“Allí donde el consumidor esté dispuesto a pagar el precio al cual el oferente esté dispuesto a proveerlo habrá oferta, ¡de lo que sea!”
¿Qué tan conscientes somos de que una buen parte
de los principales problemas que enfrentamos como sociedad son
provocados por el gobierno? Buen ejemplo es el narcotráfico, en lo que
esa actividad tiene, no de comercial, sino de delictiva: asesinatos,
secuestros, extorsiones, etc., dimensión delictiva del narcotráfico que
es consecuencia de la prohibición impuesta por el gobierno, con las
mejores intenciones, pero con resultados contraproducentes: intentando
resolver un problema (la drogadicción, que es un vicio, pero no un
delito), crean uno más grave (el narcotráfico, no en su faceta
comercial, sino en su dimensión delictiva), con un agravante: la
prohibición genera los incentivos para que, desde la oferta, se
incentive la demanda, partiendo de lo que llamo la primera ley del
mercado: allí donde el consumidor esté dispuesto a pagar el precio al
cual el oferente esté dispuesto a proveerlo habrá oferta, ¡de lo que
sea!, drogas incluidas.
La primera ley del mercado es la razón por la cual ninguna prohibición gubernamental ha acabado, ni acabará, con el consumo de drogas, mismo que es una actividad éticamente cuestionable, tanto por la dependencia que genera (hay algo, la droga, que domina a alguien, el drogadicto, siendo lo correcto lo contrario: que la persona domine a las cosas), como por el daño que causa (desde el deterioro físico y mental hasta la muerte), pero no una conducta delictiva por su propia naturaleza (siendo delictivas por su propia naturaleza las acciones que violan los derechos de los demás, comenzando por el derecho a la vida, la libertad individual y la propiedad privada, derechos que no se violan, ni por la producción oferta y venta de drogas, ni por la demanda, compra y consumo de las mismas).
Estrategias gubernamentales como el combate a las drogas (y de hecho cualquier política pública) deben analizarse desde dos perspectivas: la de la justicia (¿se respetan los derechos de las personas?) y la de la eficacia (¿se logran los resultados deseados?). El combate gubernamental contra las drogas, ¿es justo?, ¿es eficaz?
Continuará.
La primera ley del mercado es la razón por la cual ninguna prohibición gubernamental ha acabado, ni acabará, con el consumo de drogas, mismo que es una actividad éticamente cuestionable, tanto por la dependencia que genera (hay algo, la droga, que domina a alguien, el drogadicto, siendo lo correcto lo contrario: que la persona domine a las cosas), como por el daño que causa (desde el deterioro físico y mental hasta la muerte), pero no una conducta delictiva por su propia naturaleza (siendo delictivas por su propia naturaleza las acciones que violan los derechos de los demás, comenzando por el derecho a la vida, la libertad individual y la propiedad privada, derechos que no se violan, ni por la producción oferta y venta de drogas, ni por la demanda, compra y consumo de las mismas).
Estrategias gubernamentales como el combate a las drogas (y de hecho cualquier política pública) deben analizarse desde dos perspectivas: la de la justicia (¿se respetan los derechos de las personas?) y la de la eficacia (¿se logran los resultados deseados?). El combate gubernamental contra las drogas, ¿es justo?, ¿es eficaz?
Continuará.
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