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Sunday, December 4, 2016

¿Otra ronda de abundancia?



“HAY QUE PREPARARNOS PARA SUMARNOS AL BATALLÓN DE ESTOS NUEVOS IDIOTAS LATINOAMERICANOS QUE, COMO CHÁVEZ, UNA VEZ MAS NOS ANUNCIAN EL PROBLEMA EN PUERTA: QUÉ HACER PARA ADMINISTRAR LA ABUNDANCIA QUE PROMETEN... ”PERO LA DE LOS PAÍSES VIRTUALES”.”


RICARDO VALENZUELA
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¿Recuerdan los nebulosos días de la sustitución de importaciones? ¿Cuando exportar era divino e importar pecado? ¿Cuando se idolatraba a Raúl Prebisch y su CEPAL? ¿Los de da teoría de la dependencia? ¿El control policiaco de la inversión extranjera? Tal vez muchos no lo recuerden, puesto que no habían nacido. Pero los que peinan canas, definitivamente tienen referencia y el gran recuerdo.
 

Pues a los dos bandos les digo, prepárense para revivir ese doloroso capítulo de nuestra historia puesto que, como ha evolucionado nuestra democracia hacia la plebecracia, existe casi 70% de posibilidades del regreso al Nacionalismo Revolucionario, versión siglo XXI. Y mientras se alistan, recuerden también la forma en que el proceso desembocó luego de las afirmaciones: “Las Finanzas se manejan desde Los Pinos,” o la mejor, “Prepárense para manejar la abundancia.”

Mientras los países concientes y lógicos del mundo inician programas económicos mezclados con Nanotecnologia, Quantum Physics, esquemas financieros que parecen emanados de la mente de Julio Verne para transformar el paradigma económico mundial. Cuando ellos abordan la nave supersónica del futuro, México se alista para pegar la yunta de mulas viejas al arado de madera puesto que, los tractores desplazan mano de obra y se nos enoja la CNC.

Mientras que tanto El Peje como Madrazo prometen bajar el precio de los energéticos como Jesucristo multiplicaba los peces y los panes. Cuando los profesores marxistas de todas las universidades públicas, en orgasmo colectivo anuncian la debacle de los EU, veamos que es lo que en realidad sucede en el cuadrilátero mundial.

La economía que rige al mundo, la de los EU, crece en grande y lo hace de forma inteligente. El número de americanos trabajando llega a nivel record, los salarios crecen como nunca, las inversiones de capital son robustas, el Dow Jones sale de su modorra, y los ingresos del gobierno vía impuestos, a pesar de los recortes, crecen saludablemente. Sin embargo, los gorrones de la fiesta se proponen arruinarla y una vez más, acuden al viejo coco de los incontrolables déficits de la balanza comercial señalando esa prosperidad es artificial.

Hace unos días, el departamento de Comercio reportó un déficit fiscal de 800 billones de dólares durante el 2005. Después lanza su segundo misil reportando un déficit de la balanza comercial, en ese mismo desempeño, que ha llegado a 725 billones de dólares por lo cual, los proteccionistas de inmediato entraron en sus ya conocidos laberintos de la histeria.

Durante los últimos 30 años los proteccionistas, utilizando el petate del muerto versión primer mundista, han anunciado el Apocalipsis que aguarda al país ante su grave enfermedad. Pero, por desgracia, muy pocos entienden el que este fenómeno representa todo lo contrario. Desde la era de Reagan, el déficit comercial ha crecido al mismo ritmo que la economía y, por el contrario, ha disminuido cuando la economía se cansa. El Cato Institute ha demostrado claramente el que, hay una gran relación entre el crecimiento del déficit comercial y la disminución del desempleo.

Este novedoso fenómeno global ha sido la moderna fórmula utilizada para impulsar la prosperidad de los EU. Los trabajadores americanos tienen a su disposición los muy bien pagados empleos que producen la tecnología y los servicios. Y por otra parte, se ven beneficiados de los productos baratos procedentes de China, la India etc. lo que, eleva de forma dramática sus estándares de vida. Dos conocidos profesores de la facultad Kennedy en la universidad Harvard, afirman tales déficits son solo ilusiones estadísticas. Luego demuestran cómo la posición financiera de los EU en el 2004, arroja un resultado positivo en 30 billones y continúa hacia esa alza.

Y es que el rendimiento que ofrecen los pasivos mundiales de los EU es mucho menor del que obtienen sus activos lo que, les permite establecer un creativo arbitraje global. Los extranjeros aceptan rendimientos bajos en bonos del tesoro y otras inversiones, porque compran estabilidad, liquidez y refugio seguro contra terremotos económicos y políticos. Los bancos centrales del mundo, principales actores del proceso, mantienen cientos de billones de dólares como reservas, lo que equivale a préstamos con cero por ciento de intereses para los estadounidenses.

Por otra parte, los activos norteamericanos en el extranjero producen rendimientos muy superiores a los normales debido a factores no contabilizados como el know how, y el valor universalmente reconocido de sus marcas como Disney, Microsoft, Burger Kingetc. Considerando esta creativa fórmula, los autores concluyen el que los EU, en realidad, es un acreedor neto mundial. Pero aun más sorprendente, demuestran cómo hasta China, sin estar conciente, se convierte en deudor neto de los EU.

¿Qué es más productivo? ¿La reservas del Banco de México, o las plantas de Ford, Motorota, Wal Mart, las marcas de Pepsi o Coca Cola?

No hace muchos años, los países iban a la guerra para adquirir territorios y control político. Pero hoy día, con armas aun mas sofisticadas, luchan por controlar la producción de la riqueza mundial habiendo modificado por completo el concepto de valor. Han viajado de cuando los bienes tangibles eran los receptores de ese valor, hacia los intangibles como actividades y procesos: el conocimiento y las ideas como los nuevos creadores de valor y de la formación de capital.

Este nuevo paradigma está creando un nuevo grupo de estados virtuales. En casa ellos mantienen nuevas estrategias políticas, sofisticados servicios de alto nivel, investigación y desarrollo, diseño de productos, sus esquemas financieros y comercialización. Los recipientes de sus experiencias y su capital, son ahora sus fabricantes y todos ellos, se coordinan con la belleza de una sinfónica para luego escalar una nueva etapa, como sucedió con Japón y Alemania después de la guerra.

Pero esto es lo que sucede en donde priva la inteligencia y el sentido común puesto que, mientras Chávez y su manada de trogloditas gritan y anuncian la destrucción de los EU, sin poderlo percibir, como inocentes corderos, penetran los laberintos que pronto los deban transportar hacia un mundo muy conocido en el que, le den vida de nuevo a la teoría de la dependencia para ahora sí, convertirse en la región de las venas abiertas.

Pero insisto. Hay que prepararnos para sumarnos al batallón de estos nuevos idiotas latinoamericanos que, como Chávez en Venezuela, con sus actitudes mesiánicas una vez mas nos anuncian el problema en puerta: qué hacer para administrar la abundancia que prometen… ”pero la de los países virtuales.”

¿Otra ronda de abundancia?



“HAY QUE PREPARARNOS PARA SUMARNOS AL BATALLÓN DE ESTOS NUEVOS IDIOTAS LATINOAMERICANOS QUE, COMO CHÁVEZ, UNA VEZ MAS NOS ANUNCIAN EL PROBLEMA EN PUERTA: QUÉ HACER PARA ADMINISTRAR LA ABUNDANCIA QUE PROMETEN... ”PERO LA DE LOS PAÍSES VIRTUALES”.”


RICARDO VALENZUELA
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¿Recuerdan los nebulosos días de la sustitución de importaciones? ¿Cuando exportar era divino e importar pecado? ¿Cuando se idolatraba a Raúl Prebisch y su CEPAL? ¿Los de da teoría de la dependencia? ¿El control policiaco de la inversión extranjera? Tal vez muchos no lo recuerden, puesto que no habían nacido. Pero los que peinan canas, definitivamente tienen referencia y el gran recuerdo.

Tuesday, September 20, 2016

El libre comercio produce abundancia, el proteccionismo produce escasez



En un ataque dirigido contra el comercio con China, Donald Trump ha afirmado que Estados Unidos ha perdido trabajos bien pagados en manufacturas frente a China porque China promociona sus exportaciones mediante subvenciones, ventajas fiscales y manipulaciones de la moneda. La realidad es que no deberíamos preocuparnos por lo que hace China. Cuanto más subvencione China sus industrias, más ganaremos en abundancia de bienes y servicios baratos y, en contra de lo que cree Trump, en creación de empleos bien pagados.



Queremos abundancia y alta productividad

En una economía de intercambio, hay un antagonismo natural de todo tipo entre productores y consumidores. Los productores se benefician de la escasez de los bienes que venden, mientras que los consumidores quieren abundancia de esos bienes u otros parecidos. (Los productores, por supuesto, también se benefician de la abundancia de bienes intermedios usados para fabricar sus productos).
Un productor quiere ser la única tienda en una manzana, vendiendo un número limitado de productos durante un periodo limitado el tiempo. Los consumidores, por el contrario, quieren abundancia, con más productores y productos disponibles a lo largo de un periodo más largo de tiempo. Este conflicto se produce naturalmente en una economía de intercambio. Robinson Crusoe cazando para sí mismo claramente preferirá la abundancia la escasez.
Por suerte, la competencia promueve la abundancia al tiempo que permite la igualdad de rentas y riqueza.
En un entorno no competitivo, pueden acumularse los trabajos bien pagados en sectores protegidos, pero esto depende de la capacidad de los sindicatos de controlar la oferta laboral. La presión de la mano de obra no sindicalizada es una amenaza constante para estos trabajos bien pagados creados por la acción del gobierno que crea una escasez artificial. Pero ni siquiera en ese caso hay garantías de que se generarán trabajos mejor pagados en lugar de mayores beneficios para estos sectores protegidos.
En un entorno competitivo en el que la abundancia es la norma, un mayor salario debe derivar de una mayor productividad. Nuestros niveles de vida son más altos de los de aquellos que viven en África, no porque seamos más inteligentes o trabajemos más duro por el momento, sino porque nuestro trabajo está inserto en una base de capital mucho mayor. Robinson Crusoe atrapará más peces con una red que con sus manos y cuantas más redes tenga, más peces atrapará. Su productividad aumenta constantemente con más recursos su disposición.
Así que para conseguir salarios altos, un trabajador debe producir bienes o servicios valiosos. Nadie pagará a un trabajador más del valor que produzca.[1] Por ejemplo, supongamos que podemos fabricar un artilugio de cinco piezas que podría venderse por un precio subjetivamente alto de 100$ por unidad en el sector altamente competitivo de los artilugios. Para fabricar este artilugio, contratamos a 100 trabajadores que trabajan independientemente en el mismo y necesitan 10 horas para completar un artilugio. Dejando aparte otros costes y beneficios no laborales, ¿cuánto pagaríamos a cada trabajador? 10$ la hora. Supongamos ahora que nos especializamos y que cada empleado trabaja solo uno de los cinco componentes del artilugio. Las ganancias de la división del trabajo nos permiten fabricar un artilugio en la mitad de tiempo, es decir, en cinco horas. ¿Cuánto podríamos pagar ahora a cada uno? Hasta 20$ la hora. Supongamos ahora que añadimos una máquina que permite a cada trabajador completar un artilugio en una hora. ¿Cuánto pueden esperar ahora los trabajadores? Ahora un trabajador podría ganar hasta 100$ la hora. Así vemos que los salarios altos provienen de la división del trabajo y de la abundancia de capital. Cuanto mayor sea la cantidad de capital, mayor será la productividad del valor y, en un entorno competitivo, mayores serán los salarios.
Por supuesto, la competencia acabará reduciendo el precio de los artilugios, reflejando una creciente abundancia, y los salarios nominales de este trabajo no cualificado. Aun así, si la deflación fuera la norma, los salarios reales o el nivel de vida del trabajador medio estarían aumentando constantemente: todos los hombres se beneficiarían del aumento de los salarios reales resultante de una mayor abundancia o precios más bajos.
Supongamos ahora que China subvenciona sus exportaciones hasta el punto de que podamos comprarlas esencialmente gratis. Esto significaría que ya no tendríamos que usar recursos escasos para producir estos productos en casa y que podríamos desviar parte del capital de estos sectores (acero, textiles, etc.) para usarlo en otros. Con más capital, estos otros sectores, en igualdad de condiciones, tendrían empleos mejor pagados que antes de que empezáramos a comerciar con China.

Utilizando al gobierno para crear la escasez artificial

Una política comercial proteccionista se estructura sobre la creación de escasez. Las restricciones comerciales no aumentan la cantidad de capital, sino que obligan a desviarlo. Como el país proteccionista tendría que dedicarse a una menor especialización, el capital estaría más ampliamente disperso y por tanto los salarios serían menores de los que habrían sido en otro caso.
Además, proteger a la industria estadounidense frente a la competencia “injusta” es mucho más difícil y complejo de lo que parecen pensar Donald Trump y otros proteccionistas. Por ejemplo, ¿cómo respondería un proteccionista a las quejas de las tres grandes empresas automovilísticas de que Audi, Land Rover, BMW, Hyundai y Toyota tienen una ventaja competitiva injusta nacional e internacionalmente por usar el acero chino de bajo coste? ¿Impondría entonces un proteccionista restricciones sobre todo las importaciones que usen componentes chinos como entradas? Está claro que esto pronto degeneraría en guerras comerciales en las que todos pierden. La globalización o competencia internacional ha llevado a márgenes muy estrechos y una política anticomercial pondría a la industria estadounidense en desventaja competitiva tanto nacional como internacionalmente.
Si la “justicia” en el comercio es una preocupación, pueden darse muchos pasos sin privar de bienes y servicios extranjeros a productores y consumidores estadounidenses. Un buen lugar para empezar sería cerrar el banco de exportación-importación que beneficia injustamente a los exportadores de EEUU.
Otro lugar bueno para empezar sería devolver a Estados Unidos una moneda fuerte.
En lo que se refiere al comercio, la mejor política de Estados Unidos o de cualquier país es la eliminación de todas las barreras a la importación. Esto puede hacerse unilateralmente. Siempre debería preferirse la abundancia a la escasez.

El libre comercio produce abundancia, el proteccionismo produce escasez



En un ataque dirigido contra el comercio con China, Donald Trump ha afirmado que Estados Unidos ha perdido trabajos bien pagados en manufacturas frente a China porque China promociona sus exportaciones mediante subvenciones, ventajas fiscales y manipulaciones de la moneda. La realidad es que no deberíamos preocuparnos por lo que hace China. Cuanto más subvencione China sus industrias, más ganaremos en abundancia de bienes y servicios baratos y, en contra de lo que cree Trump, en creación de empleos bien pagados.