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Tuesday, November 1, 2016

¿Partido libertario mexicano?


“Cuando hubo oportunidad los partidos políticos no siguieron la corriente mundial. Ahora necesitamos un partido que promueva la autosuficiencia no la dependencia, la individualidad, no el colectivismo.”


RICARDO VALENZUELA
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Desde que tengo uso de razón siempre tuve claro que en México había dos corrientes políticas que no correspondían a mi ideología y mis ideales. La corriente marxista que en las diferentes etapas de nuestra historia ha sido representada por partidos como el PPS, el Partido Comunista Mexicano, Partido del Trabajo y recientemente por el PRD. Por otro lado, la corriente estatista, socialista, corrupta, antidemocrática del PRI.
Rechacé la avenida del PRI desde mi infancia al atestiguar las tribulaciones de mi abuelo materno sufriendo las agresiones del aberrante producto de la revolución mexicana; “la Reforma Agraria.” Acusándolo de latifundista, constantemente lo despojaba del fruto de su trabajo que con tantos sacrificios él había construido, iniciando a principios del siglo 20, trabajando como arriero en el mineral de La Colorada, Sonora. 


¿Partido libertario mexicano?


“Cuando hubo oportunidad los partidos políticos no siguieron la corriente mundial. Ahora necesitamos un partido que promueva la autosuficiencia no la dependencia, la individualidad, no el colectivismo.”


RICARDO VALENZUELA
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Desde que tengo uso de razón siempre tuve claro que en México había dos corrientes políticas que no correspondían a mi ideología y mis ideales. La corriente marxista que en las diferentes etapas de nuestra historia ha sido representada por partidos como el PPS, el Partido Comunista Mexicano, Partido del Trabajo y recientemente por el PRD. Por otro lado, la corriente estatista, socialista, corrupta, antidemocrática del PRI.
Rechacé la avenida del PRI desde mi infancia al atestiguar las tribulaciones de mi abuelo materno sufriendo las agresiones del aberrante producto de la revolución mexicana; “la Reforma Agraria.” Acusándolo de latifundista, constantemente lo despojaba del fruto de su trabajo que con tantos sacrificios él había construido, iniciando a principios del siglo 20, trabajando como arriero en el mineral de La Colorada, Sonora. 


Thursday, June 30, 2016

Primer genocidio socialista del siglo XX: advertencia para Venezuela

El Gobierno soviético creó así la hambruna que mató millones y en la que los ucranianos debieron comer perros, gatos, ratas, e incluso cadáveres humano

(Litci)
Como todos los crímenes del régimen soviético, objetivo y método fueron establecidos y ejecutados primero por Lenin, quien ya en 1918 ordenaba matar. (Litci)
Por Guillermo Rodríguez G.
Descubrir la historia criminal del Socialismo es revelador para quienes no conocen la naturaleza de lo que pretende someterlos. Esta semana lo conversé con algunos jóvenes venezolanos que leen por primera vez a Solzhenitsyn, y a esa luz les sorprende que no esté todavía peor su Venezuela.
Mientras el continente mira esperanzado el acuerdo de paz entre el Gobierno y una parte de las narco financiadas guerrillas colombianas, algunos venezolanos descubren que lo peor no es lo que el secretario Almagro –socialista de vieja data desmarcándose del chavismo cuya debacle continental espera– describió en la OEA sobre la Venezuela cuya canciller presumió del “Estado de Derecho” con un Poder Judicial al servicio del Ejecutivo bloqueando un Legislativo de mayoría opositora.



Pudiera llegar a ser peor la escasez de alimentos y medicinas que sufre nuestra empobrecida población, mucho peor con un aparato productivo destruido y el final del reparto populista resultante de la caída del precio del crudo, e incluso la violencia criminal de récord continental puede empeorar, que todo en el socialismo puede ser peor, mucho peor, es lo que Archipiélago Gulag les reveló a mis jóvenes amigos.
El socialismo agravará lo que ya sufrimos en Venezuela, como explica Solzhenitsyn del que la relativa prosperidad en las ciudades soviéticas de 1936 salió del expolio del trigo que dejaba sin pan a las aldeas, me dice un joven venezolano que comprendió lo superficial de las recientes purgas del propio chavismo al descubrir que Vlasov pagó con su vida el burlar el espíritu, no la letra, de las normas redactadas para que los campesinos no comieran pan, creando hornos comunitarios en casas “abandonadas” de los kulaks.
¿Quiénes fueron los kulaks que menciona ahí Solzhenitsyn? Inquieren quienes soportan horas de espera en la fila del racionamiento y saben que toda la cadena de distribución –gubernamental y privada– de alimentos en Venezuela la controla un Gobierno que, de no ser por el mercado negro, decidiría quién come y quién no.
La historia de los genocidios socialistas del siglo XX comenzó al inicio del poder soviético, con el extermino de pequeños propietarios agrícolas denominados kulaks.
Como todos los crímenes del régimen soviético, objetivo y método fueron establecidos y ejecutados primero por Lenin, quien ya en 1918 ordenaba: “Es preciso dar un escarmiento. 1. Colgar, y digo colgar de manera que la gente lo vea, al menos 100 kulaks, ricos, y chupasangres conocidos. 2. Publicar sus nombres. 3. -Apoderarse de su grano. 4. Identificar a los rehenes como hemos indicado en nuestro telegrama de ayer. Haced esto de manera que en centenares de leguas a la redonda la gente vea, sepa comprenda y tiemble. Decidles que sedientos de sangre matamos y continuaremos matando a los kulaks. Telegrafiad que habéis recibido y ejecutado esas instrucciones. Vuestro, Lenin” (Orden de Lenin, telegrafiada el 10 de agosto de 1918).
Tras la muerte de Lenin, Stalin asciende cuando casi no quedan kulaks sobrevivientes en Rusia, pero llevaría a otra escala el exterminio en Ucrania, dónde en 1929 declaró a los kulaks enemigos del pueblo para requisar todas las tierras y el ganado privados afectando cerca del 80% de la población.
En la campaña de colectivización del campo ucraniano cerca de 10 millones de personas fueron enviadas al gulag siberiano en trenes de mercancías en que un tercio morían sin llegar a los campos de concentración. Los kulaks ucranianos se rebelaron retomando sus propiedades y ajusticiando jefes soviéticos locales, pero el ejército rojo ahogó en sangre la rebelión, mientras la policía política aplicaba un terror como el ordenado por Lenin.
En 1932, con la mayoría de las explotaciones ucranianas forzosamente colectivizadas, Stalin llevo a sus últimas consecuencias una de las ordenes de Lenin contra los kulaks: “Apoderarse de su grano”, con el aumento desmedido de cuotas a entregar por las granjas colectivas de Ucrania.
En medio de la severa escasez de comida en Ucrania, la cosecha de trigo de 1933 se exportó a bajos precios. Eventualmente la policía política inició inspecciones aleatorias de las pertenencias personales, quienes fueran sorprendidos con cualquier cantidad de comida serían declarados ladrones de comida del Estado y sufrirían aleatoriamente de diez años en el gulag al ajusticiamiento inmediato.
El Gobierno soviético creó así la hambruna que mató millones y en la que los ucranianos debieron comer perros, gatos, ratas, e incluso cadáveres humanos. El extermino por hambre logró hacia 1934 la muerte de unas 25 mil personas diarias en Ucrania, exterminando entre cinco y ocho millones de Ucranianos al tiempo que el socialismo demócrata occidental inició su sistemática negación, ocultamiento y subestimación de los crímenes soviéticos –de los que estuvieron al tanto durante las siete décadas de existencia de la URSS– y la colaboración activa de sus gobiernos con el poder soviético al alcanzar el poder en Washington el socialista moderado Franklin D. Roosevelt, quien reconoció formalmente al Gobierno de Stalin en 1933, asegurando la incorporación de la Unión Soviética en la Sociedad de Naciones en 1934.
Que el socialismo más que un error intelectual, es un dogma maligno capaz de adelantar los peores crímenes declarándose la bondad absoluta por la falacia de la redención colectiva, asombra a quién lo descubre. Cómo lograr que el resto también lo descubra bajo las infinitas capas de propaganda y falsedad es lo que intentará  responder desde ese camino de Damasco hasta el fin de sus días.
Guillermo Rodríguez G. es investigador del Centro de Economía Política Juan de Mariana y profesor de Economía Política del Instituto Universitario de Profesiones Gerenciales IUPG, de Caracas, Venezuela.

Primer genocidio socialista del siglo XX: advertencia para Venezuela

El Gobierno soviético creó así la hambruna que mató millones y en la que los ucranianos debieron comer perros, gatos, ratas, e incluso cadáveres humano

(Litci)
Como todos los crímenes del régimen soviético, objetivo y método fueron establecidos y ejecutados primero por Lenin, quien ya en 1918 ordenaba matar. (Litci)
Por Guillermo Rodríguez G.
Descubrir la historia criminal del Socialismo es revelador para quienes no conocen la naturaleza de lo que pretende someterlos. Esta semana lo conversé con algunos jóvenes venezolanos que leen por primera vez a Solzhenitsyn, y a esa luz les sorprende que no esté todavía peor su Venezuela.
Mientras el continente mira esperanzado el acuerdo de paz entre el Gobierno y una parte de las narco financiadas guerrillas colombianas, algunos venezolanos descubren que lo peor no es lo que el secretario Almagro –socialista de vieja data desmarcándose del chavismo cuya debacle continental espera– describió en la OEA sobre la Venezuela cuya canciller presumió del “Estado de Derecho” con un Poder Judicial al servicio del Ejecutivo bloqueando un Legislativo de mayoría opositora.


Thursday, June 23, 2016

EMILIO J. CÁRDENAS Venezuela: Una fuerte y oportuna advertencia del "New York Times"

 


Análisis sobre la situación de Venezuela y su relación con los países del entorno.  
El 21 de junio pasado, el influyente diario “New York Times” publicó una notable y precisa editorial sobre la situación en Venezuela y la necesidad de que los países de la región, de una vez por todas, defiendan -sin rodeos- la democracia. Como obviamente se comprometieron expresamente a hacerlo al tiempo de edificar la Carta Democrática Interamericana”. Nuestro país es, lamentablemente, un muy triste ejemplo de “medias tintas” y ambigüedades en este delicado tema, desde que ha adoptado conductas grises y hasta, peor, enviado mensajes claramente contradictorios.

Veamos cual es el contenido específico del mensaje que envía el diario norteamericano, cuya línea editorial, recordemos, es más bien “de izquierda”.


Primero: la ausencia de estado de derecho y el hambre amenazan con sumergir a Venezuela en la anarquía. Pero sus vecinos no se animan a confrontar con Nicolás Maduro. Lo que es, cabe agregar, efectivamente así. Por las razones que fueren, incluyendo los votos necesarios para la eventual elección de la candidata argentina a la secretaría general de las Naciones Unidas.

Segundo: hay un grupo de naciones latinoamericanas que siguen gobernadas por la izquierda, que se dedican a hacer apología del régimen venezolano. También eso es claramente así. Algunos, por identidad ideológica. Otros, a cambio de petróleo a precios subsidiados. Y hay también otro grupo de países  a los que la editorial comentada califica de “ambivalentes”, que emiten críticas livianas pese a las notorias -y crecientes- violaciones de los derechos humanos de su pueblo por parte del régimen autoritario de Nicolás Maduro.

Tercero: el jueves que viene, advierte el “New York Times”, el Consejo Permanente de la OEA comenzará a debatir la valiente iniciativa de su actual secretario general, el oriental Luis Almagro, sobre la posible invocación -y aplicación- de la Carta Democrática Interamericana respecto de Venezuela. Pese a que -increíblemente- se disfrazan -y hasta distorsionan- sus verdaderas consecuencias, ese es apenas un procedimiento que supone que el diálogo es su eje e instrumento central. Aunque con posibles consecuencias, ante la ausencia de buena fe. Lo que es muy distinto de aplicar supuestas sanciones inmediatas. Ponerlo en marcha es nada menos que decidirse a abrazar la verdad y asumir lealmente los compromisos asumidos sobre la defensa de la democracia. Lo que no es menor. Por esto el señero diario destaca que, países como la Argentina, deberían exigir a Venezuela que permita la llegada de asistencia humanitaria para una población que, como consecuencia del fallido experimento “bolivariano”, hoy sabe lo que es el hambre y vive sumergida en privaciones de todo tipo. Privada hasta de poder atender a sus enfermos por falta de medicamentos. Además, nos dice el diario, esos países deberían asimismo exigir a Nicolás Maduro que permita que se realice el referendo revocatorio, que está previsto expresamente en la Constitución de Venezuela. Porque eso es nada menos que respetar la democracia y, más aún, permitir que sean los venezolanos quienes decidan su propio futuro. Lo que no es pequeña cosa.

Cuarto: la editorial comentada se pronuncia con meridiana claridad acerca de la ausencia de democracia en Venezuela. A diferencia de los ambiguos que eluden, en esto también, decir la verdad. Lo hace señalando que las instituciones centrales de la democracia (los Poderes del Estado) o (i) están cooptados, como la Justicia, que debería ser ciertamente independiente, desde que sin ello no hay democracia, y no lo es; o (ii) están arteramente inutilizadas, como es obvio que ocurre con el Parlamento que, dominado por la oposición, ha sido perversamente amordazado, a la vista de todos y con el mayor descaro, por un audaz Nicolás Maduro, transformándolo en una suerte de lamentable eunuco institucional. Y, agregando enseguida, que la falta de democracia se evidencia también por el encarcelamiento arbitrario de los dirigentes de la oposición. Nuevamente, clarísimo.

Quinto: Salvo que las cosas cambien, todo lo que Venezuela debe hacer para superar la profunda crisis que la atrapa no es, para nada, factible con Nicolás Maduro enquistado en el poder. Otra dura verdad, por cierto. De aquellas que, nuevamente, muchos no se animan siquiera a señalar. Por eso, insiste, es hoy necesario dar al pueblo venezolano la oportunidad que la ley le confiere de deshacerse constitucionalmente del hombre cuya tremenda ignorancia, evidente impericia y absurdo fanatismo han llevado a Venezuela al borde mismo del caos. El diario señala específicamente que, “sin una firme presión internacional”, Nicolás Maduro seguirá, como hasta ahora, saboteando el referendo que el pueblo reclama para poder actuar dentro de la institucionalidad. Mientras tanto, la crisis se profundizará. Y el pueblo de Venezuela seguirá hundiéndose. Como ha sucedido siempre, hasta ahora. Nuevamente, este razonamiento es correcto. Quienes, por razones inexplicables, no lo creen así se equivocan feo. No hay ciertamente peor ciego que el que “no quiere ver”. Por las razones que fueren. Si se sabotea el referendo, nos advierte asimismo el “New York Times”, pasarán dos cosas. Aumentará el nivel de la confrontación política doméstica y comenzará el éxodo de los venezolanos hacia los demás países de la región. Los vecinos, entonces. Y es obvio que el gigantesco desastre consiguiente se volverá inevitablemente un problema de todos.

Una vez más, los “de afuera” nos dicen con claridad que es lo que pasa en Venezuela. Y nosotros con frecuencia preferimos no escucharlos. Esto debe terminar, si no queremos que el derrame de la crisis venezolana termine afectando no sólo a su sufrido pueblo, como hasta ahora, sino a todos en la región. Sería realmente una inconsciencia total. Nicolás Maduro no puede estar por encima de la ley, cual monarca.

EMILIO J. CÁRDENAS Venezuela: Una fuerte y oportuna advertencia del "New York Times"

 


Análisis sobre la situación de Venezuela y su relación con los países del entorno.  
El 21 de junio pasado, el influyente diario “New York Times” publicó una notable y precisa editorial sobre la situación en Venezuela y la necesidad de que los países de la región, de una vez por todas, defiendan -sin rodeos- la democracia. Como obviamente se comprometieron expresamente a hacerlo al tiempo de edificar la Carta Democrática Interamericana”. Nuestro país es, lamentablemente, un muy triste ejemplo de “medias tintas” y ambigüedades en este delicado tema, desde que ha adoptado conductas grises y hasta, peor, enviado mensajes claramente contradictorios.

Veamos cual es el contenido específico del mensaje que envía el diario norteamericano, cuya línea editorial, recordemos, es más bien “de izquierda”.