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Friday, December 9, 2016

¿Qué le espera a Cuba tras la muerte de Fidel Castro? BY: VANESA VALLEJO

l pasado 25 de noviembre falleció Fidel Castro. Mientras algunos celebraron la muerte del dictador, otros salieron a defender un supuesto legado admirable. Lo cierto es que, tanto en quienes lo defienden como en quienes repudiamos su actuar, la muerte de Castro deja incertidumbre sobre el futuro de la isla.
¿La muerte del dictador significa el fin de la dictadura? ¿Toda la maquinaria ideológica y coercitiva que dejó Fidel, resistirá su muerte? Son algunas de las preguntas que analizaremos en nuestro podcast de hoy.


La relación de Cuba con Venezuela, país que ahora se encuentra en crisis. Las declaraciones de Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos, quien ha asegurado en varias ocasiones que está dispuesto a colaborar para derrotar tiranías como la de Venezuela y Cuba. Así como la importancia de la maquinaria ideológica desarrollada por los Castro, que es hoy tal vez su mayor producto de exportación, son factores a considerar a la hora de analizar el posible escenario que se viene para la isla.
Con nuestro invitado de hoy, Alejandro Chafuen, presidente de Atlas Network, damos una mirada al legado del dictador y hacemos un análisis de los posible escenarios que podrían enfrentar los cubanos
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Fidel Cuba
La esperanza de que Cuba, después de la muerte de Fidel Castro, tome el camino de la libertad, sigue viva (Telemundo)

¿Qué le espera a Cuba tras la muerte de Fidel Castro? BY: VANESA VALLEJO

l pasado 25 de noviembre falleció Fidel Castro. Mientras algunos celebraron la muerte del dictador, otros salieron a defender un supuesto legado admirable. Lo cierto es que, tanto en quienes lo defienden como en quienes repudiamos su actuar, la muerte de Castro deja incertidumbre sobre el futuro de la isla.
¿La muerte del dictador significa el fin de la dictadura? ¿Toda la maquinaria ideológica y coercitiva que dejó Fidel, resistirá su muerte? Son algunas de las preguntas que analizaremos en nuestro podcast de hoy.

Las bases psicológicas del mito de Fidel Castro

Hana Fischer sostiene que hay bases psicológicas que ayudan a comprender a quienes admiran a Fidel Castro aún ante múltiples evidencias de que ha encabezado un gobierno totalitario durante décadas.

Hana Fischer es analista política uruguaya.
Fidel Castro fue un sátrapa más en la larga cadena de dictadores que han asolado a América Latina. Fue corrupto en grado sumo —como todo aquel que concentra en sus manos el poder absoluto— y despiadado con sus enemigos o competidores políticos. Convirtió a Cuba en su hacienda personal y a los cubanos en sus esclavos, tal como detallamos en un artículo titulado "Los nuevos esclavistas”.
Esta verdad rompe los ojos de todo aquel que quiera ver. Sin embargo muchas personas, incluso de los países desarrollados, sienten fascinación hacia Fidel. Entre los más insospechados se encuentra el Primer Ministro canadiense Justin Trudeau, quien se define como alguien que se “honra” de su amistad con el “Comandante”. En una declaración pública —para colmo en nombre de todos los canadienses— expresa que a pesar de ser una figura controversial, tanto sus admiradores como detractores le reconocen la impresionante dedicación y amor que tuvo hacia los cubanos. Y sin ruborizarse afirma que fue más grande que un simple líder mortal, que gobernó a su país por casi medio siglo. Asimismo menciona que hizo progresar en forma significativa la salud y la educación en la isla.


Frente a situaciones de ese tipo, uno no puede menos que preguntarse qué pasa por la cabeza de esas personas. La información está disponible para todo aquel que realmente quiera saber cómo son las cosas. Además, hay ciertos asuntos que se caen por su propio peso: alguien que ostenta un poder omnímodo por casi cincuenta años, tiene una unívoca designación,  la de DICTADOR.
En consecuencia, la actitud y palabras de esos admiradores expresan más sobre su propia personalidad (ambiciones secretas, sueños infantiles, rencores y frustraciones) que sobre Fidel. Delatan lo que a esos individuos les hubiera gustado ser, y no pudieron o no se atrevieron llevar adelante. Y, el déspota cubano utilizó hábilmente a su favor los resortes anímicos de esas personas inmaduras, para erigir sobre esos cimientos su mito.
Para comprender las bases psicológicas de aquellos que admiran a Fidel Castro, nada mejor que leer el libro de Jean-François Revel titulado El conocimiento inútil. Esa obra comienza con estas impactantes palabras: “La primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira”. El autor nos explica —a los que creíamos que sólo por falta de información se puede sostener que un sangriento autócrata es alguien fenomenal— que a la mayoría de la gente no les interesa la verdad, si ella contradice sus creencias más profundas y queridas.
Revel expresa que parecería que en esta sociedad de la información —donde ella está más alcance que en cualquier otra época— la verdad desencadena más resentimiento que satisfacción. Sostiene que la mayoría de los periodistas se empeñan en falsificarla y el público en eludirla. ¿Por qué ocurre esto? Porque conocer las cosas tal como son realmente, en vez de brindar seguridad provoca desasosiego.
Por ejemplo, una vez que se ha idealizado a una persona, es necesario poseer una gran honestidad y valentía moral como para reconocer que “nuestro héroe”, en realidad, tiene pies de barro. En el caso concreto del dictador cubano, en su momento muchos se identificaron con la figura de “los barbudos”, esos jóvenes intrépidos que contra todo pronóstico derrotaron a una dictadura apoyada por EE.UU. Para ellos Fidel encarna a Robin Hood, al David bíblico e incluso a Superman. Por consiguiente, admitir que se han hermanado espiritualmente con alguien cruel y sin escrúpulos, es como pretender que alguien renuncie a una parte de su alma que quizás, considere la más luminosa. Sería como aceptar que durante nuestra infancia y adolescencia nos hemos sentido atraídos hacia un personaje abyecto.
Por otra parte, la ideología también cumple un rol esencial. Tal como señala Revel, ella otorga una triple dispensa: intelectual, práctica y moral.
La dispensa intelectual consiste en retener sólo los hechos favorables a la tesis que se sostiene e incluso, inventarlos por completo. Y, en forma complementaria, negar, omitir, olvidar los que la refutan y en la medida de lo posible, impedir que sean conocidos.
La dispensa práctica suprime el juicio crítico, provocando que no se acepte ninguna prueba de los fracasos o mentiras, por muy contundentes que sean. En adición, se fabrican toda clase de excusas para justificarlos.
La dispensa moral coloca a los actores ideológicos más allá del bien y del mal. Lo que se juzga como criminal en cualquier otro hombre, no lo es para ellos. La absolución ideológica abarca al nepotismo, la corrupción, la malversación, las torturas, los asesinatos e incluso, al genocidio.
Por tanto, es una pérdida de tiempo tratar de convencer con datos objetivos a esos "tontos útiles” admiradores de Fidel de su error. Por ejemplo, informarle a Justin Trudeau (que en realidad sabe o debería saber), que Cuba en  1953 “ocupaba el número 22 en el mundo en médicos por habitantes, con 128.6 por cada 100 mil. Su tasa de mortalidad era de 5.8 —tercer lugar en el mundo—, mientras que la de EE.UU. era de 9,5 y la de Canadá de 7,6.” Además, que “ocupaba el lugar número 33 entre 112 naciones del mundo en cuanto a nivel de lectura diaria, con 101 ejemplares de periódicos por cada mil habitantes, lo cual también contradice el argumento de que el país estaba formado por un gran número de analfabetos”. Asimismo, señalarle que actualmente los hospitales para los cubanos de a pie dan vergüenza y por eso está prohibido fotografiarlos: el hacerlo es considerado una “traición” a la revolución.
En el siglo XIX durante el auge del mito del “buen salvaje” entre los europeos, el capitán James Cook realizó varias expediciones a las recientemente descubiertas islas del Pacífico Sur. En ese contexto, describía a los nativos no como eran realmente, sino como deberían ser de acuerdo al mito. No pudo seguir negando la verdad cuando fue devorado por ellos… eran caníbales. Los admiradores de Fidel deberían cruzar los dedos para que a ellos no les vaya a pasar algo parecido

Las bases psicológicas del mito de Fidel Castro

Hana Fischer sostiene que hay bases psicológicas que ayudan a comprender a quienes admiran a Fidel Castro aún ante múltiples evidencias de que ha encabezado un gobierno totalitario durante décadas.

Hana Fischer es analista política uruguaya.
Fidel Castro fue un sátrapa más en la larga cadena de dictadores que han asolado a América Latina. Fue corrupto en grado sumo —como todo aquel que concentra en sus manos el poder absoluto— y despiadado con sus enemigos o competidores políticos. Convirtió a Cuba en su hacienda personal y a los cubanos en sus esclavos, tal como detallamos en un artículo titulado "Los nuevos esclavistas”.
Esta verdad rompe los ojos de todo aquel que quiera ver. Sin embargo muchas personas, incluso de los países desarrollados, sienten fascinación hacia Fidel. Entre los más insospechados se encuentra el Primer Ministro canadiense Justin Trudeau, quien se define como alguien que se “honra” de su amistad con el “Comandante”. En una declaración pública —para colmo en nombre de todos los canadienses— expresa que a pesar de ser una figura controversial, tanto sus admiradores como detractores le reconocen la impresionante dedicación y amor que tuvo hacia los cubanos. Y sin ruborizarse afirma que fue más grande que un simple líder mortal, que gobernó a su país por casi medio siglo. Asimismo menciona que hizo progresar en forma significativa la salud y la educación en la isla.

Tuesday, November 29, 2016

Fidel Castro y el poder inmenso de las utopías

Nicolás Ibáñez: "Las utopías tienen un poder inmenso, a veces superior al de cualquier argumento racional o de lo que la evidencia contundentemente demuestra..."Image result for cowboys and cattle

Fidel Castro y el poder inmenso de las utopías

Nicolás Ibáñez: "Las utopías tienen un poder inmenso, a veces superior al de cualquier argumento racional o de lo que la evidencia contundentemente demuestra..."Image result for cowboys and cattle

Monday, November 28, 2016

Fidel Castro ha muerto, larga vida a Fidel

Ángel Soto estima que la muerte de Fidel Castro no eliminará su influencia alrededor de la región.


Ángel Soto
 
es Profesor dela Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes (Chile).
Fidel Castro is dead!”, escribió en su cuenta twitter el presidente electo de los Estados Unidos Donald J. Trump a las pocas horas de conocerse la noticia quizás más esperada que tengamos recuerdo. Los medios de comunicación desempolvaron finalmente los especiales periodísticos que tenían listos y comenzó la cultura del espectáculo con los homenajes de sus partidarios y las celebraciones de los detractores, probando de paso que Fidel no ha muerto, sino que al contrario, hay larga vida para Fidel.
Tras la revolución de 1959, fue el propio poeta chileno Pablo Neruda quien antes de enemistarse con el líder revolucionario le escribió en su Canción de gesta en 1960:


“Fidel, Fidel, los pueblos te agradecen
palabras en acción y hechos que cantan,
por eso desde lejos te he traído
una copa de vino de mi patria:
es la sangre de un pueblo subterráneo
que llega de la sombra a tu garganta,
son mineros que viven hace siglos
sacando fuego de la tierra helada”

“… Y están contigo porque representas
todo el honor de nuestra lucha larga
y si cayera Cuba caeríamos,
y vendríamos para levantarla…
Y si se atreven a tocar la frente
de Cuba por tus manos libertada
encontrarán los puños de los pueblos,
sacaremos las armas enterradas:
la sangre y el orgullo acudirán
a defender a Cuba bienamada”
Hace unos años tuve el honor de no sólo de conocer, sino que compartir con Húber Matos, uno de los comandantes de la revolución que encabezó una de las columnas en contra del dictador Fulgencio Batista, pero que después se convertiría en el símbolo de aquellos que no querían que la revolución se desviara… por el camino comunista.
“¿Qué te paso Fidel?”, fue una de las preguntas que nos relato esa larga noche, quien escribiera años después en sus memorias Cómo llegó la noche (2002) el precio que debió pagar por pensar distinto a los Castro.
El escritor argentino Marcos Aguinis, recrea en su maravillosa novela La pasión según Carmela(2008) como pudo ser ese encuentro entre los dos líderes de la revolución:
“Hemos hecho la revolución con fines transparentes —dijo Húber a Castro en el más amable tono posible, sin atender las súplicas de Carmela—. La gente grita ‘fidelismo sí, comunismo no’. Tú conoces la diferencia y la encarnas. Fidelismo significa democracia libertad con justicia social, en cambio comunismo significa justicia social sin democracia ni libertad…. El pueblo no quiere comunismo, sino fidelismo…
-Castro sonrió: No temas, Húber…” (La pasión según Carmela, Editorial Sudamericana, p. 146).
El propio Húber Matos lo recordó:
“De repente, Raúl toma una actitud grave y dice:
—Para que la Revolución triunfe hace falta una ‘noche de cuchillos largos’ que corte muchas cabezas de nuestros enemigos.
Le respondo:
—Imagino que no estarás hablando en serio porque eso no encaja en los planes de la Revolución.
—Pues sí. Sin una noche de San Bartolomé, las dificultades que vamos a encontrar de aquí en adelante van a ser muchas” (Cómo llegó la noche, Tusquets editores, p. 327).
Matos fue una de esas víctimas. ¿Alguien más se atreverá a ir contra la dictadura que se imponía? Sí, miles de cubanos que salieron rápidamente casi con lo puesto, y miles de compatriotas que en balsas les seguirían en búsqueda de la libertad.
Transcurridas algunas horas de la noticia que marcará una nueva fecha en la historia reciente, la muerte de Fidel un 25 de noviembre de 2016 y vistas las reacciones de los líderes políticos, seguidores, detractores —que sólo el mundo libre puede permitir— no hay duda que las ideas de Castro seguirán presentes, inspirando a miles —especialmente jóvenes seguramente latinoamericanos— y el Dictador —sí, con D mayúscula— pasará de leyenda viviente al panteón de las “estatuas”, para unos como un héroe, para muchos como un villano.
Muchos se preguntan en estas horas, ¿cómo será Cuba, como será Latinoamérica sin Fidel? La pregunta es errónea, pues aquí no habrá huérfanos, su padre seguirá siéndolo y estando presente.
“Compañero Dictador Fidel Castro, ahora y siempre… presente”.