Wikipedia

Search results

Showing posts with label Comercio. Show all posts
Showing posts with label Comercio. Show all posts

Wednesday, November 23, 2016

¿Fue real la retórica de campaña de Trump acerca del comercio?

Simon Lester explica algunos de los límites a los que se enfrentaría Trump si pretendiera llevar a la realidad sus propuestas de política comercial.


Simon Lester
 
es analista de políticas públicas en el Centro Herbert A. Stiefel para Estudios de Política Comercial del Cato Institute.
Durante su campaña, el Presidente-electo Donald Trump hizo algunas afirmaciones muy controversiales acerca del comercio. Denominó al acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) como “la violación de nuestro país”. Sugirió renegociar, o incluso salirse de, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Acusó a China y México, entre otros, de “hacer trampa” a EE.UU. en cuanto al comercio.
Al mismo tiempo, algunas de sus propuestas reflejan simplemente la política comercialactual. Por ejemplo, él dijo que “instruiría al Representante Comercial de EE.UU. para que denuncie casos comerciales en contra de China, tanto en su país como ante la OMC”, lo cual ya es una parte clave de lo que el Representante Comercial de EE.UU. ha estado haciendo por más de una década.


La dicotomía provoca algunas preguntas interesantes acerca de la administración de Trump: ¿será que sus políticas en la práctica serán igual de agresivas que su retórica de campaña?
El primer lugar para buscar claves serán las personas que él contrate para las posiciones más altas de política comercial en lugares como la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. y el Consejo Económico Nacional. Los asesores de Trump que él parece escuchar acerca de comercio en este momento tienen un pasado muy superficial en la materia. Si desea implementar las políticas generales que él y estos asesores parecen favorecer, necesitará ayuda de funcionarios con mayor experiencia que comprendan los detalles de la política comercial y de las negociaciones comerciales. Las personas específicas que él elija nos podrían revelar algo acerca de qué dirección podría tomar la política comercial estadounidense durante los próximos cuatro años.
Sobre la sustancia de la política comercial de Trump, hay varios asuntos domésticos e internacionales que considerar. A nivel doméstico, el presidente tiene algo de discrecionalidad para fijar la agenda de política comercial. Trump podría ordenar al Departamento de Comercio que adopte metodologías más estrictas en los casos anti-dumping u ordenar al Departamento de la Tesorería para que designe a China como un país que manipula su moneda. También podría ir más allá y utilizar las provisiones de la Sección 232 de la Ley de Expansión del Comercio de 1962 para proveer una justificación de seguridad nacional a las barreras a las importaciones. Pero su discrecionalidad tiene sus límites: el congreso y/o las cortes podrían limitar cualquier nueva barrera a las importaciones que trate de imponer.
A nivel internacional, la política comercial está atada a la política exterior de manera estrecha cuando EE.UU. negocia acuerdos de comercio e inversión con varios países. Trump ha criticado muchos acuerdos comerciales existentes y al recientemente concluido, aunque no ratificado, TPP. Él y sus asesores han sugerido que los tratados bilaterales de comercioofrecen una mejor forma de ahora en adelante, lo cual provoca dos preguntas:
Primero, ¿con quién estaría dispuesta la administración de Trump a negociar acuerdos comerciales bilaterales? Se ha dicho algo acerca de un acuerdo comercial con el Reino Unido, que estaría buscando socios comerciales debido al Brexit. Pero Trump ha acusado a muchos otros países de “hacer trampa” y no queda claro si pretende evitar comerciar con estos países o simplemente proponer nuevos acuerdos que corrijan esas trampas. También puede que haya una negación generalizada entre sus asesores a comerciar con países de salarios bajos.
Segundo, ¿que estaría dentro de estos acuerdos bilaterales? Trump y sus asesores frecuentemente han mencionado viejos asuntos comerciales como la manipulación de monedas y las distorsiones que ellos dicen que son causadas por los impuestos al valor agregado de gobiernos extranjeros. Pero los economistas no están de acuerdo sobre si estos asuntos son siquiera problemáticos, mucho menos sobre cómo resolverlos. Convencer a nuestros socios comerciales de cualquier solución potencial sería un reto.
Y estas son sola las preguntas que surgen de los acuerdos a futuro. Trump ha hablado mucho acerca de “renegociar” los acuerdos existentes tales como el TLCAN, o de salirse de estos si sus términos no pueden ser cambiados de manera satisfactoria. Pero esos acuerdos cubren un amplio rango de cuestiones de políticas públicas, y no queda ni siquiera claro qué parte de ellos desea cambiar. Es difícil adivinar por ahora y en ausencia de cualquier cosa concreta.
De manera que hay un alto grado de incertidumbre sobre cómo Trump procederá como presidente, respecto del comercio así como de muchas otras áreas de la política pública. A estas alturas, todo lo que podemos hacer es buscar claves en las personas que él contrata para las posiciones claves de la política comercial y esperar a que esas personas fijen la agenda. En realidad, podrían pasar meses o incluso un año hasta que sepamos algo sustancial acerca de la forma que tomará la política comercial de la administración de Trump.

¿Fue real la retórica de campaña de Trump acerca del comercio?

Simon Lester explica algunos de los límites a los que se enfrentaría Trump si pretendiera llevar a la realidad sus propuestas de política comercial.


Simon Lester
 
es analista de políticas públicas en el Centro Herbert A. Stiefel para Estudios de Política Comercial del Cato Institute.
Durante su campaña, el Presidente-electo Donald Trump hizo algunas afirmaciones muy controversiales acerca del comercio. Denominó al acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) como “la violación de nuestro país”. Sugirió renegociar, o incluso salirse de, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Acusó a China y México, entre otros, de “hacer trampa” a EE.UU. en cuanto al comercio.
Al mismo tiempo, algunas de sus propuestas reflejan simplemente la política comercialactual. Por ejemplo, él dijo que “instruiría al Representante Comercial de EE.UU. para que denuncie casos comerciales en contra de China, tanto en su país como ante la OMC”, lo cual ya es una parte clave de lo que el Representante Comercial de EE.UU. ha estado haciendo por más de una década.

Friday, November 18, 2016

¿Fue real la retórica de campaña de Trump acerca del comercio?

Simon Lester explica algunos de los límites a los que se enfrentaría Trump si pretendiera llevar a la realidad sus propuestas de política comercial.

Simon Lester es analista de políticas públicas en el Centro Herbert A. Stiefel para Estudios de Política Comercial del Cato Institute.
Durante su campaña, el Presidente-electo Donald Trump hizo algunas afirmaciones muy controversiales acerca del comercio. Denominó al acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) como “la violación de nuestro país”. Sugirió renegociar, o incluso salirse de, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Acusó a China y México, entre otros, de “hacer trampa” a EE.UU. en cuanto al comercio.


Al mismo tiempo, algunas de sus propuestas reflejan simplemente la política comercialactual. Por ejemplo, él dijo que “instruiría al Representante Comercial de EE.UU. para que denuncie casos comerciales en contra de China, tanto en su país como ante la OMC”, lo cual ya es una parte clave de lo que el Representante Comercial de EE.UU. ha estado haciendo por más de una década.
La dicotomía provoca algunas preguntas interesantes acerca de la administración de Trump: ¿será que sus políticas en la práctica serán igual de agresivas que su retórica de campaña?
El primer lugar para buscar claves serán las personas que él contrate para las posiciones más altas de política comercial en lugares como la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. y el Consejo Económico Nacional. Los asesores de Trump que él parece escuchar acerca de comercio en este momento tienen un pasado muy superficial en la materia. Si desea implementar las políticas generales que él y estos asesores parecen favorecer, necesitará ayuda de funcionarios con mayor experiencia que comprendan los detalles de la política comercial y de las negociaciones comerciales. Las personas específicas que él elija nos podrían revelar algo acerca de qué dirección podría tomar la política comercial estadounidense durante los próximos cuatro años.
Sobre la sustancia de la política comercial de Trump, hay varios asuntos domésticos e internacionales que considerar. A nivel doméstico, el presidente tiene algo de discrecionalidad para fijar la agenda de política comercial. Trump podría ordenar al Departamento de Comercio que adopte metodologías más estrictas en los casos anti-dumping u ordenar al Departamento de la Tesorería para que designe a China como un país que manipula su moneda. También podría ir más allá y utilizar las provisiones de la Sección 232 de la Ley de Expansión del Comercio de 1962 para proveer una justificación de seguridad nacional a las barreras a las importaciones. Pero su discrecionalidad tiene sus límites: el congreso y/o las cortes podrían limitar cualquier nueva barrera a las importaciones que trate de imponer.
A nivel internacional, la política comercial está atada a la política exterior de manera estrecha cuando EE.UU. negocia acuerdos de comercio e inversión con varios países. Trump ha criticado muchos acuerdos comerciales existentes y al recientemente concluido, aunque no ratificado, TPP. Él y sus asesores han sugerido que los tratados bilaterales de comercioofrecen una mejor forma de ahora en adelante, lo cual provoca dos preguntas:
Primero, ¿con quién estaría dispuesta la administración de Trump a negociar acuerdos comerciales bilaterales? Se ha dicho algo acerca de un acuerdo comercial con el Reino Unido, que estaría buscando socios comerciales debido al Brexit. Pero Trump ha acusado a muchos otros países de “hacer trampa” y no queda claro si pretende evitar comerciar con estos países o simplemente proponer nuevos acuerdos que corrijan esas trampas. También puede que haya una negación generalizada entre sus asesores a comerciar con países de salarios bajos.
Segundo, ¿que estaría dentro de estos acuerdos bilaterales? Trump y sus asesores frecuentemente han mencionado viejos asuntos comerciales como la manipulación de monedas y las distorsiones que ellos dicen que son causadas por los impuestos al valor agregado de gobiernos extranjeros. Pero los economistas no están de acuerdo sobre si estos asuntos son siquiera problemáticos, mucho menos sobre cómo resolverlos. Convencer a nuestros socios comerciales de cualquier solución potencial sería un reto.
Y estas son sola las preguntas que surgen de los acuerdos a futuro. Trump ha hablado mucho acerca de “renegociar” los acuerdos existentes tales como el TLCAN, o de salirse de estos si sus términos no pueden ser cambiados de manera satisfactoria. Pero esos acuerdos cubren un amplio rango de cuestiones de políticas públicas, y no queda ni siquiera claro qué parte de ellos desea cambiar. Es difícil adivinar por ahora y en ausencia de cualquier cosa concreta.
De manera que hay un alto grado de incertidumbre sobre cómo Trump procederá como presidente, respecto del comercio así como de muchas otras áreas de la política pública. A estas alturas, todo lo que podemos hacer es buscar claves en las personas que él contrata para las posiciones claves de la política comercial y esperar a que esas personas fijen la agenda. En realidad, podrían pasar meses o incluso un año hasta que sepamos algo sustancial acerca de la forma que tomará la política comercial de la administración de Trump

¿Fue real la retórica de campaña de Trump acerca del comercio?

Simon Lester explica algunos de los límites a los que se enfrentaría Trump si pretendiera llevar a la realidad sus propuestas de política comercial.

Simon Lester es analista de políticas públicas en el Centro Herbert A. Stiefel para Estudios de Política Comercial del Cato Institute.
Durante su campaña, el Presidente-electo Donald Trump hizo algunas afirmaciones muy controversiales acerca del comercio. Denominó al acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) como “la violación de nuestro país”. Sugirió renegociar, o incluso salirse de, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Acusó a China y México, entre otros, de “hacer trampa” a EE.UU. en cuanto al comercio.

Tuesday, November 8, 2016

Los enemigos del comercio

Javier Paz comenta Los Enemigos del Comercio, el libro de Antonio Escohotado

Javier Paz cuenta con una maestría en Economía y es columnista de El Deber (Bolivia).
Pensadores como Marx, Mises, Gramsci, Keynes, Hayek o Friedman entendían que las ideas de los intelectuales tienen una gran influencia en el mundo. “Los hombres prácticos, que se creen exentos de cualquier influencia intelectual, son usualmente esclavos de algún economista difunto” escribía Keynes en las notas finales de su Teoría General.



Sin embargo, tratar de descifrar la relación entre las ideas imperantes en una civilización y los hechos históricos de la misma es algo más difícil que simplemente afirmar que tal relación existe: Antonio Escohotado emprende esa monumental tarea con afortunado éxito en Los Enemigos del Comercio. Reminiscente de A History of Western Philosophy de Bertrand Russell, Escohotado transita desde los tiempos presocráticos y los inicios de las polis griegas hasta la revolución francesa, desmenuzando los movimientos filosóficos y analizando cómo éstos influían y eran influidos por la política, economía y por los acontecimientos históricos.
El libro, como su título lo indica, se centra en la influencia de las ideas contrarias a la propiedad privada, al comercio libre y voluntario, a la generación de riqueza y a la libertad en general. Desde los admiradores de la militarista Esparta por sobre la culta y democrática Atenas hasta los albores del comunismo, Escohotado analiza la evolución de una secta judía cuyo ascenso coincide (no del todo por coincidencia) con la decadencia del imperio romano y sumersión de Europa en un periodo de mil años de oscurantismo y estancamiento. Por supuesto, la Iglesia Católica que históricamente condenó el lucro e incluso la higiene por ser cosas de este mundo pero no dudó en lucrar del tráfico de almas vendiendo indultos y salvaciones de papel, juega un rol primordial en este cuento. Verbigracia, un secretario de Carlos V escribe en 1526 con cierta jocosidad: “El prepucio de Cristo lo he visto yo personalmente en Roma, Burgos y Amberes (al parecer existen un total de catorce ejemplares), y tan solo en Francia hay ya quinientos dientes del niño Jesús. En muchos lugares se conserva la leche de la Virgen y en otros las plumas del Espíritu Santo”.
Un hecho que no escapa a la agudeza de Escohotado es la habilidad de los liberticidad de todas las épocas para elaborar distorsiones semánticas de tal envergadura que justifiquen la tiranía en nombre de la libertad, la discriminación en nombre de la igualdad y el fratricidio en nombre de la fraternidad y para proclamar al verdugo como un salvador, como muy bien lo ilustran los revolucionarios franceses.
Un libro exhaustivamente documentado y sobreabundante de citas históricas, de una agudeza sin par, con ese sentido de lo sarcástico y lo tragicómico muy propio de los españoles, es un placer de principio a fin.

Los enemigos del comercio

Javier Paz comenta Los Enemigos del Comercio, el libro de Antonio Escohotado

Javier Paz cuenta con una maestría en Economía y es columnista de El Deber (Bolivia).
Pensadores como Marx, Mises, Gramsci, Keynes, Hayek o Friedman entendían que las ideas de los intelectuales tienen una gran influencia en el mundo. “Los hombres prácticos, que se creen exentos de cualquier influencia intelectual, son usualmente esclavos de algún economista difunto” escribía Keynes en las notas finales de su Teoría General.