REFLEXIONES
LIBERTARIAS
Ricardo
Valenzuela
Caminaban
ya entre las arboledas de la hermosa huerta con rumbo a la casona, cuando
Vallian le dice: Oiga tío-jefe, yo quisiera también, en medio de este nuevo
escenario, insistir que de ahora en adelante, usted también sea mi profesor y
soy un alumno sediento de conocimientos. Bien, responde el hacendado ¿Cuáles
son los temas que más te interesan? Son tantos tío-jefe, pero en estos momentos
me viene a la mente dos que me intrigan sobremanera; historia, especialmente de
EU y México, y algo en lo que usted es experto, economía. Me interesa mucho
conocer cómo fue que México, teniendo prácticamente las mismas herramientas que
EEUU, en el mismo campo, y en la misma era, haya tenido un desempeño tan
diferente y tan pobre. Perfecto, responde don Julián, dos temas por demás
interesantes. Vamos a la biblioteca para tomarnos un coñac para el frio e
iniciamos. Minutos después penetraban a una biblioteca, aunque no tan surtida
como la de Los Sicomoros, bastante amplia y con infinidad de libros de diferentes
temas.
¿Qué te
parece si empezamos con un poco de historia de Mexico? Adelante tío-jefe.
Voy a
iniciar con la época de la independencia, y ya después tocaremos la época
anterior a ella. Cuando más lejana parecía la independencia de México, Iturbide
la había consumado en solo 8 meses, casi sin derramamiento de sangre ni
destrozos. Más que una revolución fratricida, era una evolución que ponía fin a
11 años de lucha e incertidumbre. Los principios políticos con los que Iturbide
anunciaba la independencia eran populares, tales como un trato igual para
todos, en un país con 4 millones de indios, un millón y medio de mestizos, un
millón de criollos y una minoría de españoles que se calculaba en 40,000. México
surgía, incluyendo lo que hoy es Centroamérica, como una nación joven y de gran
potencial para su desarrollo.
México EE.UU.
Superficie
en Km cuadrados 5, 118, 000 5,185, 000
Habitantes 6,540, 000 9,500, 000
La
población de EU incluía dos millones de negros y numerosos grupos de
inmigrantes europeos, en su mayoría con débiles nexos de nacionalidad. Ni la industria,
ni la ciencia, ni la agricultura, ni las armas en ambos países eran entonces
considerablemente distintas. En esos momentos no existía la diferencia colosal
de poderío que después se haría sensible con creciente rapidez. El dólar valía
entonces 97 centavos mexicanos.
El 5 de
Enero de 1822 la junta provisional de Guatemala anunciaba su unión a México
bajo el Plan de Iguala, lo que significaba la unión de todo centro América, que
entonces todavía no se dividía en varios países. Los departamentos de Nicaragua
y Costa Rica enviaron diputados al Congreso de Iturbide como miembros del
primer Imperio Mexicano. La unidad era ya un hecho pacíficamente consumado, sin
más incidentes que el de El Salvador que tenía sus dudas, y el nuevo país de
herencias semejantes, se extendería desde la Alta California (al norte de lo
que ahora es San Francisco) y desde Texas (al norte de lo que sería Dallas)
hasta la frontera con Colombia.
De
diversas fuentes se recoge la evidencia de que el pueblo aclamó jubiloso el
Imperio Mexicano y que Iturbide fue exaltado al trono el 21 de Julio de 1822,
con el apoyo de todos los sectores del país, incluso del diputado Valentín
Gómez Farías, quien luego sería el padre de los liberales mexicanos. Gómez
Farías había presentado un documento, con 46 legisladores, en el que hablaba
del mérito singular del héroe de Iguala. Su valor y sus virtudes lo llamaban al
trono. “Yo me creo con poder, conforme al artículo tercero de los Tratados de
Córdoba, para votar por que se corone al gran Iturbide”. Más al sur se
consumaba algo similar con un Simón Bolívar en la gran Colombia, entonces unida
a Venezuela y Perú.
El primer
tratado extranjero se concertaba en Colombia en Octubre de 1823, especificando
un pacto perpetuo de alianza íntima y amistad firme y constante para su defensa
común, y rechazar en común, todo ataque o invasión que de alguna manera pudiera
amenazar la seguridad de su independencia, su libertad, y su bien reciproco en
general. Iturbide y Bolívar asumían la tarea de unificar toda Iberoamérica en
una gran anfictionía, que automáticamente la convertía en la mayor potencia de América
y una de las más importantes del mundo. Tan solo México y Colombia totalizaban
once millones de habitantes, y podían fácilmente movilizar más de cien mil
soldados, es decir, una fuerza de primer orden en aquella época.
Sin
embargo, a partir de esos momentos se iniciaba algo que sería la etiqueta de México
durante los siguientes años; una sangrienta lucha por el poder político, que
sumió al país en una permanente y encarnizada guerra civil, que destrozara su
incipiente y anémica economía. Iturbide, con toda la fuerza que le obsequiaba
la monarquía, buscó apoyo popular sin entender el pueblo era analfabeto, y no
entendía absolutamente nada de los que acontecía. Las conspiraciones empezaron
a brotar como la mala hierba en las aguas del verano. Se inició la invasión
subterránea de todo tipo de caracteres de banderas extrajeras. Se enfrentaban
las logias masónicas, en todas sus versiones, la iglesia católica, varios países
extranjeros, todos con miras del control de un país sin un propósito claro, y
un pueblo desorganizado y confundido.
Uno de
esos caracteres era Joel Poinsett, que se le identificara como agente de
extrañas fuerzas de los EU, y supuestamente promovía, a través del mundo, el
republicanismo federal y republicano de su país. Poinsett tuvo una primera
entrevista con Iturbide en Noviembre de 1822, en la cual le proponía establecer
el sistema constitucional de los EEUU, con su tinte libertario. Iturbide
agresivamente lo rechazaba esgrimiendo como su razón, el que México era
diferente. En una segunda entrevista con Iturbide y sus principales oficiales,
lanzaba un buscapiés insinuando que EU reconocería el Imperio Mexicano, si México
cedía las tierras del norte (Texas, Nuevo Mexico, Alta California, Sonora,
Coahuila y Nuevo León) afirmando eran solo una carga para el Imperio. Iturbide
molesto respondía que jamás Mexico cedería un metro de su tierra. En esos
momentos la suerte de Iturbide estaba echada.
Iturbide recibía
informes de una posible conspiración de uno de sus generales, Antonio López de
Santa Anna. El emperador fue a conferenciar con Santa Anna a Veracruz, donde
pudo confirmar sus sospechas, y le comunicó lo necesitaba en la ciudad de México.
Días después, Santa Anna se levanta en armas proclamando un sistema republicano
federal como el de EEUU, aboliendo la monarquía. ¡La carnicería entre los
mexicanos se había iniciado! Vicente Guerrero y Nicolás Bravo se sumaban a la
rebelión de Santa Anna. El 19 de Marzo Iturbide abdicaba. Su ideología de un
gobierno central poderoso, en vez de uno republicano que diera mayor autonomía
a los estados, le costaba su Imperio y abandonaba el país. Sin embargo, en
Julio de 1824, por razones inexplicables regresaba. De inmediato fue detenido.
El Congreso de Tamaulipas lo condenaba a muerte. La sentencia se dictó al medio
día del 19 de Julio, para ejecutarse ese mismo día a las 6 de la tarde y, sin
una defensa que era su derecho, ser fusilado en Padilla, Tamaulipas.
Antes que
Iturbide fuera ejecutado, solo nueve días después de su dimisión, se convocaba
al congreso de Guatemala y 72 horas más tarde, acordaba que Centroamérica se
desligara de Mexico, aunque por la premura que se manejaba este solemne acto,
no firmaron los representantes de El Salvador y no asistieron a la junta los de
Honduras, Nicaragua y Costa Rica. En México el congreso, aquel 10 de Octubre de
1824, elegía como primer presidente de la República a Manuel Félix Hernández,
que luego adoptara el nombre de Guadalupe Victoria, aludiendo a la virgen de
Guadalupe, y victoria, aludiendo a la victoria lograda en la guerra de
independencia. En la lucha por la independencia el país había sufrido pérdidas
de su PIB por más de mil millones de pesos. Al llegar Guadalupe Victoria el
poder, el gobierno tuvo que contratar
desventajosos préstamos que encadenaran el país, y así se iniciaba el
calvario de Mexico.
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