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Thursday, October 20, 2016

‘La arquitectura del colapso’ y la creciente inestabilidad del sistema global

‘La arquitectura del colapso’ y la creciente inestabilidad del sistema global

mauro No es fruto de su imaginación: hay más crisis hoy en día que en décadas pasadas. En lo económico, político y social, es como si las fracturas de los sistemas mundiales sólo estuvieran empeorando. A medida que se multiplican las crisis, dos preguntas parecen cruciales: en primer lugar, ¿el sistema global será capaz de resistir y mitigar el impacto de estas crisis? Y, en segundo lugar, ¿por qué sucede todo esto ahora?
Mauro Guillén, profesor de Wharton, responde a estas dos preguntas y muchas otras en su nuevo libro, “La arquitectura del colapso: el sistema global en el siglo XXI“. Guillén, quien también es director del Instituto Lauder de Wharton, participó en el programa de Knowledge@Wharton en Sirius XM, canal 111, y habló de lo que está causando la aparición de problemas complejos y lo que realmente se puede hacer para mejorar la situación.
A continuación, la versión editada de la entrevista.



Knowledge@Wharton: ¿Hasta qué punto el sistema global es fuerte o débil hoy en día?
Mauro Guillén: En cuanto a la estructura de la economía mundial —y las instituciones políticas y económicas que hoy tenemos para que las cosas sucedan de una manera ordenada— en la actualidad hay una gran cantidad de presión. Un síntoma muy claro es que desde 1982 ó 1983, durante 25 años más o menos, tuvimos otras varias crisis — crisis bancarias, cambiarias, de deuda— en diversas partes del mundo, más que en décadas anteriores. Ya nos acostumbramos a leer en los periódicos acerca de una nueva crisis casi cada dos semanas. Es un gran cambio en comparación con lo ocurrido en otras décadas, lo que tiene como resultado un estrés muy grande en todos esos fundamentos que tanto apreciamos y que son esenciales para que las cosas sucedan en la economía global.
Knowledge@Wharton: ¿Cuál fue el punto de inflexión que nos ha llevado a la situación actual?
Guillén: La década de 1970 nos dio la respuesta a eso, así que aquí estoy centrándome más en lo que sucedió después de los años 70.
Los 70, como saben, fueron en gran parte años de convulsiones en el mundo causados por dos cosas: la crisis del petróleo de 1973 y 1979; la otra fue el fin del sistema mundial creado por el Reino Unido, esto es, de aquella arquitectura financiera que surgió después de la Segunda Guerra Mundial y, en particular, la decisión de 1971 del presidente Nixon de abandonar el patrón oro y poner fin a la convertibilidad del dólar en oro. A partir de entonces, tenemos a las monedas flotando y mucha volatilidad en los mercados.
La situación empeoró aún más, creo que, en los años 1980 y 1990, ya que introdujo una serie de otras políticas en todo el mundo, especialmente las políticas relacionadas con la liberalización de los flujos de capital de una manera que, en mi opinión, no fue constructiva.
Knowledge@Wharton: En el libro, se utiliza el término “complejidad” para referirse a lo que está sucediendo actualmente en Europa, en la zona euro, con tanta gente tomando decisiones impulsadas por tantas filosofías diferentes. Sin embargo, han sido capaces de manejar la situación en los últimos 30 años y hacer que funcione. ¿Por qué hemos llegado a este punto de inflexión? ¿Cómo surgió la “complejidad” de nuevo?
Guillén: Veo la complejidad como algo que no es necesariamente malo, en el sentido de que —no hace falta decirlo— todo en el mundo se ha vuelto más complejo. Hay más países en el mundo hoy en día que antes, alrededor de 200. Hay más relaciones entre ellos. Algunas de estas relaciones giran en torno al comercio o la actividad de las empresas multinacionales que invierten en diferentes mercados, todos estos vínculos funcionan en realidad como un sistema de seguridad o como amortiguadores. Tenemos más recursos para hacer frente a los trastornos, shocks, o una pequeña crisis en una parte del sistema global, de manera que no se irradie por todas partes.
Para mí, el problema es un concepto relacionado, que es el concepto de acoplamiento. Explico esto en detalle en el libro. En otras palabras, hasta qué punto los diferentes componentes del sistema global y la economía global están de tal manera unidos entre sí que hay poco espacio para el error. Si hay un fallo en algún lugar y las partes están fuertemente acopladas, este trastorno, este choque reverbera en todo el sistema y se extiende de forma muy rápida.
Recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reconocido por fin que hay tres cosas principales detrás de esta actitud. Una de ellas es el crecimiento sustancial de la cartera de inversión de los flujos de capital a corto plazo, por ejemplo. Luego tenemos el crecimiento de los bancos internacionales. Por último, está el enorme crecimiento del mercado de divisas que ha creado la siguiente situación: cada vez que hay una desviación de la situación normal de los mercados de cualquier parte del mundo, rápidamente, se extiende por todo el sistema.
Un artículo publicado por tres economistas del FMI a principios de junio ocupó los titulares del mundo porque era la primera vez que el FMI reconocía que la liberalización de capitales a corto plazo, que la institución había impuesto a los países durante los años 1980 y 1990, había aumentado la probabilidad de crisis. Los autores presentan algunas estimaciones, según las cuales la posibilidad de una crisis hoy en día —especialmente en los mercados emergentes— es tres veces mayor en las situaciones en las que hay niveles muy altos de flujos de capital a corto plazo.
Fue la primera vez que el FMI ha reconocido esto, y es notable que la comunidad financiera global tardara 20 años en entender que algunos de los pasos dados hacia la liberalización en los años 80 y 90 tuvieron como resultado el efecto contrario.
El objetivo era hacer reformas para estabilizar la situación, lo que ayudó a asignar el capital de manera más eficiente en el mundo. Lo que estamos viendo es que los efectos eran, en la mayoría de los casos, bastante negativos.
Knowledge@Wharton: También habla del impacto de la inversión extranjera directa sobre la complejidad.
Guillén: Por supuesto. La inversión extranjera directa, a diferencia de la inversión de cartera, se produce cuando las empresas montan una fábrica en un país extranjero. O hacen una adquisición. Lo hacen no como inversión financiera; sino porque quieren hacer negocios en esa parte del mundo. En muchas formas diferentes, esto es algo en lo que creo firmemente, ha contribuido en las últimas décadas a estabilizar el sistema global.
Un ejemplo sencillo: vamos a analizar una empresa japonesa en los años 60, que estuviese produciendo en Japón —electrónica, automóviles— y que exporta a todo el mundo. Esta empresa y la propia economía japonesa, como resultado, estuvieron más expuestas a los choques. Por ejemplo, era más sensible a las cosas que afectan a la tasa de cambio, ya que produce en un solo lugar y se vende en todo el mundo.
Tomemos ahora la misma empresa 20 ó 30 años más tarde —digamos que una compañía como Toyota, Hitachi y Sony— una empresa que actualmente tiene fábricas en 50 países diferentes. Esta red de producción se construye a través de la inversión extranjera directa que les permite hacer frente mucho mejor a los desórdenes y las turbulencias en diferentes partes del mundo. No están muy expuestos. En cierto modo, se encuentran de forma natural protegidos contra perturbaciones debido a que tienen una red estructural de fábricas en todo el mundo. Por lo tanto, considero personalmente la inversión extranjera directa, a diferencia de las inversiones de cartera, un factor de estabilización como algo que contribuye, a través de la complejidad, a la estabilidad de la economía mundial.
Knowledge@Wharton: La posibilidad de que las empresas tengan varias unidades en todo el mundo produce el resultado opuesto al acoplamiento.
Guillén: Exactamente. Y ellas pueden poner en práctica sus opciones. Pueden reorganizar sus operaciones en respuesta a los cambios bruscos e impredecibles de escenario. Sin embargo, otra cosa que es importante tener en cuenta es que, si bien se observa la proliferación de crisis en todo el mundo, también estamos viendo un debilitamiento del Estado, de los gobiernos. Los gobiernos, en otras palabras, con un menor número de herramientas. Esto lo vemos, por ejemplo, cuando los gobiernos se sienten incapaces, en gran medida, de recurrir a la política fiscal, ya que están endeudados hasta el cuello. Sólo les resta la política monetaria.
Vemos que esto sucede en muchas otras áreas. Esto es lo que sucede en el mundo en desarrollo con los Estados fallidos. Tenemos alrededor de 50 países en el mundo en la categoría de Estados fallidos. Un caso extremo, por supuesto, es Libia hoy en día. O Afganistán. Sin embargo, hay muchos otros con diversos grados de fracaso y por lo tanto tienen grandes dificultades para hacer frente a los choques cuando se producen. En otras palabras, hemos visto un debilitamiento, un deterioro de las estructuras de los estados de todo el mundo.
Hay algunas otras cosas que están tornando la situación muy difícil. Una de ellas es el aumento de la desigualdad de renta y riqueza, ya que esto ejerce un montón de presión sobre el sistema político. Causa fricción. Aumenta los riesgos cada vez que hay unos comicios. Eso mismo ocurre en los países ricos de Europa y los EE.UU.. Esta división de la desigualdad está transformando el panorama político. Esto lo vemos también en los mercados emergentes, donde la desigualdad está creciendo rápidamente. Todos estos cambios conspiran para producir una situación en la que las crisis no sólo aumentan, también hay un menor número de herramientas a nuestra disposición para tratar con ellas cuando se presenten.
Knowledge@Wharton: Hemos hablado bastante de la desigualdad de ingresos aquí, sin embargo, no necesariamente pensamos en ello como un problema global. Estoy seguro de que en muchos de los países más pequeños y las economías emergentes, el efecto de la desigualdad puede ser más pronunciado que en algunos países más grandes debido a la forma en que los sistemas políticos se organizan.
Guillén: Como usted ha señalado, la desigualdad de ingresos ha aumentado en muchas partes del mundo. Está aumentando en Europa del Este después de la apertura de la economía de esos países. Está creciendo en China como consecuencia de este crecimiento. China es un país en mejor situación, después de todo el crecimiento que ha experimentado. Sin embargo, hubo tensiones y desigualdades, sobre todo en las zonas rurales y urbanas. Vemos que esto también sucede en otros países de Asia meridional y oriental. En algunas partes de África. En todo el mundo. Y, por supuesto, en la mayoría de Europa Occidental y los EE.UU..
Esto, de nuevo, es una enorme presión sobre el sistema político. El sistema político es una de nuestras líneas de defensa contra la crisis. Queremos políticos y responsables de las políticas que tengan herramientas a su disposición para hacer frente a estas situaciones complejas, siempre que haya una crisis bancaria o una crisis de deuda o una crisis monetaria. En este momento, sin embargo, la creciente desigualdad como telón de fondo está socavando la capacidad de los políticos para hacer realidad lo que tienen que hacer. También dio lugar a que partidos extremistas y populistas crecieran, lo que, de nuevo, está contribuyendo a la falta de estabilidad.
Knowledge@Wharton: Usted menciona en el libro la relación entre los EE.UU. y China, un tema que está saliendo en las noticias desde hace bastante tiempo. ¿Cuál es su principal preocupación, primero con China y, en segundo lugar, con la relación entre los EE.UU. y China?
Guillén: Es una relación que me preocupa mucho. Es de lejos la relación bilateral más importante en la economía mundial. Son dos economías que han evolucionado de manera muy significativa en los últimos 30 años. China era una presencia sin importancia, ahora es una potencia mundial, financiera y económicamente hablando, y también en el plano comercial. Los EE.UU. son una sociedad impulsada por la tecnología y la economía, lo cual no era cierto hace 30 años.
Mi preocupación es que los términos de esta relación, la forma en que está estructurada, no haya evolucionado. Estamos todavía en el viejo sistema en el que EE.UU. es el consumidor de última instancia, y China el proveedor de fondos para todo nuestro consumo. China tiene un superávit de ahorros, los EE.UU. tiene un exceso de consumo y la relación entre ellos está impulsada por estos dos supuestos. Hay un límite, que no se sabe cuál es, para la duración de esa relación.
Bueno, por supuesto que estas economías son muy importantes, esenciales para el mundo. Parte del problema es que China —que ahora se enfrenta a algunas dificultades internas en su economía— está todavía muy lejos del momento en que desempeñe un papel importante y constructivo a nivel mundial, en parte porque no tiene los mecanismos para eso a su disposición. El país no tiene una moneda en que la gente confíe. No tiene las instituciones con que la gente pueda relacionarse.
Así que tenemos una economía fabulosa, casi tan grande como EE.UU., que se está consolidando cada vez más, especialmente en su región, política y militarmente, y así en adelante. Sin embargo, no tenemos buenos canales establecidos para consolidarla. China se ha convertido en la mayor potencia comercial del mundo. Asimismo, está cerca de convertirse también en la mayor economía, pero no tiene las estructuras que permitan al mundo aceptarla como una gran potencia capaz de tomar decisiones junto con Europa, EE.UU., India, etc.
Knowledge@Wharton: ¿Cuál es su expectativa para el sistema global durante los próximos 20 años?
Guillén: Depende de una serie de factores. Cuando pensamos en cinco o diez años en el futuro, muchas personas piensan que las afectará. Si decimos 20, algunos dirán: “Está bien, alguien más tendrá que lidiar con eso”.
Existen riesgos específicos aquí en el sentido de que podemos entrar en otra serie de crisis. Este es un riesgo particular que tenemos ante nosotros. El otro, sin embargo, no es más que la anomia. Nos volvemos muy indiferentes al hecho de que hay un crecimiento muy lento en varias partes de la economía mundial; o que la tasa de desempleo es alta, lo que, por cierto, es lo que está sucediendo no sólo en Europa. También está sucediendo en algunos mercados emergentes, o en los mercados que se encuentran en la base de la pirámide, donde hay muchos jóvenes desempleados.
Existe la impresión de que será difícil introducir un elemento dinámico. Nuestra única esperanza es que no todas las economías se metan al mismo tiempo en este tipo de situación. Actualmente, por ejemplo, la India está haciéndolo muy bien, y algunos países de África subsahariana siguen mostrando una situación relativamente próspera, por ejemplo, Etiopía. El problema es que si las cosas en las economías más interconectadas con el resto del mundo, como Europa, los EE.UU. y China, no fueran realmente bien, los efectos beneficiosos de esta unión no se propagarán rápidamente. Como la economía de la India no está orientada hacia la exportación, su contribución al comercio mundial es modesta. Así que no ayuda mucho al resto del mundo.
Por eso, en mi opinión, hay que seguir prestando mucha atención a lo que está sucediendo en China, Europa y EE.UU., ya que son, con mucho, las tres regiones del mundo con la mayor repercusión en la economía global, en términos de comercio, inversión, mercados financieros, todo. La falta de dinamismo —o, tal y como sucede en China, la desaceleración de la economía— es básicamente una señal de que hay un problema en este mundo interconectado. Esto se debe a que la tentación, como usted sabe, es razonar de la siguiente manera: “Es un mundo interconectado, no estoy teniendo buenos resultados, déjenme desconectarme”.
Fue lo que sucedió en los años 30, no sé si usted lo recuerda. En la década de 1930, sucedió en forma de proteccionismo. Hoy en día, tenemos tratados internacionales que impiden a los países las prácticas proteccionistas al estilo antiguo, es decir, a través de la creación de los aranceles y las restricciones. Sin embargo, hay otras maneras posibles de hacerlo. Y, por desgracia, en los últimos seis o siete años, hemos visto muchos países que ponen en práctica otra proteccionismo igualmente perjudicial: la manipulación de la moneda.
Muchos titulares nos llaman la atención sobre el hecho de que países tan improbables como Japón, China, Suiza y los EE.UU., etc. manipularon en varias ocasiones sus monedas desde la crisis de 2008. Esto es muy peligroso.

‘La arquitectura del colapso’ y la creciente inestabilidad del sistema global

‘La arquitectura del colapso’ y la creciente inestabilidad del sistema global

mauro No es fruto de su imaginación: hay más crisis hoy en día que en décadas pasadas. En lo económico, político y social, es como si las fracturas de los sistemas mundiales sólo estuvieran empeorando. A medida que se multiplican las crisis, dos preguntas parecen cruciales: en primer lugar, ¿el sistema global será capaz de resistir y mitigar el impacto de estas crisis? Y, en segundo lugar, ¿por qué sucede todo esto ahora?
Mauro Guillén, profesor de Wharton, responde a estas dos preguntas y muchas otras en su nuevo libro, “La arquitectura del colapso: el sistema global en el siglo XXI“. Guillén, quien también es director del Instituto Lauder de Wharton, participó en el programa de Knowledge@Wharton en Sirius XM, canal 111, y habló de lo que está causando la aparición de problemas complejos y lo que realmente se puede hacer para mejorar la situación.
A continuación, la versión editada de la entrevista.


Friday, September 23, 2016

PPK alertó sobre colapso y “sangre en las calles” de Venezuela

By: Sabrina Martín - 

ppk-venezuela
PPK: “Va a venir el colapso de un día para otro, y va a haber sangre en las calles y nadie va a estar preparado” (noticias)
El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), no deja de preocuparse por la crisis que enfrentan los venezolanos; en esta oportunidad alertó a los países de la región a estar preparados ya que de un momento a otro en el país gobernado por Nicolás Maduro podría haber “sangre en las calles”.
En una entrevista publicada por el diario estadounidense The Miami Herald PPK comentó que propuso a Estados Unidos formar un grupo de países para ayudar a Venezuela a salir de la crisis política y económica.
Dijo que en una reunión con el secretario de Estado, John Kerry, le alertó sobre la posibilidad de que Venezuela colapse y exista un éxodo masivo de ciudadanos al que consideró tienen que estar preparados.



“Va a venir el colapso de un día para otro, y va a haber sangre en las calles y nadie va a estar preparado (en el país suramericano)”, explicó el presidente peruano.
Comentó que en la conversación con Kerry resaltó la importancia de que países como Brasil sean partícipes de este grupo de apoyo.
Por otro lado, PPK lamentó que en la Asamblea General de la ONU pocos países hayan hecho mención a la situación de los venezolanos, como lo hicieron Argentina, Panamá y el mismo Perú.
Se cuestionó si los Gobiernos latinoamericanos “son gente de coraje” y criticó que “nadie quiere hacer esfuerzos” en este caso.

En relación con el posible éxodo de venezolanos lo calificó como un “problemón”, pues querrán migrar masivamente hacia Colombia; alertó: “Alguien tiene que hacer algo”.
Kuczynski, quien llegó al poder en julio pasado en Perú, realizó un discurso el martes pasado en la Asamblea General de la ONU en el que llamó la atención sobre la “crítica situación política, económica y social” en Venezuela y destacó la necesidad de que se inicie una “diálogo político interno sin condicionamientos”.
Fuente: El Nacional

PPK alertó sobre colapso y “sangre en las calles” de Venezuela

By: Sabrina Martín - 

ppk-venezuela
PPK: “Va a venir el colapso de un día para otro, y va a haber sangre en las calles y nadie va a estar preparado” (noticias)
El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), no deja de preocuparse por la crisis que enfrentan los venezolanos; en esta oportunidad alertó a los países de la región a estar preparados ya que de un momento a otro en el país gobernado por Nicolás Maduro podría haber “sangre en las calles”.
En una entrevista publicada por el diario estadounidense The Miami Herald PPK comentó que propuso a Estados Unidos formar un grupo de países para ayudar a Venezuela a salir de la crisis política y económica.
Dijo que en una reunión con el secretario de Estado, John Kerry, le alertó sobre la posibilidad de que Venezuela colapse y exista un éxodo masivo de ciudadanos al que consideró tienen que estar preparados.


Tuesday, August 23, 2016

México: 1,5 millones de alumnos no comenzarán clases por paro de maestros

Los alumnos afectados son de educación básica de los estados de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán que no reiniciarán clases este lunes

CNTE
Voceros de la CNTE dijeron que están a la espera de comunicación con la Secretaría de Gobierno para decidir el reinicio de clases. (Noticias MVS)
Cerca de 1,5 millones alumnos de educación básica de los estados de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán están en riesgo de no reiniciar clases este día en el arranque del ciclo escolar 2016-2017, luego de que 73.524 maestros pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han advertido, desde días pasados, que continuarán con el paro de labores que mantienen desde el 15 de mayo.
De acuerdo con cifras oficiales el total de los docentes afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) es de  1.589.468 trabajadores, de los cuales 91 905 profesores pertenecen a la CNTE a escala nacional, lo cual significa un 5,78 %.



En tanto  80 % de la membresía nacional de la CNTE se concentra en Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán, es decir, 73.524 de un total de 201 422 profesores que suman en los cuatro estados. De este modo, la Coordinadora representa únicamente el 36,5 % de la plantilla de maestros en esos cuatro estados en los que toman clase 4.045.608 alumnos de educación básica.
Por su parte, la disidencia magisterial de Michoacán concentra el mayor número de adeptos, con 24.000 docentes; en Chiapas suman 20.800, en Oaxaca 16 000 y en Guerrero 15.000, que son las entidades donde se encuentra la principal fuerza de la CNTE que mantiene el rechazo a la reforma educativa. En el resto de las 28 entidades los grupos disidentes son el 7,3 % del total del profesorado.
La CNTE es el principal grupo opositor a las directrices del SNTE y a la política educativa del gobierno federal; a pesar de que no tiene reconocimiento oficial, la Secretaría de Gobernación instaló mesas de diálogo para distender el conflicto magisterial.
De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP) el total de estudiantes de educación pública de los niveles preescolar, primaria y secundaria en el ciclo escolar 2015-2016 es de 4.045.608, los cuales asistieron a las 50.258 escuelas ubicadas en los cuatro estados.

Por último, pese a que el paro de labores inició en mayo no hay una cifra exacta del número de escuelas en las que la CNTE tiene el control y que serán cerradas en este nuevo ciclo escolar, puesto que hay inmuebles que permanecen abiertos, pero los maestros de la disidencia no acuden a dar clases.
De acuerdo con el “Principales cifras del sistema educativo nacional, ciclo escolar 2015-2016”, en Chiapas el total de alumnos de escuelas de educación básica en el sector público es de 1.345.817, los docentes son 57.025 y las escuelas 17.536.
En Guerrero el total de alumnos en escuelas públicas es de 860 430, los docentes son 44 278 y las escuelas 10 118. En Michoacán hay 908.892 estudiantes, 84.674 maestros y 10 162 escuelas. En Oaxaca, los alumnos de educación básica del sector público suman 930.469, los maestros son 51.445, y  hay 12.442 escuelas.
Fuentes: El Universal, Milenio

México: 1,5 millones de alumnos no comenzarán clases por paro de maestros

Los alumnos afectados son de educación básica de los estados de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán que no reiniciarán clases este lunes

CNTE
Voceros de la CNTE dijeron que están a la espera de comunicación con la Secretaría de Gobierno para decidir el reinicio de clases. (Noticias MVS)
Cerca de 1,5 millones alumnos de educación básica de los estados de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán están en riesgo de no reiniciar clases este día en el arranque del ciclo escolar 2016-2017, luego de que 73.524 maestros pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han advertido, desde días pasados, que continuarán con el paro de labores que mantienen desde el 15 de mayo.
De acuerdo con cifras oficiales el total de los docentes afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) es de  1.589.468 trabajadores, de los cuales 91 905 profesores pertenecen a la CNTE a escala nacional, lo cual significa un 5,78 %.


Thursday, July 28, 2016

Hans-Hermann Hoppe: “Veremos el colapso del Estado del Bienestar como vimos el del comunismo”

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La Fundación Rafael del Pino organiza el 20 de junio a las 19 horas, la Conferencia Magistral de Hans-Hermann Hoppe titulada “from Aristocracy to Monarchy to Democracy. A Tale of Moral and Economic Folly and Decay”. La conferencia irá seguida de un diálogo del profesor Hoppe con Pedro Schwartz, Catedrático Rafael del Pino en la Universidad CEU San Pablo.
Siempre polémico y provocador, el filósofo Hans-Herman Hoppe ha visitado España para promocionar el libro Economía y Ética de la Propiedad Privada, disponible en versión física y electrónica y publicado por la Editorial Innisfree. Hoppe visitó la Fundación Rafael del Pino para impartir una conferencia y hablar en exclusiva con Libre Mercado sobre diversos asuntos.
Pregunta: Discutiendo sobre la política monetaria de EEUU, usted ha dicho que la mejor manera de debatir con economistas como Paul Krugman es hablar con ellos como si fueran niños pequeños.
Respuesta: ¿Cómo se puede decir que imprimiendo dinero se conseguirá que una sociedad sea más rica? Si esto fuese cierto, ¿no podríamos acabar con la pobreza de la noche a la mañana? ¡Cualquier país del Tercer Mundo podría imprimir el dinero necesario para dar a cada recién nacido un montón de dinero y así acabar con la miseria! El debate es tan absurdo que quizá hablando con estos economistas como si fuesen niños podemos llegar a alguna parte. Lo que hay que entender es que imprimiendo dinero no abrimos más fábricas ni producimos más bienes.



Hablando de política monetaria, usted también ha advertido de que la discrecionalidad de los bancos centrales daña el emprendimiento.
Si tenemos un dinero respaldado por el oro o la plata podemos anticipar en gran medida el panorama monetario al que nos enfrentaremos de un año para otro. Sin embargo, si el dinero es fiduciario y un banco central como la Reserva Federal puede duplicar la masa monetaria en menos de un año, entonces las actividades del sector privado se vuelven mucho más complejas.
Ese daño al emprendimiento contrasta con el beneficio obtenido por empresas financieras, que en un sistema monetario como el actual tienen un rol privilegiado y pueden enriquecerse mientras el resto del sector privado vive en la incertidumbre.
Háblenos de Economía y Ética de la Propiedad Privada, que acaba de salir publicado en la Editorial Innisfree.
El libro es una colección de artículos en la que enarbolo esta defensa desde dos puntos de vista. La primera parte hace una defensa utilitaria de la propiedad privada, explicando por qué esta institución genera mejores incentivos para la creación de riqueza y la mejora de la productividad. Esto contrasta con la propiedad pública, que plantea el conflicto continuo entre las personas, ya que cada uno tendrá una idea diferente de lo que debe hacerse con ella.
En la segunda parte del libro hago una defensa ética de la propiedad privada, justificándola frente a la injustificable propiedad pública. La propiedad privada es el fundamento de la vida humana. Necesitamos tener propiedad sobre nosotros mismos para poder debatir sobre éste y cualquier otro tema, y eso demuestra que hasta quien intenta justificar la propiedad pública está, en realidad, cayendo en una contradicción, pues su propia argumentación la hará desde la propiedad privada que tiene sobre sí mismo.
En su conferencia en la Fundación Rafael del Pino habló de otro tema recurrente en su trabajo: los incentivos de la democracia y de las antiguas monarquías. Desde la óptica económica, usted defiende que el primer sistema es peor aún que el segundo.
Empezaré definiendo el Estado como una institución que tiene máximo poder de decisión y gestiona un territorio de forma monopólica. Las monarquías y la democracia son formas de gestionar ese Estado. Ambas son instituciones peligrosas y, por lo tanto, no hablo de encontrar una buena solución sino de encontrar la menos mala. En ese sentido, detecto una cierta superioridad de las antiguas monarquías en la medida en que el Rey considera el Estado como su propiedad privada. Esto le llevará a pensar más en el largo plazo y a intentar preservar el valor de su capital, de ese Estado que, en cierta medida, es suyo.
En la democracia, el cuidado de esa propiedad por parte de un gobierno es de una legislatura, quizá dos o tres, pero no hablamos de una propiedad que permanece en las manos de los gestores durante toda la vida. Por eso, mientras que el monarca tiende a conservar su capital, el gobernante en democracia se orienta a consumir ese capital mientras ostenta el poder.
Hay otra ventaja de la antigua monarquía sobre la democracia, y es que en el primero de estos dos sistemas se llega al poder “por accidente”, pero en el segundo se llega mediante la competencia electoral. La competencia en sí es un mecanismo de eficiencia, no es buena ni mala en sí misma. Si se compite para producir bienes y servicios, esa eficiencia es buena, pero si se compite por hacer algo malo, esa eficiencia es peligrosa. En la democracia, la competencia por el poder de fijar impuestos y de ordenar leyes consigue que lleguen al poder quienes son más eficientes haciendo algo que, en esencia, es malo.
¿Mantiene su teoría en el caso de Medio Oriente?
Si comparamos países de Medio Oriente entre sí, vemos que Jordania o Marruecos son más civilizados que Egipto, Libia, Siria y esos lugares en los que se cambió la vieja monarquía por formas diferentes de autoritarismo.
Lleva algunos años viviendo en Turquía. ¿Qué opina de lo ocurrido en los últimos tiempos?
La principal razón por la que vivo allí es que es el país de mi esposa. Dicho esto, he visto con mis propios ojos que el país ha tenido un crecimiento económico notable, muy por encima de Europa. No obstante, desde las últimas elecciones, el presidente Erdogan se ha empezado a comportar de forma cada vez más intolerante y polémica.
La mecha se prendió con la pretensión de construir un centro comercial en un parque, pero también hay descontento por leyes como las que limitan la venta de alcohol, por el intento de prohibir el pintalabios entre las azafatas de aerolíneas, etc. Todo se ha acumulado y ha terminado llevando a mucha gente a la calle. Las protestas no nacieron de la oposición política, de hecho, la oposición es aún peor que el partido de Erdogan… Por si no fuese suficiente, el Gobierno se excedió reprimiendo las protestas, lo que generó más descontento. La actuación de Erdogan ha sido estúpida, porque todo se podría haber evitado actuando con un poco más de moderación y tacto.
¿Qué opina de los indignados? Este tipo de protestas, ocurridas en España con el movimiento 15-M o en EEUU con la plataforma Ocupa Wall Street, ha cuestionado el sistema capitalista que usted defiende.
Son protestas de ignorantes económicos que no entienden que esos escándalos financieros que tanto les disgustan tienen todo que ver con el socialismo monetario en el que vivimos. Sus críticas deberían ser contra el estatalismo, contra el intervencionismo, no contra el capitalismo, pero mucha gente en estas protestas son meros izquierdistas que no tienen el más mínimo entendimiento de la economía.
Por último, quisiera preguntarle por el futuro de Europa…
A día de hoy, como los alemanes hacen alguna que otra cosa bien, esto les permite tener la capacidad de rescatar a países como España. El problema es que esto hace que España siga cometiendo estupideces económicas. En cualquier caso, la montaña de deuda que es el Estado del Bienestar es insostenible, por lo que veremos su colapso, como vimos el del comunismo hace apenas veinte años.

Hans-Hermann Hoppe: “Veremos el colapso del Estado del Bienestar como vimos el del comunismo”

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La Fundación Rafael del Pino organiza el 20 de junio a las 19 horas, la Conferencia Magistral de Hans-Hermann Hoppe titulada “from Aristocracy to Monarchy to Democracy. A Tale of Moral and Economic Folly and Decay”. La conferencia irá seguida de un diálogo del profesor Hoppe con Pedro Schwartz, Catedrático Rafael del Pino en la Universidad CEU San Pablo.
Siempre polémico y provocador, el filósofo Hans-Herman Hoppe ha visitado España para promocionar el libro Economía y Ética de la Propiedad Privada, disponible en versión física y electrónica y publicado por la Editorial Innisfree. Hoppe visitó la Fundación Rafael del Pino para impartir una conferencia y hablar en exclusiva con Libre Mercado sobre diversos asuntos.
Pregunta: Discutiendo sobre la política monetaria de EEUU, usted ha dicho que la mejor manera de debatir con economistas como Paul Krugman es hablar con ellos como si fueran niños pequeños.
Respuesta: ¿Cómo se puede decir que imprimiendo dinero se conseguirá que una sociedad sea más rica? Si esto fuese cierto, ¿no podríamos acabar con la pobreza de la noche a la mañana? ¡Cualquier país del Tercer Mundo podría imprimir el dinero necesario para dar a cada recién nacido un montón de dinero y así acabar con la miseria! El debate es tan absurdo que quizá hablando con estos economistas como si fuesen niños podemos llegar a alguna parte. Lo que hay que entender es que imprimiendo dinero no abrimos más fábricas ni producimos más bienes.


Monday, June 27, 2016

Brexit deja a un Trump triunfante



Ines Pohl
Ines Pohl es corresponsal de DW en Washington.
Estados Unidos está conmocionado. Aparte de profesionales, a quienes les concierne el tema, nadie se interesaba por el brexit. Son muy pocos los que se preocupan en Estados Unidos por entender cómo funciona la Unión Europea (UE). El que el Reino Unido nunca haya utilizado el euro, y que a pesar de esto fuese miembro de la Unión, no ayuda a los estadounidenses a entender la naturaleza de cómo ésta funciona.
No obstante, la noticia de la salida del Reino Unido de la UE ha causado revuelo en Estados Unidos. Y la razón es, claramente, muy norteamericana: Donald Trump. Una vez más, el candidato republicano ha logrado explotar un suceso internacional para beneficio propio.



La consigna “vamos por buen camino, nosotros podemos” ha dejado de funcionar. Muchas personas no sienten que sus preocupaciones y necesidades estén siendo propiamente atendidas. Ahora, los británicos han mostrado un camino de cómo oponer resistencia.
El mismo lema que Trump. Justo en la mañana después del referéndum, Trump planeó oportunamente visitar uno de sus campos de golf en Escocia. Después de haber tenido unas últimas malas semanas, en las que críticas en su contra crecían, el brexit le llegó como un regalo caído del cielo.
Los argumentos con los que los defensores del brexit lograron el éxito cosechado son los mismos que utiliza Trump: “Los inmigrantes tienen la culpa de los problemas financieros. Debemos proteger más nuestros propios intereses y gastar menos en relaciones internacionales y alianzas”.
El éxito obtenido por los opositores de la UE en el Reino Unido es doblemente doloroso para los demócratas. Si ya funcionó en el Reino Unido, ¿por qué no habría de funcionar en Estados Unidos? Que el próximo presidente tenga como nombre Donald Trump parece, ahora después del brexit, más factible que nunca.
Trump podría explotar a su favor el apoyo que Obama mostró por la campaña británica a favor de la permanencia del Reino Unido en la UE, criticando la poca influencia del presidente en el exterior; Trump llegó hasta el punto de decir que la visita de Obama al Reino Unido en abril perjudicó la campaña en pro de la permanencia.
Aliado militar importante. En su visita, Obama mostró su claro apoyo a favor de la permanencia del Reino Unido en la UE: con argumentos económicos y, sobre todo, argumentos estratégicos y militares. El Reino Unido es, y siempre has sido, el aliado militar más fuerte y fiable de los Estados Unidos. Ahora, después del brexit, hasta esa alianza queda en entredicho.
El Reino Unido le ha entregado a Trump una gran arma. En este momento, el equipo de Hillary Clinton debe estar pensando lo mismo que la canciller Angela Merkel: ¿Cómo frenar el peligroso avance de los populistas en medio de la injusticia y la inseguridad mundial?
La consigna “vamos por buen camino, nosotros podemos” ha dejado de funcionar. Muchas personas no sienten que sus preocupaciones y necesidades estén siendo propiamente atendidas. Ahora, los británicos han mostrado un camino de cómo oponer resistencia. Al parecer, a muchos estadounidenses les bastaría con este sentimiento pasajero de poder.

Brexit deja a un Trump triunfante



Ines Pohl
Ines Pohl es corresponsal de DW en Washington.
Estados Unidos está conmocionado. Aparte de profesionales, a quienes les concierne el tema, nadie se interesaba por el brexit. Son muy pocos los que se preocupan en Estados Unidos por entender cómo funciona la Unión Europea (UE). El que el Reino Unido nunca haya utilizado el euro, y que a pesar de esto fuese miembro de la Unión, no ayuda a los estadounidenses a entender la naturaleza de cómo ésta funciona.
No obstante, la noticia de la salida del Reino Unido de la UE ha causado revuelo en Estados Unidos. Y la razón es, claramente, muy norteamericana: Donald Trump. Una vez más, el candidato republicano ha logrado explotar un suceso internacional para beneficio propio.


Monday, June 20, 2016

El colapso del Estado del Bienestar socialista




James M. Roberts y Dr. J. D. Foster 

El Estado del Bienestar socialista (o "socialdemócrata") de Europa colapsa bajo el peso de una deuda insostenible. No hay posibilidad alguna de que los políticos europeos cumplan jamás muchos de los costosos derechos a beneficios que han prometido a sus ciudadanos.
El problema fundamental en la Unión Europea (UE) es el fracaso de su política monetaria. Ello, en conjunción con los debilitadores efectos de un Estado de Bienestar social, ha desembocado en un colapso económico generalizado entre los Estados de menor influencia –especialmente en Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España (los países PIIGS), pero también en algunos de los más recientes miembros de la UE– y amenaza con arrastrar a los estados más importantes.



Durante años, este hundimiento entre los Estados menos relevantes se enmascaraba con acumulación de deuda: los países pedían prestado (a unos tipos de interés con descuento de facto) para superar su incapacidad de generar ingresos suficientes mediante la producción y la venta de bienes y servicios. La carencia de crecimiento real y de perspectivas de crecimiento, en combinación con una deuda en expansión, condujo a una crisis de solvencia a largo plazo que se ha manifestado recientemente como una serie de crisis de liquidez.
La situación monetaria y fiscal en la Unión Europea es cada vez más inmanejable debido a que la carga de la deuda aumenta y las perspectivas de crecimiento disminuyen aún más. Parafraseando un viejo dicho: "Se puede engañar a algunos mercados crediticios todo el tiempo y a todos los mercados por algún tiempo, pero no se puede engañar a todos los mercados crediticios indefinidamente".
La idea de una "eurozona" estaba mal concebida desde el principio. Cada vez más se reconoce que la falta de control de Bruselas sobre el gasto social, especialmente en los países PIIGS, condenaba al fracaso a toda la zona desde el arranque. Los acuerdos (como el Tratado de Maastricht) fueron repetidamente violados, incluso por los países más grandes de la UE.
Pero la creciente brecha de competitividad entre miembros de la UE era mucho más importante. Algunos, como Alemania, tendieron a la adopción de políticas como las reformas del mercado laboral que se apoyaban sobre sus idiosincráticos puntos fuertes económicos. Los fuertes se hicieron más fuertes, mientras que otros, como Italia y Grecia, se congelaron o incluso retrocedieron en el ámbito de las políticas que habían mantenido su competitividad internacional. El enfoque actual, consistente en dar un golpe de timón aplicando dolorosas políticas que podrían hacer a estos países competitivos simplemente llega mal y tarde.
Y ahora, la inestabilidad se está contagiando rápidamente a los pilares de Europa: primero a España, luego a Italia y ahora aparentemente a Francia. Los países europeos del sur siguieron endeudándose en euros a bajos tipos de interés (inflando simultáneamente las burbujas de la vivienda en esos países) hasta que, en palabras de Margaret Thatcher, a los Gobiernos socialistas "se les acabó el dinero de los demás". Como resultado, algunos de los mayores bancos privados de Europa tienen cantidades tóxicas de deuda soberana de los PIIGS y se ven amenazados con la extinción a través de quiebras en serie, por lo que se les considera como "demasiado grandes para caer". Hay, de hecho, una creciente preocupación por la solvencia del banco francés Société Générale debido a esta crisis y es probable que varios bancos europeos importantes tengan problemas si la situación no se resuelve.
Durante décadas, uno de los más trágicos precios a pagar en el Estado del Bienestar europeo ha sido el desempleo estructural de Europa, especialmente entre los jóvenes, en combinación con pagos de asistencia social que convirtieron el desempleo en un estatus aceptable –incluso deseable– mientras que se privaba de dignidad y sentido de la responsabilidad a los afectados. Los recientes disturbios en el Reino Unido son una ominosa reflexión sobre este fracaso.
Una de las preguntas claves es: ¿Cuánto tiempo más estarán dispuestos los trabajadores y contribuyentes de Alemania y otros países más fiscalmente prudentes del norte de Europa a trabajar hasta cerca de los 70 años para subsidiar (a través de rescates de la eurozona y quiebras ordenadas) a sus vecinos del sur de Europa para que estos sí se puedan jubilar antes de los 60 años con generosas pensiones financiadas por el gobierno y vayan a la playa?
La respuesta de las élites europeas, hasta la fecha, ha sido tratar de confrontar la crisis de solvencia a través de políticas fiscales y la crisis de liquidez mediante más endeudamiento, ignorando los fracasos de la política monetaria de la UE, ya que no tienen una solución políticamente aceptable. Es obvio a dónde va a conducir todo esto, como ya concluyó un análisis de la Fundación Heritage.
Quizá, en vez de estas medidas hasta ahora tomadas, algunos de los países PIIGS decidirán salirse del euro. ¿O quizá los países del Norte dejen el euro (y las deudas soberanas de los PIIGS, denominadas en euros) y resuciten el marco alemán? Parece inevitable que se tome alguno de estos caminos.
El Estado del Bienestar europeo ha contribuido muchísimo a esta situación disminuyendo la competitividad de Europa respecto al resto del mundo y es por lo que el Reino Unido, aunque no sujeto al fracaso de política monetaria, no puede escapar completamente de las consecuencias sobre el crecimiento. Mientras tanto, las fortalezas propias de Alemania le han permitido tomar ventaja sobre sus socios comerciales ligados al euro.
Para que no quede ninguna duda, el fracaso de la política monetaria subyacente es el propio euro. Está ahora meridianamente claro que esta política estaba condenada al fracaso, no solo porque Europa no pudo armonizar la moneda con otras políticas, sino porque la unión monetaria entre Estados de fuerte y débil crecimiento solo puede acabar con una trágica desintegración monetaria. La esperanza de que ayudaría a que los países de bajo crecimiento alcanzasen a los demás era solo castillos en el aire.
¿Tendrán éxito las élites de Europa en su intento de salvar la eurozona una vez más, quizás creando un ministerio central de Economía de la Unión Europea que sea el único con poder para emitir nueva deuda para los países de la UE? Esto garantizaría que los PIIGS pagaran tipos de interés más bajos que los que su historial crediticio exigiría, mientras que el norte paga más.
El presidente francés Nicolas Sarkozy parece apuntar a "hacer uso de la crisis griega para dar un salto espectacular en la gobernanza de la eurozona". El reciente pronunciamiento de Berlín y París de que el nuevo eurobono ha muerto antes de nacer, sin embargo, nos sugiere que la paciencia de Alemania está a punto de acabarse; aparentemente, ese gran salto va a tener que ser en una dirección distinta.
Para Estados Unidos, Europa es la perfecta demostración: una advertencia de lo que ocurre cuando se permite que el Estado actúe sin control, con la pérdida de libertad y déficits fiscales como consecuencia. Afortunadamente, aunque Estados Unidos solo tiene una moneda, alcanzó hace mucho tiempo ya las condiciones necesarias para una solución satisfactoria.
Es casi seguro que esta crisis resultará en algo nuevo en la actual Europa. La aparición, tanto colectiva como individualmente, de sociedades europeas más fuertes, con regímenes financieros y monetarios duraderos estaría ciertamente en el interés de Estados Unidos y del resto del mundo.
Como informa Ambrose Evans-Pritchard desde el periódico británico The Telegraph, el probable resultado a corto plazo lo describe Daniel Gross, del Centre for European Policy Studies: "Alemania y los otros estados con calificación AAA deben ponerse de acuerdo en algún tipo de régimen de deuda pública, el eurobono. De otro modo, el euro implosionará". No obstante, como ya se mencionó anteriormente, Francia, y sobre todo Alemania, se han opuesto vigorosamente al eurobono y por muy buenas razones. Asumiendo que la valoración de Gross esté en lo cierto, y es muy probable que así sea, el futuro del euro es en realidad sombrío.
Mientras tanto, debe reducirse el gasto del Gobierno de Estados Unidos, actualmente camino de consumir un tercio de la economía para cuando los recién nacidos de hoy se gradúen en la universidad. Se deben contener y reformar los derechos sociales y el gasto discrecional no de defensa debe retroceder a sus niveles de 2008.
Para reducir el gasto federal e impedir el colapso económico, los políticos de Estados Unidos deberían seguir el plan de la Fundación Heritage detallado en Para Salvar el Sueño Americano.
- Seguir leyendo: http://www.libremercado.com/2011-08-28/fundacion-heritage-el-colapso-del-estado-del-bienestar-socialista-60803/

El colapso del Estado del Bienestar socialista




James M. Roberts y Dr. J. D. Foster 

El Estado del Bienestar socialista (o "socialdemócrata") de Europa colapsa bajo el peso de una deuda insostenible. No hay posibilidad alguna de que los políticos europeos cumplan jamás muchos de los costosos derechos a beneficios que han prometido a sus ciudadanos.
El problema fundamental en la Unión Europea (UE) es el fracaso de su política monetaria. Ello, en conjunción con los debilitadores efectos de un Estado de Bienestar social, ha desembocado en un colapso económico generalizado entre los Estados de menor influencia –especialmente en Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España (los países PIIGS), pero también en algunos de los más recientes miembros de la UE– y amenaza con arrastrar a los estados más importantes.