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Wednesday, June 22, 2016

¿Cómo conquistó Cuba a Venezuela?

Por Moisés Naím
El País, Madrid
La enorme influencia que Cuba ha logrado ejercer en Venezuela es uno de los acontecimientos geopolíticos más sorprendentes y menos comprendidos del siglo XXI. Venezuela es nueve veces más grande que Cuba, tiene el triple de población y su economía es cuatro veces mayor. El país alberga las principales reservas de petróleo del mundo. Sin embargo, algunas funciones cruciales del Estado venezolano o han sido delegadas a funcionarios cubanos o son directamente controladas por La Habana. Y esto, el régimen cubano lo conquistó sin un solo disparo.
Los motivos de Cuba son obvios. La ayuda venezolana es indispensable para evitar que su economía colapse. Tener un gobierno en Caracas que mantenga dicha ayuda es un objetivo vital del Estado cubano. Y Cuba lleva décadas acumulando experiencia, conocimientos y contactos que le permiten operar internacionalmente con gran eficacia y, cuando es necesario, de manera casi invisible. 


Desde su inicio en 1959, una prioridad de la política exterior del régimen cubano ha sido la creación de vastas redes de apoyo a su causa. Sus servicios de espionaje, su diplomacia, propaganda, ayuda humanitaria, intercambios juveniles, académicos y culturales, y el apoyo en otros países a ONG, intelectuales, periodistas, medios de comunicación y grupos políticos afines han sido pilares básicos de su estrategia internacional. Esto lo hacen todos los países, pero pocos han tenido la necesidad de darle tanta prioridad y durante tanto tiempo como Cuba. La supervivencia económica y política del régimen ha dependido de su éxito en tener aliados en otros países que, a su vez, puedan influir sobre sus gobiernos en apoyo a la isla. En Venezuela esto no fue necesario, ya que logró penetrar directamente en el Gobierno. El hecho indiscutible es que Cuba tiene tanto la necesidad vital como la experiencia y las instituciones para moldear las decisiones de su rico vecino petrolero.
Es bien conocida la enorme ayuda petrolera que recibe la isla desde Venezuela. También las inversiones y el apoyo financiero. Parte creciente de las importaciones de Venezuela se canalizan a través de empresas cubanas. Hace poco se reveló la existencia de un enorme depósito de medicamentos caducados recientemente, que habían sido importados por una empresa cubana: medicinas supuestamente adquiridas en el mercado internacional a precio de saldo, y revendidas a precio regular al Gobierno de Caracas.
La relación va más allá de subsidios y ventajosas oportunidades de negocios para la élite cubana. Como ha documentado Cristina Marcano, una periodista que ha investigado ampliamente este tema, funcionarios cubanos controlan las notarías públicas y los registros civiles de Venezuela. También supervisan los sistemas informáticos de la presidencia, ministerios, programas sociales, policía y servicios de seguridad, así como la petrolera estatal PDVSA.
Y luego está la cooperación militar. El ministro de Defensa de un país latinoamericano me contó lo siguiente: “En una reunión con oficiales de alto rango de Venezuela, llegamos a varios acuerdos de cooperación y otros asuntos. Entonces tres asesores, con inconfundible acento cubano, se incorporaron a la reunión y se dedicaron a cambiar todo lo que habíamos acordado. Los generales venezolanos estaban avergonzados, pero no dijeron una palabra. Estaba claro que los cubanos llevaban la batuta”.
Cuba paga todo esto con personal y “servicios”. Venezuela recibe de Cuba médicos y enfermeras, entrenadores deportivos, burócratas, personal de seguridad, milicias y grupos paramilitares. “Tenemos más de 30.000 cederristas en Venezuela”, se jactaba en 2007 Juan José Rabilero, en esa época coordinador de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de Cuba.
¿Por qué el Gobierno venezolano permitió esta intervención extranjera tan abusiva? La respuesta es Hugo Chávez. Durante sus 14 años en la presidencia, disfrutó de un poder absoluto gracias al control que ejercía sobre cada una de las instituciones que podrían haberle impuesto límites o exigido transparencia, ya fueran los tribunales o la asamblea legislativa. También dispuso a su antojo de los ingresos petroleros de Venezuela.
Dejar entrar a los cubanos fue una de las expresiones más contundentes de ese poder absoluto.
Chávez tenía muchas razones para arrojarse a los brazos de Fidel Castro. Lo admiraba, y sentía por él un profundo afecto y confianza. Fidel se convirtió en su asesor personal, mentor político y guía geoestratégico. Castro alimentó además la convicción de Chávez de que sus muchos enemigos —sobre todo Estados Unidos y las élites locales— querían liquidarlo, y que no podía esperar de sus fuerzas de seguridad la protección que necesitaba. En cambio, los cubanos sí eran confiables. Cuba también proporcionó toda una engrasada red de activistas, ONG y propagandistas que apoyaron la revolución bolivariana en el extranjero. Chávez también se quejaba públicamente de la ineptitud de sus altos funcionarios. En esto, también Cuba le ayudó, dotándolo de funcionarios con experiencia en el manejo de un Estado cada vez más centralizado.
El alcance de la entrega de Chávez a La Habana lo ilustra dramáticamente la forma en la que manejó el cáncer que acabaría con su vida: confió solo en los médicos que Castro le recomendó, y se trató la mayor parte del tiempo en La Habana, bajo un manto de secretismo.
El sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, ha profundizado aún más la dependencia venezolana de La Habana. Ante las protestas estudiantiles contra un régimen cada vez más autoritario, el Gobierno ha respondido con una represión brutal, que cuenta con los instrumentos y las tácticas perfeccionadas por el Estado policial que controla Cuba desde hace demasiado tiempo.

¿Cómo conquistó Cuba a Venezuela?

Por Moisés Naím
El País, Madrid
La enorme influencia que Cuba ha logrado ejercer en Venezuela es uno de los acontecimientos geopolíticos más sorprendentes y menos comprendidos del siglo XXI. Venezuela es nueve veces más grande que Cuba, tiene el triple de población y su economía es cuatro veces mayor. El país alberga las principales reservas de petróleo del mundo. Sin embargo, algunas funciones cruciales del Estado venezolano o han sido delegadas a funcionarios cubanos o son directamente controladas por La Habana. Y esto, el régimen cubano lo conquistó sin un solo disparo.
Los motivos de Cuba son obvios. La ayuda venezolana es indispensable para evitar que su economía colapse. Tener un gobierno en Caracas que mantenga dicha ayuda es un objetivo vital del Estado cubano. Y Cuba lleva décadas acumulando experiencia, conocimientos y contactos que le permiten operar internacionalmente con gran eficacia y, cuando es necesario, de manera casi invisible. 

Saturday, June 18, 2016

Terrorismo en América Latina: Parte II

Terrorismo Chile
Ha ocurrido en Chile, que autoridades al igual de lo que sucedió en el Perú, han identificado las acciones violentas de la Araucanía solamente como delictuales cometiéndose el grave error de omitir el propósito y el efecto deseado de quienes los cometen y finalmente, el impacto o repercusión que tienen en los grupos afectados. Por ejemplo, a simple vista quemar iglesias (católicas o evangélicas) no tiene como fin el hecho delictual de robarse la biblia, cáliz, los candelabros o las limosnas sino que de provocar miedo y tomar represalias contra la fieles que acuden y la institución que administra a estas iglesias.



Un grupo que ha elegido el terrorismo como forma de lucha proviene o se esconderá muchas veces tras causas nobles como recuperación de tierras ancestrales (pueblo mapuche), defensa de grupos sociales, independentistas (ETA) causas religiosas (Islamismo radical) u otras. Esta situación significara que muchos que no participan de estos actos violentos pero que si se identifican con la causa se vean utilizados y finalmente afectados por estos grupos radicales. Por ello, una forma de debilitar a los grupos violentistas en su relación con la demanda que dicen defender es precisamente la de captar, proteger y apoyar a estos sectores pacíficos. La ausencia del estado ante los colectivos que respetan la ley es un grave error y fue lo que fortaleció mucho a las FARC en Colombia.  El Programa de Seguridad Democrática y Plan “Patriota” estuvo destinado, precisamente, a superar esa gran falencia, obteniendo solamente resultados parciales ante el término de la gestión del presidente Uribe y el cambio de política.
Un factor fundamental de los grupos terroristas es que requieren de la prensa ya que la única forma de llevar a cabo su propósito es atemorizar a la mayor cantidad de gente.  En su momento, Inglaterra opto por no sumarse a la propaganda terrorista omitiendo publicar sus actos. Sin embargo, no estoy tan seguro que esta sea una solución conveniente ya que existe la mirada opuesta, que uso España, de mostrar con mucha crudeza los crueles crímenes de ETA para hacer impopular su causa. Esto último le dio muy buenos resultados por el rechazo que provoco el grupo terrorista por parte de la población española.
Se reitera que para entender y definir el terrorismo hay un punto donde no hay que perderse y es preguntarse si las acciones producen o no terror. Toda vez, que no se trata de ver terrorismo en todas partes o aplicar la ley, que es muy dura, a diestras y siniestras.
En consecuencia, la mirada debe ser objetiva y desprejuiciada en lo ideológico ya que no se debe amparar a ningún grupo que cometa estos actos violentos que en su etapa más avanzada incluyen los secuestros aleatorios y/o selectivos, toda vez que si hay debilidad estatal surgirán los grupos paramilitares, como ocurrió en Colombia, con el fin de tomar la justicia por su propia mano.
Hoy, se sabe que hay jóvenes latinoamericanos militando en ISIS que conocen muy bien el escenario de sus países y que por lo tanto estarán muy prestos a cometer actos terroristas o a sumarse a quienes los cometen.
Todo lo expresado precedentemente, no elimina el hecho de que hay que estudiar muy a fondo el tema cultural de la Araucanía, ya que al final de cuentas las soluciones definitivas serán o consolidar allí el estado de Chile en su autoridad y formas actuales, reconocer a los pueblos originarios como naciones con grados de autonomía en una nueva constitución redactada de acuerdo con ellos, para darles participación y conocer los alcances del fenómeno o simplemente renunciar como estado de Chile a esos territorios. Como vemos, decidir por una de las tres soluciones, que es lo que ocurrirá a la larga, exige conocer muy profundamente el fenómeno.
La experiencia nos enseña que el terrorismo es un  espiral que no se toma en serio hasta que viene un atentado importante, logrando precisamente su efecto deseado.

Terrorismo en América Latina: Parte II

Terrorismo Chile
Ha ocurrido en Chile, que autoridades al igual de lo que sucedió en el Perú, han identificado las acciones violentas de la Araucanía solamente como delictuales cometiéndose el grave error de omitir el propósito y el efecto deseado de quienes los cometen y finalmente, el impacto o repercusión que tienen en los grupos afectados. Por ejemplo, a simple vista quemar iglesias (católicas o evangélicas) no tiene como fin el hecho delictual de robarse la biblia, cáliz, los candelabros o las limosnas sino que de provocar miedo y tomar represalias contra la fieles que acuden y la institución que administra a estas iglesias.


Terrorismo en América Latina: Parte I

Terrorismo - Colombia
Todos los países que sufren el terrorismo, también pasaron por etapas previas sin tomar las medidas de prevención ya que determinar cuándo es terrorismo y convencerse de que el fenómeno es complejo. Esta sentencia debe estar presente siempre cuando observamos acciones violentas destinadas a atemorizar a la población o a parte de ella. El terrorismo en cualquiera de sus formas es un fenómeno mundial que se esparce como el aceite y que si no se toman las acciones a tiempo después se hace incontrolable.



Por ejemplo en el Perú, en 1980 el gobierno del Presidente Belaunde a través de su Ministro del Interior José María de la Jara aseguró que los actos delictivos del grupo Sendero Luminoso era solo “abigeato” y removieron al general de la policía José María Balaguer por afirmar que eran hechos terroristas y que había grupos de ultra izquierda  tras ellos. Sin embargo, estas acciones de “abigeato” de quemar ánforas electorales y colgar perros en los postes, solo limitadas a Ayacucho, Junín y Cusco en los ochenta, ya en los años noventa se había extendido a todo el país,  provocando gran cantidad de víctimas con cifras que van entre 35.000 muertos según algunos hasta 70.000 según la comisión de la verdad. En concreto, lo que le sucedió al gobierno del viejo líder político Belaunde Terry fue el típico caso de analizar el hecho en sí pero no el propósito y efecto deseado que este contiene.
Para conocer, controlar y resolver el terrorismo se requiere estudiarlo muy a fondo, para tener absoluta claridad en el momento de atacarlo lo que deberá hacerse sobre la base de tres ejes que deben aplicarse simultáneamente, en forma coordinada, convergente y con mucha voluntad, a saber:
  • Conocer los fundamentos de las acciones violentas de carácter terroristas para resolverlas más profundamente. Esto toma tiempo y no debe paralizar las acciones de corto plazo.
  • Determinar los tipos armas que emplean para impedir el acceso a estas y conocer los recursos económicos que poseen.
  • Disminuir el rango de oportunidad para evitar que se cometan estos actos violentos lo que debe hacerse con fuerzas policiales con rasgo operativo y un adecuado sistema de Inteligencia.
La experiencia nos enseña que el terrorismo, normalmente, tiene un origen de raíz ideológica, religiosa o instrumental como narcotráfico u otras. La ETA, grupos radicales islámicos y FARC son fieles representantes de cada una de estas tres causas. Sin embargo, también puede tener razones puramente militares cuando un estado más pequeño o un grupo que no se inscribe en un estado determinado,  opta por ejecutar acciones terroristas para enfrentar a un estado formal provisto de fuerzas armadas y ante la existencia de un evidente desequilibrio tecnológico. Ese es el riesgo que los EEUU corren en la actualidad ya que su tremendo desarrollo militar lo expone a esta situación, frente a cualquier país que pueda ser su eventual enemigo.
Para efectos teóricos y de estudio, el terrorismo se inscribe dentro de lo que se llama la “guerra asimétrica” u “operaciones complejas” que puede ser interna o externa y en la cual un grupo inferior puede de esa forma enfrentar a uno superior. En el caso de EEUU, también, se define como el enfrentamiento de dos relatos. Uno fundado en la religión, ideología radical, condición social etc…y el otro en valores nacionales de un estado formal y ofertas de prosperidad.
El primer obstáculo que existe para enfrentarlo, es la necesidad o tendencia propia de los estados organizados de concederle una definición específica y tipificación jurídica con el propósito de castigar a los que cometan estos actos. Esto me tocó verlo en EEUU y en varios otros países donde, mientras los hechos ocurrían, se perdía el tiempo en discusiones de “estrategas de salón” que discutían sobre cómo definir lo que sucedía.
En el caso de los países de habla hispana su definición o tipificación jurídica se dificulta más aún ya que tenemos cuatro diccionarios que operan simultáneamente a saber, el de la Real Academia de la lengua que define oficialmente, el de las propias disciplinas y organizaciones donde están las instituciones policiales y armadas, el de la calle que no se fija en sutilezas y el de la ley que manda prohíbe y permite. No se puede obviar uno en desmedro de los otros ya que todos son una realidad. Esto es que cada uno definirá los fenómenos determinado por su propia perspectiva, función o actividad. Más aun, el diccionario de la academia se alimenta de los anteriores. Por ello, que la determinación más corta, rápida y legítima es definir el terrorismo a través de la ley, tomando otros países como referencias pero sin copiar ya que cada realidad es única. Sabemos que para aprobar  una ley se requiere consenso, lo que se dificulta cuando existen visiones que simpatizan con quienes cometen estos actos. Por ello, lo recomendable es castigar los actos que tengan un fin terrorista, sin fijarse en la causa ya que esta es la que produce división.

Terrorismo en América Latina: Parte I

Terrorismo - Colombia
Todos los países que sufren el terrorismo, también pasaron por etapas previas sin tomar las medidas de prevención ya que determinar cuándo es terrorismo y convencerse de que el fenómeno es complejo. Esta sentencia debe estar presente siempre cuando observamos acciones violentas destinadas a atemorizar a la población o a parte de ella. El terrorismo en cualquiera de sus formas es un fenómeno mundial que se esparce como el aceite y que si no se toman las acciones a tiempo después se hace incontrolable.