No hay partido político que no incluya a la democracia como uno de sus valores fundamentales. Esa unanimidad, sin embargo, es posible porque no todos se refieren a lo mismo. Según quien hable, se puede hacer referencia a la democracia “representativa” o “parlamentaria”, a la democracia “plebiscitaria” o “asamblearia”, incluso a la democracia “popular” y en casos extremos a la democracia “revolucionaria”. La palabra “democracia” está tan manoseada que se la aplica tanto a un régimen como el de Corea del Norte como al sistema parlamentario británico.