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El Índice Global de Competitividad (IGC), encargado de midir cómo utiliza determinado país sus recursos y su capacidad para satisfacer a sus habitantes de un alto nivel de prosperidad, revela que de 138 países analizados, de los diez más corruptos, cinco son iberoamericanos, y entre los 15 primeros destacan nueve del continente americano.En una puntuación de una escala de uno a siete, siendo uno el más corrupto y siete el menos corrupto, Venezuela encabeza el ranking con un 1,7; seguido por Bolivia (2), Brasil y Paraguay (2,1), República Dominicana (2,2), Argentina (2,3) y Nicaragua (2,4), hasta llegar al puesto decimotercero con México (2,5).
La corrupción es uno de los elementos que incluye la fundación suiza en su índice anual de competitividad, basado en una encuesta a 15.000 líderes de negocios de 141 economías mundiales.
Las tres preguntas formuladas a estos ejecutivos fueron: “¿Qué tan común es el desvío de fondos públicos a empresas o grupos?; “¿Cómo calificas la ética de los políticos?” y “¿Qué tan común es el soborno por parte de las empresas?”.
Esta problemática de corrupción creciente se refleja en escándalos como la operación Lava Jato en Brasil, las acusaciones sobre lavado de dinero de la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, los supuestos sobornos cometidos por el exmandatario guatemalteco Otto Pérez-Molina; o los escándalos de corrupción en la estatal petrolera de Venezuela, PDVSA.
Sobre Argentina, el informe destaca los esfuerzos de dicho país, subrayando su “mejor preparación para lidiar con el futuro en un entorno cambiante”. “La calidad de la educación y el uso del talento muestran el progreso del país, al igual que la eficiencia de los mercados”, anota el Foro.
En el caso de Brasil, la valoración es negativa debido al marco económico y la inestabilidad política. “La incertidumbre política y el hundimiento financiero de los gobiernos son impedimentos para que la principal economía de Latinoamérica consolide su crecimiento y competitividad”, lamenta el índice.
Por último, México destaca porque, a pesar de poseer una economía más avanzada que la de la mayoría de sus pares latinos, preocupa profundamente a los inversores con temas como la corrupción, seguido del crimen organizado, además de otros factores administrativos como la ineficiencia de la burocracia y las políticas tributarias.
Dentro de las características que mide este índice se encuentra la prosperidad económica de ciertos factores como: instituciones, infraestructuras, entorno macroeconómico, salud y educación primaria
educación superior y formación, eficiencia del mercado de bienes, eficiencia del mercado laboral, desarrollo del mercado financiero, preparación tecnológica, tamaño del mercado, sofisticación en materia de negocios e innovación.
Para detallar el IGC consulte aquí.
Fuente: Banca y Negocios