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Thursday, August 18, 2016

España: El populismo fiscal del PP, responsable del incumplimiento del déficit

España: El populismo fiscal del PP, responsable del incumplimiento del déficit


Por Juan Ramón Rallo
El Gobierno del Partido Popular incumplió el objetivo de déficit público en el año 2015: en lugar de cerrar con un desequilibrio presupuestario equivalente al 4,2% del PIB, lo elevó hasta el 5%. Un desajuste de 8.500 millones de euros por el que Bruselas a punto de estuvo de sancionarnos —con razón–.
Como es bien sabido, todo déficit público es consecuencia de que los gastos del Estado superan sus ingresos y, por tanto, la desviación anterior necesariamente habrá de deberse a que el Gobierno no fue capaz en 2015 de incrementar sus ingresos o de recortar sus gastos lo suficiente. 


Acaso uno podría exculpar parcialmente al Ejecutivo si tal fracaso fuera resultado de su omisión, es decir, de no haber sido diligente a la hora de adoptar las medidas pertinentes para asegurarse un incremento de la recaudación o, idealmente, una rebaja de los desembolsos. Pero no, el incumplimiento del objetivo de déficit público de 2015 fue consecuencia del comportamiento doloso del PP a la hora de reducir los ingresos públicos e incrementar los gastos.
Empecemos por los ingresos: la semana pasada, la Agencia Tributaria publicó su Informe Anual de Recaudación Tributaria correspondiente al año 2015. En ese informe se estima que la reforma fiscal que aprobó el PP durante ese ejercicio se tradujo en una pérdida de recaudación de 5.900 millones de euros: 4.800 millones imputables a la rebaja del IRPF y 1.100 millones a la de Sociedades. Es decir, a pesar del gigantesco déficit que todavía arrastrábamos, los populares optaron por desprenderse de casi 6.000 millones de euros antes de las elecciones generales.
Sigamos con los gastos: el año pasado, el Gobierno del PP decidió devolver a los empleados públicos la paga extra que les había sido suprimida en 2012. Esta medida absolutamente innecesaria y caprichosa conllevó un aumento bruto del gasto de 4.000 millones de euros; pero dado que la Agencia Tributaria estima en su informe que contribuyó a incrementar la recaudación por IRPF en 300 millones, podemos cuantificar su coste en 3.700 millones.
En definitiva, las medidas electoralistas adoptadas por el PP en 2015 incrementaron directamente el déficit público en 9.600 millones de euros. Aun cuando quisiéramos considerar efectos keynesianos de segunda ronda (o sea, el aumento de la recaudación en otras figuras tributarias como consecuencia del impulso al crecimiento impreso por el déficit), probablemente nos moveríamos en un coste neto de las medidas electoralistas del PP de entre 7.000 y 8.000 millones. Dicho de otro modo: prácticamente todo el incumplimiento del déficit de 2015 fue consecuencia de las políticas compravotos que articuló el Partido Popular antes de las elecciones: bajar impuestos no recortando los gastos sino aumentándolos, esto es, endeudándonos a todos.
El partido del rigor presupuestario apostó decididamente por el populismo fiscal: usaron nuestro dinero y el de nuestros hijos para perpetuarse en el poder. Parece, eso sí, que les ha salido bien. Reincidirán.

España: El populismo fiscal del PP, responsable del incumplimiento del déficit

España: El populismo fiscal del PP, responsable del incumplimiento del déficit


Por Juan Ramón Rallo
Libre Mercado, Madrid
El Gobierno del Partido Popular incumplió el objetivo de déficit público en el año 2015: en lugar de cerrar con un desequilibrio presupuestario equivalente al 4,2% del PIB, lo elevó hasta el 5%. Un desajuste de 8.500 millones de euros por el que Bruselas a punto de estuvo de sancionarnos —con razón–.
Como es bien sabido, todo déficit público es consecuencia de que los gastos del Estado superan sus ingresos y, por tanto, la desviación anterior necesariamente habrá de deberse a que el Gobierno no fue capaz en 2015 de incrementar sus ingresos o de recortar sus gastos lo suficiente. 

Thursday, July 14, 2016

El PP vuelve a mentir y a subir impuestos

Juan Ramón Rallo señala que, una vez más, el Partido Popular ha hecho campaña prometiendo reducir impuestos y ha roto esa promesa.

Juan Ramón Rallo es Director del Instituto Juan de Mariana (España) y columnista de ElCato.org. Juan Ramón obtuvo el tercer lugar en nuestro primer concurso de ensayos, Voces de Libertad 2008.
Rajoy lo ha vuelto a hacer: a los pocos días de ganar unas elecciones generales en cuya campaña se comprometió a bajar los impuestos —incluido el Impuesto de Sociedades—, ha anunciado un nuevo sablazo tributario, en este caso para las empresas. Por boca de su ministro de Economía, Luis de Guindos, hemos sabido que el Gobierno del PP pretende incrementar los pagos a cuenta de las sociedades mercantiles en 2017 para así recaudar 6.000 millones de euros adicionales con los que maquillar el déficit de ese ejercicio.



El movimiento rememora la puñalada por la espalda con la que el propio Rajoy castigó a todos los españoles a finales de 2011: tras obtener una amplísima mayoría absoluta al grito electoralista de que no incrementaría los impuestos, el recién estrenado gobierno del PP aprobó uno de más sangrantes sablazos en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) de toda nuestra historia. Al parecer, ni los españoles aprendieron la lección, ni Rajoy ha abandonado sus típicas prácticas marrulleras.
Sin embargo, y a decir verdad, el apretón de tuercas a las empresas que anunció ayer Luis de Guindos no es exactamente equiparable a la mordida del IRPF de 2011: y no porque el primero recaiga sobre personas jurídicas y el segundo sobre personas físicas (ambos son nefastos), sino porque lo que se ha prometido es aumentar los pagos a cuenta del Impuesto de Sociedades, esto es, el equivalente a las retenciones en el IRPF.
Como es sabido, una retención es un pago adelantado del impuesto por la obligación tributaria que se espera que devengaremos a lo largo de un ejercicio. La cuestión, claro, es que al no saber cuál será esa obligación tributaria futura, las retenciones son meramente estimativas: si la totalidad de las retenciones abonadas supera la obligación tributaria final, el Estado deberá devolvernos el exceso; si, en cambio, la obligación tributaria final supera la totalidad de las retenciones, deberemos saldar nuestra deuda pendiente.
En este sentido, si el Gobierno pretende recaudar 6.000 millones de euros más en 2017 mediante mayores pagos a cuenta en Sociedades, deberá incrementar muy sustancialmente el tipo de retención que aplica a las empresas: esto es, deberá obligarlas a que adelanten un porcentaje muy superior de la incierta suma que deberán abonar por todo el ejercicio fiscal.
Pero, como es obvio, si el tipo efectivo que soportan las empresas durante 2017 no se incrementa con respecto a 2016, es muy dudoso que las obligaciones tributarias se incrementen en 6.000 millones de euros. O dicho de otra manera, si no hay una subida impositiva real, las empresas adelantarán 6.000 millones de euros al Gobierno (para así maquillar el déficit de 2017) que luego el Gobierno tendrá que devolverles a lo largo de los siguientes ejercicios fiscales. Una mera maniobra de distracción para ocultar la gravedad del déficit a costa de machacar la posición de tesorería de las empresas (pues muchas de ellas tendrán que endeudarse para poder adelantar el pago de impuestos por unos beneficios que no han logrado todavía e incluso puede que ni siquiera logren). Mera contabilidad creativa para engañar a Bruselas mientras continúan endeudando insosteniblemente a los españoles.
Claro que acaso el ministro De Guindos no haya dicho toda la verdad y, junto al incremento de los pagos a cuenta, nos encontremos con un aumento del tipo efectivo del Impuesto de Sociedades: en tal caso sí que reeditaríamos plenamente el confiscador engaño colectivo que sufrimos en 2011 y se demostraría, nuevamente, que el PP prefiere castigarnos con impuestos antes que recortar enérgicamente el gasto público.
En definitiva, las opciones quedan reducidas a dos y ninguna es buena: o el Ejecutivo incrementa en términos efectivos los impuestos a las empresas (sablazo) o sólo está dándole un patadón hacia adelante al agujero del déficit (mascarada). Cualquiera de las dos, eso sí, serían actitudes típicamente rajoyanas.

El PP vuelve a mentir y a subir impuestos

Juan Ramón Rallo señala que, una vez más, el Partido Popular ha hecho campaña prometiendo reducir impuestos y ha roto esa promesa.

Juan Ramón Rallo es Director del Instituto Juan de Mariana (España) y columnista de ElCato.org. Juan Ramón obtuvo el tercer lugar en nuestro primer concurso de ensayos, Voces de Libertad 2008.
Rajoy lo ha vuelto a hacer: a los pocos días de ganar unas elecciones generales en cuya campaña se comprometió a bajar los impuestos —incluido el Impuesto de Sociedades—, ha anunciado un nuevo sablazo tributario, en este caso para las empresas. Por boca de su ministro de Economía, Luis de Guindos, hemos sabido que el Gobierno del PP pretende incrementar los pagos a cuenta de las sociedades mercantiles en 2017 para así recaudar 6.000 millones de euros adicionales con los que maquillar el déficit de ese ejercicio.