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Thursday, July 20, 2017

El vaquero libertario y la historia



REFLEXIONES LIBERTARIAS
El vaquero libertario y profeta XXVII
Ricardo Valenzuela
 
Una vez más me deja realmente impresionado tío-jefe, pero yo le propongo irnos a dormir pues ya pronto se va asomar el alba. De acuerdo, dice don Julián. Solo un último comentario. Me doy cuenta que, cuando dices eres un voraz alumno en busca de conocimiento, te quedas corto mijo. Pero debemos organizar la forma en que te llegue ese conocimiento y no te empaches. Una materia que para mí siempre ha sido de gran importancia, es la historia, porque yo pienso que historia es el gran maestro. Historia es filosofía que se enseña con ejemplos. No hay mejor modo de puntualizar la importancia del estudio de historia, que repasar las palabras de un gran historiador, que invitaba a imaginar nuestras vidas sin ella:

 
“Imaginemos que todo el conocimiento de los pasos graduales de la civilización, del lento proceso de perfeccionar el arte de la vida y las ciencias naturales, fueran simplemente borrados; supongamos que todos los recuerdos de las  luchas y esfuerzos de generaciones pasadas, las acciones de grandes hombres, también desaparecieran; todas las señales de la historia; todo lo que ha distinguido a cada nación, raza, o ciudad en tiempos pasados; toda nación de lo que el hombre ha hecho o puede hacer; sus múltiples fracasos, sus éxitos, sus esperanzas.

Supongamos por un momento que todos los libros, todas las tradiciones, todos los edificios de eras pasadas desaparecieran de la faz de la tierra, y con ellos las instituciones de la sociedad, todas las formas políticas, todos los sistemas de pensamiento, las costumbres diarias, todos las artes; supongamos que la mas  enraizada y sagrada de todas nuestras instituciones desapareciera; supongamos que la familia y casa, propiedad y justicia fueran ideas extrañas que no tuvieran significado; que todas las costumbres que nos rodearon desde nuestro nacimiento hasta la muerte, fueran igualmente borradas; supongamos que una raza de hombres cuyas mentes, por alguna jugada del destino, fueran privadas de cada recuerdo y se les presentara un mundo sin pasado. ¿Podríamos imaginar esa condición de intensa desesperanza, confusión y miseria?”

Responde el vaquero que había permanecido escuchando con la boca abierta. Usted cada día me sorprende más que el anterior jefe. A mí siempre me ha gustado la historia, pero nunca había analizado el tema de esa forma. Usted es mi maestro y usted es el que dice por donde nos vamos y a donde nos vamos. Responde don Julián; bien, entonces mañana vamos a cabalgar un par de días porque quiero que conozcas uno de los ranchos que forman el conjunto del Paredón Bayo, y en esa jornada tendremos mucho tiempo para la primera lección de historia. Junto con los temas que yo te vaya exponiendo, también te voy a proporcionar algunos libros que complementen lo que estaremos estudiando. Perfecto jefe, contesta Vallian y da las buenas noches.

Al día siguiente y rompiendo la costumbre, Vallian se levantaba mucho antes de la salida del sol para dirigirse a la cocina, e iniciar el rito de café con los vaqueros. Se sorprende encontrar a Soledad vestida con todos los arreos de un vaquero texano o sonorense, botas vaqueras de tacón alto y empinado, pantalones vaqueros de mezclilla, camisa blanca de lana, una gruesa chaqueta de piel de borrego con interiores también de lana y, lo más curioso, un sombrero vaquero del tipo usado en esas regiones y que ya el Sr. Stetson estaba popularizando. Buenos días, afirma Vallian, ella responde al saludo. Es cuando el vaquero le dice; te ves realmente hermosa con esa indumentaria tan diferente a la de amazona que has estado usando, pero ¿A qué se debe el cambio? Antes que la muchacha responda, aparece don Julián en la cocina y él es quien responde. Se debe, mijo, a que yo invité a Soledad para que nos acompañe porque en Los Tepehuajes, el rancho que vamos a ver, hay algo que pienso a Soledad le va a gustar mucho. 

Ah que bien, responde Vallian, pero ¿Dónde conseguiste todo ese ajuar de vaquera que te sienta tan bien? Pregunta ahora el vaquero. Soledad sonríe y responde. Bueno, mi tío Julián me invitó a esta jornada desde hace unos días, y luego me dio permiso de buscar entre la ropa de Isabel, con la seguridad ahí encontraría todo lo necesario. Pues la ropa te queda como si la hubieras mandado hacer para ti, revira Vallian. Si, afirma ahora don Julián, mi nieta y Soledad son del mismo cuerpo y de la misma estatura. Como todas las de Zamora, altas, piernudas y nalgonas, Lugo ordena, Perfeta, danos de desayunar que tenemos que salir temprano. Al terminar el desayuno abandonan la casona y en la entrada ya los esperaban cuatro vaqueros bien armados, y tres caballos ensillados para ellos. El cocinero esperaba a la distancia con sus mulas cargadas.

Vallian entonces se dirige al hacendado. Oiga tío-jefe ¿No será peligroso llevar a Soledad en este viaje? Pregunto porque ya ve que el otro día tuvimos que cazar unos apaches. No, responde el hacendado. Desde hace días los vaqueros han campeado por ese rumbo y me informan que los apaches que merodeaban por aquí, ya se alejaron con rumbo a México. Además, con toda la información que me diste, en cuando a las ideas legales de Soledad, pensé podríamos aprovechar el tiempo que vamos a cabalgar para discutirlas. Me parece buena idea, responde Vallian. Pero además, continua don Julián, Soledad ha solicitado unirse al grupo de mis alumnos, encabezado por ti, puesto que ella también tiene interés en lo que pueda haber en la cabeza de este viejo. Perfecto, cierra Vallian. Soledad con una coqueta sonrisa afirma; no quiero quedarme burra entre tanto pariente sabio.  

Minutos después cabalgaban por las bellas lomas cubierto de pastizales ya color oro por la llegada del otoño. Don Julián cabalgaba al centro flanqueado por sus dos sobrinos. Al lado derecho lo cubría Vallian montado en su poderoso moro, mientras que el lado izquierdo lo cubría la bella Soledad montada en una yegua zaina de manos delanteras blancas. Don Julián rompe el silencio para preguntar ¿Qué les parece si damos inicio a la primera lección de historia? Los dos jóvenes asiente y el hacendado inicia. Vamos a empezar con un tema por demás interesante. La historia de los EEUU para entender cómo es que ahora cabalgamos a este ritmo. Las colonias americanas no eran tan libres como se ha creído durante mucho tiempo. En aspectos de producción, que básicamente era agrícola, los dueños de las tierras tenían libertad para producir y vender sus productos. Pero el comerciar con otras colonias u otros países estaba restringido en una variedad de formas. La forma más importante de control del desarrollo de las colonias, era ejercido por Inglaterra. Las colonias eran parte de un Imperio, y tenían la obligación de beneficiar a la madre patria.  

Al inicio era para Inglaterra muy difícil controlar sus colonias, puesto que habían crecido en etapas e independientes unas de otras. El tipo de concesiones reales que se otorgaban eran diferentes para cada colonia e inclusive, en las mismas colonias variaban de terrateniente a terrateniente. Pero la tendencia sobre los años, siempre fue el establecer un control total, especialmente en aspectos económicos, siempre dependiendo de Inglaterra. Esos esfuerzos se habían iniciado desde  1625, y para el inicio del siglo 18, se había establecido ese control económico. No era algo como el control de España sobre lo que ahora es Mexico, ellos habían trasplantado su sistema intacto a través de sus virreyes, con el apoyo de la iglesia y su sagrada inquisición. Pero eran controles y a los colonos les molestaba. 

El tipo de controles económicos que Inglaterra establecía, tenían como objetivo el hacer las colonias totalmente dependientes de la madre patria, especialmente en aspectos económicos, pero también que los resultados generados fueran para el beneficio de Inglaterra. La estrategia era evitar las colonias desarrollaran dependencias unas de otras, o que se iniciara la integración de una economía Americana. Aun cuando las colonias cada día se asemejaban mas unas a otras y establecían fuertes relaciones entre ellas, el sistema impuesto era para atarlas cada día más a Inglaterra. Y ese sistema de control político sobre las colonias, era conocido como mercantilismo. 


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