Lo cierto es que el PIB por si solo da pocas luces sobre si un país está realmente bien. Por ejemplo, en el caso del Ecuador, la cantidad de personas que no tienen un empleo formal sigue siendo igual que 10 años atrás. Somos el país dolarizado con mayor inflación, cada vez hay más despidos y más negocios que no logran sobrevivir en medio de esta crisis en la que el Gobierno nos dejó y que no toma las medidas correctas para que podamos salir de ella.
La tasa de crecimiento de 2000-2006 es prácticamente igual que la de 2007-2013 usando el intervalo con la misma cantidad de años desde que estamos dolarizados, es decir, realmente las medidas que ha tomado el Gobierno actual no son mucho mejores que las que se han tomado antes, aunque aparentemente ha realizado una gigantesca cantidad de obras públicas.
En gran parte, el problema radica en que este Gobierno, aunque se empeñe en decir que ha realizado inversiones, solo ha gastado recursos. En este sentido, el gasto público sí que es una variable que se considera dentro del PIB.
El Gobierno se siente muy orgulloso porque en 10 años de gestión ha duplicado el PIB, lo que no dice es cómo generó este incremento.
En condiciones normales este sí que sería un motivo de orgullo y podría significar que el país y las personas están mucho mejor, pero como se ha visto anteriormente, la realidad demuestra que no es así.
El Gobierno no puede solventar su gasto voraz sin dinero, claro está y es aquí donde viene el problema mucho más grave. Debemos recordar que Correa manejó de pésimo modo los mayores ingresos petroleros de la historia ecuatoriana y lo que es peor, este ni siquiera era el ingreso más alto para el Estado ecuatoriano.
Impuestos en Ecuador
Los impuestos fueron el mayor ingreso. Durante este Gobierno se han creado tantos impuestos que ahora estamos pagando alrededor de 30. Los ecuatorianos de a pie tenemos en nuestros bolsillos mucho menos dinero para invertir en proyectos más productivos y que hubieran satisfecho mejor las necesidades de los individuos, de hecho esto explica cómo a medida que aumentó el gasto público, la inversión privada iba disminuyendo. La empresa privada se fue expulsando poco a poco.Todo esto partió de una frase que se dijo en el inicio de la gestión: “redistribución de la riqueza”, frase que aman muchos socialistas pero que al final del día no es más que “redistribución de la pobreza”. Aunque escogiéramos a la persona más rica del Ecuador y le arrebatáramos toda su fortuna, no nos tocaría ni US$ 5 a cada uno (con lo que no solucionamos nada) y sin embargo destruiríamos una industria y muchas otras personas sacarían sus capitales del país por miedo a sufrir el mismo destino fatal, con lo cual casi automáticamente nos empobreceríamos y nos quedaríamos sin empleo – y no tan lejana es la realidad del Ecuador hoy en día.
El único mecanismo comprobado para eliminar la pobreza es la creación de riqueza, y esto se logra estableciendo las condiciones para que nuestro país sea atractivo a la iniciativa privada y permitiendo que comerciemos más para que cada vez tengamos más productos, más servicios y más oportunidades para todos.
En definitiva, si queremos salir del hoyo en el que estamos metidos, necesitaremos un cambio de visión y de políticas públicas.