Pablo Hiriart
No fueron muchos, apenas 6.0 por ciento de las escuelas de la capital respondió al 'paro nacional' convocado por la CNTE, pero sí los suficientes para crear un caos que le fastidió el día a los habitantes de la Ciudad de México.
Quieren echar abajo la reforma educativa no porque sea mala, sino para demostrar su fuerza.
Así mandan a gente a la calle, engañada, a provocar a las autoridades para que haya muertos y tener más banderas para su causa.
Morena y la CNTE construyen la peor ruindad política que haya visto el país.
En los años del PRI hegemónico, ese partido usaba la ignorancia de la gente para llevarla a mítines a aplaudir a un candidato que no conocían ni volverían a ver en su vida, a cambio de un programa social, una torta y un refresco.
Ahora Morena y la CNTE no la mandan a las calles y carreteras a aplaudir, sino a provocar y enfrentarse a la policía con el engaño de que en México va a desaparecer la educación gratuita.
Morena y la CNTE necesitan mártires, muertos, y estafan a gente humilde con falsedades para que se juegue la vida por algo que no es verdad.
¿Qué pasa si las autoridades hubieran actuado ayer en los bloqueos en la capital del país, en los 20 puntos cerrados de Oaxaca, en las casetas tomadas en Michoacán y Guerrero, o en la autopista México-Cuernavaca que bloquearon?
Seguramente hubiese habido muertos. Hoy estaríamos en el centro de la atención mundial por 'la matanza de maestros' en México.
Es lo que quieren, que haya víctimas mortales y para eso utilizan a la gente a la que conducen con mentiras hacia una grotesca provocación.
“Sí a la evaluación, no a la privatización”. “En defensa de la educación pública”. Esas consignas se leen en las pancartas de los bloqueos de ayer en la CDMX.
No hay tal privatización de la enseñanza con la reforma educativa. Decirlo es una manera de adoctrinar con mentiras a la gente para que salga a jugarse la vida a las calles y a las carreteras en busca de un enfrentamiento con la policía.
Los que murieron en Nochixtlán lo hicieron convencidos de que defendían la educación gratuita. Murieron engañados por AMLO.
Ese personaje quiere muertos para echar abajo la reforma educativa y fortalecer así su fuerza nacional.
En su reciente decálogo sobre educación, expuso que la reforma educativa era una imposición desde el extranjero (el consenso de Washington) que había aceptado el gobierno mexicano como parte de la entrega de la soberanía nacional.
Mentira. Él sabe que es mentira. Pero moviliza a la gente en busca de muertos para erigirse como el salvador de la república y el presidente inevitable.