la gente, así como todos los proyectos de inversión que han iniciado los prestatarios.

El banco central produce auges y declives

La insostenibilidad de ese auge inversor inducido monetariamente se demostró, de nuevo, como cierta en el último ciclo económico. Entre 2003 y 2008, la Reserva Federal incrementó la oferta monetaria en al menos un 50%. Los tipos de interés claves, incluyendo el tipo de los Fondos Federales y la letra del Tesoro a un año, fueron cero o negativos durante buena parte de este tiempo si los ajustamos a la inflación. El tipo de las hipotecas convencionales, cuando se ajusta la inflación, estuvo entre en 2% y el 4% durante este mismo periodo.
No sorprende que aparecieran entonces las ahora infames burbujas inmobiliaria, de inversión y de crédito al consumo en 2008-2009. Ninguna de ellas habría sido posible ni sostenible durante tanto tiempo si no hubiera sido por la inundación de creación de dinero de la Fed y consiguientes los tipos de préstamo cero o negativos al ajustarlos a la inflación.
La expansión monetaria y los tipos de interés artificialmente bajos generaron enormes desequilibrios entre la toma de dinero prestado para inversión y vivienda, por un lado, y los bajos niveles de ahorro real en la economía, por el otro. Era inevitable que la realidad de la escasez finalmente alcanzara a todos estos desajustes  entre ofertas y demandas del mercado.
Por supuesto, esto se vio exacerbado por las creaciones del mercado inmobiliario del gobierno federal, Fannie Mae y Freddie Mac. Estas abrieron sus espitas comprando o avalando cada vez más hipotecas que se concedían a un creciente número de prestatarios de alto riesgo. Pero las instituciones financieras que concedían y luego vendían esas hipotecas dudosas estaban, ellas mismas, solo respondiendo a los incentivos perversos que habían creado la Reserva Federal y Fannie Mae y Freddie Mac.
¿Por qué no extender más y más préstamos a compradores cuestionables de viviendas cuando el dinero para financiarlos no tenía prácticamente interés gracias a la Reserva Federal? ¿Y por qué no empaquetarlos juntos y pasárselos a otros, cuando Fannie Mae y Freddie Mac están subsidiando el riesgo sobre la base de “fe y crédito completo” del gobierno de Estados Unidos?

Más errores monetarios en la era post-burbuja

¿Cuál fue la respuesta de la Reserva Federal a la vista del estallido de las burbujas que sus propias políticas ayudaron a crear?  Entre septiembre de 2008 y junio de 2014, la base monetaria (divisa en circulación y reservas en el sistema bancario) ha aumentado en más del 440%, de 905.000 millones de dólares a más de 4 billones. Al mismo tiempo, el M-2 (divisa en circulación y a la vista y una variedad de ahorros y depósitos temporales) creación un 35% durante este periodo de tiempo.
¿Por qué los bancos no han prestado más de esta enorme cantidad de dinero recién creado y generado un grado mucho mayor de inflación de precios del que se ha observado hasta ahora? En parte, se debe al hecho de que después de los años de burbuja salvaje, muchas instituciones financieras volvieron a prácticas más tradicionales de evaluación del crédito para extender préstamos a potenciales tomadores. Esto ha ralentizado el ritmo de aprobación de nuevos préstamos.
Pero lo que es más importante es que esas reservas extraordinarias no están siendo prestadas por los bancos, que están cobrando intereses de la Reserva Federal. Con continuas incertidumbres en el mercado acerca de políticas públicas respecto de regulaciones medioambientales, costes nacionales de atención sanitaria, la carga de la deuda federal y otras deudas no presupuestadas por el gobierno (Seguridad Social y Medicare), así como otras posibles interferencias políticas en el mercado, los bancos han encontrado más atractivo que la Reserva Federal les pague intereses en lugar de prestar dinero a tomadores privados. Y considerando lo bajo que las políticas de la Fed han llevado los tipos clave de interés del mercado, dejar ociosas esas reservas extraordinarias, primero con Ben Bernanke y ahora con Janet Yellen, ha parecido la forma más rentable de usar todo ese poder de préstamo.
Incluso bajo la mano dura de la intervención pública, los mercados son esencialmente instituciones resistentes que tienen la capacidad de rebotar, salvo que la mano gubernamental realmente ahogue la vida competitiva y con ánimo de lucro del capitalismo. Cualquier recuperación real en el sector privado resultará en crecientes demandas para tomar prestado que se satisfarían con todo ese dinero divertido creado por la Fed que actualmente se encuentra ocioso. Una vez que esos cientos de miles de millones de dólares de reservas extraordinarias lleguen a inundar el mercado, la inflación de precios puede no estar lejos.

La banca central como el problema, no la solución

En el corazón del problema está el hecho de que la manipulación de la oferta monetaria por la Reserva Federal impide que los tipos de interés digan la verdad: ¿Cuánta gente está realmente decidiendo ahorrar de su renta y por tanto cuántos de los recursos dela sociedad (tierra, trabajo, capital) están realmente disponibles para respaldar actividades sostenibles de inversión a largo plazo? ¿Cuál es el coste real de tomar prestado, independientemente de las distorsiones de los tipos de interés por parte de la Fed, de forma que los empresarios puedan hacer estimaciones realistas y ajustadas acerca de qué proyectos de inversión podrían ser verdaderamente rentables, sin el riesgo innecesario de verse arrastrados a aventuras en burbujas insostenibles?
Por desgracia, mientras haya bancos centrales, seremos las víctimas de los planificadores centrales monetarios que tienen el poder de monopolio para controlar la cantidad de dinero y crédito en la economía, manipulan los tipos de interés expandiendo o contrayendo las reservas bancarias utilizadas para fines de préstamo, amenazando con la montaña rusa de ciclos económicos de auges y declives y socavando la solidez del sistema monetario mediante devaluación de la moneda e inflación de precios.
Los tipos de interés, como los precios del mercado en general, no pueden decir la verdad acerca de las condiciones reales de oferta y demanda cuando los gobiernos y sus bancos centrales les impiden realizar su trabajo. Todo lo que produce el gobierno con sus intervenciones, regulaciones y manipulaciones son falsas señales y mala información. Y todos sufrimos de esta limitación de nuestro derecho a la libertad de expresión para hablar honradamente unos con otros mediante la comunicación competitiva de los precios y tipos de interés del mercado, sin que los gobiernos ni los bancos centrales se entrometan.

Las políticas de la Reserva Federal causan auges y declives


Desde la crisis económica de 2008-2009, la Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos) ha expandido la oferta monetaria en el sistema bancario en más de 4 billones de dólares y ha manipulado los tipos de interés clave para mantenerlos tan artificialmente bajos que, cuando se ajustan a la inflación de precios, varios han sido realmente negativos. No debería sorprendernos si esto está creando un escenario para otra crisis económica grave más adelante.
El 16 de diciembre de 2009, el Comité de Mercado Abiertos de la Reserva Federal anunció que estaba planeando mantener el tipo de los Fondos Federales (el tipo de interés al que los bancos se prestan entre sí para periodos cortos de tiempo) entre cero y un cuarto de un punto porcentual. El Comité decía que mantendría los tipos de interés “excepcionalmente bajos” por “un largo periodo de tiempo”, que se ha prolongado hasta el presente.


Monday, June 27, 2016

La Fed no subiría su tasa de referencia este año, mientras que el Banco de México sí ante una caída del peso, estiman analistas.

'Brexit' le cambia el panorama a la Reserva Federal

Esteban Rojas
Fed
La incertidumbre era alta, pero ahora es mayor. La salida de Reino Unido de la Unión Europea cambió las apuestas de los inversionistas y analistas sobre el rumbo de política monetaria en la Reserva Federal de Estados Unidos, pues un nuevo movimiento en su tasa de referencia podría darse hasta el siguiente año.

Las inversiones depositadas en los futuros de fondos federales otorgan ahora una probabilidad nula de que el banco central suba su tasa en las juntas de julio y septiembre, mientras que para noviembre es de apenas 1.8 por ciento.

“Con este telón de fondo , los bancos centrales estarán en un estado de ánimo pesimista. (…) un alza de tasas de la Fed está fuera de la mesa a través de las elecciones de noviembre , y cuestionable para diciembre . Las tasas en el mercado ya se habían ajustado”, comentaron Hang Trun y Charles Collyns, director ejecutivo y economista en jefe del Instituto Internacional de Finanzas.
Para las reuniones de la Fed del 14 de diciembre y 2 de febrero, las probabilidades de un aumento en la tasa son de 16.6 y 18.1 por ciento.

El instituto central mantiene el costo del dinero en el rango de 0.25 a 0.50 desde el pasado diciembre. La señales de desaceleración en la economía norteamericana y los riesgos relacionados con China y, ahora el Brexit, han hecho que la Fed profundice en una política monetaria de retiro gradual en los estímulos monetarios.

La Fed ha tenido mucho cuidado en instrumentar una política de comunicación con el mercado que evite “sorpresas”, sin embargo, analistas cuestionan ahora la credibilidad del banco central sobre este proceso.

Janet Yellen, presidenta del organismo, declaró el viernes que la Fed está lista para proveer liquidez a otros bancos centrales a través de líneas de swaps, ante la intensa volatilidad registrada en los mercados financieros.

REACCIONA EL MERCADO

Las tasas de interés se desplomaron en Estados Unidos, situación que se extendió con particular fuerza a prácticamente a la mayor parte de las naciones desarrolladas.

El referencial bono norteamericano a 10 años se desplomó a 1.56 por ciento, con lo que alcanzó un nuevo mínimo en el año, en términos de cierre.

En el Reino Unido la tasa bajó a 1.08 por ciento, situación que implicó una caída de 28.9 puntos base, como respuesta de la cobertura buscada por los inversionistas, después del ‘sí’ al Brexit.

En otros países como Alemania, los mayores flujos de capitales llevaron nuevamente al rendimiento del bono a 10 años a territorio negativo al cerrar el pasado viernes en -0.05 por ciento.

En países como Suiza y Japón, también prevalecen tasas de interés negativas al cerrar en -0.56 y -0.19 por ciento.

En México, el bono M a 10 años cerró en 6.05 por ciento con un baja de 0.02 puntos. El diferencial entre este bono y su similar en Estados Unidos se ubicó el pasado viernes de 449 puntos base.

EL TURNO PARA EL BANCO DE MÉXICO

El último día de este mes, el Banco de México anunciará el resultado de su reunión de política monetaria.

Las apuesta del mercado apunta a que el Banco de México quizá pueda volverse a desligar de la Fed, al estimar un nuevo incremento de 25 puntos base en su tasa de referencia, según una encuesta levantada por Bloomberg entre 15 especialistas del mercado.

El último movimiento en el costo del dinero por parte de Banxico se dio el pasado 17 de febrero, cuando aumento en 50 puntos base a su tasa, fuera del calendario marcado para sus reuniones.

El retraso de un nuevo ajuste en la política monetaria de la Fed, una inflación baja y la pérdida de fuerza en la recuperación de la economía mexicana serían factores que deberían apuntar a que Banxico pudiera seguir en compás de espera. Sin embargo, el factor desequilibrante podrá ser las presiones alcistas sobre el dólar.

La Fed no subiría su tasa de referencia este año, mientras que el Banco de México sí ante una caída del peso, estiman analistas.

'Brexit' le cambia el panorama a la Reserva Federal

Esteban Rojas
Fed
La incertidumbre era alta, pero ahora es mayor. La salida de Reino Unido de la Unión Europea cambió las apuestas de los inversionistas y analistas sobre el rumbo de política monetaria en la Reserva Federal de Estados Unidos, pues un nuevo movimiento en su tasa de referencia podría darse hasta el siguiente año.

Las inversiones depositadas en los futuros de fondos federales otorgan ahora una probabilidad nula de que el banco central suba su tasa en las juntas de julio y septiembre, mientras que para noviembre es de apenas 1.8 por ciento.

“Con este telón de fondo , los bancos centrales estarán en un estado de ánimo pesimista. (…) un alza de tasas de la Fed está fuera de la mesa a través de las elecciones de noviembre , y cuestionable para diciembre . Las tasas en el mercado ya se habían ajustado”, comentaron Hang Trun y Charles Collyns, director ejecutivo y economista en jefe del Instituto Internacional de Finanzas.

Friday, June 24, 2016

"Brexit" siembra las dudas sobre futuras alzas de tasas en EE.UU.

Los operadores de futuros de tasas de interés en EE.UU. incluso comenzaron a sopesar una pequeña posibilidad de un recorte de tasas, y muchos creen ahora que hay pocas chances de subirlas hasta fines del próximo año.
La Fed intentó este viernes tranquilizar a los mercados asegurando que podría inyectar toda la liquidez necesaria a través de líneas de swap cambiarios con otros bancos centrales, incluyendo al Banco de Inglaterra.
San Francisco. La votación de Reino Unido en favor de abandonar la Unión Europea sumergió a los mercados financieros en una ola de volatilidad y puso en pausa las ambiciones de la Reserva Federal de subir las tasas de interés dos veces este año.
La Fed intentó este viernes tranquilizar a los mercados asegurando que podría inyectar toda la liquidez necesaria a través de líneas de swap cambiarios con otros bancos centrales, incluyendo al Banco de Inglaterra.



La libra esterlina bajó a mínimos de 1985 frente al dólar y las bolsas perdieron más de US$2 billones en valor de mercado cuando los inversores huyeron hacia activos de menor riesgo después de la votación.
Los operadores de futuros de tasas de interés en Estados Unidos incluso comenzaron a sopesar una pequeña posibilidad de un recorte de tasas, y muchos creen ahora que hay pocas chances de subirlas hasta fines del próximo año.
"Te puedes olvidar de un alza de tasas en el corto plazo", dijo Thomas Costerg, economista de Standard Chartered Bank. "Lo que me preocupa es que la votación del Brexit pueda convertirse en una piedra en el zapato que frene el panorama de crecimiento de Estados Unidos".
La presidenta de la Fed, Janet Yellen, había advertido que el "Brexit" podría afectar negativamente las condiciones financieras y el panorama de la economía estadounidense.
La volatilidad en los mercados el año pasado, la fortaleza del dólar en los últimos dos años, los bajos precios del petróleo y crecimiento ralentizado de los socios comerciales de Estados Unidos han mantenido a la Fed refrenada.
La presidenta de la Fed de Kansas, Esther George, sugirió en una entrevista publicada el viernes -pero realizada antes de que se conocieran los resultados del referendo de Reino Unido- que aún cree que las tasas de interés en Estados Unidos necesitan ser subidas pronto.
Sin embargo, comentarios de otros funcionarios de la Fed antes del referendo reflejaron precisamente su preocupación sobre impactos en los mercados financieros como los que se sintieron el viernes.
La presidenta de la Fed, Janet Yellen, había advertido que el "Brexit" podría afectar negativamente las condiciones financieras y el panorama de la economía estadounidense.
La salida de Reino Unido de la Unión Europea privará al bloque de su segunda economía más grande y de uno de los estados más liberales en términos económicos.
El asunto ahora para la Fed y para los bancos centrales del mundo es cuánto tiempo durará el shock y cuán lejos se propagará. Muchos inversores y economistas están preocupados de que la votación pueda deteriorar el alicaído crecimiento económico de Europa.
"Depende de cuánto empeoren las cosas y del tiempo que dure esto", dijo Roberto Perli, socio de Cornerstone Macro LLC. "El problema con intentar predecir resultados es que en este escenario hay demasiadas incógnitas inescrutables".
Pocos expertos esperan que la economía de Estados Unidos se deteriore seriamente a raíz de la votación.
Y si el crecimiento en el empleo de Estados Unidos, los salarios, la inflación y la producción continúan, la Fed necesitará subir las tasas de interés en algún momento, incluso cuando el impacto completo del Brexit no se conozca sino hasta dentro de algunos años.

"Brexit" siembra las dudas sobre futuras alzas de tasas en EE.UU.

Los operadores de futuros de tasas de interés en EE.UU. incluso comenzaron a sopesar una pequeña posibilidad de un recorte de tasas, y muchos creen ahora que hay pocas chances de subirlas hasta fines del próximo año.
La Fed intentó este viernes tranquilizar a los mercados asegurando que podría inyectar toda la liquidez necesaria a través de líneas de swap cambiarios con otros bancos centrales, incluyendo al Banco de Inglaterra.
San Francisco. La votación de Reino Unido en favor de abandonar la Unión Europea sumergió a los mercados financieros en una ola de volatilidad y puso en pausa las ambiciones de la Reserva Federal de subir las tasas de interés dos veces este año.
La Fed intentó este viernes tranquilizar a los mercados asegurando que podría inyectar toda la liquidez necesaria a través de líneas de swap cambiarios con otros bancos centrales, incluyendo al Banco de Inglaterra.


Monday, June 20, 2016

La Fed cumple expectativas manteniendo los tipos en su reunión de junio 2016 empujando el precio del oro de nuevo cerca de los 1.300 dólares

Monedero con dolares© PixelRockstar.com
– El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal -Fed (el Banco Central de Estados Unidos) en su reunión de junio 2016 ha decidido mantener los tipos de interés en un rango objetivo de entre el 0,25% y el 0,50%, donde se sitúan desde el pasado mes de diciembre 2015. El precio del oro ha reaccionado con una subida de 10 dólares desde los 1.285 dólares hasta los 1.295.
La Fed estima que el PIB de EE.UU. crecerá en un 2% en 2016 cuando en marzo se había comunicado un crecimiento del 2,2%. En 2017 el incremento será del 2% también, al igual que en 2018.  La Fed estima que la tasa de paro se mantiendrá en el 4,7% para 2016 y 4,6% para 2017, en cambio estima una subida de 0,1 puntos porcentuales hasta el 4,6%. La Fed ha revisado sus previsiones de inflación al alza para el año 2016 y un 1,4% para el 2017



La apuesta de OroyFinanzas.com sobre la subida de tipos de la Fed en su reunión de junio 2016
Nuestra apuesta de que no se iban subir los tipos en junio 2016 por parte de la Fed se ha cumplido. La Fed probablemente tampoco va a subir tipos ni en julio ni en septiembre 2016. En junio era muy arriesgado por la tendencia de la economía estadounidense de entrar en recesión, además de ser un poco antes del réferendum sobre el Brexit del 23 de junio. En julio es poco probable porque no habrá rueda de prensa de la Fed y la subidas suelen estar acompañadas de una rueda de prensa para explicar su lógica. En septiembre no pueden subirse porque a las pocas semanas son las elecciones en EE.UU. y se interpretaría como un acto político.

La Fed cumple expectativas manteniendo los tipos en su reunión de junio 2016 empujando el precio del oro de nuevo cerca de los 1.300 dólares

Monedero con dolares© PixelRockstar.com
– El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal -Fed (el Banco Central de Estados Unidos) en su reunión de junio 2016 ha decidido mantener los tipos de interés en un rango objetivo de entre el 0,25% y el 0,50%, donde se sitúan desde el pasado mes de diciembre 2015. El precio del oro ha reaccionado con una subida de 10 dólares desde los 1.285 dólares hasta los 1.295.
La Fed estima que el PIB de EE.UU. crecerá en un 2% en 2016 cuando en marzo se había comunicado un crecimiento del 2,2%. En 2017 el incremento será del 2% también, al igual que en 2018.  La Fed estima que la tasa de paro se mantiendrá en el 4,7% para 2016 y 4,6% para 2017, en cambio estima una subida de 0,1 puntos porcentuales hasta el 4,6%. La Fed ha revisado sus previsiones de inflación al alza para el año 2016 y un 1,4% para el 2017