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Thursday, July 14, 2016

Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en un 'Puerto Rico' del Pacífico?

Durante las últimas semanas, el foco de atención del mundo estuvo en Grecia, que busca medidas para afrontar su enorme deuda. Más tarde sucedió algo similar con Puerto Rico, donde según algunos expertos la situación económica es aún peor. ¿Será Japón el próximo en esta fila de los más endeudados? "Probablemente no, pero la tercera mayor economía del mundo enfrentará una serie de graves desafíos si Tokio no apresura el programa de reformas", subraya 'The National Interest'.
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?Reuters
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Según señala un artículo en 'The National Interest', sin un empuje más fuerte para hacer frente a la deuda del sector público, la estrategia nipona de estimular un mayor crecimiento económico podría tropezar y causar una deflación.
El 23 de julio el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la deuda de Japón es "insostenible". A pesar de que el gobierno nipón intenta tomar medidas más enérgicas en la esfera financiera, el FMI estima que la deuda del sector público del país, que está en torno al 250% del PIB, reanudará su trayectoria ascendente y llegaría hasta el 290% del PIB en 2030. Así, la entidad financiera pone de relieve que la deuda del sector público de Japón es ya más alta que la de cualquier economía avanzada.



El gabinete del primer ministro Shinzo Abe "está trabajando duro" para cambiar la situación económica de Japón. Con un ojo puesto en estimular un mayor crecimiento, el gobierno japonés ha reducido en 2015 la tasa del impuesto de sociedades del 35,64% hasta el 33,06%. El gobierno de Abe planea reducir esa tasa hasta un 20% en los próximos años. Otras medidas incluyen la reforma del sector agrícola, la reforma del mercado de la electricidad, y la creación de zonas estratégicas nacionales especiales, para buscar aprovechar las múltiples exenciones de las regulaciones económicas.
Aunque el FMI sostiene que da crédito a Japón en sus intenciones, al mismo tiempo no está convencido de que se esté haciendo lo suficiente en el frente de la deuda. Kalpana Kochhar, la directora del FMI para Japón, señaló que mientras que los riesgos de la deuda "han sido contenidos, no podemos asumir que esto continúe". Además, no sólo el FMI muestra  preocupación por la deuda de Japón. En abril, Fitch Ratings rebajó la calificación soberana de ese país de AA- a A+ (el mismo nivel que Israel y Malta), informa el artículo.
"El tema de la deuda no va a desaparecer para Japón. Aunque el gobierno tiene activos considerables para aprovechar y la administración Abe ha estabilizado los niveles de la deuda, las preocupaciones de mediano y largo plazo sobre la deuda son justificadas. Al mismo tiempo, las autoridades se ven atrapadas en una posición en la que no se sienten que pueden abandonar una estrategia de crecimiento y adoptar un enfoque de austeridad más agresivo.
Los políticos japoneses son conscientes de la repercusión de las medidas de austeridad en Europa. Al mismo tiempo, entienden que el control fiscal, combinado con medidas específicas de crecimiento, al igual que ocurrió en EE.UU y el Reino Unido, pueden tener éxito. Pero la principal diferencia aquí es que los niveles de deuda en EE.UU. y el Reino Unido fueron mucho menores [que en Japón]", recalca la publicación.
"La economía japonesa está entre la necesidad de aumentar el crecimiento económico, lo que parece estar realizando gradualmente y la urgencia especial de controlar la deuda. El gobierno de Abe ha estabilizado la deuda, pero todavía quedan preguntas significativas en cuanto a la sostenibilidad de esa línea política. El FMI y Fitch justamente expresan sus preocupaciones y los políticos japoneses deberían escuchar esas opiniones.
Japón no causará preocupación en el corto plazo, pero cuanto más tiempo continúe la mala situación con la deuda, lo más probable es que podamos enfrentar un 'Puerto Rico' en el Pacífico", advirtió el autor del artículo, Scott MacDonald.

Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en un 'Puerto Rico' del Pacífico?

Durante las últimas semanas, el foco de atención del mundo estuvo en Grecia, que busca medidas para afrontar su enorme deuda. Más tarde sucedió algo similar con Puerto Rico, donde según algunos expertos la situación económica es aún peor. ¿Será Japón el próximo en esta fila de los más endeudados? "Probablemente no, pero la tercera mayor economía del mundo enfrentará una serie de graves desafíos si Tokio no apresura el programa de reformas", subraya 'The National Interest'.
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?Reuters
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Según señala un artículo en 'The National Interest', sin un empuje más fuerte para hacer frente a la deuda del sector público, la estrategia nipona de estimular un mayor crecimiento económico podría tropezar y causar una deflación.
El 23 de julio el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la deuda de Japón es "insostenible". A pesar de que el gobierno nipón intenta tomar medidas más enérgicas en la esfera financiera, el FMI estima que la deuda del sector público del país, que está en torno al 250% del PIB, reanudará su trayectoria ascendente y llegaría hasta el 290% del PIB en 2030. Así, la entidad financiera pone de relieve que la deuda del sector público de Japón es ya más alta que la de cualquier economía avanzada.


Seis recesiones en seis años: "La economía japonesa está muerta"

La única opción para el país asiático sería aumentar la inflación mediante la monetización de la deuda, estima un nuevo artículo del portal Vestifinance.
Los peatones caminan por delante de un tablero electrónico que muestra los índices bursátiles de varios países en Tokio (Japón), el 9 de febrero de 2016.
Los peatones caminan por delante de un tablero electrónico que muestra los índices bursátiles de varios países en Tokio (Japón), el 9 de febrero de 2016.Yuya ShinoReuters

Todos los esfuerzos del Gobierno japonés por apoyar su economía en los últimos años fueron en vano, ya que, a pesar de un programa sin precedentes de flexibilización cuantitativa, el país no puede salir de la recesión, reza un nuevo artículo del portal Vestifinance.
El término 'abenomía' nació en 2012, cuando el Gobierno de Shinzo Abe comenzó su programa de apoyo a la economía, destinado a luchar contra la deflación. Aunque en las primeras etapas parecía un paso necesario, los métodos utilizados por las autoridades eran bastante controvertidos. Por ejemplo, se recurría a una devaluación artificial del yen mediante el aumento de la masa monetaria, cuyo efecto secundario fue un fuerte aumento de la deuda pública, que actualmente alcanza el 240% del PIB.
Los economistas y analistas han advertido que tales acciones podrían desencadenar guerras de divisas en todo el mundo, además de situar a Japón peligrosamente cerca del 'default', y ahora, por sexta vez en los últimos seis años, el PIB del país asiático disminuye, indica el portal, que subraya que cinco de las seis recesiones tuvieron lugar en la época de la 'abenomía'.
Según el artículo, hoy podemos decir con certeza que la economía de Japón "ha muerto". En el cuarto trimestre se redujo un 0,4%, en vez de la caída esperada de un 0,2%. A su vez, el PIB anual cayó un 1,4%, el mayor descenso desde el segundo trimestre del 2014.
En el contexto de una nueva recesión llegó una noticia aún más preocupante: el consumo privado anual se derrumbó un 0,8% en lo que también es la caída máxima desde el segundo trimestre de 2014.

Monetización de la deuda, ¿una opción o una locura?

Según pronostica el artículo, en el momento actual "el retorno a una política monetaria normal parece un futuro más lejano que nunca", mientras que el aumento de la inflación se presenta como la única forma de salir de esta situación.
"Un objetivo de inflación más ambicioso (quizás un 4%) ayudaría si el mercado confiara en él, pero la incapacidad del regulador para lograr el objetivo del 2% establecido en enero de 2014 ha sacudido fuertemente la credibilidad del Banco de Japón", señala el portal.
El retorno a una política monetaria normal parece un futuro más lejano que nunca
Otra opción, indica, sería la monetización de la deuda nacional, que es una forma velada de incumplimiento. Al ritmo actual de la compra, para 2020 el banco central tendrá dos tercios de los bonos del Gobierno. Si la compra se incrementa a 100 millones de yenes al año, el Banco de Japón poseería casi el total de la deuda pública para el año 2026. "De esta manera, el Gobierno se debería el dinero a sí mismo", explica Vestifinance.
La monetización de la deuda, advierte el artículo, "cumple con todos los estándares de definición de la locura económica" y provocaría una rápida inflación, pero una inflación más rápida es justo lo que Japón ha estado tratando de lograr a lo largo de las últimas dos décadas.
Otros Estados no estarán nada contentos si Japón elige este camino, ya que la monetización seguramente "abrirá la caja de Pandora de los riesgos económicos". Sin embargo, teniendo como alternativa una inminente crisis de la deuda, "la locura monetaria ya no parece tan mala idea", concluye el artículo.

Seis recesiones en seis años: "La economía japonesa está muerta"

La única opción para el país asiático sería aumentar la inflación mediante la monetización de la deuda, estima un nuevo artículo del portal Vestifinance.
Los peatones caminan por delante de un tablero electrónico que muestra los índices bursátiles de varios países en Tokio (Japón), el 9 de febrero de 2016.
Los peatones caminan por delante de un tablero electrónico que muestra los índices bursátiles de varios países en Tokio (Japón), el 9 de febrero de 2016.Yuya ShinoReuters

Todos los esfuerzos del Gobierno japonés por apoyar su economía en los últimos años fueron en vano, ya que, a pesar de un programa sin precedentes de flexibilización cuantitativa, el país no puede salir de la recesión, reza un nuevo artículo del portal Vestifinance.
El término 'abenomía' nació en 2012, cuando el Gobierno de Shinzo Abe comenzó su programa de apoyo a la economía, destinado a luchar contra la deflación. Aunque en las primeras etapas parecía un paso necesario, los métodos utilizados por las autoridades eran bastante controvertidos. Por ejemplo, se recurría a una devaluación artificial del yen mediante el aumento de la masa monetaria, cuyo efecto secundario fue un fuerte aumento de la deuda pública, que actualmente alcanza el 240% del PIB.

George Soros: 4 pronósticos vitales sobre los mercados financieros

Los pronósticos del filántropo e inversor estadounidense sobre las finanzas mundiales siempre llaman la atención mediática por cumplirse con frecuencia.
Ruben SprichReuters

El legendario inversor George Soros ha reanudado sus operaciones en las bolsas de valores tras un largo periodo dedicándose a la actividad benéfica, informó el portal Vesti Finance.
No cabe duda de que esta circunstancia no pudo menos que llamar la atención de los medios internacionales dado que con frecuencia los pronósticos del multimillonario de 85 años se han cumplido.
Prediciendo una situación desfavorable en varios mercados mundiales, su fondo Soros Fund Management redujo la cartera de bonos estadounidenses en el 37% en el primer trimestre de este año. Simultáneamente empezó acaparando los títulos de compañías auríferas y de un fondo que monitorea los precios de los metales preciosos.



Incerteza en China

Soros se mostró preocupado por China ya en 2013, señalando que las autoridades podrían manejar mal la desaceleración económica.
Este año Soros ha comparado a China con la economía estadounidense en 2007 y 2008 aludiendo al aumento de la deuda, que conduce a la incerteza y a la desestabilidad de la banca.
"La mayor parte del dinero ofrecido por los bancos se destina a apoyar empresas deficitarias o a las deudas 'malas'", Soros dijo el pasado 20 de abril durante una reunión en la organización Asia Society en Nueva York.
El multimillonario cree que a China le aguarda una multitud de impagos de la deuda corporativa.
Según Bloomberg Intelligence, este mayo 15,6 billones de yuanes (2,4 billones de dólares) de la deuda china se podían calificar como 'deuda arriesgada', es decir, el deudor carece de fondos para pagar el interés. La cifra es equivalente al 23% del PIB del país en 2015.

La crisis en Europa

En septiembre de 2011 Soros afirmó que la crisis de deuda generada por Grecia era "más grave que la crisis de 2008". El año pasado evaluó la posibilidad de la salida de Grecia de la zona euro en un 50%.
"Uno puede aplazarla indefinidamente, pagando el interés sin que sea eliminada la deuda, pero esto no va a llevar al superávit, ya que Grecia está yendo cuesta abajo", comentó en una entrevista concedida a Bloomberg Television en marzo de 2015.
Actualmente Grecia y sus acreedores están haciendo todo lo posible para llegar a un acuerdo para que el país reciba un nuevo préstamo que le permita pagar la suma necesaria este verano boreal y le reabra el acceso a las operaciones de refinanciación del Banco Central Europeo.

Los bonos de Argentina

Soros tiene un interés personal en Argentina, en cuya economía lleva décadas invirtiendo.
Luego que un tribunal estadounidense congelara los pagos del vencimiento de los intereses de bonos argentinos en favor del reclamo por fondos buitre en el litigio contra Argentina, el vehículo de inversión de Soros, Quantum Partners, se unió en 2014 a un grupo de inversores que demandaron al Bank of New York-Mellon "por incumplimiento", sosteniendo que las leyes estadounidenses no se aplican fuera de su territorio.
Ahora que el litigio está resuelto, Soros sigue mostrando su interés en el país. Los representantes de su fondo participaron en la presentación de los bonos de Argentina este abril. En consecuencia el Gobierno argentino vendió valores por un récord 16.500 millones de dólares. La ganancia media de los bonos ha sido del 57%.

La bajada del yen

La familia de Soros ganó casi 1.000 millones de dólares entre noviembre de 2012 y febrero de 2013, apostando por la expectativa de depreciación de la moneda japonesa tras la elección como primer ministro de Shinzo Abe, que presionó al Banco Central para que introdujera incentivos adicionales.
Al cabo de unos meses, Soros advirtió que la flexibilización cuantitativa podría llevar al desplome del yen al fomentar la huida de capitales.
"Lo que está haciendo Japón es muy peligroso tras 25 años de acumulación de déficit", dijo en abril de 2013.
Según el multimillonario, el Banco Central japonés podría ser incapaz de poner freno a la bajada de la moneda nacional.

George Soros: 4 pronósticos vitales sobre los mercados financieros

Los pronósticos del filántropo e inversor estadounidense sobre las finanzas mundiales siempre llaman la atención mediática por cumplirse con frecuencia.
Ruben SprichReuters

El legendario inversor George Soros ha reanudado sus operaciones en las bolsas de valores tras un largo periodo dedicándose a la actividad benéfica, informó el portal Vesti Finance.
No cabe duda de que esta circunstancia no pudo menos que llamar la atención de los medios internacionales dado que con frecuencia los pronósticos del multimillonario de 85 años se han cumplido.
Prediciendo una situación desfavorable en varios mercados mundiales, su fondo Soros Fund Management redujo la cartera de bonos estadounidenses en el 37% en el primer trimestre de este año. Simultáneamente empezó acaparando los títulos de compañías auríferas y de un fondo que monitorea los precios de los metales preciosos.


Tuesday, July 5, 2016

Lecciones de Japón y Estados Unidos


Charlie Munger, vicepresidente de Berkshire Hathaway y mítico socio de Warren Buffett, no sólo es uno de los más exitosos inversores de las últimas décadas, sino que también destaca por su vasta sabiduría.

Uno de sus más acertados consejos es el de procurar siempre invertir los problemas. A menudo los problemas son difíciles de resolver de forma directa. Una buena forma de abordarlos, dice Munger, es pensar en qué puede ir mal, en posibles errores que podemos cometer, y tratar de evitarlos. Un buen caso para aplicar esta técnica puede ser el de la crisis de Japón. El estallido de la actual crisis económica en Estados Unidos y Europa guarda grandes paralelismos con los problemas que han vivido los japoneses desde los años noventa: brutal burbuja inmobiliaria, gran endeudamiento privado, estructura productiva insostenible, colapso financiero y la consecuente recesión deflacionaria.



Lamentablemente, un cuarto de siglo después, el país nipón no sólo no ha resuelto sus problemas sino que los ha agravado. Japón tal vez sea el más claro ejemplo de lo que no hay que hacer.
La receta japonesa contra la crisis no fue otra que la que prescribe el keynesianismo. Para evitar la dolorosa pero necesaria reestructuración del aparato productivo, el desapalancamiento y la liquidación de empresas e inversiones inviables, se implementó un programa que ahora nos suena bastante: política monetaria expansiva (el término quantitative easing no es un invento americano, sino que fue el Banco de Japón el primero en ponerlo en marcha), tipos de interés a cero, rescates de bancos y empresas e incremento del gasto público con cargo a un abultado déficit fiscal.
Los resultados a largo plazo de dicho programa dejan mucho que desear. En el año 2013, el PIB nominal de Japón fue el mismo que en 1991. Lo que no es igual es la deuda. Sólo la deuda pública se ha disparado de un 70% del PIB hasta el 240% en 2013. Si tomamos la deuda pública, más la de las familias y empresas no financieras, actualmente está en torno al 450% del PIB.
El actual primer ministro, Shinzo Abe, ganó las elecciones a finales de 2012 con un programa económico en el que proponía, básicamente, un all-in de las mismas políticas keynesianas que habían fracasado hasta la fecha.
Las famosas “tres flechas” que componen el Abenomics consisten en un masivo estímulo fiscal (la inversión pública ha aumentado en un 21%), una flexibilización monetaria masiva y unas supuestas reformas estructurales que en la práctica aún no se han hecho. En pocas palabras, un programa que recuerda a aquella cómica escena de los hermanos Marx en la que, al grito de ¡más madera!, terminan destrozando un tren para usarlo como combustible.
Se atribuye a Einstein, probablemente de forma incorrecta, la frase de que la locura es intentar una cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultadosEn esta ocasión no ha sido una excepción. Tras el típico repunte inmediato, la economía japonesa ha vuelto a las andadas.
El segundo trimestre de 2014 la economía nipona se contrajo espectacularmente, un 7,3% respecto al año anterior. Para el tercer trimestre, en el que se esperaba un cierto rebote, recientemente supimos que Japón siguió hundiéndose, cayendo un 1,6% respecto al año anterior y entrando oficialmente en recesión. Un decepcionado Shinzo Abe acaba de convocar elecciones anticipadas para poner en manos de los japoneses el rumbo que debe seguir el gobierno para salir de la crisis.
A menudo se dice que Estados Unidos ha logrado salir de la Gran Recesión gracias al quantitative easing y a los estímulos fiscales. Pero si es así, ¿cómo es que quien ha aplicado más intensamente estas mismas medidas, como Japón, no logra levantar cabeza tras un cuarto de siglo tropezando con la misma piedra?
El motivo es que el intento de simplificar la realidad lleva a muchos a caer en la falacia post hoc ergo propter hoc. O dicho de otro modo, no porque A suceda antes que B significa que sea su causa. Puede que B suceda pese a A.
Hay que decir que aunque Estados Unidos evoluciona positivamente, lo hace muy despacio y la recuperación está lejos de ser sólida. Pero si por algo no ha sido es por los estímulos fiscales ni por la expansión monetaria.
En primer lugar, porque pese a los lamentos de economistas como Paul Krugman, el gasto público lleva congelado en términos absolutos desde 2010 y ha caído desde el 41,9% de PIB hasta el 36,6% en 2013. Y en segundo lugar, porque como expliqué en un artículo anterior el quantitative easing en el mejor de los casos es inútil y en el peor retrasa la recuperación, posponiendo las necesarias reestructuraciones.
Afortunadamente Estados Unidos tiene características propias que agilizan la recuperación de las que otros países carecen o cuyos gobiernos se han negado a aplicar.
Si hay que destacar tres son, primero, la relativa mayor flexibilidad a la hora de liquidar inversiones y empresas inviables y trasladar los factores productivos de forma rápida a nuevas líneas de negocio rentables y sostenibles.
Segundo, la revolución energética que actualmente se vive en América del Norte, principalmente en el sector del gas.
Y tercero, una deuda que pese a que no podemos decir que sea baja, sí es comparativamente menor que la japonesa o la europea. La suma de la deuda pública, de las empresas no financieras y las familias en Estados Unidos es del entorno del 250%. Poco más de la mitad que la monstruosa deuda de Japón.
Si bien Estados Unidos parece haber salido de la trampa depresiva en la que Japón lleva décadas, existe hoy un paciente que camina con paso firme hacia la japonización: Europa.
No sólo ha imitado todas las recetas malas de Japón y Estados Unidos, sino que ha olvidado incluir las que sí son positivas de países como el norteamericano. No vendría mal a los dirigentes europeos hacer caso a Charlie Munger, invertir el problema y empezar por evitar los errores que otros han cometido.

Lecciones de Japón y Estados Unidos


Charlie Munger, vicepresidente de Berkshire Hathaway y mítico socio de Warren Buffett, no sólo es uno de los más exitosos inversores de las últimas décadas, sino que también destaca por su vasta sabiduría.

Uno de sus más acertados consejos es el de procurar siempre invertir los problemas. A menudo los problemas son difíciles de resolver de forma directa. Una buena forma de abordarlos, dice Munger, es pensar en qué puede ir mal, en posibles errores que podemos cometer, y tratar de evitarlos. Un buen caso para aplicar esta técnica puede ser el de la crisis de Japón. El estallido de la actual crisis económica en Estados Unidos y Europa guarda grandes paralelismos con los problemas que han vivido los japoneses desde los años noventa: brutal burbuja inmobiliaria, gran endeudamiento privado, estructura productiva insostenible, colapso financiero y la consecuente recesión deflacionaria.


Friday, June 24, 2016

La Bolsa de Tokio cae un 8% tras los resultados del referéndum británico

A este fenómeno se suma el aumento en la tasa de cambio de la moneda japonesa en 99,9 yenes por dólar por primera vez desde noviembre del 2013.
Issei KatoReuters

La jornada laboral en la Bolsa de Valores de Tokio se ha cerrado con una drástica caída de los principales índices de la actividad comercial tras conocerse los resultados del referéndum en el Reino Unido.
El Nikkei, el índice clave para Japón, que representa las cotizaciones de las 225 mayores empresas del país, ha bajado un 7,92% hasta situarse en los 14.890,56 puntos. El más amplio índice TOPIX, en la que cotizan las compañías en la primera sección (elitista) de la Bolsa, ha bajado un 7,26% y se sitúa en los 1.204,48 puntos, informa la agencia Bloomberg.
A este fenómeno se suma el aumento en la tasa de cambio de la moneda japonesa en 99,9 yenes por dólar por primera vez desde noviembre del 2013.
Según señala el diario 'The Japan Times', algunos analistas han especulado que el Banco de Japón estará bajo mayor presión si el Reino Unido deja la Unión Europea, mientras que la presidenta de la Reserva Federal de EE.UU., Janet Yellen, considera al 'brexit' como una de las razones del posible estancamiento en el aumento de las tasas de interés en este año en los Estados Unidos.
Por su parte, el euro cayó un 3,5% frente al dólar, mientras que las monedas de Noruega, Suecia y Turquía registraron pérdidas aún más significativas. También ha sido registrado un descenso en los mercados emergentes más importantes, como el de Sudáfrica, donde el rand bajó un 5,8%.
Horas antes se informaba que el precio del barril del petróleo de Brent ha caído un 5% y el precio de la onza de oro subió hasta 50 dólares en el marco de los resultados preliminares del referéndum en el Reino Unido, mientras que el precio de la libra esterlina cayó por debajo del nivel de 1,35 dólares.

La Bolsa de Tokio cae un 8% tras los resultados del referéndum británico

A este fenómeno se suma el aumento en la tasa de cambio de la moneda japonesa en 99,9 yenes por dólar por primera vez desde noviembre del 2013.
Issei KatoReuters

La jornada laboral en la Bolsa de Valores de Tokio se ha cerrado con una drástica caída de los principales índices de la actividad comercial tras conocerse los resultados del referéndum en el Reino Unido.
El Nikkei, el índice clave para Japón, que representa las cotizaciones de las 225 mayores empresas del país, ha bajado un 7,92% hasta situarse en los 14.890,56 puntos. El más amplio índice TOPIX, en la que cotizan las compañías en la primera sección (elitista) de la Bolsa, ha bajado un 7,26% y se sitúa en los 1.204,48 puntos, informa la agencia Bloomberg.
A este fenómeno se suma el aumento en la tasa de cambio de la moneda japonesa en 99,9 yenes por dólar por primera vez desde noviembre del 2013.

Tuesday, June 21, 2016

Lecciones de Japón y Estados Unidos


Charlie Munger, vicepresidente de Berkshire Hathaway y mítico socio de Warren Buffett, no sólo es uno de los más exitosos inversores de las últimas décadas, sino que también destaca por su vasta sabiduría.

Uno de sus más acertados consejos es el de procurar siempre invertir los problemas. A menudo los problemas son difíciles de resolver de forma directa. Una buena forma de abordarlos, dice Munger, es pensar en qué puede ir mal, en posibles errores que podemos cometer, y tratar de evitarlos. Un buen caso para aplicar esta técnica puede ser el de la crisis de Japón. El estallido de la actual crisis económica en Estados Unidos y Europa guarda grandes paralelismos con los problemas que han vivido los japoneses desde los años noventa: brutal burbuja inmobiliaria, gran endeudamiento privado, estructura productiva insostenible, colapso financiero y la consecuente recesión deflacionaria.



Lamentablemente, un cuarto de siglo después, el país nipón no sólo no ha resuelto sus problemas sino que los ha agravado. Japón tal vez sea el más claro ejemplo de lo que no hay que hacer.
La receta japonesa contra la crisis no fue otra que la que prescribe el keynesianismo. Para evitar la dolorosa pero necesaria reestructuración del aparato productivo, el desapalancamiento y la liquidación de empresas e inversiones inviables, se implementó un programa que ahora nos suena bastante: política monetaria expansiva (el término quantitative easing no es un invento americano, sino que fue el Banco de Japón el primero en ponerlo en marcha), tipos de interés a cero, rescates de bancos y empresas e incremento del gasto público con cargo a un abultado déficit fiscal.
Los resultados a largo plazo de dicho programa dejan mucho que desear. En el año 2013, el PIB nominal de Japón fue el mismo que en 1991. Lo que no es igual es la deuda. Sólo la deuda pública se ha disparado de un 70% del PIB hasta el 240% en 2013. Si tomamos la deuda pública, más la de las familias y empresas no financieras, actualmente está en torno al 450% del PIB.
El actual primer ministro, Shinzo Abe, ganó las elecciones a finales de 2012 con un programa económico en el que proponía, básicamente, un all-in de las mismas políticas keynesianas que habían fracasado hasta la fecha.
Las famosas “tres flechas” que componen el Abenomics consisten en un masivo estímulo fiscal (la inversión pública ha aumentado en un 21%), una flexibilización monetaria masiva y unas supuestas reformas estructurales que en la práctica aún no se han hecho. En pocas palabras, un programa que recuerda a aquella cómica escena de los hermanos Marx en la que, al grito de ¡más madera!, terminan destrozando un tren para usarlo como combustible.
Se atribuye a Einstein, probablemente de forma incorrecta, la frase de que la locura es intentar una cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultadosEn esta ocasión no ha sido una excepción. Tras el típico repunte inmediato, la economía japonesa ha vuelto a las andadas.
El segundo trimestre de 2014 la economía nipona se contrajo espectacularmente, un 7,3% respecto al año anterior. Para el tercer trimestre, en el que se esperaba un cierto rebote, recientemente supimos que Japón siguió hundiéndose, cayendo un 1,6% respecto al año anterior y entrando oficialmente en recesión. Un decepcionado Shinzo Abe acaba de convocar elecciones anticipadas para poner en manos de los japoneses el rumbo que debe seguir el gobierno para salir de la crisis.
A menudo se dice que Estados Unidos ha logrado salir de la Gran Recesión gracias al quantitative easing y a los estímulos fiscales. Pero si es así, ¿cómo es que quien ha aplicado más intensamente estas mismas medidas, como Japón, no logra levantar cabeza tras un cuarto de siglo tropezando con la misma piedra?
El motivo es que el intento de simplificar la realidad lleva a muchos a caer en la falacia post hoc ergo propter hoc. O dicho de otro modo, no porque A suceda antes que B significa que sea su causa. Puede que B suceda pese a A.
Hay que decir que aunque Estados Unidos evoluciona positivamente, lo hace muy despacio y la recuperación está lejos de ser sólida. Pero si por algo no ha sido es por los estímulos fiscales ni por la expansión monetaria.
En primer lugar, porque pese a los lamentos de economistas como Paul Krugman, el gasto público lleva congelado en términos absolutos desde 2010 y ha caído desde el 41,9% de PIB hasta el 36,6% en 2013. Y en segundo lugar, porque como expliqué en un artículo anterior el quantitative easing en el mejor de los casos es inútil y en el peor retrasa la recuperación, posponiendo las necesarias reestructuraciones.
Afortunadamente Estados Unidos tiene características propias que agilizan la recuperación de las que otros países carecen o cuyos gobiernos se han negado a aplicar.
Si hay que destacar tres son, primero, la relativa mayor flexibilidad a la hora de liquidar inversiones y empresas inviables y trasladar los factores productivos de forma rápida a nuevas líneas de negocio rentables y sostenibles.
Segundo, la revolución energética que actualmente se vive en América del Norte, principalmente en el sector del gas.
Y tercero, una deuda que pese a que no podemos decir que sea baja, sí es comparativamente menor que la japonesa o la europea. La suma de la deuda pública, de las empresas no financieras y las familias en Estados Unidos es del entorno del 250%. Poco más de la mitad que la monstruosa deuda de Japón.
Si bien Estados Unidos parece haber salido de la trampa depresiva en la que Japón lleva décadas, existe hoy un paciente que camina con paso firme hacia la japonización: Europa.
No sólo ha imitado todas las recetas malas de Japón y Estados Unidos, sino que ha olvidado incluir las que sí son positivas de países como el norteamericano. No vendría mal a los dirigentes europeos hacer caso a Charlie Munger, invertir el problema y empezar por evitar los errores que otros han cometido.

Lecciones de Japón y Estados Unidos


Charlie Munger, vicepresidente de Berkshire Hathaway y mítico socio de Warren Buffett, no sólo es uno de los más exitosos inversores de las últimas décadas, sino que también destaca por su vasta sabiduría.

Uno de sus más acertados consejos es el de procurar siempre invertir los problemas. A menudo los problemas son difíciles de resolver de forma directa. Una buena forma de abordarlos, dice Munger, es pensar en qué puede ir mal, en posibles errores que podemos cometer, y tratar de evitarlos. Un buen caso para aplicar esta técnica puede ser el de la crisis de Japón. El estallido de la actual crisis económica en Estados Unidos y Europa guarda grandes paralelismos con los problemas que han vivido los japoneses desde los años noventa: brutal burbuja inmobiliaria, gran endeudamiento privado, estructura productiva insostenible, colapso financiero y la consecuente recesión deflacionaria.


Tuesday, June 14, 2016

Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en un 'Puerto Rico' del Pacífico?

Durante las últimas semanas, el foco de atención del mundo estuvo en Grecia, que busca medidas para afrontar su enorme deuda. Más tarde sucedió algo similar con Puerto Rico, donde según algunos expertos la situación económica es aún peor. ¿Será Japón el próximo en esta fila de los más endeudados? "Probablemente no, pero la tercera mayor economía del mundo enfrentará una serie de graves desafíos si Tokio no apresura el programa de reformas", subraya 'The National Interest'.
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?Reuters

Según señala un artículo en 'The National Interest', sin un empuje más fuerte para hacer frente a la deuda del sector público, la estrategia nipona de estimular un mayor crecimiento económico podría tropezar y causar una deflación.
El 23 de julio el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la deuda de Japón es "insostenible". A pesar de que el gobierno nipón intenta tomar medidas más enérgicas en la esfera financiera, el FMI estima que la deuda del sector público del país, que está en torno al 250% del PIB, reanudará su trayectoria ascendente y llegaría hasta el 290% del PIB en 2030. Así, la entidad financiera pone de relieve que la deuda del sector público de Japón es ya más alta que la de cualquier economía avanzada.



El gabinete del primer ministro Shinzo Abe "está trabajando duro" para cambiar la situación económica de Japón. Con un ojo puesto en estimular un mayor crecimiento, el gobierno japonés ha reducido en 2015 la tasa del impuesto de sociedades del 35,64% hasta el 33,06%. El gobierno de Abe planea reducir esa tasa hasta un 20% en los próximos años. Otras medidas incluyen la reforma del sector agrícola, la reforma del mercado de la electricidad, y la creación de zonas estratégicas nacionales especiales, para buscar aprovechar las múltiples exenciones de las regulaciones económicas.
Aunque el FMI sostiene que da crédito a Japón en sus intenciones, al mismo tiempo no está convencido de que se esté haciendo lo suficiente en el frente de la deuda. Kalpana Kochhar, la directora del FMI para Japón, señaló que mientras que los riesgos de la deuda "han sido contenidos, no podemos asumir que esto continúe". Además, no sólo el FMI muestra  preocupación por la deuda de Japón. En abril, Fitch Ratings rebajó la calificación soberana de ese país de AA- a A+ (el mismo nivel que Israel y Malta), informa el artículo.
"El tema de la deuda no va a desaparecer para Japón. Aunque el gobierno tiene activos considerables para aprovechar y la administración Abe ha estabilizado los niveles de la deuda, las preocupaciones de mediano y largo plazo sobre la deuda son justificadas. Al mismo tiempo, las autoridades se ven atrapadas en una posición en la que no se sienten que pueden abandonar una estrategia de crecimiento y adoptar un enfoque de austeridad más agresivo.
Los políticos japoneses son conscientes de la repercusión de las medidas de austeridad en Europa. Al mismo tiempo, entienden que el control fiscal, combinado con medidas específicas de crecimiento, al igual que ocurrió en EE.UU y el Reino Unido, pueden tener éxito. Pero la principal diferencia aquí es que los niveles de deuda en EE.UU. y el Reino Unido fueron mucho menores [que en Japón]", recalca la publicación.
"La economía japonesa está entre la necesidad de aumentar el crecimiento económico, lo que parece estar realizando gradualmente y la urgencia especial de controlar la deuda. El gobierno de Abe ha estabilizado la deuda, pero todavía quedan preguntas significativas en cuanto a la sostenibilidad de esa línea política. El FMI y Fitch justamente expresan sus preocupaciones y los políticos japoneses deberían escuchar esas opiniones.
Japón no causará preocupación en el corto plazo, pero cuanto más tiempo continúe la mala situación con la deuda, lo más probable es que podamos enfrentar un 'Puerto Rico' en el Pacífico", advirtió el autor del artículo, Scott MacDonald.

Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en un 'Puerto Rico' del Pacífico?

Durante las últimas semanas, el foco de atención del mundo estuvo en Grecia, que busca medidas para afrontar su enorme deuda. Más tarde sucedió algo similar con Puerto Rico, donde según algunos expertos la situación económica es aún peor. ¿Será Japón el próximo en esta fila de los más endeudados? "Probablemente no, pero la tercera mayor economía del mundo enfrentará una serie de graves desafíos si Tokio no apresura el programa de reformas", subraya 'The National Interest'.
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?Reuters

Según señala un artículo en 'The National Interest', sin un empuje más fuerte para hacer frente a la deuda del sector público, la estrategia nipona de estimular un mayor crecimiento económico podría tropezar y causar una deflación.
El 23 de julio el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la deuda de Japón es "insostenible". A pesar de que el gobierno nipón intenta tomar medidas más enérgicas en la esfera financiera, el FMI estima que la deuda del sector público del país, que está en torno al 250% del PIB, reanudará su trayectoria ascendente y llegaría hasta el 290% del PIB en 2030. Así, la entidad financiera pone de relieve que la deuda del sector público de Japón es ya más alta que la de cualquier economía avanzada.


Seis recesiones en seis años: "La economía japonesa está muerta"

La única opción para el país asiático sería aumentar la inflación mediante la monetización de la deuda, estima un nuevo artículo del portal Vestifinance.
Los peatones caminan por delante de un tablero electrónico que muestra los índices bursátiles de varios países en Tokio (Japón), el 9 de febrero de 2016.
Los peatones caminan por delante de un tablero electrónico que muestra los índices bursátiles de varios países en Tokio (Japón), el 9 de febrero de 2016.Yuya ShinoReuters

Todos los esfuerzos del Gobierno japonés por apoyar su economía en los últimos años fueron en vano, ya que, a pesar de un programa sin precedentes de flexibilización cuantitativa, el país no puede salir de la recesión, reza un nuevo artículo del portal Vestifinance.
El término 'abenomía' nació en 2012, cuando el Gobierno de Shinzo Abe comenzó su programa de apoyo a la economía, destinado a luchar contra la deflación. Aunque en las primeras etapas parecía un paso necesario, los métodos utilizados por las autoridades eran bastante controvertidos. Por ejemplo, se recurría a una devaluación artificial del yen mediante el aumento de la masa monetaria, cuyo efecto secundario fue un fuerte aumento de la deuda pública, que actualmente alcanza el 240% del PIB.



Los economistas y analistas han advertido que tales acciones podrían desencadenar guerras de divisas en todo el mundo, además de situar a Japón peligrosamente cerca del 'default', y ahora, por sexta vez en los últimos seis años, el PIB del país asiático disminuye, indica el portal, que subraya que cinco de las seis recesiones tuvieron lugar en la época de la 'abenomía'.
Según el artículo, hoy podemos decir con certeza que la economía de Japón "ha muerto". En el cuarto trimestre se redujo un 0,4%, en vez de la caída esperada de un 0,2%. A su vez, el PIB anual cayó un 1,4%, el mayor descenso desde el segundo trimestre del 2014.
En el contexto de una nueva recesión llegó una noticia aún más preocupante: el consumo privado anual se derrumbó un 0,8% en lo que también es la caída máxima desde el segundo trimestre de 2014.

Monetización de la deuda, ¿una opción o una locura?

Según pronostica el artículo, en el momento actual "el retorno a una política monetaria normal parece un futuro más lejano que nunca", mientras que el aumento de la inflación se presenta como la única forma de salir de esta situación.
"Un objetivo de inflación más ambicioso (quizás un 4%) ayudaría si el mercado confiara en él, pero la incapacidad del regulador para lograr el objetivo del 2% establecido en enero de 2014 ha sacudido fuertemente la credibilidad del Banco de Japón", señala el portal.
El retorno a una política monetaria normal parece un futuro más lejano que nunca
Otra opción, indica, sería la monetización de la deuda nacional, que es una forma velada de incumplimiento. Al ritmo actual de la compra, para 2020 el banco central tendrá dos tercios de los bonos del Gobierno. Si la compra se incrementa a 100 millones de yenes al año, el Banco de Japón poseería casi el total de la deuda pública para el año 2026. "De esta manera, el Gobierno se debería el dinero a sí mismo", explica Vestifinance.
La monetización de la deuda, advierte el artículo, "cumple con todos los estándares de definición de la locura económica" y provocaría una rápida inflación, pero una inflación más rápida es justo lo que Japón ha estado tratando de lograr a lo largo de las últimas dos décadas.
Otros Estados no estarán nada contentos si Japón elige este camino, ya que la monetización seguramente "abrirá la caja de Pandora de los riesgos económicos". Sin embargo, teniendo como alternativa una inminente crisis de la deuda, "la locura monetaria ya no parece tan mala idea", concluye el artículo.

Seis recesiones en seis años: "La economía japonesa está muerta"

La única opción para el país asiático sería aumentar la inflación mediante la monetización de la deuda, estima un nuevo artículo del portal Vestifinance.
Los peatones caminan por delante de un tablero electrónico que muestra los índices bursátiles de varios países en Tokio (Japón), el 9 de febrero de 2016.
Los peatones caminan por delante de un tablero electrónico que muestra los índices bursátiles de varios países en Tokio (Japón), el 9 de febrero de 2016.Yuya ShinoReuters

Todos los esfuerzos del Gobierno japonés por apoyar su economía en los últimos años fueron en vano, ya que, a pesar de un programa sin precedentes de flexibilización cuantitativa, el país no puede salir de la recesión, reza un nuevo artículo del portal Vestifinance.
El término 'abenomía' nació en 2012, cuando el Gobierno de Shinzo Abe comenzó su programa de apoyo a la economía, destinado a luchar contra la deflación. Aunque en las primeras etapas parecía un paso necesario, los métodos utilizados por las autoridades eran bastante controvertidos. Por ejemplo, se recurría a una devaluación artificial del yen mediante el aumento de la masa monetaria, cuyo efecto secundario fue un fuerte aumento de la deuda pública, que actualmente alcanza el 240% del PIB.


George Soros: 4 pronósticos vitales sobre los mercados financieros

Los pronósticos del filántropo e inversor estadounidense sobre las finanzas mundiales siempre llaman la atención mediática por cumplirse con frecuencia.
Ruben SprichReuters
El legendario inversor George Soros ha reanudado sus operaciones en las bolsas de valores tras un largo periodo dedicándose a la actividad benéfica, informó el portal Vesti Finance.
No cabe duda de que esta circunstancia no pudo menos que llamar la atención de los medios internacionales dado que con frecuencia los pronósticos del multimillonario de 85 años se han cumplido.
Prediciendo una situación desfavorable en varios mercados mundiales, su fondo Soros Fund Management redujo la cartera de bonos estadounidenses en el 37% en el primer trimestre de este año. Simultáneamente empezó acaparando los títulos de compañías auríferas y de un fondo que monitorea los precios de los metales preciosos.



Incerteza en China

Soros se mostró preocupado por China ya en 2013, señalando que las autoridades podrían manejar mal la desaceleración económica.
Este año Soros ha comparado a China con la economía estadounidense en 2007 y 2008 aludiendo al aumento de la deuda, que conduce a la incerteza y a la desestabilidad de la banca.
"La mayor parte del dinero ofrecido por los bancos se destina a apoyar empresas deficitarias o a las deudas 'malas'", Soros dijo el pasado 20 de abril durante una reunión en la organización Asia Society en Nueva York.
El multimillonario cree que a China le aguarda una multitud de impagos de la deuda corporativa.
Según Bloomberg Intelligence, este mayo 15,6 billones de yuanes (2,4 billones de dólares) de la deuda china se podían calificar como 'deuda arriesgada', es decir, el deudor carece de fondos para pagar el interés. La cifra es equivalente al 23% del PIB del país en 2015.

La crisis en Europa

En septiembre de 2011 Soros afirmó que la crisis de deuda generada por Grecia era "más grave que la crisis de 2008". El año pasado evaluó la posibilidad de la salida de Grecia de la zona euro en un 50%.
"Uno puede aplazarla indefinidamente, pagando el interés sin que sea eliminada la deuda, pero esto no va a llevar al superávit, ya que Grecia está yendo cuesta abajo", comentó en una entrevista concedida a Bloomberg Television en marzo de 2015.
Actualmente Grecia y sus acreedores están haciendo todo lo posible para llegar a un acuerdo para que el país reciba un nuevo préstamo que le permita pagar la suma necesaria este verano boreal y le reabra el acceso a las operaciones de refinanciación del Banco Central Europeo.

Los bonos de Argentina

Soros tiene un interés personal en Argentina, en cuya economía lleva décadas invirtiendo.
Luego que un tribunal estadounidense congelara los pagos del vencimiento de los intereses de bonos argentinos en favor del reclamo por fondos buitre en el litigio contra Argentina, el vehículo de inversión de Soros, Quantum Partners, se unió en 2014 a un grupo de inversores que demandaron al Bank of New York-Mellon "por incumplimiento", sosteniendo que las leyes estadounidenses no se aplican fuera de su territorio.
Ahora que el litigio está resuelto, Soros sigue mostrando su interés en el país. Los representantes de su fondo participaron en la presentación de los bonos de Argentina este abril. En consecuencia el Gobierno argentino vendió valores por un récord 16.500 millones de dólares. La ganancia media de los bonos ha sido del 57%.

La bajada del yen

La familia de Soros ganó casi 1.000 millones de dólares entre noviembre de 2012 y febrero de 2013, apostando por la expectativa de depreciación de la moneda japonesa tras la elección como primer ministro de Shinzo Abe, que presionó al Banco Central para que introdujera incentivos adicionales.
Al cabo de unos meses, Soros advirtió que la flexibilización cuantitativa podría llevar al desplome del yen al fomentar la huida de capitales.
"Lo que está haciendo Japón es muy peligroso tras 25 años de acumulación de déficit", dijo en abril de 2013.
Según el multimillonario, el Banco Central japonés podría ser incapaz de poner freno a la bajada de la moneda nacional.

George Soros: 4 pronósticos vitales sobre los mercados financieros

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No cabe duda de que esta circunstancia no pudo menos que llamar la atención de los medios internacionales dado que con frecuencia los pronósticos del multimillonario de 85 años se han cumplido.
Prediciendo una situación desfavorable en varios mercados mundiales, su fondo Soros Fund Management redujo la cartera de bonos estadounidenses en el 37% en el primer trimestre de este año. Simultáneamente empezó acaparando los títulos de compañías auríferas y de un fondo que monitorea los precios de los metales preciosos.