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Friday, July 15, 2016

Argentina: el sentido de la independencia

Argentina: el sentido de la independencia


Por Alberto Benegas Lynch (h)
El Cronista
Ahora que han pasado los festejos del 9 de julio, es momento de reflexionar serenamente sobre el significado de la independencia. En el Acta firmada en 1816, hacen doscientos años, aparecen dos conceptos centrales. En primer lugar, se lee de la necesidad de recuperar los derechos de que fue despojada la población y, en segundo lugar, expresamente se consigna que la independencia es para garantizar las vidas y haciendas de los habitantes.
Juan Bautista Alberdi, el artífice intelectual de nuestra Constitución fundadora, señala el peligro de liberarnos de las máquinas fiscales de la metrópoli para en cambio convertirnos en colonos de nuestros propios gobiernos, lo cual subraya sucedió hasta la promulgación de la referida Carta Magna en 1853 que, aplicada, permitió ubicar a nuestro país a la vanguardia de las naciones civilizadas.


Hasta 1930 los salarios e ingresos en términos reales del peón rural y el obrero de la industria incipiente de los argentinos eran superiores a los de Suiza, Alemania, Francia, Italia y España. De allí las multitudinarias inmigraciones a nuestras costas. El volumen del comercio exterior estaba a la altura del de Canadá y Australia. Miembros de la Academia de Francia compararon el nivel de los debates que tenían lugar en esa corporación con los que se suscitaban en el Parlamento argentino. Los fallos de la Corte Suprema de Justicia constituían un ejemplo para todas las naciones civilizadas.
Luego vino el estatismo, primero en los treinta con los impuestos directos y el unitarismo fiscal, el control de cambios, la banca central y las juntas reguladoras. Y en los cuarenta el populismo acentuado con el establecimiento de controles de precios, el sindicalismo fascista de las leyes de asociaciones profesionales y convenios colectivos copiadas de la Carta de Lavoro de Mussolini, la inflación monetaria, los ataques a la libertad de prensa, la estatización de empresas, el aumento sideral en la presión tributaria, la corrupción administrativa, saltos cuánticos en el gasto público y la proliferación de regulaciones incompatibles con un sistema republicano. Situación ésta que en mayor o menor medida continuó durante más de siete décadas. Es decir, las máquinas fiscales que tanto preocupaban a Alberdi que anticipaba nos harían colonos de nuestros propios gobiernos.
La independencia es entonces de cada habitante en cuanto a su libertad, en cuanto a la posibilidad real de expresar su pensamiento, en cuanto al uso y disposición de lo que le pertenece legítimamente. Los alarmantes indicadores del gasto público sobre el producto, la antedicha presión tributaria y la deuda gubernamental, sea interna o externa, revela el grado de dependencia de los argentinos con los aparatos estatales.
La lucha por la independencia debe ser una tarea cotidiana de todos los que quieren que se los respete. Es de desear que el actual gobierno revierta la situación y centre su atención en el desmantelamiento de un Leviatán hiperdimensionado. Solo así tiene sentido hablar de independencia.

Argentina: el sentido de la independencia

Argentina: el sentido de la independencia


Por Alberto Benegas Lynch (h)
El Cronista
Ahora que han pasado los festejos del 9 de julio, es momento de reflexionar serenamente sobre el significado de la independencia. En el Acta firmada en 1816, hacen doscientos años, aparecen dos conceptos centrales. En primer lugar, se lee de la necesidad de recuperar los derechos de que fue despojada la población y, en segundo lugar, expresamente se consigna que la independencia es para garantizar las vidas y haciendas de los habitantes.
Juan Bautista Alberdi, el artífice intelectual de nuestra Constitución fundadora, señala el peligro de liberarnos de las máquinas fiscales de la metrópoli para en cambio convertirnos en colonos de nuestros propios gobiernos, lo cual subraya sucedió hasta la promulgación de la referida Carta Magna en 1853 que, aplicada, permitió ubicar a nuestro país a la vanguardia de las naciones civilizadas.

Wednesday, July 13, 2016

#Mundo #Brexit El Reino Unido recupera su independencia frente a la Unión Europea – por Eneas Biglione

#Mundo #Brexit El Reino Unido recupera su independencia frente a la Unión Europea – por Eneas Biglione

brexit16Hartos de las regulaciones innecesarias, los presupuestos desorbitados y los burócratas del Parlamento Europeo diciéndoles qué deben hacer, el 52% de los habitantes del Reino Unido votó ayer en favor de salir de la Unión Europea. Una decisión valiente y polémica, que esperamos sirva de lección para toda Europa y el mundo.
Dicha decisión constituye claramente un desafío al “establishment” global y al socialismo económico de todos los partidos alrededor del mundo. Los grandes perdedores en la pulseada política por mantener al Reino Unido dentro de la Unión Europea fueron claramente el Presidente Barack Obama y los líderes de la OTAN, que buscaban evitar esta decisión ejerciendo una fuerte presión internacional.



Los votantes del Reino Unido basaron su decisión en el déficit democrático impuesto desde Bruselas (aduciendo que al Parlamento Europeo le falta legitimidad democrática para imponer o rechazar legislación dentro de la Unión Europea), el gran costo anual de pertenecer a la UE (más de 13 mil millones de libras al año, recibiendo menos de la mitad en “beneficios”) y la clara debilidad de la mayoría de las economías de la euro zona (con Grecia e Italia encabezando la lista) abocadas a redistribuir riqueza entre países en lugar de multiplicarla.
El Brexit constituye un duro golpe a la Unión Europea y sus partidarios temen que eventualmente pueda contagiar a otros países miembros. Una encuesta reciente del Pew Research Center muestra que en Francia, país fundador de la UE, tan sólo el 38% de los ciudadanos tienen una imagen favorable de la misma, es decir una imagen favorable un 6% inferior a la de los habitantes del Reino Unido. Por otro lado, en ninguno de los demás países donde se practicó la encuesta, hubo apoyo suficiente a la idea de transferir poder a Bruselas. Esto debería llamar a los líderes de la UE a poner las barbas en remojo y hacer una fuerte autocrítica hacia sus políticas intervencionistas.
Por su parte, y más allá de todo el revuelo que levanta la noticia, el Reino Unido sigue siendo la segunda economía más grande de Europa, miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y un país con excelentes relaciones con Washington DC. Por lo tanto, fuera de la UE el Reino Unido seguirá siendo un jugador de gran importancia en el ámbito internacional en cualquiera de los escenarios posibles.
En materia económica interna, los que se oponían al Brexit han augurado una fuerte recesión en el Reino Unido, pero las autoridades de su Banco Central han salido a confirmar a los medios internacionales que su país está bien preparado para afrontar los cambios que se vienen. Está claro que la Unión Europea no puede permitirse un desprendimiento total del Reino Unido, y viceversa. De hecho las partes ingresan ahora a un período de dos años donde se negociarán los términos y condiciones de esta polémica pero mayoritariamente positiva separación.
Un Reino Unido independiente, en pleno siglo XXI, tendrá la capacidad de volver a convertirse en el ícono de libertad que fuera en su momento para toda Europa y el mundo. Si el resto de la Unión Europea decide aprender la lección, los habitantes de sus países miembros podrán eventualmente gozar de una mayor libertad y una auténtica prosperidad económica.
* Eneas Biglione es Director Ejecutivo de la Fundación HACER.
Fuente: HACER

#Mundo #Brexit El Reino Unido recupera su independencia frente a la Unión Europea – por Eneas Biglione

#Mundo #Brexit El Reino Unido recupera su independencia frente a la Unión Europea – por Eneas Biglione

brexit16Hartos de las regulaciones innecesarias, los presupuestos desorbitados y los burócratas del Parlamento Europeo diciéndoles qué deben hacer, el 52% de los habitantes del Reino Unido votó ayer en favor de salir de la Unión Europea. Una decisión valiente y polémica, que esperamos sirva de lección para toda Europa y el mundo.
Dicha decisión constituye claramente un desafío al “establishment” global y al socialismo económico de todos los partidos alrededor del mundo. Los grandes perdedores en la pulseada política por mantener al Reino Unido dentro de la Unión Europea fueron claramente el Presidente Barack Obama y los líderes de la OTAN, que buscaban evitar esta decisión ejerciendo una fuerte presión internacional.


Friday, June 17, 2016

La posición de Mises sobre la secesión o independencia

Autodeterminación e independencia
A continuación pondremos varios fragmentos de libros del economista austriaco Ludwig von Mises acerca del tema de la secesión o independencia de las naciones.
En Gobierno Omnipotente, p. 90:
Una nación, por lo tanto, no tiene ningún derecho a decirle a una región o distrito que “Tú me perteneces, ¡te quiero mantener!”. Un territorio está formado por sus habitantes. Si alguien tiene el derecho a ser oído en esta cuestión, éstos son los habitantes. Las controversias relativas a límites fronterizos deben ser resueltos a través de plebiscitos.
En Nación, Estado y Economía, p. 34:
Ninguna persona o grupo de personas deben ser retenidos contra su voluntad en una asociación política en la cual no quieren participar.



En Nación, Estado y Economía, p. 39-40:
El liberalismo no conoce ni el sometimiento, ni la anexión; ya que el liberalismo es indiferente al propio Estado, el problema del tamaño del Estado es también indiferente. El liberalismo no obliga a nadie a permanecer en contra de su voluntad dentro de la estructura estatal. El que quiera emigrar o vivir en una legislación específica no debe ser obligado. Cuando una porción de la población quiere dejar de pertenecer a una unidad, el liberalismo no le impedirá consumar tal fin. Colonias, ciudades o distritos que quieran ser independientes son libres de hacerlo. Una nación es una entidad orgánica y, como tal, no puede ser aumentada ni reducida por cambios en la formación de sus estados; el mundo en su conjunto no se ve afectado por esta nueva disposición.
En Nación, Estado y Economía, p. 82:
El tamaño del territorio de una nación, por lo tanto, no importa.

En Liberalismo – Según la Tradición Clásica, p 128:
El derecho a la autodeterminación, con respecto a la cuestión de la pertenencia a un Estado, se entiende, por lo tanto, cuando los habitantes de un territorio determinado (ya sea un solo pueblo, un barrio entero, o una serie de distritos adyacentes) hacen saber, mediante un plebiscito libremente llevado a cabo, que ya no desean permanecer conectados con el Estado al que pertenecen, sino que desean formar un estado independiente o formar parte de algún otro estado, sus deseos deben ser respetados y aplicados. Este es el único medio posible y eficaz para la prevención de revoluciones y guerras civiles e internacionales.
En Liberalismo – Según la Tradición Clásica, p.129:
El derecho de la autodeterminación del que hablamos no es el derecho a la autodeterminación de las naciones, sino más bien el derecho a la autodeterminación de los habitantes de cualquier territorio que tengan el tamaño suficiente para formar una unidad administrativa independiente. Si de alguna manera se pudiera conceder este derecho a la autodeterminación de cada persona individual, se tendría que hacer.
En Liberalismo – Segundo la tradición clásica, p.137:
La condición de ser obligados a pertenecer a un estado, en contra de su voluntad, a través de una votación, no es menos doloroso que el hecho de estar obligados a pertenecer a este estado debido a una conquista militar.
En Gobierno Omnipotente, p. 92:
No importa dónde se encuentran y cómo se dibujan las fronteras de un país. Nadie consigue una ganancia material especial para expandir el territorio del estado en que vive; nadie sufre pérdidas si una parte de esta área se separada del Estado. También es irrelevante si todas las partes del territorio de un Estado están relacionadas o si están geográficamente separadas por un pedazo de tierra que pertenece a otro estado. No hay ninguna importancia económica si un país tiene, o no, costa marítima. En un mundo así, la gente de cada pueblo o distrito podrían decidir por plebiscito a qué Estado quieren pertenecer.

Y a continuación un fragmento de una entrevista a Hans-Hermann Hoppe sobre Mises, sacada de The Austrian Economics Newsletter.
P: ¿Mises era mejor que los liberales clásicos sobre el tema del estado?
Hoppe:  Mises consideró necesario contar con una institución que reprimiera y sometiera a los que no se comportan adecuadamente en la sociedad, las personas que representan un riesgo porque roban y matan. Calificó esta institución de gobierno.
Pero tenía una idea muy particular sobre cómo el gobierno debería funcionar. Para limitar su poder, cada grupo o individuo, si es posible, debería tener el derecho a la secesión del territorio del estado, si no estaba de acuerdo con sus políticas. Él lo etiquetó el derecho a la autodeterminación. Pero no la autodeterminación de las naciones, como predica la Liga de las Naciones, sino pueblos, distritos y grupos de cualquier tamaño.
P: Sin embargo, usted ha sido un fuerte crítico de la democracia.
Hoppe: Sí, de la forma en que el término se entiende en la actualidad. Sin embargo, en la definición singular de democracia dada por Mises, dicho término significa autonomía o autogobierno en su sentido más literal. Todas las organizaciones de la sociedad, incluido el gobierno, debe ser el resultado de interacciones voluntarias.
En cierto sentido, se puede decir que Mises era prácticamente un anarquista. Si se contuvo y no extendió su lógica hasta el final -es decir, si en realidad no establece explícitamente el derecho a la secesión individual- fue porque simplemente estaba considerando este asunto como puramente técnico. En la democracia moderna, exaltamos el método de “la mayoría decide” como la mejor forma de elegir a los gobernantes que tienen el monopolio de la tributación obligatoria.
Mises hace a menudo una analogía entre el acto de votación y el mercado. Cuando compras algo en el mercado, estás votando para la producción de este bien o servicio que compras. Pero Mises era perfectamente consciente de que la votación del mercado significa votar con tu propiedad. El peso de tu voto está en línea con tus ingresos y el valor de tu productividad. En la arena política, no votas con tus propiedades; votas pensando en la propiedad de los demás, y los demás votan pensando en las suyas. La gente no voto en función del valor de sus ingresos y productividad. Ellos votan pensando en apropiarse de la renta y la productividad de los demás.
P: Sin embargo, Mises ataca el anarquismo en términos nada vagos.

Autodeterminación e independenciaHoppe: El objetivo de Mises eran las utopías de izquierda, anarco-comunistas o anarcosindicalistas. En su tiempo, el término anarquismo se refería exclusivamente a este grupo. El término anarco-capitalismo todavía no se había acuñado (eso fue a mediados de la década de 1970).
Mises atacaba su teoría de que el hombre es intrínsecamente benevolente y que por lo tanto no habría necesidad de la defensa organizada contra los enemigos de la civilización. Pero no es eso lo que el anarquista de propiedad privada defiende. Por supuesto que hay asesinos y ladrones. Es necesario que haya una institución que mantenga a estas personas controladas. Mises llamó a esta institución gobierno, pero las personas que no quieren ningún estado afirman que todos los servicios esenciales de defensa pueden ser llevados a cabo por empresas del mercado. Quién quiera llamar a estas empresas como gobierno, porque piensa que así se sentirá mejor, es libre de hacerlo.

La posición de Mises sobre la secesión o independencia

Autodeterminación e independencia
A continuación pondremos varios fragmentos de libros del economista austriaco Ludwig von Mises acerca del tema de la secesión o independencia de las naciones.
En Gobierno Omnipotente, p. 90:
Una nación, por lo tanto, no tiene ningún derecho a decirle a una región o distrito que “Tú me perteneces, ¡te quiero mantener!”. Un territorio está formado por sus habitantes. Si alguien tiene el derecho a ser oído en esta cuestión, éstos son los habitantes. Las controversias relativas a límites fronterizos deben ser resueltos a través de plebiscitos.
En Nación, Estado y Economía, p. 34:
Ninguna persona o grupo de personas deben ser retenidos contra su voluntad en una asociación política en la cual no quieren participar.