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Thursday, December 15, 2016

Cómo se relacionan inflación y desempleo


Una caída en la tasa de desempleo de EEUU del 4,6% en noviembre desde el 4,9% del mes anterior y del 5% en noviembre del año pasado, ha llevado a algunos comentaristas a sugerir que estamos casi en la llamada tasa natural, que se cree que está en torno al 4,5%.
Se dice que una vez la tasa de desempleo cae por debajo de una tasa “óptima”, llamada la Tasa No Aceleradora de Inflación del Desempleo (NAIRU, por sus siglas en inglés) se desata una espiral inflacionista.



Esta aceleración de la tasa de inflación tiene lugar a través de aumentos en la demanda de bienes y servicios. También aumenta la demanda de trabajadores y presiona sobre los salarios, reforzando el crecimiento de la tasa de inflación.
Así que desde esta perspectiva sería difícil para el presidente electo Trump implantar su plan de rebajar los tipos fiscales y aumentar los desembolsos públicos en proyectos, incluyendo la mejora de carreteras y puentes sin arriesgarse a un fuerte aumento en la tasa de inflación. O eso se dice.
Advirtamos que, en octubre, la tasa anualizada de crecimiento del índice de precios del consumo ya estaba en el 1,6% frente al 0,2% de octubre del año pasado.
También aumenta la probabilidad de que la Reserva Federal tenga que adoptar una postura más agresiva sobre los tipos de interés para compensar cualquier posibilidad de aceleración de la tasa de inflación.
La NAIRU es una medición arbitraria, derivada de una correlación estadística entre cambios en el índice de precios del consumo y la tasa de desempleo. Lo que importa en el marco de la NAIRU es si la teoría “funciona”, es decir, si una bajada en la tasa de desempleo por debajo de la NAIRU genera una celebración en la tasa de inflación.
Utilizar correlación estadística como base de una teoría significa que “todo vale”. Por ejemplo, supongamos que se ha encontrado una alta correlación entre la renta de Mr. Jones y la tasa de crecimiento en el índice de precios del consumo. Cuanto más alta sea la tasa de aumento de la renta de Mr. Jones mayor será la tasa de aumento en el índice de precios del consumo.
Por tanto podríamos concluir fácilmente que para ejercitar control sobre la tasa de inflación el banco central debe vigilar y controlar cuidadosamente la tasa de aumento de la renta de Mr. Jones. Este ejemplo no es más absurdo que el marco NAIRU.
El propósito una teoría es presentar los hechos de la realidad de una manera simplificada. La teoría debe originarse a partir de la realidad, no a partir de alguna idea arbitraria que se base en una correlación estadística.
Contrariamente al pensamiento popular, una fuerte actividad económica no causa un aumento General en los precios de bienes y servicios ni un recalentamiento económico calificado como inflación. Independientemente de la tasa de desempleo, mientras todo aumento en el gasto se base en producción, no puede producirse realmente ningún “recalentamiento”.
El recalentamiento aparece una vez el gasto aumenta sin estar respaldado por producción, una situación que se produce cuando aumentan las existencias de dinero. Una vez aumenta el dinero, genera un intercambio de nada por algo o un consumo sin una producción precedente.
Como norma, a los aumentos en las existencias de dinero les siguen aumentos generales en los precios de bienes y servicios. Los precios son otro nombre para la cantidad de dinero que gasta la gente en los bienes que compra. Cuando se inyecta dinero no va a todos los mercados instantáneamente, sino por etapas: hay un lapso de tiempo. De ahí la razón del lapso de tiempo entre cambios en dinero y cambios en precios.
Si la cantidad de dinero en una economía aumenta mientras la cantidad de bienes permanece sin cambios, se gastará más dinero en la cantidad dada de bienes (es decir, los precios aumentarán). Inversamente, si la existencia de dinero permanece sin cambios no es posible gastar más en todos los bienes y servicios y por tanto no es posible un aumento general de los precios. Bajo la misma lógica, en una economía en crecimiento con una cantidad creciente de bienes y las existencias monetarias sin cambios, los precios bajarán.

Limitar el gasto público y la creación de dinero llevaría a creación de riqueza

Ahora, si el presidente electo Trump sellara todos los agujeros para la creación de dinero a partir de la nada y rebajara los desembolsos públicos, esto dejaría más riqueza real en manos del sector privado generador de riqueza. Esto fortalecería el proceso de generación de riqueza.
Un fortalecimiento en el proceso de generación de riqueza permitiría el aumento en la producción de bienes y servicios, es decir, el fortalecimiento del crecimiento económico. Consecuentemente, esto se correspondería con la disminución en la tasa de crecimiento de los precios de bienes y servicios. (Recordemos que los agujeros para creación de dinero de la nada estarían sellados). Esto también se correspondería con la disminución en la tasa de desempleo.
Observemos que en una economía libre no intervenida con una implicación pública mínima en la actividad económica y en ausencia de generación de dinero a partir de la nada tendría lugar un uso eficiente de recursos. En un entorno así, nadie tendría que establecer la llamada NAIRU. Un entorno así llevaría a una expansión de la riqueza real, una tasa baja desempleo y una tasa de inflación a la baja.
Advirtamos también que en una economía de mercado que funcionara apropiadamente cualquier forma de desempleo sería de naturaleza voluntaria. A las personas se les pagaría de acuerdo con su contribución a la producción de riqueza. Cualquiera que pidiera un salario por encima de su contribución a la generación de riqueza estaría desempleado.
Sin embargo, las posibilidades de que Donald Trump vaya a adoptar un gobierno más pequeño con los agujeros de creación de dinero a partir de la nada sellados probablemente sean nulas.

Más gasto público perjudicaría la creación de riqueza

Por tanto creemos que cualquier expansión agresiva de los desembolsos públicos probablemente perjudicaría aún más el proceso de generación de riqueza y llevaría a dificultades económicas en el futuro.
Evidentemente, si el proceso de generación de riqueza sigue siendo capaz de absorber todos los abusos debidos a la expansión pública y las imprudentes políticas monetarias de los bancos centrales, entonces las políticas de Donald Trump y la Fed parecerían tener éxito.
Esta ilusión se romperá una vez las existencias de riqueza real caigan en una vía descendente. Una vez se produzca esto, la economía caerá en una grave crisis económica.
Cualquier postura laxa agresiva por parte de la Reserva Federal y el gobierno solo empeorará más las cosas. Recordemos que el gobierno no es un ente generador de riqueza, solo consume de riqueza real.

Cómo se relacionan inflación y desempleo


Una caída en la tasa de desempleo de EEUU del 4,6% en noviembre desde el 4,9% del mes anterior y del 5% en noviembre del año pasado, ha llevado a algunos comentaristas a sugerir que estamos casi en la llamada tasa natural, que se cree que está en torno al 4,5%.
Se dice que una vez la tasa de desempleo cae por debajo de una tasa “óptima”, llamada la Tasa No Aceleradora de Inflación del Desempleo (NAIRU, por sus siglas en inglés) se desata una espiral inflacionista.


Friday, August 26, 2016

Macri sobre el desempleo: “no es fácil salir de tantos años de populismo”

El mandatario argentino señaló que en la última década se crearon 750.000 empleos que en la mayoría de los casos "fueron para disimular la incapacidad de crecer"

(HispanTV)
El presidente Mauricio Macri destacó que ahora el gobierno tiene un organismo que dice la verdad sobre las estadísticas (HispanTV)
El presidente argentino Mauricio Macri, manifestó sus preocupación por los datos sobre desempleo que reveló esta semana el el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Después de ocho meses de correcciones estadísticas,  el organismo señaló que la tasa de desocupación alcanzó 9,3 % durante el segundo trimestre de este año.
Macri, quien señaló que el Indec está dando los datos reales de la economía, indicó que la tasa de empleo en la Argentina apenas supera el 40 %.
“Hay un número que nos tiene que preocupar, que es la población que efectivamente tiene empleo. La Argentina apenas supera el 40 %, mientras que la mayoría de los países de la región están por encima del 50 %”, aseguró Macri en la apertura de la Jornada Nacional del Agro.



El mandatario nacional indicó que en la última década se crearon más de 750.000 empleos públicos que en la mayoría de los casos “fueron para disimular la incapacidad de crecer y de generar empleos” de calidad.
“Salir de tantos años de populismo no es fácil, sólo se sale con menos populismo. Si realmente nosotros tenemos un compromiso con desarrollarnos y derrotar la pobreza, eso se logra diciendo la verdad, teniendo un Instituto que da estadísticas claras diciéndonos cuál es el desempleo, la pobreza y los datos reales de la economía”, agregó.
Macri admitió los problemas de los sectores lácteo y frutícola, pero recalcó que hay que buscar “soluciones sustentables y de largo plazo”.

El martes productores frutihortícolas de las provincias de Río Negro y Neuquén regalaron unas 10 toneladas de peras y manzanas en el centro de la ciudad de Buenos Aires, en protesta por la crisis que atraviesa el sector. La manifestación fue aprovechada por la oposición kircherista para atacar las políticas económicas del gobierno.
Macri subrayó que seguirá buscando abrir nuevos mercados, pero también instó a trabajar en agregar valor agregado a las materias primas, especialmente agropecuarias.
“Tenemos un problema y es que Argentina hace años está atrapada entre aquellos países de ingresos medios. El camino para que salgamos de esa situación y generemos más empleo de calidad es agregarle valor a aquellas materias primas que producimos con alta eficiencia. No sólo tenemos que visualizarnos de granero a supermercado del mundo, sino que tenemos que asumir un mayor desafío, que es ir hacia productos de alta sofisticación”, indicó el presidente.
El miércoles el Indec reveló que en el primer semestre de este año la actividad económica en Argentina cayó 1,3 %, lo que confirma la recesión que atraviesa el país. Se espera que este mismo organismo publique las cifras oficiales de pobreza en el mes de septiembre.
Fuente: Télam.

Macri sobre el desempleo: “no es fácil salir de tantos años de populismo”

El mandatario argentino señaló que en la última década se crearon 750.000 empleos que en la mayoría de los casos "fueron para disimular la incapacidad de crecer"

(HispanTV)
El presidente Mauricio Macri destacó que ahora el gobierno tiene un organismo que dice la verdad sobre las estadísticas (HispanTV)
El presidente argentino Mauricio Macri, manifestó sus preocupación por los datos sobre desempleo que reveló esta semana el el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Después de ocho meses de correcciones estadísticas,  el organismo señaló que la tasa de desocupación alcanzó 9,3 % durante el segundo trimestre de este año.
Macri, quien señaló que el Indec está dando los datos reales de la economía, indicó que la tasa de empleo en la Argentina apenas supera el 40 %.
“Hay un número que nos tiene que preocupar, que es la población que efectivamente tiene empleo. La Argentina apenas supera el 40 %, mientras que la mayoría de los países de la región están por encima del 50 %”, aseguró Macri en la apertura de la Jornada Nacional del Agro.


Monday, August 22, 2016

Bancos centrales, autos autónomos 
y desempleo: la obscura conexión



Estoy seguro de que ha escuchado que las autoridades financieras y monetarias de todo el mundo están tratando de estimular sus economías, porque no han podido recuperarse de forma consistente desde la Gran Recesión de 2009.

Básicamente lo que hacen es aumentar el gasto del gobierno, deprimir las tasas de interés e inyectar liquidez a la economía –o sea, monetizan deuda–, bajo la creencia de que al haber más dinero y crédito circulando la gente va a comprar, los negocios a vender más y así se generará un círculo virtuoso de crecimiento e inflación.

Esto último lo desean con avidez explícita porque es una forma de aligerar la carga de la deuda, que se sigue acumulando exponencialmente a escala global. Este solo hecho –el proponerse mermar el poder adquisitivo del dinero– debería ser suficiente para generar la indignación generalizada.

Pero el “estímulo” no sirve y su supuesta recuperación es sólo un espejismo. Vivir de prestado tiene su límite, y éste, llega en el momento en el que aquellos que prestan deciden que es suficiente, que no vale la pena ni el riesgo seguir dando recursos a quien no puede pagar. Es imposible que la deuda crezca al infinito.

La situación actual es tan extrema que los rendimientos de los bonos ya ni siquiera son bajísimos o nulos, sino que ahora, hay incluso tasas negativas como en Europa y Japón. Dicho de otro modo, los deudores cobran por recibir dinero prestado. Un absurdo.

Tarde o temprano esta borrachera de crédito, deuda e impresión monetaria terminará, y el castillo de naipes que se ha construido se vendrá abajo. Otra gran recesión está garantizada.

¿Qué consecuencias traen entonces estas irresponsables políticas de los banqueros centrales?

Todo lo contrario a lo que nos venden: predisponen más desempleo, más crisis y deflación. ¿Por qué? Porque al haber de forma artificial más crédito y deuda –y además colocándose a las tasas más bajas de la historia–, se estimula el apalancamiento y el desarrollo de tecnologías más eficientes que requieren menos trabajadores.

Los vehículos autónomos –a los que nos hemos referido con insistencia en este espacio–, son un botón de muestra.

Estos nuevos autos y camiones robot serán armados también cada día con más tecnología automatizada de la que ya de por sí existe, que requiere menos y menos trabajo humano.

Ese es tan solo un ejemplo de lo que se reproduce en otras industrias: enormes distorsiones económicas producto de la depresión artificial de las tasas de interés, que deberían ser determinadas por la oferta y demanda de ahorro y no por política activa de los bancos centrales.

Aunque quisieran, no es igual deuda que ahorro, ni expansión de deuda que acumulación de capital. Por eso las burbujas siempre explotan. La que se vive en el mercado de bonos, no será la excepción.

Como le digo, esta estructura descendente de tipos de interés induce a las empresas a pedir prestado para mecanisarse y eliminar mano de obra.

O sea, los banqueros centrales y sus políticas monetarias –no la tecnología ni la automatización, hacia los que sí debemos avanzar con bases sólidas de acumulación de ahorro y capital– son enemigos de los trabajadores manuales y de los ahorradores. Esto a quien perjudica es a los más desfavorecidos –la mayoría–, que necesita de empleos para vivir.

Lo peor es que ese desempleo luego es atribuido al sistema capitalista de “libre mercado”, lo que sirve de pretexto perfecto para expandir los controles del Estado sobre los ciudadanos.

En realidad, el intervencionismo de gobiernos y bancos centrales ES el problema económico, por lo que no puede contribuir a solucionar ninguno, como prometen los populistas de izquierda y derecha. Se trata de un engaño para hacerse del poder y nada más.

El círculo vicioso de desempleo, pobreza y autoritarismo que crea esa intervención es un motivo más que suficiente para repudiarlo.

La economía se rige bajo sus propias inmutables leyes y no obedece los caprichos de los políticos en el poder. Mientras no logremos sacudirnos su obsesión por controlarlo todo, seguiremos en esta carrera hacia el fondo.

Bancos centrales, autos autónomos 
y desempleo: la obscura conexión



Estoy seguro de que ha escuchado que las autoridades financieras y monetarias de todo el mundo están tratando de estimular sus economías, porque no han podido recuperarse de forma consistente desde la Gran Recesión de 2009.

Básicamente lo que hacen es aumentar el gasto del gobierno, deprimir las tasas de interés e inyectar liquidez a la economía –o sea, monetizan deuda–, bajo la creencia de que al haber más dinero y crédito circulando la gente va a comprar, los negocios a vender más y así se generará un círculo virtuoso de crecimiento e inflación.

Thursday, June 30, 2016

Recuperar la igualdad ante la ley y el mercado Adrián Ravier

Por: Adrián Ravier
 
“Si se aplica un plan liberal, ninguna pyme va a sobrevivir”, dijo el ministro de Economía Axel Kicillof mientras anunciaba la creación de un consejo de defensa a las pequeñas y medianas empresas. Luego sentenció: “En el mercado, si no está el Estado, rige la ley de la selva”.
La frase del ministro deja mucha tela para cortar, como cada una de sus reflexiones. ¿Qué parte es cierta y qué parte no lo es?



Lo cierto es que liberales y socialistas llegan a pocos consensos en la política económica, pero en la medida en que haya buenas intenciones, coincidirán en terminar con la corrupción y también con el favor político que el Estado ofrece a algunos empresarios. En este sentido, el pensamiento del ministro de Economía no encaja en ninguna escuela económica de pensamiento. Su política económica consiste en reemplazar al mercado y ofrecer privilegios o sanciones arbitrarias a quienes él cree que lo merecen. La igualdad ante la ley lógicamente brilla por su ausencia.
Siempre insisto en dejar de llamar Unión “Industrial” Argentina a ese grupo de seudoempresarios y seudoindustriales que se reúnen tras la Presidente para las fotos de sus discursos. ¿Qué empresario puede estar a favor de este modelo? Solo aquellos que reciben la “protección” del Estado. Pero ha sido tan gigantesco el entramado de regulaciones, favores, autorizaciones para compra de divisas, permisos de importación o exportación, subsidios, aranceles y protecciones que se extendieron en los últimos doce años, que engloba a una importante proporción de la estructura productiva.
En este sentido, el mensaje que ofrece el ministro de Economía tiene algo de cierto. Una política liberal que integre a la Argentina al mundo, que reduzca el gasto público, que elimine cepos, que termine o al menos reduzca los subsidios, que encuentre una solución a la inflación, sin duda hará caer a muchos seudoempresarios que jamás compitieron bajo reglas de mercado y más bien aprovecharon mercados cautivos, sin la competencia internacional -y en muchos casos ni siquiera la competencia local-, lo que se ha desarrollado en estos doce años a través del entramado de políticas kirchneristas que el liberal suele criticar.
¿Puede entonces haber “continuidad” en el modelo económico para preservar “la industria que supimos conseguir”? Es lo que el ministro de Economía ha intentado en toda su gestión, multiplicando controles, subsidios e intervenciones, pero sin éxito. Basta recordar la lenta pero continua caída de la industria mes tras mes a lo largo de toda su gestión para demostrar que el plan es un fracaso.
El dilema al que nos expone el ministro de Economía es claro. La “industria” no puede sostenerse, porque el modelo requiere día a día más controles y regulaciones, los que inevitablemente tienen costos que sufre la misma estructura productiva sobre la cual descansa el peso del Estado. El modelo es entonces inconsistente e inviable. Lo curioso, sin embargo, es que el ministro de Economía desea hacerle creer a la opinión pública que la culpa de esa necesaria reestructuración es del mercado y no de su propio modelo.
Una política liberal conduciría necesariamente a un ajuste inmediato de la estructura productiva, obligando a algunas empresas a una reestructuración acorde a lo que requiere la economía para reinsertarse en el mundo. Y hay dos formas de tomar este camino. De manera planificada, con políticas concretas que busquen recuperar cierta normalidad en los equilibrios fiscal, monetario y cambiario, o caer en una nueva crisis cuando la olla hirviendo, que es hoy la economía argentina, estalle por los aires y conduzca a una -ya no gradual, ni necesariamente lenta- reestructuración económica, donde numerosas pymes irán quebrando y el desempleo se irá extendiendo a toda la estructura productiva.
No podemos seguir juzgando la política económica por sus buenas intenciones. Lo cierto es que el modelo está agotado y la alta inflación y la ya extensa recesión -precisamente de la industria- son muestras del caso. La “industria que supimos conseguir” es muy débil y mantenerla en pie tiene sus costos.
En lugar de seguir creando organismos como este Consejo de Defensa a las Pequeñas y Medianas Empresas, parece mucho más rentable recuperar la igualdad ante la ley y la economía de mercado. Ningún contexto es más justo para los verdaderos empresarios que la sana competencia. El debate que nos debemos plantear es qué empresario queremos en el centro de nuestra estructura productiva.

Recuperar la igualdad ante la ley y el mercado Adrián Ravier

Por: Adrián Ravier
 
“Si se aplica un plan liberal, ninguna pyme va a sobrevivir”, dijo el ministro de Economía Axel Kicillof mientras anunciaba la creación de un consejo de defensa a las pequeñas y medianas empresas. Luego sentenció: “En el mercado, si no está el Estado, rige la ley de la selva”.
La frase del ministro deja mucha tela para cortar, como cada una de sus reflexiones. ¿Qué parte es cierta y qué parte no lo es?