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Wednesday, August 31, 2016

Capitalismo y socialismo: Entrevista a Friedrich August von Hayek

Carlos Rangel entrevistó a Friedrich August von Hayek el 17 de mayo de 1981 acerca del capitalismo y el socialismo en Caracas, Venezuela. Esta entrevista fue publicada originalmente en junio del mismo año en el diario El Universal de Venezuela.
Carlos Rangel (1929-1988) fue un destacado periodista e intelectual venezolano y autor de Del buen salvaje al buen revolucionario (1976) y El tercermundismo (1986).
Friedrich August von Hayek (1899-1992) fue tal vez el más grande defensor de una sociedad libre en el siglo XX. Siendo economista, erudito del derecho y filósofo, Hayek escribió Camino a la servidumbre (1943), Los fundamentos de la libertad (1959) y Derecho, legislación y libertad (1978).
Esta entrevista que Carlos Rangel le hiciera a F. A. Hayek tuvo lugar en Caracas, Venezuela, el día 17 de mayo de 1981. Fue originalmente publicada en el diario El Universal de Caracas en junio de ese mismo año y ha sido reproducida con la autorización del mismo diario. Aquí puede descargar esta entrevista en formato PDF.

Carlos Rangel: Gran parte de su labor intelectual ha consistido en una comparación crítica entre el capitalismo y el socialismo, entre el sistema basado en la propiedad privada y la economía de mercado, y el sistema basado en la estatización de los medios de producción y la planificación central. Como es bien sabido, usted ha sostenido que el primero de estos sistemas es abrumadoramente superior al segundo. ¿En qué basa usted esa posición?
Friedrich August von Hayek: Yo iría más lejos que la afirmación de una superioridad del capitalismo sobre el socialismo. Si el sistema socialista llegare a generalizarse, se descubriera que ya no sería posible dar ni una mínima subsistencia a la actual población del mundo y mucho menos a una población aun más numerosa. La productividad que distingue al sistema capitalista se debe a su capacidad de adaptación a una infinidad de variables impredecibles, y a su empleo, por vías automáticas, de un enorme volumen de información extremadamente dispersa entre millones y millones de personas (toda la sociedad), información que por lo mismo jamás estará a la disposición de planificadores. En el sistema de economía libre, esa información puede decirse que ingresa de forma continua a una especie de supercomputadora: el mercado, que allí es procesada de una manera no sólo abrumadoramente superior, como usted expresó, sino de una manera realmente incomparable con la torpeza primaria de cualquier sistema de planificación.



CR: Últimamente se ha puesto de moda entre los socialistas admitir que la abolición de la propiedad privada y de la economía de mercado en aquellos países que han adoptado el socialismo, no ha producido los resultados esperados por la teoría. Pero persisten en sostener que algún día, en alguna parte, habrá un socialismo exitoso. Exitoso políticamente, puesto que no sólo no totalitario sino generador de mayores libertades que el capitalismo; y exitoso económicamente. ¿Qué dice usted de esa hipótesis?
FAvH: Yo no tengo reprobación moral contra el socialismo. Me he limitado a señalar que los socialistas están equivocados en su manejo de la realidad. Si se tratara de contrastar juicios de valor, un punto de vista divergente al de uno sería por principio respetable. Pero no se puede ser igualmente indulgente con una equivocación tan obvia y tan costosa. Esa masa de información a la que me referí antes, y de la cual el sistema de economía de mercado y de democracia política hace uso en forma automática, ni siquiera existe toda en un momento determinado, sino que está constantemente siendo enriquecida por la diligencia de millones de seres humanos motivados por el estímulo de un premio a su inteligencia y a su esfuerzo. Hace sesenta años Mises demostró definitivamente que en ausencia de una economía de mercado funcional, no puede haber cálculo económico. Por allí se dice a su vez que Oskar Lange refutó a Mises, pero mal puede haberlo hecho ya que nunca ni siquiera lo comprendió. Mises demostró que el cálculo económico es imposible sin la economía de mercado. ¡Lange sustituye “contabilidad” por “cálculo”, y enseguida derriba una puerta abierta demostrando a su vez que la contabilidad, el llevar cuentas, es posible en el socialismo!
CR: Un punto de vista muy extendido consiste en creer que es posible mantener las ventajas de la economía de mercado y a la vez efectuar un grado considerable de planificación que corrija los defectos del capitalismo.
FAvH: Esa es una ilusión sin base ni sentido. El mercado emite señales muy sutiles que los seres humanos detectan bien o mal, según el caso, en un proceso que nadie podrá jamás comprender enteramente. La idea de que un gobierno pueda “corregir” el funcionamiento de un mecanismo que nadie domina, es disparatada. Por otra parte, cuando se admite una vez la bondad del intervencionismo gubernamental en la economía, se crea una situación inestable, donde la tendencia a una intervención cada vez mayor y más destructiva será finalmente incontenible. Claro que no se debe interpretar esto en el sentido que no se deba reglamentar el uso de la propiedad. Por ejemplo, es deseable y necesario legislar para que las industrias no impongan a la sociedad el costo que significa la contaminación ambiental.
CR: En su juventud usted creyó en el socialismo. ¿Cuándo y por qué cambió usted tan radicalmente?
FAvH: La idea de que si usamos nuestra inteligencia nosotros podremos organizar la sociedad mucho mejor, y hasta perfectamente, es muy atractiva para los jóvenes. Pero tan pronto como inicié mis estudios de economía, comencé a dudar de semejante utopía. Justamente entonces, hace exactamente casi sesenta años, Ludwig von Mises publicó en Viena el artículo donde hizo su famosa demostración de que el cálculo económico es imposible en ausencia del complejísimo sistema de guías y señales que sólo puede funcionar en una economía de mercado. Ese artículo me convenció completamente de la insensatez implícita en la ilusión de que una planificación central pueda mejorar en lo más mínimo la sociedad humana. Debo decir que a pesar del poder de convicción de ese artículo de Mises, luego me di cuenta de que sus argumentos eran ellos mismos demasiado racionalistas. Desde entonces he dedicado mucho esfuerzo a plantear la misma tesis de una manera un tanto diferente. Mises nos dice: Los hombres deben tener la inteligencia para racionalmente escoger la economía de mercado y rechazar el socialismo. Pero desde luego no fue ningún raciocinio humano lo que creó la economía de mercado, sino un proceso evolutivo. Y puesto que el hombre no hizo el mercado, no lo puede desentrañar jamás completamente o ni siquiera aproximadamente. Reitero que es un mecanismo al cual todos contribuimos, pero que nadie domina. Mises combinó su creencia en la libertad con el utilitarismo, y sostuvo que se puede y se debe, mediante la inteligencia, demostrar que el sistema de mercado es preferible al socialismo, tanto política como económicamente. Por mi parte creo que lo que está a nuestro alcance es reconocer empíricamente cuál sistema ha sido en la práctica beneficioso para la sociedad humana, y cuál ha sido en la práctica perverso y destructivo.
CR: ¿Por qué usted, un economista, escribió un libro político como El camino hacia la servidumbre (The Road to Serfdom, 1943) una de cuyas consecuencias no podía dejar de ser una controversia perjudicial a sus trabajos sobre economía?
FAvH: Yo había emigrado a Inglaterra varios años antes; y aún antes de que sobreviniera la segunda guerra, me consternaba que mis amigos ingleses “progresistas” estuvieran todos convencidos de que el nazismo era una reacción antisocialista. Yo sabía, por mi experiencia directa del desarrollo del nazismo, que Hitler era él mismo socialista. El asunto me angustió tanto que comencé a dirigir memoranda internos a mis colegas en la London School of Economics para tratar de convencerlos de su equivocación. Esto produjo entre nosotros conversaciones y discusiones de las cuales finalmente surgió el libro. Fue un esfuerzo por persuadir a mis amigos ingleses de que estaban interpretando la política europea en una forma trágicamente desorientada. El libro cumplió su cometido. Suscitó una gran controversia y hasta los socialistas ingleses llegaron a admitir que había riesgos de autoritarismo y de totalitarismo en un sistema de planificación central. Paradójicamente donde el libro fue recibido con mayor hostilidad fue en el supuesto bastión del capitalismo: los Estados Unidos. Allí había en ese entonces una especie de inocencia en relación a las consecuencias del socialismo, y una gran influencia socialista en las políticas del “Nuevo Trato” roosveltiano. A todos los intelectuales estadounidenses, casi sin excepción, el libro apareció como una agresión a sus ideales y a su entusiasmo.
CR: En Los fundamentos de la libertad, que es de 1959, usted afirma lo siguiente de manera terminante: “En Occidente, el socialismo está muerto”. ¿No incurrió usted en un evidente exceso de optimismo?
FAvH: Yo quise decir que está muerto en tanto que poder intelectual; vale decir, el socialismo según su formulación clásica: la nacionalización de los medios de producción, distribución e intercambio. El ánimo socialista, ya mucho antes de 1959 había, en Occidente, buscado otras vías de acción a través del llamado “Estado Bienestar” (Welfare State) cuya esencia es lograr las metas del socialismo, no mediante nacionalizaciones, sino por impuestos a la renta y al capital que transfieran al Estado una porción cada vez mayor del PTB (Producto Total Bruto), con todas las consecuencias que eso acarrea.
CR: Sin embargo, François Miterrand acaba de ser electo presidente de Francia habiendo ofrecido un programa socialista bastante clásico, en cuanto que basado en extensas nacionalizaciones…
FAvH: Pues va a meterse en líos terribles.
CR: Pero eso no refuta el hecho de que su oferta electoral fue socialista, y fue aceptada por un país tan centralmente occidental como Francia, bastante después de que usted extendiera la partida de defunción del socialismo en Occidente.
FAvH: Usted tiene toda la razón. Me arrincona usted y me obliga a responderle que nunca he podido comprender el comportamiento político de los franceses…
CR: Permítame ser abogado del diablo. Se puede argumentar con mucha fuerza que no sólo no está muerto el socialismo en Occidente, sino que tal como lo sostuvo Marx, es el capitalismo el sistema que se ha estado muriendo y que se va a morir sin remedio. Es un hecho que muy poca gente, aún en los países de economía de mercado admirable y floreciente, parecen darse cuenta de que el bienestar y la libertad que disfrutan tiene algo que ver con el sistema capitalista, y a la vez tienden a atribuir todo cuanto identifican como reprobable en sus sociedades, precisamente al capitalismo.
FAvH: Eso es cierto, y es una situación peligrosa. Pero no es tan cierto hoy como lo fue ayer. Hace cuarenta años la situación era infinitamente peor. Todos aquellos a quienes he llamado “diseminadores de ideas de segunda mano”: maestros, periodistas, etc., habían sido desde mucho antes conquistados por el socialismo y estaban todos dedicados a inculcar la ideología socialista a los jóvenes y en general a toda la sociedad, como un catecismo. Parecía ineluctable que en otros veinte años el socialismo abrumaría sin remedio al liberalismo. Pero vea usted que eso no sucedió. Al contrario, quienes por haber vivido largo tiempo podemos comparar, constatamos que mientras los dirigentes políticos siguen empeñados por inercia en proponer alguna forma de socialismo, de asfixia o de abolición de la economía de mercado, los intelectuales de las nuevas generaciones están cuestionando cada vez más vigorosamente el proyecto socialista en todas sus formas. Si esta evolución persiste, como es dable esperar, llegaremos al punto en que los diseminadores de ideas de segunda mano a su vez se conviertan en vehículos del cuestionamiento del socialismo. Es un hecho recurrente en la historia que se produzca un descalco entre la práctica política y la tendencia próxima futura de la opinión pública, en la medida en que ésta está destinada a seguir por el camino que están desbrozando los intelectuales, que será enseguida tomado por los subintelectuales (los diseminadores de ideas de segunda mano) y finalmente por la mayoría de la sociedad. Es así como puede ocurrir lo que hemos visto en Francia: que haya todavía una mayoría electoral para una ideología —el socialismo— que lleva la muerte histórica inscrita en la frente.
CR: Según el marxismo la autodestrucción de la sociedad capitalista ocurrirá inexorablemente por una de dos vías, o por sus efectos combinados y complementados: (1) La asfixia de las nuevas, inmensas fuerzas productivas suscitadas por el capitalismo, por la tendencia a la concentración del capital y a la disminución de los beneficios. (2) La rebelión de los trabajadores, desesperados por su inevitable pauperización hasta el mínimo nivel de subsistencia. Ni una cosa ni la otra han sucedido. En cambio se suele pasar por alto una tercera crítica de Marx a la sociedad liberal, terriblemente ajustada a lo que sí ha venido sucediendo: “La burguesía (leemos en el Manifiesto comunista) no puede existir sin revolucionar constantemente los instrumentos de producción y con ello las relaciones sociales. En contraste, la primera condición de existencia de las anteriores clases dominantes fue la conservación de los viejos modos de producción. Lo que distingue la época burguesa de todas las anteriores, es esa constante revolución de la producción, esa perturbación de todas las condiciones sociales, esa inseguridad y agitación eternas. Todas las relaciones fijas, congeladas, son barridas junto con su secuela de opiniones y prejuicios antiguos y venerables. Todas las opiniones que se forman nuevas, a su vez se hacen anticuadas antes de que puedan consolidarse. Todo cuanto es sólido se disuelve en el aire. Todo lo sagrado es profanado. Y así el hombre se encuentra por fin obligado a enfrentar, con sus sentidos deslastrados, sus verdaderas condiciones de vida, y sus verdaderas relaciones con sus semejantes”. ¿No corresponde en efecto esa descripción a lo que sucede en la sociedad capitalista? ¿Y no es eso suficiente para explicar el desapego de tanta gente a las ventajas de esa sociedad sobre su alternativa socialista?
FAvH: En cierto sentido sí. Lo que usted llama ventajas del sistema capitalista, han sido posibles, allí donde la economía de mercado ha dado sus pruebas, mediante la domesticación de ciertas tendencias o instintos de los seres humanos, adquiridos durante millones de años de evolución biológica y adecuados a un estadio cuando nuestros antepasados no tenían personalidad individual. Fue mediante la adquisición cultural de nuevas reglas de conducta que el hombre pudo hacer la transición desde la microsociedad primitiva a la microsociedad civilizada. En aquella los hombres producían para sí mismos y para su entorno inmediato. En esta producimos no sabemos para quién, y cambiamos nuestro trabajo por bienes y servicios producidos igualmente por desconocidos. De ese modo la productividad de cada cual y por ende la del conjunto de la sociedad ha podido llegar a los niveles asombrosos que están a la vista. Ahora bien, la civilización para funcionar y para evolucionar hasta el estadio de una economía de mercado digna de ese nombre requiere, como antes dije, remoldear al hombre primitivo que fuimos, mediante sistemas legales y sobre todo a través del desarrollo de cánones éticos culturalmente inculcados, sin los cuales las leyes serían por lo demás inoperantes. Es importante señalar que hasta la revolución industrial esto no produjo esa incomprensión, hoy tan generalizada, sobre las ventajas de la economía de mercado; un gran paradoja, en vista que ha sido desde entonces cuando este sistema ha dado sus mejores frutos en forma de bienes y servicios, pero también de libertad política, allí donde ha prevalecido. La explicación es que hasta el siglo XVIII las unidades de producción eran pequeñas. Desde la infancia todo el mundo se familiarizaba con la manera de funcionar de la economía, palpaba eso que llamamos el mercado. Fue a partir de entonces que se desarrollaron las grandes unidades de producción, en las cuales (y en esto Marx vio justo) los hombres se desvinculan de una comprensión directa de los mecanismos y por lo tanto de la ética de la economía de mercado. Esto tal vez no hubiera sido decisivo sino hubiera coincidido con ciertos desarrollos de las ideas que no fueron por cierto causados por la revolución industrial, sino que en su origen la anteceden. Me refiero al racionalismo de Descartes: el postulado de que no debe creerse en nada que no pueda ser demostrado mediante un razonamiento lógico. Esto, que en un principio se refería al conocimiento científico, fue enseguida trasladado a los terrenos de la ética y de la política. Los filósofos comenzaron a predicar que la humanidad no tenía por qué continuar ateniéndose a normas éticas cuyo fundamento racional no pudiese ser demostrado. Hoy, después de dos siglos, estamos dando la pelea —la he dado yo toda mi vida— por demostrar que hay fortísimas razones para pensar que la propiedad privada, la competencia, el comercio (en una palabra, la economía de mercado) son los fundamentos de la civilización y desde luego de la evolución de la sociedad humana hacia la tolerancia, la libertad y el fin de la pobreza. Pero cuando la ética de la economía de mercado fue de pronto cuestionada en el siglo XVIII por Rousseau y luego, con la fuerza que sabemos, por Marx, parecía no haber defensa posible ni manera de objetar la proposición de que era posible crear una “nueva moral” y un “hombre nuevo”, conformes ambos, por lo demás, a la “verdadera” naturaleza humana, supuestamente corrompida por la civilización y más que nunca contradicha por el capitalismo industrial y financiero. Debo decir que para quien persista en estar persuadido por la ilusión rousseaunania-marxista de que está en nuestro poder regresar a nuestra “verdadera” naturaleza con tal de abolir la economía de mercado, la argumentación socialista resultará irresistible. Por fortuna ocurre que va ganando terreno la convicción contraria, por la constatación de que prácticamente todo cuanto estimamos en política y en economía deriva directamente de la economía de mercado, con su capacidad de sortear los problemas y de hallar soluciones (en una forma que no puede ser sustituida por ningún otro sistema) mediante la adaptación de un inmenso número de decisiones individuales a estímulos que no son ni pueden ser objeto de conocimiento y mucho menos de catalogación y coordinación por planificadores. Nos encontramos, pues, en la posición siguiente (y espero que esto responda a su pregunta): (1) La civilización capitalista, con todas sus ventajas, pudo desarrollarse porque existía para ella el piso de un sistema ético y de un conjunto orgánico de creencias que nadie había construido racionalmente y que nadie cuestionaba. (2) El asalto racionalista contra ese fundamento de costumbres, creencias y comportamientos, en coincidencia con la desvinculación de la mayoría de los seres humanos de aquella vivencia de la economía de mercado que era común en la sociedad preindustrial, debilitó casi fatalmente a la civilización capitalista, creando una situación en la cual sólo sus defectos eran percibidos, y no sus beneficios. (3) Puesto que el socialismo ya no es una utopía, sino que ha sido ensayado y están a la vista sus resultados, es ahora posible y necesario intentar rehabilitar la civilización capitalista. No es seguro que este intento sea exitoso. Tal vez no lo será. De lo que si estoy seguro es de que en caso contrario (es decir, si el socialismo continúa extendiéndose) la actual inmensa y creciente población del mundo no podrá mantenerse, puesto que sólo la productividad y la creatividad de la economía de mercado han hecho posible esto que llaman la “explosión demográfica”. Si el socialismo termina por prevalecer, nueve décimos de la población del mundo perecerán de hambre, literalmente.
CR: Algunos de los más eminentes y profundos pensadores liberales, como Popper y Schumpeter, han expresado el temor de que la sociedad liberal, no obstante ser incomparablemente superior al socialismo, sea precaria y tal vez no sólo no esté destinada a extenderse al mundo entero —como se pensó hace un siglo— sino que termine por autodestruirse, aún allí donde ha florecido. Karl Popper señala que el proyecto socialista responde a la nostalgia que todos llevamos dentro, por la sociedad tribal, donde no existía el individuo. Schumpeter sostuvo que la civilización capitalista, por lo mismo que es consustancial con el racionalismo, el libre examen, la crítica constante de todas las cosas, permite, pero además propicia, estimula y hasta premia el asalto ideológico contra sus fundamentos, con el resultado de que finalmente hasta los empresarios dejan de creer en la economía de mercado.
FAvH: En efecto, Joseph Schumpeter fue el primer gran pensador liberal en llegar a la conclusión desoladora de que el desapego por la civilización capitalista, que ella misma crea, terminará por conducir a su extinción y que, en el mejor de los casos, un socialismo de burócratas administradores está inscrito en la evolución de las ideas. Pero no olvidemos que Schumpeter escribió estas cosas (en Capitalismo, socialismo y democracia) hace más de cuarenta años. Ya he dicho que en el clima intelectual de aquel momento, el socialismo parecía irresistible y con ellos la segura destrucción de las bases mínimas de la existencia de la mayoría de la población del mundo. Esto último no lo percibió Schumpeter. Era un liberal, como usted ha dicho, y además un gran economista, pero compartía la ilusión de muchos en nuestra profesión de que la ciencia económica matemática hace posible una planificación tolerablemente eficiente. De modo que, a pesar de estar él mismo persuadido de que la economía de mercado es preferible, suponía soportable la pérdida de eficiencia y de productividad inevitable al ser la economía de mercado donde quiera sustituida por la planificación. Es decir, que no se dio cuenta Schumpeter hasta qué punto la supervivencia de la economía de mercado, por lo menos allí donde existe, es una cuestión de vida o muerte para el mundo entero.
CR: Eso puede ser cierto, y de serlo debería inducir a cada hombre pensante a resistir el avance del socialismo. Pero lo que vemos (y de nuevo me refiero a Schumpeter) es que los intelectuales de Occidente, con excepciones, han dejado de creer que la libertad sea el valor supremo y además la condición óptima de la sociedad. Ni siquiera el ejemplo de lo que invariablemente le sucede a los intelectuales en los países socialistas, los desanima de seguir propugnando el socialismo para sus propios países y para para el mundo.
FAvH: Para el momento cuando Schumpeter hizo su análisis y descripción del comportamiento de los intelectuales en la civilización capitalista, yo estaba tan desesperado y era tan pesimista como él. Pero ya no es cierto que sean pocas las excepciones. Cuando yo era muy joven, sólo algunos ancianos (entre los intelectuales) creían en las virtudes y en las ventajas de la economía libre. En mi madurez, éramos un pequeño grupo, se nos consideraba excéntricos, casi dementes y se nos silenciaba.
Pero hoy, cuarenta años más tarde, nuestras ideas son conocidas, son escuchadas, están siendo debatidas y consideradas cada vez más persuasivas. En los países periféricos los intelectuales que han comprendido la infinita capacidad destructiva del socialismo todavía son pocos y están aislados. Pero en los países que originaron la ideología socialista —Gran Bretaña, Francia, Alemania— hay un vigoroso movimiento intelectual a favor de la economía de mercado como sustento indispensable de los valores supremos del ser humano. Los protagonistas de este renacimiento del pensamiento liberal son hombres jóvenes, y a su vez tienen discípulos receptivos y atentos en sus cátedras universitarias. Debo admitir, sin embargo, que esto ha sucedido cuando el terreno perdido había sido tanto, que el resultado final permanece en duda. Por inercia, los dirigentes políticos en casi todos los casos siguen pensando en términos de la conveniencia, o en todo caso de la inevitabilidad de alguna forma de socialismo y, aún liberales, suponen políticamente no factible desembarazar a sus sociedades de todos los lastres, impedimentos, distorsiones y aberraciones que se han ido acumulando, incorporados a la legislación, pero también a las costumbres de la administración pública, por la influencia de la ideología socialista. Es decir, que el movimiento político persiste en ir en la dirección equivocada; pero ya no el movimiento intelectual. Esto lo digo con conocimiento de causa. Durante años, tras la publicación de El camino de la servidumbre, me sucedía que al dar una conferencia en alguna parte, frente a públicos académicos hostiles, con un fuerte componente de economistas persuadidos de la omnipotencia de nuestra profesión y en la consiguiente superioridad de la planificación sobre la economía de mercado, luego se me acercaba alguien y me decía: quiero que sepa que yo por lo menos estoy de acuerdo con usted. Eso me dio la idea de fundar la Sociedad Mont Pelerin, para que estos hombres aislados y a la defensiva tuvieran un nexo, conocieran que no estaban solos y pudieran periódicamente encontrarse, discutir, intercambiar ideas, diseñar planes de acción. Pues bien, treinta años más tarde parecía que la Sociedad Mont Pelerin ya no era necesaria, tal era la fuerza, el número, la influencia intelectual en las universidades y en los medios de comunicación de los llamados neoliberales. Pero decidimos mantenerla en actividad porque nos dimos cuenta de que la situación en que habíamos estado años antes en Europa, en los Estados Unidos y en el Japón, es la situación en la cual se encuentran hoy quienes defienden la economía de mercado en los países en desarrollo y más bien con mucha desventaja para ellos, puesto que se enfrentan al argumento de que el capitalismo ha impedido o frenado el desarrollo económico, político y social de sus países, cuando lo cierto es que nunca ha sido verdaderamente ensayado.
CR: Una de las maneras más eficaces que han empleado los ideólogos socialistas para desacreditar el pensamiento liberal, es calificarlo de “conservador”. De tal manera que, casi todo el mundo está convencido, de buena fe, de que usted es un conservador, un defensor a ultranza del orden existente, un enemigo de toda innovación y de todo progreso.
FAvH: Estoy tan consciente de eso que dediqué todo el último capítulo de mi libro Los fundamentos de la libertad precisamente a refutar esa falacia. En ese capítulo cito a uno de los más grandes pensadores liberales, Lord Acton, quien escribió: “Reducido fue siempre el número de los auténticos amantes de la libertad. Por eso, para triunfar, frecuentemente debieron aliarse con gente que perseguían objetivos bien distintos a los que ellos propugnaban. Tales asociaciones, siempre peligrosas, a veces han resultado fatales para la causa de la libertad, pues brindaron a sus enemigos argumentos abrumadores”. Así es: los verdaderos conservadores merecen el descrédito en que se encuentran, puesto que su característica esencial es que aman la autoridad y temen y resisten el cambio. Los liberales amamos la libertad y sabemos que implica cambios constantes, a la vez que confiamos en que los cambios que ocurran mediante el ejercicio de la libertad serán los que más convengan o los que menos daño hagan a la sociedad.

Capitalismo y socialismo: Entrevista a Friedrich August von Hayek

Carlos Rangel entrevistó a Friedrich August von Hayek el 17 de mayo de 1981 acerca del capitalismo y el socialismo en Caracas, Venezuela. Esta entrevista fue publicada originalmente en junio del mismo año en el diario El Universal de Venezuela.
Carlos Rangel (1929-1988) fue un destacado periodista e intelectual venezolano y autor de Del buen salvaje al buen revolucionario (1976) y El tercermundismo (1986).
Friedrich August von Hayek (1899-1992) fue tal vez el más grande defensor de una sociedad libre en el siglo XX. Siendo economista, erudito del derecho y filósofo, Hayek escribió Camino a la servidumbre (1943), Los fundamentos de la libertad (1959) y Derecho, legislación y libertad (1978).
Esta entrevista que Carlos Rangel le hiciera a F. A. Hayek tuvo lugar en Caracas, Venezuela, el día 17 de mayo de 1981. Fue originalmente publicada en el diario El Universal de Caracas en junio de ese mismo año y ha sido reproducida con la autorización del mismo diario. Aquí puede descargar esta entrevista en formato PDF.

Carlos Rangel: Gran parte de su labor intelectual ha consistido en una comparación crítica entre el capitalismo y el socialismo, entre el sistema basado en la propiedad privada y la economía de mercado, y el sistema basado en la estatización de los medios de producción y la planificación central. Como es bien sabido, usted ha sostenido que el primero de estos sistemas es abrumadoramente superior al segundo. ¿En qué basa usted esa posición?
Friedrich August von Hayek: Yo iría más lejos que la afirmación de una superioridad del capitalismo sobre el socialismo. Si el sistema socialista llegare a generalizarse, se descubriera que ya no sería posible dar ni una mínima subsistencia a la actual población del mundo y mucho menos a una población aun más numerosa. La productividad que distingue al sistema capitalista se debe a su capacidad de adaptación a una infinidad de variables impredecibles, y a su empleo, por vías automáticas, de un enorme volumen de información extremadamente dispersa entre millones y millones de personas (toda la sociedad), información que por lo mismo jamás estará a la disposición de planificadores. En el sistema de economía libre, esa información puede decirse que ingresa de forma continua a una especie de supercomputadora: el mercado, que allí es procesada de una manera no sólo abrumadoramente superior, como usted expresó, sino de una manera realmente incomparable con la torpeza primaria de cualquier sistema de planificación.


Friday, July 15, 2016

Entrevista con Murray Rothbard: La ciencia de la libertad

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La ciencia de la libertad: una entrevista con Murray Rothbard. Realizada por Jeffrey Tucker. Murray N. Rothbard (1926-1995), profesor de economía en la Universidad de Nevada, Las Vegas y vice presidente de asuntos académicos del Ludwig von Mises Institute, se encuentra entre los grandes pensadores de la Escuela Austríaca. Fue responsable de llevar la tradición de la Escuela Austríaca desde los últimos años de Mises hasta las presentes generaciones, extendiendo de manera dramática esta tradición hacia nuevas áreas de la historia y la teoría política. Es autor de 15 libros, incluyendo Man, Economy, and State (1962), America’s Great Depression (1963), y An Austrian Perspective on the History of Economic Thought. Rothbard fue entrevistado por la Austrian Economic Newsletter durante el verano de 1990, volumen 11, número 2. Traducción al español de Nicolás Cachanosky publicada por la Fundación F. A. Hayek en la “La Escuela Austríaca en el Siglo XXI” Revista Digital No 8, Año 2008.
AEN: ¿Algún pensamiento reciente sobre la hermenéutica?
MNR: Esa es una pregunta de historia del pensamiento, dado que la hermenéutica ha sido destruida por Hans-Hermann Hoppe y David Gordon. Parte de su crítica es que la hermenéutica fue incapaz de demostrar en términos concretos como este nuevo “giro” podría mejorar nuestro entendimiento de la economía. Pero si no hubiesen sido desafiados, podrían haber continuado por años.



AEN: La principal atracción a la hermenéutica fue un vínculo de Mises con ciertos fenomenologistas racionales. ¿Qué partes de este vínculo le gustan y cuáles le disgustan?
MNR: El vínculo fue Alfred Schütz. El era un fenomenologista que creía en el libre mercado y fue anti-positivista. Hizo un excelente trabajo atacando a los positivistas y dejando de lado mentes a favor de los experimentos. Luego marcaría que se necesitan mentes para conducir y verificar los experimentos. Antes que esto, Brentano se encontraba bastante próximo a Menger y los Austríacos. Los Brentanoistas enseñaban lógica, razón, la ciencia de la acción humana, afirmaban que los valores existían, y perseguían un análisis objetivo de la subjetividad. Mises siempre fue claro: sus  partidarios no comprenden economía. Las enseñanzas de Dilthey, Windelbrand, Ricket, y Weber son útiles para el análisis histórico, pero no para la teoría económica—Verstehen no Vergiefen. En la búsqueda del subjetivismo, no se puede dispensar de la ciencia y la razón. Con pocas excepciones, del modo en que la fenomenología se desarrolló se volvió irracional y colectivista.
Una buena parte de la fenomenología ya es parte de la tradición Austriaca, como he mencionado en mi artículo sobre praxeología para los volúmenes Nathanson, Phenomenology and the Social Sciences. El otro economista, John O’Neill, quien también escribió para el volumen produjo una palabrería puramente irracional. Y no había mucho más de utilidad en esos dos volúmenes. A Kirzner también se lo invitó a contribuir en este volumen, pero rechazó la propuesta, opinando que los Misianos no tienen nada que ver con la fenomenología. Supongo que yo estaba tratando de ir más allá.
AEN: ¿Cuál es su visión sobre la afirmación de Hayek de que todo el progreso en economía fue en dirección del subjetivismo?
MNR: Es verdad, pero no ha sido una subida ascendente. La temprana teoría económica tenía sus raíces en las tradiciones italiana, francesa, y española, que eran de orientación subjetivista. Luego se orientó hacia un terrible camino por parte de Smith y Ricardo y la tradición clásica inglesa, que es “objetivista” –los valores se encuentran inherentes en la producción. Hubo un reacomodamiento parcial hacia el subjetivismo, pero fue bloqueado por Marshall. Mises trajo de
vuelta la tradición del valor-subjetivo, junto con la preferencia temporal, el valor marginal ordinal, y todo el resto. Eso está bien, pero no debemos eliminar el análisis objetivo. Aún hay un mundo real allí afuera, con leyes de causa y efecto, y productos físicos siendo valuados por individuos. A través de todo esto, hemos descubierto que ser anti-positivista no es suficiente. El subjetivismo no es un principio absoluto; es una condición necesaria pero no suficiente para una metodología consistente.
AEN: El positivismo fue relacionado con el socialismo y el intervencionismo. ¿Predice ahora su declinación?
MNR: Es difícil de decir. Fue central para el socialismo y la planificación del mismo modo que la praxeología es central para el libre mercado. El positivismo elimina cualquier tipo de principio de ley natural, por ejemplo, que hay leyes económicas que pueden ser trasgredidas sólo a nuestro riesgo. Con el positivismo, hay una tendencia a recurrir a teoría económica ad hoc.
Para cuando Friedman había escrito su famoso artículo defendiendo el positivismo, ese punto de vista ya había sido rechazado por la filosofía. Pero se aferró en la economía con una garra de acero por veinte años. Esto es bastante típico. Para cuando un método es transferido de una disciplina a otra, generalmente ya ha sido rechazado por la disciplina original. Es tiempo de que la economía se deshaga de todas las analogías a las ciencias físicas.
AEN: ¿Cómo es que Man, Economy, and State se hizo realidad?
MNR: Terminó de una manera totalmente distinta a como comenzó. Luego que Mises escribiese Human Action, el Volcker Fund -que promovía estudios liberales clásicos y libertarios- estaba en busca de un texto universitario que lo digiriese y explicase. En ese momento Mises prácticamente no me conocía, dado que recién comenzaba a participar de su seminario. Escribí un capítulo de muestra, “Money: Free and Unfree.” Se lo mostraron a Mises y dio su aprobación. Entonces recibí un grant de varios años para trabajar en él. A medida que avanzaba, encontraba que Mises había
dejado ideas afuera, o pasos que se encontraban implícitos en Mises y necesitaban ser explicitados.
Entregaba reportes periódicos al Volcker Fund. Finalmente me preguntaron: “Mira, ¿esto va a ser un texto de estudio o un tratado?”. Cuando les entregué el manuscrito de 1900 páginas tuvieron su respuesta. Power and Market era el capítulo final llamado “The Economics of Violent Intervention.” Me pidieron que lo dejase afuera dado que era demasiado radical. Fue publicado por separado años más tarde por el Institute for Humane Studies.
AEN: ¿Escribió el libro en secuencia?
MNR: Sí. Comencé con la página uno sobre metodología y se escribió por sí mismo.
AEN: ¿Hubo algo que haya quedado fuera del libro?
MNR: Quité el capítulo 5 de Man, Economy, and State, que incluía el análisis usual de curvas de costos. Escribí el capítulo entero antes de darme cuenta que el acercamiento que estaba tomando no tenía sentido. Por lo que comencé de nuevo.
AEN: ¿Hay alguna duda que Mises haya sido su principal influencia?
MNR: No lo creo, pero Joseph Salerno una vez dio una charla en donde dijo que Man, Economy, and State posee una orientación más BöhmBawerkiana que el Human Action de Mises. Nunca lo había pensado de esta manera, pero puede
ser cierto. Cuando estaba escribiendo la teoría del capital, utilicé principalmente a Böhm-Bawerk.
No he pensado en ello dado que pensaba que Mises era Böhm-Bawerkiano y no veía ninguna contradicción. Me gustaría ver una exploración del Profesor Salerno sobre esto. Es un ejemplo de cómo la historia del pensamiento económico puede mostrar cosas sobre el trabajo de una persona que él mismo no conoce.
AEN: ¿Cuántos años pasaron desde que comenzó a trabajar en Man, Economy, and State hasta que fue publicado?
MNR: Esto es complicado. Recibí el grant en 1952, pero al poco tiempo tuve que terminar mi tesis doctoral con Arthur Burns. Desde 1953 a 1956 estuve trabajando en ambos. Finalmente terminé Man, Economy, and State en 1960 y fue
publicado en 1962.

AEN: ¿Cómo fue recibida su disertación, The Panic of 1819?
MNR: Muy bien. De hecho, bastante mejor que cualquiera de mis otros libros. Quizás eso se deba a que no analicé las causas. Sólo escribí sobre las personas que querían curarla. Pude haber trabajado mucho más en él, aún hay mucho por decir, pero aún así estoy satisfecho, además, sigue siendo el único libro sobre el tema.
AEN: ¿Se estaban anticipando los académicos a la publicación de MES?
MNR: No realmente. Incluso muy pocos estaban interesados, con la excepción de los participantes al seminario de Mises y las personas de FEE como Larry Fertig y Henry Hazlitt. Muchos de ellos no eran economistas, sino amigos y
admiradores de Mises. Eran proveedores, abogados, fabricantes textiles. Además de Kirzner, Spadaro, Sennholz, Raico, Reisman, y los Greaves, no había movimiento austríaco con el cual hablar.
AEN: ¿Se sintió alguna vez desanimado preguntándose “Por qué estoy haciendo esto”?
MNR: No. Cualquier oportunidad para escribir un libro o conocer nuevas personas era maravillosa. Pero estaba sólo. Mises estaba en sus sesenta, Hayek y Machlup en sus cincuenta, y yo estaba en mis veinte. No había nadie intermedio. Con la posible excepción de Baldy Harper, quien era un libertario, pero cuyos conocimientos austríacos eran limitados, había una generación faltante. Fue eliminada por el New Deal.
AEN: Si hacemos un experimento de “es una vida maravillosa” –el estado de economía Austríaca sin Man, Economy, and State- se ve bastante lúgubre.
MNR: Ese es un punto interesante. De los economistas, Sennholz se volvió un especulador del mercado inmobiliario, Spadaro no escribió mucho, Reisman se volvió un Ricardiano, y Hayek derivó hacia una filosofía sombría. Kirzner
estaba haciendo un buen trabajo en empresarialidad, pero nadie estaba haciendo metodología, teoría monetaria, teoría del capital o mucho más.
AEN: ¿Cuáles fueron sus pensamientos sobre el review de Mises de MES cuando apareció en el New Individualist Review?
MNR: Me gustó, pero no dijo mucho sobre el libro. Hubiese preferido que hubiese sido más profundo.
AEN: ¿Se molestó por algunas de sus correcciones sobre sus teorías?
MNR: No lo se porque nunca lo mencionó. Mises y yo sólo tuvimos dos amistosas discusiones. Una fue sobre la teoría del monopolio donde él me hiere llamándome un Schmolleriano. Si bien nadie más en el seminario se dio cuenta, ese era el peor insulto para un Austríaco. La otra discusión fue sobre la refutación utilitaria de la intervención del gobierno. Yo argumentaba que los oficiales gubernamentales podían maximizar su propio bienestar a través de la intervención económica, y no los del público. Él argumentaba en respuesta que ese tipo de políticos no sobrevivirían al voto popular, cambiando entonces los términos del debate.
AEN: La Sra. Mises parece pensar que tenía diferencias sobre política internacional con Mises.
MNR: En todos los años que concurrí a su seminario y estaba con él, nunca se refirió a la política internacional. Si era un intervencionista en asuntos externos, nunca lo supe. Esto es una violación a la ley de Rothard, que consiste en que
las personas tienden a especializarse en lo que son peores. Henry George, por ejemplo, es excelente en todo excepto tierra, por lo que escribe sobre tierra el 90% del tiempo. Friedman es excelente excepto en moneda, por lo que se concentra en moneda. Mises, sin embargo, y Kirzner también, siempre trabajaron en aquello en lo que eran los
mejores.
AEN: ¿Concurrió Hayek alguna vez al seminario de Mises en Estados Unidos?
MNR: No. Ellos tenían una relación bastante extraña. Hayek comenzó a realizar comentarios anti-Miseanos bastante arcanos en sus libros, pero nadie lo sabía, ni siquiera Mises. Por ejemplo, resultó ser que el pié de página anti-Walrasiano en Individualism and Economic Order en realidad era una nota al pie anti-Miseano, como Hayek admitió algunos años más tarde. Cuando Mises leyó el artículo, lo llamó para decirle que le gustó como un ataque al formalismo y equilibrio. No se dio cuenta que parte del artículo estaba dirigido en su contra. Gradualmente, Hayek se volvió más y
más anti-Miseano sin realmente refutar lo que tenía que decir. Por lo tanto, Mises y Hayek continúan unidos en la mente académica.
AEN: ¿Qué sucedió en los doce años entre MES y el Premio Nobel a Hayek?
MNR: Muy poco. Hubo varias reuniones informales, con Walter Block, y R. J. Smith, quien se introdujo en un período de izquierdismo, pero está realizando un buen trabajo nuevamente. Durante los cincuenta, teníamos todo un grupo en Nueva York, pero se desarmó cuando Hamoway, Raico, y Liggio fueron a las escuelas de posgrado.
Se estaba formando otro grupo en los sesenta, a través de estudiantes de la Escuela de la Libertad y luego Rampart’s College de Robert Lefevre. En una reunión, Friedman y Tullock fueron invitados por una semana, donde se había planeado que expusiesen sobre licencias de trabajo y privatización de los océanos respectivamente.
Desafortunadamente, hablaron de estos temas por 30 minutos y luego volvieron a sus caballitos de batalla, teoría monetaria y public choice, por el resto del tiempo. Inmediatamente chocamos con Friedman. Él había leído mi America’s Great Depression y estaba furioso que de pronto estaba enfrente de todos estos Rothbarianos. No sabía
que esa cosa existía.
AEN: ¿Qué sucedió con el Volcker Fund?
MNR: El Volcker Fund colapsó en 1972 y destruyó la base de los estudios libertarios. El presidente era R. J. Rushdoony, quien en ese momento era un pre-milenario Calvinista, luego convertido al post-mileniarismo. Me enviaron un
libro de Rushdoony, el que destruí. Combinado con otras revisiones, se convenció de que estaba rodeado por un ateísta, un anarquista y conspiradores pacíficos para destruir al Cristianismo.
Por lo que cerró el Volcker Fund en 1962. Fue una gran tragedia. L14S se suponía que iba a ser establecido con los $ 17 millones provenientes del Volcker Fund para conformar un think-tank, que publicase libros, auspicie estudiantes, financie investigación, y organizase conferencias. Baldy, en cambio, tuvo que comenzar desde abajo.
AEN: ¿Cómo surgió Ethics of Liberty?
MNR: Recibí una beca del Volcker Fund para escribirlo. Se suponía que debía ser una reconciliación del libertarismo con la cultura conservadora y la ética personal, lo que se llama paleolibertarismo en nuestros días. Pero a medida que
trabajaba, se volvió un tratado anarco-libertario. Al inicio de los sesenta, los conservadores se habían vuelto a favor de la guerra y la idea de reconciliarnos con ellos había perdido todo su atractivo.
AEN: ¿Y Conceived in Liberty?
MNR: Luego de que la Volcker Fund colapsara, obtuve otra beca del Lilly Endowment para escribir una historia de EE.UU., sobre la que trabajé desde 1962 hasta 1966. La idea original consistía en tomar los hechos normales y poner
una contribución libertaria en todo. Pero una vez que comencé a trabajar, encontré muchos hechos que habían sido dejados de lado, como rebeliones impositivas. Por lo que se volvió cada vez más largo. Se convirtió en los cinco volúmenes de Conceived in Liberty, cubriendo desde el período Colonial hasta el Constitucional. No planeo estas
cosas por adelantado. No me gusta trabajar de esa manera. Voy paso a paso y así se va prolongando. Arlington House quebró luego de publicar el volumen cuarto. El volumen quinto, sobre la Constitución, fue escrito a mano y nadie puede
entender mi letra.
AEN: ¿Y qué puede contarnos sobre las conferencias que brindó a principios de los setenta?
MNR: La primera fue realizada en Cornell, en el verano de 1973. Forest MacDonald y yo presentamos algunos artículos. En la conferencia de 1974, agregamos a Garrison, Rizzo, O’Driscoll, Salerno, Ebeling, Hutt, Grinder, y otros. Fue realizada en un pequeño pueblo en Vermont, al que llamamos un Pueblo de Equilibrio General Walrasiano porque no había ninguna acción, competencia, ni tasas de interés. En 1976, tuvimos una maravillosa conferencia en el Castillo de Windsor, pero luego de ella no hubo nada.
AEN: Pero seamos claros. ¿Entre los años 40 y el inicio de los 70, usted fue el único que hizo trabajo académico serio en economía Austriaca?
MNR: Bueno, Henry Hazlitt hizo algunos trabajos excelentes. Pero es cierto que no estaba acreditado (N. del T. académicamente, puesto que Hazlitt era periodista de formación). Hutt también hizo algo, pero no era en realidad Austríaco. Kirzner había escrito algunos artículos importantes. Pero básicamente la tradición estaba estancada. Para el final de los setenta, la economía Austríaca era considerada Hayekiana, no Miseana. Sin la fundación del Mises Institute estoy convencido que todo el programa Miseano hubiese colapsado.
AEN: ¿Cómo viene la preparación de su libro de historia del pensamiento?
MNR: Bien. El primer pensador con el que trato es Aristóteles, pero no dedico mucho tiempo a los griegos. Salto hacia los primeros Cristianos. La teoría económica se volvió bastante avanzada en la Edad Media y luego comenzó a decaer. La
mayoría de la historia del pensamiento asume un crecimiento lineal. Pero estoy tratando de mostrar que hay una “página de caída”. Desafortunadamente hay un bache en mi libro. Llego a los mercantilistas ingleses y Francis Bacon, lo que me lleva a 1620, pero luego se empantana y salto hacia delante. Este verano voy a reparar esa laguna. Aparte del bache, acabo de terminar la escuela Francesa del laissez-faire. El próximo paso es cubrir a los pre-Austríacos de mediados del siglo XIX.
AEN: Parece haber un patrón de prolongación en sus proyectos.
MNR: Tal vez. Lo que está sucediendo con mi historia del pensamiento es lo mismo que sucedió con Man, Economy and State y Conceived in Liberty. Originalmente iba a ser un libro corto sobre historia del pensamiento, tomando a los mismos autores que toman los ortodoxos, revisando su juicio y dando la visión Austríaca. Desafortunadamente no pude hacer eso dado que Smith no fue el principio de la economía. Tuve que comenzar con Aristóteles y los Escolásticos y trabajar desde allí. Fui encontrando más y más personas que no podían ser dejadas de lado.
AEN: ¿Cuántos volúmenes se han hecho hasta el momento?
MNR: Nunca puedo estimar cosas como esta, pero probablemente dos o más. Y sigo entendiendo la cantidad de trabajo que aún debo hacer. Pensé que podía terminar Marx en un capítulo, pero tomó cinco. Por lo que no puedo dar una fecha proyectada de finalización.
AEN: Aparentemente ha tomado interés en cómo la religión afecta la historia del pensamiento.
MNR: La religión fue dominante en la historia del pensamiento, por lo menos hasta Marshall. Los escolásticos emergieron de la doctrina Católica, y John Locke era un Protestante Escolástico. Estoy convencido que Smith, quien provenía de la tradición Calvinista, sesgó toda la teoría del valor al enfatizar el sufrimiento del trabajo, típico de un Puritano. Toda la tradición del costo objetivo salió de allí.
AEN: ¿Por qué todo esto ha sido ignorado?
MNR: Porque el siglo XX es el siglo del ateísmo, intelectuales secularistas. Cuando era joven, cualquiera que fuere religioso era considerado levemente excéntrico o incluso no-inteligente. Esa era la actitud básica de todos los intelectuales. Esto es lo opuesto a las actitudes de inicio de siglo cuando todos eran religiosos. El sesgo anti-religioso incluso se manifiesta en la interpretación de la historia del arte, por ejemplo, en las interpretaciones secularistas y positivistas de las pinturas del Renacimiento. Cuando Jesús es pintado como una persona real, asumen que significa que es un trabajo secular, cuando el verdadero punto del Renacimiento consistía en enfatizar la encarnación, cuando Dios se hizo carne. Incluso si los historiadores del arte no se encuentran interesados en la teología, deberían notar que las
personas que estudian sí lo eran. Lo mismo ocurre en la economía. Al hacer historia, uno no puede interpretar sus propios valores en el pasado.
AEN: La revolución anti-socialista parece ser el cumplimiento de todo en lo que los Austríacos han estado trabajando.
MNR: Eso es correcto. Estamos viviendo una época revolucionaria. Es como vivir la revolución francesa o americana y poder mirarla por televisión cada noche. Ahora, la diferencia entre los Estados Unidos y el Bloque del Este es que los
Estados Unidos aún poseen un partido comunista.
AEN: También parece haber una reivindicación de su artículo, “Left, Right, and the Prospects for Liberty.”
MNR: Es correcto. Los conservadores de Occidente no pueden tomar crédito por esto. Siempre han argumentado que el totalitarismo socialista no podría reformarse desde adentro. Sólo los libertarios consideraron y glorificaron la idea.
AEN: ¿Pudo ver las semillas de la revolución anti-socialista cuando visitó Polonia varios años atrás?
MNR: Sí. En el primer año que estuve, varios disidentes marxistas estaban allí. Pero al año siguiente, los organizadores dijeron que no los necesitaban. Fuimos esperando socialistas disidentes y encontramos seguidores de Hayek, Friedman, Mises, y Rothbard. Los economistas y periodistas con los que me reuní habían leído varios de mis libros y estaban publicando clandestinamente libros sobre el libre mercado.
AEN: ¿Ahora que el marxismo está muerto allí donde se intentó aplicarlo, hay algo útil o importante que debería ser recordado o mantenido?
MNR: Hay una cosa buena sobre Marx: no era un Keynesiano. Recientemente le pregunté a Yuri Maltsev, ex economista Soviético, por qué es que las cosas parecen haberse caído tan rápidamente en la Unión Soviética en los últimos veinte años. Él dijo que en los últimos veinte años, los líderes de la Unión Soviética relajaron la oferta de dinero  y recurrieron a la inflación para resolver problemas de corto plazo. Eso fue una maldición para el sistema.
AEN: ¿Qué opina sobre las posibilidades de libertad y una economía más libre en este país?
MNR: Todo está empeorando, y muy rápidamente. Pocos están a favor de la planificación centralizada, pero el campo de batalla se ha corrido hacia el intervencionismo. Hay tres áreas del intervencionismo que representan grandes temas, ahora y en el futuro. Primero, el prohibicionismo y el intento de eliminar todo riesgo. Si, por ejemplo, los automóviles causan accidentes, deben entonces ser eliminados. Segundo, el igualitarismo y la idea de que los grupos de víctimas
deben recibir un trato especial por los próximos 2000 años por opresiones previas. Tercero, el medioambientalismo o el anti-humanismo. La idea implícita es que el hombre es la menor de las criaturas y que cualquier criatura o cosa inanimada posee derechos.
AEN: ¿Cómo están las cosas en Las Vegas?
MNR: Genial. Cada semestre recibimos más alumnos, y los Austríacos se encuentran entre los mejores de las clases. Tenemos un grupo de estudio sobre Human Action. Estoy dictando un curso de posgrado sobre economía Austríaca este
semestre y Hoppe estará dictando un seminario en primavera.
AEN: ¿En qué áreas de estudio la economía austriaca se encuentra más y menos avanzada?
MNR: Metodológicamente, estamos bastante avanzados, gracias al trabajo de Hoppe. Pero siempre podríamos tener más dado que es lo que nos separa del resto de la disciplina. Y Salerno está haciendo un gran trabajo sobre el cálculo.
La teoría bancaria, sin embargo, ha tomado un giro muy desafortunado con el free banking. Debemos mostrar que esto son los argumentos de la Currency y Banking School reciclados. Han adoptado la doctrina de la Banking school, que las
necesidades de los negocios requieren una expansión de la oferta de dinero y crédito. Más aún, las personas de la banca libre violan la doctrina básica ricardiana que cualquier oferta de dinero es óptima. Una vez que en el mercado el dinero se ha establecido, no hay necesidad de más dinero. Ese es verdaderamente el punto clave.
AEN: ¿Y sobre el argumento de que las reservas de un 100% requieren intervención gubernamental?
MNR: Tomo a las reservas fraccionales como una intervención en el mercado libre, como cualquier crimen contra la persona o propiedad es una intervención. En el caso de los bancos, el gobierno está permitiendo que el crimen sea
cometido.
¿Pero como tratamos el argumento de las necesidades del comercio, para aquellos que dicen que los negocios poseen una demanda de crédito? Bien, hay muchas cosas que se demandan en el mercado que también son criminales. Puede haber una demanda para matar pelirrojos. Y ciertamente hay una demanda de dinero por parte de los gobiernos. ¿Qué es tan genial de la demanda de mercado? Si no está dentro de un marco de no agresión, siempre habrá una demanda de fraude y robo.
Los que proponen la banca libre aceptan un anarquismo del tipo de David Friedman, donde no hay ley, sólo personas entablando intercambios y personas realizando compras. Si hay un grupo que desea matar a los pelirrojos, los pelirrojos deberán comprarlos si valoran su cabellera. Creo que esto es monstruoso, este tipo de anarquismo sería un caos. Que haya una demanda para algo no implica que deba ser satisfecha.
AEN: Una de las críticas sobre esta posición es que es normativa y no económica.
MNR: Sí, pero la respuesta a las reservas de 100% es que los empresarios bancarios tienen el derecho de ofrecer cualquier fracción de depósito que desee, que también es una posición normativa. Cualquier discusión sobre política es inherentemente normativa. No se puede tener un libre mercado si no hay derechos de propiedad.
AEN: ¿Por qué los seguros de depósitos no son viables?
MNR: Por la misma razón que asegurar una quiebra no es viable. No se pueden asegurar empresarios porque se comprometen con riesgo no asegurable. Uno puede predecir de manera razonable cuántos incendios habrá en New York; los que posean la mala suerte de sufrir los incendios pueden recurrir al pool de recursos. Pero la empresarialidad no es homogénea; es completamente impredecible, y cada intento no es aleatorio. Los empresarios asumen el riesgo. Si una compañía de seguros los asegura, se transforma en el empresario. ¿Quién, entonces, asegura al asegurador? En el caso de los bancos, o no necesitan un seguro -dado que están cubiertos con el 100% de reservas- o son no asegurables porque están tomando riesgo empresario.
AEN: Usted ha sido crítico del libro de White sobre banca libre.
MNR: El libro de White dice que el sistema de banca escocesa fue más exitoso que el sistema inglés. Pero no dice una palabra sobre precios, inflación o ciclos económicos. Su única estadística es que hubo menos fracasos bancarios en
Escocia que en Inglaterra. ¿Pero por qué es tan grandioso no tener fracasos? Una industria que no tiene fracasos puede estar haciendo las cosas mal. ¿Qué pasaría si aplicamos este test a la Unión Soviética donde no había fracasos industriales? Cuándo se afirma que un sistema bancario es más exitoso que otro, el test debería ser menor inflación y menos ciclos económicos. Sin embargo, esto nunca es mencionado.
AEN: ¿Qué rol cree que juega la Review of Austrian Economics?
MNR: Encontrar y juntar economistas Austríacos, ponerlos a escribir, y desarrollar doctrina económica. Kluwer Academic Publishers está muy contenta con esto. Quieren imprimir el journal tres veces al año. Ahora que estamos saliendo dos veces al año, mucha más gente está interesada, es el único journal académico únicamente Austriaco
en la historia del pensamiento económico y se ha vuelto el medio de publicación más importante.
Kluwer también está publicando una serie de libros en economía Austríaca, sobre lo que somos los editores generales.
AEN: ¿En que deberían concentrarse los austríacos más jóvenes?
MNR: En sumar a la estructura teórica. La teoría de la renta está subdesarrollada. Y la teoría de la transición del socialismo al capitalismo está pidiendo a gritos más trabajo. Lo más importante, nunca debemos dejar de refutar a la economía convencional.

Entrevista con Murray Rothbard: La ciencia de la libertad

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La ciencia de la libertad: una entrevista con Murray Rothbard. Realizada por Jeffrey Tucker. Murray N. Rothbard (1926-1995), profesor de economía en la Universidad de Nevada, Las Vegas y vice presidente de asuntos académicos del Ludwig von Mises Institute, se encuentra entre los grandes pensadores de la Escuela Austríaca. Fue responsable de llevar la tradición de la Escuela Austríaca desde los últimos años de Mises hasta las presentes generaciones, extendiendo de manera dramática esta tradición hacia nuevas áreas de la historia y la teoría política. Es autor de 15 libros, incluyendo Man, Economy, and State (1962), America’s Great Depression (1963), y An Austrian Perspective on the History of Economic Thought. Rothbard fue entrevistado por la Austrian Economic Newsletter durante el verano de 1990, volumen 11, número 2. Traducción al español de Nicolás Cachanosky publicada por la Fundación F. A. Hayek en la “La Escuela Austríaca en el Siglo XXI” Revista Digital No 8, Año 2008.
AEN: ¿Algún pensamiento reciente sobre la hermenéutica?
MNR: Esa es una pregunta de historia del pensamiento, dado que la hermenéutica ha sido destruida por Hans-Hermann Hoppe y David Gordon. Parte de su crítica es que la hermenéutica fue incapaz de demostrar en términos concretos como este nuevo “giro” podría mejorar nuestro entendimiento de la economía. Pero si no hubiesen sido desafiados, podrían haber continuado por años.


Saturday, June 18, 2016

Entrevista a Gloria Álvarez

Por: Jaime de la Casa

Gloriaclimaxportada
Hoy entrevistamos a Gloria Álvarez, politóloga guatemalteca especializada en desarrollo y relaciones internacionales en la Universidad Francisco Marroquín. Atea y libertaria, se muestra claramente en contra del populismo imperante en Hispanoamérica, habiéndolo denunciado en diversos foros, como el Parlamento Iberoaméricano de la Juventud de 2014, con el que comenzó a ser una figura mediática e influyente divulgadora del liberalismo.
-Empezando con la actualidad, ¿qué opinión le merece la victoria de Mauricio Macri en las elecciones de Argentina?
La victoria de Mauricio Macri en Argentina está ya marcando un rompimiento a ciertos paradigmas, muchos argentinos que ya estaban cansados del gobierno y que no miraban una luz al final del túnel, me refiero al gobierno kirchnerista, se dieron cuenta que si se puede, que saliendo a las calles a protestar, a manifestar, y sobre todo a manifestar con lo más importante que es el voto, pudieron hacer un cambio. Ahora, yo también he sido muy clara en que, no se trata de la persona, se trata de las decisiones que esa persona tome… y Mauricio Macri en algunas cosas ha sido bastante acertado como por ejemplo, eliminar el cepo cambiario o en reducir el presupuesto de educación pública, que estaba siendo muy malgastado por parte de un sindicato también lleno de trampas y de mafias.


Y en otras cosas ha sido un poco más prudente y todavía un poco más lento, faltará entonces ver como él termina en liberar la economía argentina, de ponerle menos trabas a las exportaciones, para entonces poder reavivar la industria ganadera, agricultora, que sufrieron tanto durante los años de los kirchner. Lo importante es hacer reformas estructurales, en el caso de Argentina, ellos tienen una gran base que fue la Constitución de Alberdi, y volver a esos principios de un gobierno limitado con una ciudadanía vigilante los puede ayudar muchísimo. Mauricio Macri se ha posicionado en la región con un liderazgo que faltaba dentro de los presidentes de América Latina, siendo bastante duro, condenando las violaciones de los derechos humanos y las atrocidades del socialismo del siglo XXI, especificamente con Venezuela, por ejemplo la participación que tuvo en la Cumbre del Mercosur fue bastante valiosa.
Creo que Mauricio Macri ha hecho cosas muy positivas para la libertad de los argentinos y la transparencia del gobierno, pero depende mucho de los argentinos seguir vigilando que su presidente haga reformas estructurales. Obviamente no todo depende del presidente, también hay que observar que hay reformas como la de la ley electoral, porque la ley electoral argentina permite muchísimo el fraude, que deben hacerse, para eso también se necesita tener gente en el Congreso y en el organismo judicial que estén dispuestos a impartir justicia y hacer las reformas legislativas necesarias.
-¿Cómo ve la situación actual de Venezuela?
Venezuela es un paciente con cáncer terminal: la escasez que hay en el pueblo venezolano, la desaparición de la clase media, una industria completamente colapsada, una productividad completamente inexistente, una población que se acostumbró a vivir de las rentas del Estado. Es como ver a un paciente con cáncer o sida terminal. Y, desgraciadamente, en la asamblea nacional, los diputados y oposición que han quedado no tienen claro cuales son las reformas económicas que quieren hacer, son en muchos casos bastante socialistas, ellos creen que la mejor manera de tener economía es siendo controlada por el Estado, y creen pues, que la dificultad del Chavismo es que son gente corrupta. Pero no los problemas estructurales de que una economía sea controlada desde el Gobierno.
A Venezuela hay que aplicarle terapia de shock, y hay que hacer cambios rápidos y profundos, y no veo a los diputados de la Asamblea Nacional de Oposición, dispuestos y claros, en las cosas que deben hacerse. Los veo incluso, en algunas cosas, coincidiendo con el socialismo del siglo XXI, y eso es altamente preocupante porque para la situación que está Venezuela, con medias tintas no se resuelve.
-Aquí en España, tras las elecciones generales, ¿qué piensa que puede suceder ante los posibles pactos de frentes de izquierdas?
Yo creo que lo poco que había logrado Podemos con Pablo Iglesias, era mantener un discurso ambiguo donde hacía ciertas alusiones al socialismo del siglo XXI y a condenar la propiedad privada, pero si algo miraba la gente como positivo es que eran algo diferente al PSOE. Si llega a haber pactos entre las diferentes izquierdas, eso solo va a traer más descontento de los ciudadanos españoles que ya estaban cansados de la política tradicional, sobretodo la manejada por el PP y el PSOE. Realmente para los que estaban preocupados de que Podemos siga incrementando su influencia, pues es una buena noticia escuchar que es posible que se alíe con otros sectores que lo que van a hacer es disminuirle la buena fama que lastimosamente se había armado.
Pero creo que el debate que tienen que tener los españoles, es más un debate profundo, que va mucho más allá de si Pablo Iglesias les cae bien o no, o si piensan que Rajoy es corrupto. El debate real que tienen que hacer los españoles es, analizar si el mantener un Estado que gasta más de lo que ingresa, y una economía completamente parasitaria donde cualquiera se acostumbró a vivir del paro, es lo que va a sacar a España adelante, o en cambio deberían abrazar reformas que liberalicen la economía, que permitan una inversión sana y una productividad que realmente responda a la demanda del mercado.
Los españoles tienen un gran reto por delante y es preguntarse si están dispuestos a no vivir a expensas del gobierno, y eso es un debate que tienen que tener abuelitas, jubilados, gente joven, los ninis que ni estudian ni trabajan, porque como sociedad, si los españoles siguen queriendo que el gobierno se encargue de mantenerlos, entonces, la gran preocupación no es Pablo Iglesias sino que no va a haber los cambios estructurales que los puedan sacar de la deuda inmensa que tiene este país en el momento.
-¿Qué candidato o partido es su favorito para las primarias y, posteriormente, para las elecciones de EEUU de este año?
Mi candidato favorito para las primarias es Rand Paul, es el único libertario que no tiene pelos en la lengua ni tapujos para hablar de la necesidad que también tiene los EEUU, de regresar a las bases con las que sus padres fundadores fundaron una república de gobierno limitado, y que a lo largo del siglo XX, desgraciadamente los EEUU se fueron alejando cada vez más y más de ese ideal hasta tener un monstruo federal, que hoy por hoy, tiene ya una deuda de 14 trillones de dólares, osea estamos hablando de miles de miles de millones en deuda, y evidentemente, el fracaso y el colapso del ObamaCare y de otros programas sociales, están también llevando a EEUU a volverse una sociedad rentista, con lo cual pues, obviamente, apoyo a un candidato que sea radical, que no tenga miedo de decir que lo que realmente necesita EEUU es una terapia de shock. y en este caso, el único que he visto que en sus discursos ha sido bastante tajante en esto, es Rand Paul.
Obviamente, como estamos pudiendo sufrir, las democracias no siempre obedecen a la inteligencia, a la lógica o a las mejores alternativas, sino que más bien nos vamos por el show, y si algo lamento de Rand Paul, es que tenga que estarse candidateando dentro del Partido Republicano, por el bipartidismo que existe en EEUU porque los republicanos también tiene un sector bastante conservador y religioso, y por su parte Rand Paul es una persona que es mucho más abierta a cuestiones de libertades civiles como legalización de las drogas, portación de armas, libertad de culto etc Pero definitivamente el candidato que más comparto sus principios y valores, es Rand Paul.
-En relación con la crisis de refugiados, entre el choque multicultural y el fanatismo, entendiendo que el liberalismo defiende abiertamente la libre circulación de personas, ¿cómo resolvería este problema? ¿Y qué opina sobre lo sucedido recientemente en Colonia?
Definitivamente, para los libertarios, la libre movilización de personas es tan importante como la libre movilización de bienes, productos y servicios. El libre mercado también incluye que las personas tengan y opten por la libertad de poderse irse a trabajar donde les de la gana. Dicho esto, si una persona va a tomar la decisión de irse a vivir a otra parte tiene que acoplarse a las reglas de ese otro lugar de vida, y eso es lo que, muchas veces no pasa con personas que se van a otro país y no quieren acatar las reglas.
El ejemplo más claro de esto es cuando, EEUU estaba llenandose de emigrantes, y llegaban irlandeses, italianos, polacos, ingleses, españoles y de diferentes nacionalidades y costumbres, judíos, árabes… Pero una vez estaban en EEUU, todos se volvían estadounidenenses, y adoptaban las reglas del juego tanto en el comercio como en la tolerancia cultural. Lo que tenemos que entender, es que toda libertad conlleva una responsabilidad, y la libertad de movilizarnos de un país a otro, conlleva la responsabilidad de acatar las reglas del juego que en ese país se ponen. En este caso, si uno se va a mudar de país y va a un país donde las mujeres si se les respeta como personas iguales que los hombre, pues entonces los fanáticos religiosos van a tener que atenerse a eso, y si no les parece, que se queden en sus países.
Lo que no considero justo es la imposición cultural al uno irse al otro lado. Te pongo un ejemplo, yo vengo de una familia de emigrantes, mis abuelos cubanos y mi papá vinieron a Guatemala en 1960, mi papá tenía 13 años, mis abuelos estaban en sus 30, mi mamá por su parte es hija de inmigrante húngaro y mamá guatemalteca, y cuando mis abuelos cubanos vinieron a Guatemala, venían de un país que hasta ese momento, era el segundo más desarrollado de América antes de que entrara Fidel Castro, y tuvieron que acoplarse a muchas cosas que eran más tradicionales y más conservadoras en Guatemala, manteniendo por supuesto dentro de su casa la cultura cubana.
Yo creo que la persona que hace el compromiso de irse a vivir a otro país, tiene que entender que tiene que acatar las reglas del juego, por supuesto eso no significa que abandone su cultura, pero si tiene que entender que va a llegar a jugar a las reglas de la globalización, y si eso no le parece, pues entonces mejor que no se mude de país.
-¿Cómo ve el futuro del libertarismo en América y Europa a medio plazo? ¿Participa o participará Gloria Álvarez en política activamente defendiendo las ideas de la libertad en Guatemala o en algún otro lugar?
Yo creo que las personas que defendemos las ideas de la libertad tenemos una gran oportunidad en esta era de la tecnología y la individualización, porque ahora el conocimiento se está individualizando y se vuelve más tangibles y más palpables nuestras ideas en un mundo, cuya tecnología y cuya globalización que la libertad es la forma natural en la que el hombre tiene derecho a vivir, pero también eso requiere un gran trabajo por parte de los liberales, de bajar su mensaje y su discurso a tierra, como decimos en Guatemala, de adoptar un lenguaje que sea fácil y sencillo de entender para el pueblo, de estar dispuestos de salir a las calles, de no solo estar en las cafeterías de las universidades, sino estar dispuestos a caminar con la gente y a tener el debate político.
Por supuesto que a mi me encantaría incursionar en política, y pienso hacerlo el día que las personas voten por mi proyecto de gobierno. Yo sueño con que llegue un punto donde la tecnología esté al alcance de todos para yo poder venir, y tan solo subir un video, en mi página de facebook y redes sociales, y decir:
‘Bueno señores, después de tantos años, me presento como candidata a presidente de Guatemala, este es mi plan de gobierno, incluye estas cosas que no son negociables, pero también están estas otras que estoy dispuesta a negociar, y diganme entonces, de esta lista, cuales les interesa y cuales no les interesan’, y sueño con el día de poder subir ese video y tan solo decir:
‘Si usted está de acuerdo con mi plan de gobierno y cree que yo puedo ser una buena alternativa, esta es la cuenta bancaria, puede ingresar el dinero que usted quiera para hacer campaña. Esta no va a ser una campaña que va a ensuciar la ciudad capital con vayas publicitarias, ni va a contaminar su cabeza con spot masivos en los medios de comunicación, sino va a ser una campaña más de difusión orgánica donde si usted le parece que lo que aquí se comparte merece la pena, compártalo usted con otros, eso me va a permitir a mí no tenerle que vender ni mi alma al narco, ni al empresario corrupto, para obtener millones y hacer una campaña para dar mi nombre a conocer’.
Sueño mucho con ese día, y trabajo muy duro por empezar a abrir la cabeza de las personas y crear una demanda de votantes liberales, porque de nada sirve tirarse como político liberal en un país donde la libertad es mala palabra. Primero hay que hacer el trabajo, como en todo mercado, antes de lanzar la oferta, empezar a crear la demanda, y eso es lo que me tiene entretenida en este momento, y por supuesto, si más liberales se unen a esa lucha, va a ser mucho más fácil no solo para mí sino para América Latina entera, tener opciones más libertarias.
-¿Cree que la Unión Europea puede llegar a convertirse un superestado liberticida?
Creo que la Unión Europea desgraciadamente se alejó de su misión. En los años 60 cuando la UE empezó con el Benelux, Alemania y Francia, era mucho más entendido como un proyecto de libertad, sobre todo de libertad económica, de que los bienes económicos de todos los Estados pudieran ser intercambiados libremente. Esa era la misión original de la UE, y desgraciadamente por la influencia del socialismo, que en el caso de Europa, es empujado por los que no vivieron el comunismo soviético. Porque si uno se va a Estonia, Letonia, Polonia, Hungría, República Checa… esa gente rechaza el socialismo porque ya vivieron bajo el comunismo pero desgraciadamente las voces de Europa del Este no se escuchan con la fuerza con las que se escuchan países más estatistas como el caso de Bélgica.
Desgraciadamente la Unión Europea se alejó de su misión original que era garantizar la libertad de mercado, para entonces volverse un monstruo, que definitivamente está aniquilando las libertades no solo de Europa sino las posibilidades comerciales con otros países. Por ponerte un ejemplo, a mí me encantaría que Europa, en lugar de estar financiando tanto proyecto de ayuda internacional y ‘foreign aid’ en América Latina, nos dejaran mejor comerciar nuestros productos allá y nos permitiera entonces crecer económicamente, vendiéndoles a los europeos las frutas y las verduras que tan caras les salen a ustedes, y que para nosotros son más baratas de producir.
Entonces sí creo que definitivamente, la Unión Europea se está volviendo un monstruo liberticida como a su vez que la ONU no está cumpliendo con su misión ni ninguno de estos organismos internacionales.
-Para los que continuamente afirman con rotundidad que el liberalismo beneficia a los ricos, ¿qué tiene que decirles?
Primero que nada, las personas que ven a los ricos y a los pobres como dos grupos que piensan completamente diferentes, quiero decirles que están completamente equivocados. La pobreza y la riqueza son condiciones, en las que todo ser humano puede entrar y salir en cualquier momento de su vida, hay gente que nace millonaria y muere en la pocilga, como hay gente que nace en barrios y en favelas, y mueren con bastante abundancia económica. En un principio en la humanidad, la mayoría de las personas eran pobres, hoy por hoy, por primera vez en la humanidad, de cada 7 personas vivas, 6 ya no viven con menos de un dolar al día, solamente 1 sigue existiendo que sí. Y eso es malo, y es terrible, pero el libre mercado y la libertad de cada cual de poder emprender su propio destino, han demostrado ser un camino mucho más rápido para eliminar la pobreza que el estatismo y la centralización planificada de los gobiernos totalitarios, arrogantes y abusivos.
La riqueza y la pobreza son condiciones a las que todo ser humano puede entrar y salir, no existe tal cosa como una mentalidad solo de gente rica, o una mentalidad solo de gente pobre, hay gente haragana que es pobre como hay gente haragana que es rica, y hay gente muy trabajadora que es pobre y gente muy trabajadora que es rica. Si agarramos a un puñado de millonarios y los metemos bajo las condiciones de los campos de concentración nazis o los gulags de la Unión Sovíetica, en cuestión de seis meses, estarán raquíticos, desnutridos, anémicos y enfermos como cualquier persona de la pobreza en la actualidad. El liberalismo lo que beneficia es la dignidad del ser humano, y beneficia a todas las personas por igual, respetando sus tres derechos fundamentales, vida, libertad y propiedad. Lo que realmente beneficia a los ricos es el mercantilismo estatal, los oligopolios y los privilegios comerciales, y los que se empeñan en proteger los mercados y darles privilegios a unos versus a otros para comerciar, son los socialistas, no los libertarios.
-¿Cuál es su opinión sobre el derecho de secesión de Cataluña, y en general?
Yo soy de la ferviente opinión de que la nación-Estado va a colapsar y que el modelo de tener países, fronteras y estos nacionalismos absurdos van a fracasar, sobretodo porque cada vez nos estamos adentrando a una globalización no solo de bienes y servicios sino cultural, y cada vez, gracias al cosmos, somos más los que entendemos que como especie humana, son producto de nuestra ignorancia y arrogancia, los divisionismos que nos empeñamos en hacernos a nosotros mismos, en base a nuestra nacionalidad o sexualidad, y todo este tipo de cosas. La nación-Estado que fue fundada en 1648, a través de la Paz de Westfalia, eventualmente va a colapasar, estamos arrastrando un modelo que ya tiene 2.500 años de haberse implementado con la democracia y la república, que los mismos griegos ya le encontraban sus falencias, con un Estado-nación desde 1648, con una tecnología que se quedó en el Siglo XIX, como dice Pía Mancini, y obviamente, ya estando en el 2016, nos damos cuenta que estos modelos eventualmente, van a colapsar.
Si eso va a pasar, pues yo apoyo a quien se quiera separar de los países, pues que lo haga. Tengamos por convenido, que si Cataluña fuera una región miserable, llena de gente desnutrida, enferma de sida, España no tendría ningún problema en deshacerse de ellos. El problema con la sensación de Cataluña, es que Cataluña mantiene, con sus impuestos varios programas sociales y asistencialistas tanto de Extremadura como de Andalucía. A España no le conviene económicamente, que Cataluña se separe. Yo apoyo que una región quiera ser independiente, a quien quiera salirse de los modelos de países, pues está bien, al fin y al cabo las fronteras que tenemos son productos de sangre, de imperios y de la necedad de otras personas de querer imponer su voluntad por encima de otros, así que, en ese aspecto, apoyo a cualquier región del mundo que quiera separarse y seguir sus propias reglas.
-Dado que el liberalismo se empieza a materializar con una separación Iglesia-Estado, ¿cómo se pensaría en la época actual?
Pues ahora no solo es la separación Iglesia-Estado, sino que ahora hay que pensar en el liberalismo como la separación Economía-Estado. El Estado restringido a aportar seguridad y justicia, y la economía, siendo completamente libre. Así como en siglos anteriores se logró la separación Iglesia-Estado, hoy lo que el debate liberal debe lograr es la separación absoluta entre Economía y Estado.
-¿Puede recomendarnos tres películas sobre temática liberal?
El mensaje liberal está impregnado en muchísimas películas. Obviamente cuando uno ya tiene las lentes de la libertad puestos, cada película que uno mira o incluso canciones o series de televisión, va encontrando esos mensajes liberales. Tres películas que defienden la necesidad de la libertad son ‘Ágora‘, que cuenta la historia de la científica Hipatia de Alejandría, una película que se la recomiendo a todo el mundo. Cuenta la historia de la quema de la biblioteca de Alejandría, aparte en esa película está protagonizada por Rachel Weisz y Oscar Isaac, actor guatemalteco cubano que también es fan de ‘La Rebelión de Atlas‘.
Otra película que les recomiendo es ‘V de Vendetta‘, cuenta la historia de este personaje que se revela de una dictadura totalitaria impuesta en una Inglaterra futuristica, un futuro distópico, que toca también en el proceso que sufre Natalie Portman, la importancia de la libertad y de perder los miedos, para entonces poder ser realmente libres. Otra película que también les recomiendo es la saga de ‘La Rebelión de Atlas‘, desgraciadamente no fue hecha con las mejores calidades artísticas, pero si nunca se van a atrever a leer los libros, pues es una buena forma de experimentar durante dos horas las temáticas que se tocan en la película.
-¿Cree que un sistema anarcocapitalista basado en los derechos de propiedad, como postula el intelectual libertario Murray Rothbard, es alcanzable y deseable a medio-largo plazo?
Hay muchas cosas que me encantan del anarcocapitalismo, su irreverencia, la manera en que argumentan la necesidad del individuo de ser absolutamente libre. Con mis amigos anarcocapitalistas siempre tenemos la discusión porque lo único que a mi me impide llamarme anarcocapitalista es que tengo mis dudas respecto a como funcionaría la justicia y la seguridad de manera absolutamente privada, no por las cuestiones mercadológicas, o porque ganarían mejor los policías y los jueces, sino porque como garantizar entonces que el dinero sea lo que al final determine lo que va a ser justo o lo que va a ser injusto. Te pongo un ejemplo, la película ‘La ciudad de Dios‘, que habla de una favela en Brasil, ahí se toca el tema de un lugar básicamente fuera de la Ley y del Estado, y van surgiendo grupos violentos que van imponiendo entonces su propia manera de hacer justicia, pues tampoco eso resuelve que se viva dentro de una cooperación pacífica. Por todo lo demás, son matices, y una filosofía se nutre de la otra y viceversa.
-¿Prefiere el minarquismo de Nozick o el anarcocapitalismo de Rothbard? ¿Por qué?
Filosóficamente me gusta mucho más el anarcocapitalismo de Rothbard, sin embargo, el minarquismo de Nozick, en cuestiones prácticas, me hace más sentido. Y para el caso específico de América Latina, han sido tantas las décadas perdidas que ahora tenemos que luchar por el componente psicológico, que nos ha dejado mentalmente dañados, a una generación que siente que si el gobierno no es grande no va a poder salir adelante. Con lo cual, yo sí regresaría los gobiernos a sus funciones básicas de seguridad y justicia de ese minarquismo que habla Nozick, pero en las cuestiones psicológicas de empoderamiento del individuo, me basaría mucho también en lo que Rothbard establece.
-¿Qué opina de la filosofía de Ayn Rand? ¿Cree que, después de estos años, su teoría mantiene la vigencia y fuerza que tuvo?
Me gusta mucho la filosofía de Ayn Rand, he leido ‘La rebelión de Atlas‘, ‘El manantial‘, ‘Los que vivimos‘, ‘Himno‘, y varios de sus ensayos sobre el amor. Me encanta como ella, logró explicar muy bien los principios liberales, por un lado más filosófico y de la dignificación del individuo. A mí leerla a ella, me ha servido muchísimo para poder tener estrategias comunicacionales con públicos que nunca han estado cerca del liberalismo, y que a través de las ideas que ellas presenta, evidentemente es mucho más fácil de digerir. Me gusta que da un paso más allá del libertarianismo, y no solo se trata de ser libres, sino procurar de ser la mejor versión de ti mismo, y creo que hace muy buen trabajo en eso.
Pero también considero que ella, como cualquier otro pensador del liberalismo, pone piedras para ir avanzando en esta filosofía y que tampoco hay que tomarla como palabra santa, como mucha gente lo hace. Creo que el objetivismo es una excelente filosofía para dejar de sufrir, pero creo que el siglo XXI nos ha demostrado mucha sabiduría y conocimiento científico, tanto del ser humano como de nuestro Universo, y nos está demostrando que también hace una lógica biológica… la libertad ya por los mismo principios biológicos cuando entendemos por ejemplo como funciona la evolución, los procesos humanos… nos damos cuenta que por ejemplo, el cuidado del planeta debería ser una tarea que el empresario debería tomar. En los tiempos de Ayn Rand, en los años 50, ese conocimiento todavía no se tenía, y se seguía pensando que el empresario podía explotar sin ninguna consecuencia el planeta Tierra. Hoy por hoy, se tiene conciencia que el planeta Tierra también es un ente con vida y que funciona, a cabalidad, cuando está limpio y no lo contaminamos.
Me hubiera encantado escuchar un diálogo entre Ayn Rand y Carl Sagan, porque creo que los dos hubieran podido desarrollar una filosofía tanto científica como liberal, que fuera muy acorde a lo que el siglo XXI necesita en estos momentos.