La más reciente se publicó ayer y fue resultado de interrogar a 37 grupos de análisis pertenecientes a intermediarios financieros y empresas de consultoría de México y el extranjero.
Ese sondeo reflejó el nivel de pesimismo que existe entre los expertos.
Una de las interrogantes de la encuesta se refiere a si el clima de los negocios mejorará, empeorará o seguirá igual en los siguientes seis meses.
El 48 por ciento de los entrevistados consideró que empeorará, el 15 por ciento indicó que mejorará y el 36 por ciento que seguirá igual.
Si construimos un índice restando el porcentaje de los que piensan que el clima de los negocios va a empeorar al de los que dicen que va a mejorar, encontramos que el saldo es de menos 33 puntos (15–48).
Se trata del peor resultado ¡desde abril de 2009! Es decir, estamos con la perspectiva más pesimista que se registra desde hace siete años y cinco meses.
Sólo a modo de contraste, en agosto de 2014, ante la misma pregunta, 91 por ciento de los interrogados contestaron que el clima de los negocios mejoraría; el 9.0 por ciento que quedaría igual y ninguno contestó que las cosas estarían peor.
El saldo era positivo de 91 puntos. Y desde entonces empezó a reducirse el optimismo.
Hasta mayo de este año, sin embargo, se mantenía un balance positivo, es decir, había un porcentaje mayor de quienes consideraban que las cosas mejorarían respecto a los que consideraban que empeorarían.
A partir de junio de este año el signo cambió y empezaron a surgir saldos negativos. La última ocasión que habíamos tenido saldos con signo negativo había sido diciembre de 2011.
Las encuestas entre especialistas tienden a tener más correspondencia con la realidad, que las que se hacen entre productores o consumidores.
Le hemos comentado en diversas ocasiones que las segundas tienden a sobrerreaccionar y son más pesimistas que lo que la realidad refleja cuando las cosas van mal, y a ser más optimistas cuando van bien.
¿Qué implica está visión?
El mismo sondeo que referimos estima que el PIB de México crecerá 2.13 por ciento en promedio en este año. Considerando que en el primer semestre la tasa promedio fue de 2.5 por ciento, puede asumirse que en la segunda mitad de 2016 apenas estaríamos creciendo en 1.76 por ciento en promedio a tasa anual.
En buena medida, el ambiente que se ha gestado con el proceso electoral de Estados Unidos, con el comportamiento del mercado petrolero y con un ambiente político cargado de crítica hacia el gobierno, explica este pesimismo.
Hasta hoy, la realidad no corresponde al estado de ánimo que reflejan las encuestas. Por ejemplo, ayer se dio a conocer que la venta de autos en septiembre subió 18.1 por ciento y hoy seguramente Walmart informará de un avance importante en sus ventas del mes pasado, lo que refleja el dinamismo del consumo.
Pero, si el mal estado del ánimo sigue como reflejan las encuestas, tarde o temprano habrá un cambio –para mal– en las decisiones de los consumidores, que son hoy quienes mantienen la economía a flote.
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