Los Santos y su militancia castrocomunista
Por Ricardo Puentes Melo
Julio 01 de 2013
Sabemos que el M-19 es creado por miembros de las FARC y financiado por los carteles de la droga en Colombia. Sabemos que Enrique Santos Calderón fue de los fundadores del M-19 y su principal propagandista desde las páginas del diario El Tiempo. Pero pocos saben de la militancia castrocomunista del actual presidente Juan Manuel Santos, moteado por la inteligencia cubana con con el alias de “Santiago”.
Pero, empecemos por el hijo mayor de Enrique Santos Castillo: Enrique Santos Calderón.
Enrique Santos Calderón, ‘el guerrillero del Chicó’. Se graduó como filósofo en la Universidad de los Andes, y se especializó en Ciencias Políticas en Alemania (que es donde conoce a quien sería su primera esposa, María Teresa Rubino, y en cuyo matrimonio abundaba más la marihuana que el pastel). Gracias a que su familia era propietaria de El Tiempo, Enrique pudo entrar como uno de los principales columnistas con apenas 19 años de edad. Desde esas épocas lo acompañaron Daniel Samper y Luis Carlos Galán, unidos todos por su incondicionalidad hacia el comunismo.
Diez años después, Enrique Santos Calderón participa en la creación de la banda terrorista del M-19, junto a Bateman Cayón. Enrique
utilizó el diario de los Santos para hacerle la respectiva publicidad de expectativa y, como parte de la estrategia mediática (en febrero de 1974), pocos días después de la aparición del M19 robándose la espada de Bolívar (en enero de 1974), funda la revista Alternativa, con el fin de apuntalar el proyecto delincuencial. En la fundación de la revista estuvieron también Jaime Bateman Cayón, Gabriel García Márquez, Antonio Caballero, Orlando Fals Borda, Jorge Restrepo, José Vicente Kataraín, e hicieron parte también Carlos Duplat (hoy director de TV en Canal Capital), Carlos Vidales (el hijo del poeta Luis Vidales), escapado desde Chile luego del golpe militar, Carlos Sánchez era redactor y fotógrafo, Nelson Osorio era redactor, y ya la mayoría –por no decir que todos- eran miembros del M-19. Es decir, la revista Alternativa era creación de los terroristas.
Una creación que, no obstante sus enunciados de igualdad y en defensa del “proletariado”, no tuvo empacho en estafar, la revista misma, a sus empleados. La revista Alternativa, con Gabriel García Márquez a la cabeza, sufrió una demanda laboral que incluyó también a Carlos Duplat y el resto de la banda. Daniel Samper salió a defender a su hermano y a Gabriel García Márquez de la demanda laboral, y señaló como “criminales” a los periodistas y caricaturistas de El Tiempo que criticaron a Enrique y a Gabo.
Sabiendo el Partido Comunista que necesita ganar adeptos en las ciudades, decide lanzar una nueva alternativa para atraerlos ampliando sus operaciones en las ciudades crear un nuevo ejército de bandidos que de día sean “intelectuales” y en la oscuridad del anonimato sean conspiradores, asesinos y secuestradores que sean soporte para la “lucha comunista”. Así que el Partido designa a Jaime Batema Cayón para realizar esa tarea. Bateman estaba en la Unión Soviética enviado por Manuel Marulanda y Jacobo Arenas, pero regresa de inmediato con la tarea de fundar ese M-19. Antes de pisar suelo colombiano pasa por Praga donde está Manuel Cepeda con su esposa y sus hijos Iván y María, redondea otras órdenes que le transmite Manuel Cepeda, y finalmente llega a Colombia con todo listo para parir el monstruo.
El verdadero ideólogo del M-19 fue Jacobo Arenas. Es él quien guía a Bateman en lo que deben ser los estatutos de la naciente banda terrorista. Bateman recluta a militantes y milicianos de las FARC y de la JUCO; los primeros son Luis Otero Cifuentes, Afranio Parra, los hermanos Rubén y Jorge Carvajalino (quienes luego asesinarían a Guillermo Cano, pagados por Escobar), Everth Bustamante, Eddy Armando (actor de TV), Nelson Osorio, Humberto y Helvencio Ruiz, Augusto Barreto, Carlos Toledo Plata, Alvaro Fayad e Iván Marino Ospina (‘compas’ de Bateman en las FARC), Israel Santamaría, Andrés Almarales. Iván Jaramillo.
Por supuesto, también llegan de las FARC Carlos Pizarro Leongómez y Antonio Navarro Wolf. Aparecen Gustavo Arias Londoño (Boris), y Otty Patiño.
Otty Patiño había secuestrado un avión en 1970 para llevarlo hacia Cuba con el propósito de conseguir apoyo de Castro para el movimiento indígena de Planas, Meta. Estando refugiado en Cuba, Fidel Castro lo envía a hablar con su ficha en Colombia, Enrique Santos Calderón, quien lo vincula al naciente M-19 contactándolo con Bateman Cayón. Eso sucede el 11 de septiembre de 1973.
En octubre de 1973, se congrega la 2ª Reunión de Comuneros, que se convertiría en la Conferencia comunista donde se lanza el M-19. Antes, venían lanzando un folletín, El Comunero”, cuyo tercer número tenía un artículo que Bateman le encargó escribir a Enrique Santos Calderón -para firmarlo después con un seudónimo- haciendo defensa férrea sobre la necesidad de una guerrilla urbana en Colombia.
Ese proyecto criminal fue el que asesinó a sindicalistas como José Raquel Mercado, y a Gloria Lara de Echeverri. A ella la asesinó el M-19 utilizando como capucha un grupo inexistente (ORP) ya que no les convenía mediáticamente reconocer la autoría del secuestro por estar en diálogos de paz con Belisario Betancur. Al padre de Gloria Lara, el ganadero Oliverio Lara, lo había asesinado las FARC; y ahora Tirofijo ordenaba a su aborto, el M-19, que matara a su hija Gloria.
Los asesinos fueron capturados después, pero Enrique Santos Calderón, junto a Luis Carlos Galán y Daniel Samper, los ayudaron a escapar y refugiarse en países extranjeros.
Como lo aseguró Jacobo Arenas en una entrevista concecida a Carlos Arango, respecto a la procreación maldita del M-19 por parte de las FARC: “…Si, se puede decir que sí. Yo no sé si los compañeros del M-19 cuando se hacen estos planteamientos resulten afectados o no les guste. Pero no se pueden sentir afectados porque ellos saben cómo es. En realidad el M-19 surgió de una organización urbana de las FARC. Nosotros pusimos los hombres, pusimos la plata y pusimos pensamiento…”.
Claro, y también el narcotráfico puso el dinero. Gracias a esos dineros hubo becas para personas como Gustavo Petro (en la Externado), y Antonio Navarro Wolf.
Enrique Santos Calderón, el periodista al servicio de la narcoguerrilla. Valga decir que el padre de Enrique y Juan Manuel Santos era un hombre de derecha a quien siempre atormentó la turbia inclinación de esos dos retoños.
Sería ridículo desconocer las dotes de escritor de Enrique Santos Calderón. Pero también sería tonto decir que esas dotes, por sí solas, le hubieran bastado para su vertiginosa carrera como periodista. Su apellido ayudó bastante.
Ya dijimos que su militancia guerrillera, como cerebro y como propagandista, la desarrolló desde las columnas de El Tiempo. Años después se convertiría en Director de ese diario, y desde allí se hizo nombrar como Presidente de la Sociedad Interamericana de prensa, la SIP; una entidad que no sirve para nada excepto como sociedad del mutuo elogio con los gobernantes que coartan la libertad de prensa pero que, al mismo tiempo, ayudan generosamente a la SIP.
Enrique Santos Calderón, junto a su hermano Juan Manuel (actual presidente de Colombia), eran expertos en extorsionar a los gobiernos de turno pidiéndoles multimillonarias sumas en publicidad a cambio de no exponerlos a escándalos.
En la época del narcopresidente Ernesto Samper, Enrique santos criticaba tímida pero reiterativamente la recepción de dineros del Cartel de Cali en la campaña Samper, pero en las noches cenaba y se iba de parranda con Ernesto Samper y con Daniel Samper, su amigo y socio en El Tiempo. Los tres, en medio de tragos, marihuana y otras drogas psicodélicas, bromeaban y reían por la columna reciente de Enrique y por el engaño a la opinión pública. Entre porro y porro, Ernesto Samper le reclamaba a Enrique Santos sus ataques, a lo cual Enrique le contestaba que esas columnas le estaban haciendo ganar muchísimos lectores.
Cosa muy diferente hizo Enrique Santos con Alfonso Gómez Méndez, el narcofiscal de Samper. A Gómez Méndez lo apoyó de principio a fin, tanto que no dudó en enfrentar permanentemente a su primo Francisco Santos Calderón porque éste último criticaba con dureza al corrupto fiscal Gómez Méndez.
¿Por qué Enrique Santos ‘atacaba’ a Samper pero apoyaba a Gómez Méndez? Sencillo. Porque Gómez Méndez, también amigo suyo de
farras y golf, aparentemente lo chantajeaba con abrirle proceso contra su narcoadicto hermano, Felipe Santos Calderón, quien se había alojado en el Hotel Intercontinental de Cali por obra y gracia de los hermanos Rodríguez Orejuela, en 1994, en plena campaña presidencial. Gómez Méndez también tenía su protección contra la pluma de Enrique Santos sacándole en cara las acusaciones contra su otro hermano, Felipe Santos Calderón, por el delito de lavado de dólares utilizando como fachada la realización de conciertos musicales en varias ciudades de Colombia.
Felipe también negoció el famoso “Castillo Marroquín” con los narcotraficantes Zapata, y nadie le preguntó nada.
Gracias a estas cosas, Gómez Méndez se blindó contra su amigo Enrique Santos. ¿No han pensado ustedes por qué todos los que aparecieron en la lista de hospedados por los Rodríguez Orejuela en el Intercontinental fueron procesados.. menos Felipe Santos?
¿Sería por eso que Enrique Santos le cobró a su hermano Felipe la arrodillada ante Gómez Méndez, quitándole su esposa Gina Benedetti Naar, después de cansarse de María Teresa Rubino..?
Así, el periodista Enrique Santos ganó muchos premios en su prolífica carrera como periodista:
Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar: 1983: Categoría Trabajo de opinión y Análisis, por su columna “Contraescape”. 1988: Categoría Vida y Obra de un Periodista, compartido con Daniel Samper Pizano, su socio
Premio Internacional de Periodismo Rey de España. 1985: Por sus crónicas sobre el sandinismo en Nicaragua.
Premio Nacional de Periodismo del CPB: 2007: Categoría Vida y Obra de un Periodista, en reconocimiento a su labor como columnista y co-director de El Tiempo
Premios ganados, no lo duden, gracias a los buenos oficios de sus amigos narcoterroristas. No es gratuito que Tirofijo haya dicho esa frase misteriosa en épocas del Caguán, advirtiendo a El Tiempo, Semana y otros para que no se opusieran al proceso de paz:
“Los directores de los medios de comunicación de Colombia tienen deudas que van a ser cobradas”
Y claro que se cobraron esas deudas. El Tiempo y Semana respaldaron, tal y como lo hacen ahora, el proceso de negociaciones e impunidad para las FARC.
Juan Manuel Santos, alias “Santiago”. Muchos dicen que Juan Manuel Santos era un hombre de derecha a quien su hermano Enrique Santos “desvió” del camino.
No es cierto. La verdad es que Juan Manuel Santos, desde sus años mozos de universitario, ya admiraba al Ché Guevara y a Fidel Castro. Esa fue la razón porque la que su padre, Enrique Santos Castillo, un seguidor de la vida de Franco, lo recriminara frecuentemente. No por nada, sus clases de comunismo avanzado en el Colegio San Carlos, cuyo rector es hoy el padre Francis, lo prepararon para ser el encargado de llevar a Colombia al desierto del comunismo de Castro.
Según nuestra fuente de inteligencia cubanoamericana, el camarada Juan Manuel Santos, luego de ser ministro de César Gaviria, y de haber contactado a Fidel Castro, realiza varios viajes –entre 1995 y 1997- a la isla. Dos de esos viajes, al menos, fueron realizados encubiertamente volando desde Panamá en Cubana de Aviación. Siempre se reunió en la isla con Fidel y Raúl Castro, así como con un prominente miembro del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, órgano encargado de toda la logística de ‘Avance comunista’ para Latinoamérica, el Caribe y Estados Unidos-Canada.
Según informes de inteligencia de cubano-norteamericanos, en dichas reuniones Juan Manuel Santos es reclutado por este mencionado Departamento América, con su firma y aceptación. Asegura la inteligencia contrarrevolucionaria que ese documento existe y reposa en el Archivo de la oficina secreta de este órgano comunista.
Es así como el camarada Juan Manuel Santos empieza a cooperar activamente con los castrocomunistas y, por órdenes de Fidel Castro, coacciona para originar las zona de despeje de El Caguán.
En 1997, luego de una estadía de “vacaciones” en Cuba, se reúne en secreto con Raúl Reyes y Olga Marín. Se emborrachan, juegan algo de póker, y de ahí sale la carta que envía a la Comisión Nacional de Conciliación con la propuesta del despeje para las FARC. Tiene fecha de Octubre 22 de 1997 (Ver carta aquí: Carta de Juan Manuel Santos a la Comisión Nacional de Conciliación)
Es decir, casi un año antes de las primeras reuniones oficiales entre delegados de Pastrana con Tirofijo, Santos, por orden de Fidel Castro, propone:
“Ordenar el despeje de un área previamente acordada del territorio nacional en conflicto, o lo que es igual, a efectuar el retiro de la fuerza pública del espacio geográfico predeterminado. Esta área se convertirá en zona de distensión y diálogo a fin de facilitar, con plenas garantías y total seguridad, el encuentro de representantes del Gobierno, del Congreso, de la sociedad civil y de la Comisión de Conciliación Nacional con los insurgentes.”
Una vez Pastrana llega a la presidencia, el camarada Juan Manuel Santos ‘acepta’ formar parte de la comisión de acompañamiento y verificación de la zona de distensión. Una jugada maestra del castromunismo.
Entonces, Juan Manuel Santos, cooperando activamente con la inteligencia cubana –el G2-, presiona el despeje del Caguán, aplaude las conversaciones con las FARC y lleva a Pastrana hacia el matadero político, con el subsecuente fortalecimiento de la narcoguerrilla, sus rutas y actividad de narcotráfico y, obviamente, con el apresuramiento del camino hacia ese ‘nuevo país’ de la tercera vía, controlado desde Cuba.
Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe. El camarada Santos logra entrar al círculo de Álvaro Uribe cazando una pelea ficticia con
Hugo Chávez Frías, a la postre presidente de Venezuela. Su oposición –falsa, por supuesto- a la guerrilla, engañó hasta al mismísimo Daniel Coronell, quien le dedicó varias columnas criticando su dureza frente a las guerrillas; igual sucedió con Ramiro Bejarano y otros periodistas al servicio del comunismo.
Es evidente que esta prensa mamerta desconocía el lazo directo de Juan Manuel Santos con Fidel Castro y Hugo Chávez. El tahúr los ‘cañó´ a todos (Ver: http://www.periodismosinfronteras.org/santos-la-hiena.html).
‘Cañó’ incluso a Álvaro Uribe Vélez. La manera de llegar fue urdida con maestría y cuidado. El gancho fue Germán Cardona Gutiérrez.
Germán Cardona Gutiérrez es un caldense del Partido Liberal, que fue gobernador de Caldas y alcalde de Manizales. Siendo empresario de la industria de la construcción, y gerente de la Licorera de Caldas, obtuvo el apoyo de Fortunato Gaviria y César Gómez Estrada para alcanzar la gobernación. Y para ser elegido alcalde obtuvo la aprobación de los liberales Víctor Renán Barco y Luis Guillermo Giraldo, y el conservador Omar Yepes Alzate. Coalición a la que Cardona traicionó estando ya en su primera alcaldía.
Tal vez esa facultad para traicionar fue lo que le llamó la atención a Juan Manuel Santos, quien lo llama para formar parte de su Fundación Buen Gobierno (que usaría para los comunicados pro FARC) y, desde entonces, son prácticamente inseparables.
Después de su segundo periodo en la Alcaldía de Manizales, en 2003 algunos paisanos suyos que formaban parte del gobierno le proponen a Álvaro Uribe nombrarlo como Zar anticorrupción, cosa que Uribe acepta sin pensarlos dos veces.
Estando ya Germán Cardona Gutiérrez posesionado como zar anticorrupción, Juan Manuel Santos le encarga que lo acerque al uribismo. Y entonces, Cardona habla con José Obdulio Gaviria acerca de la necesidad de una persona con ascendencia sobre los liberales para que sea capaz de captar miembros de ese partido que desearan hacer la alianza con el Partido Conservador para llevar al presidente Uribe a su segundo periodo presidencial.
José Obdulio Gaviria cree que Juan Manuel Santos puede ser ese hombre afín dentro del Partido Liberal, y lo recomienda al presidente Uribe ignorando el plan que se estaba ya desarrollando. Germán Cardona, una vez hecha la tarea, renuncia a los pocos meses de posesionado como zar anticorrupción y vuelve a las filas santistas. Hoy Cárdenas está nombrado por Santos como embajador ante el Vaticano con la misión de lograr la bendición del Papa Francisco para los diálogos con las FARC.
Santos se vuelve uribista de la noche a la mañana y, junto a Carlos Holguín logran darle forma al Partido de la U, que gana las elecciones para el segundo periodo de Álvaro Uribe.
En reconocimiento generoso, Uribe nombra a Carlos Holguín Sardi como Ministro del Interior y de Justicia, y a Juan Manuel Santos Calderón como ministro de Defensa.
La penetración de Santos, como caballo de Troya del castrochavismo en Colombia, fue posible, y así lo asegura la inteligencia de Castro, gracias a que Álvaro Uribe Vélez es extremadamente vulnerable y fácil de engañar por quienes se dicen sus amigos.
No por nada es Juan Manuel Santos quien convence al presidente Uribe de nombrar al narcopolicía Oscar Naranjo como director de la Policía Nacional.
Actividades actuales de Juan Manuel Santos y Cuba. Una vez electo presidente de Colombia, Juan Manuel Santos sigue los lineamientos de Fidel Castro y el Foro de Sao Paulo estableciendo un sistema de “correo” que sólo incluye a su hermano Enrique Santos Calderón, y a una mujer que se dice uribista. Como no tenemos plena certeza de su papel, nos reservamos su nombre por ahora. El asunto es que no se utiliza otra vía de comunicación que no sea de “persona a persona”.
El personal diplomático cubano en Bogotá es el encargado de transmitir los mensajes a Juan Manuel Santos cuando es necesario.
Aunque Panamá es la sede de estos encuentros de carácter “oficial”, es claro que existe una red de apoyo dentro de Colombia.
Por ello es que el asesinato físico y político de Álvaro Uribe es vital para los Castro. Igual que el asesinato de Fernando Londoño Hoyos, colosal opositor a los diálogos de paz con impunidad entre el gobierno y las FARC. La muerte de Uribe y Londoño está pactada entre los Castro y Santos. Por eso es que entre Santos y Naranjo han desviado las investigaciones sobre el atentado al exministro y periodista Fernando Londoño Hoyos.
En un artículo anterior denunciamos esto (Ver: http://www.periodismosinfronteras.org/hay-un-complot-para-asesinar-a-alvaro-uribe-velez.html). En este artículo decimos que hay en Colombia extranjeros que tienen la misión de asesinar a Alvaro Uribe Velez; que tienen documentación colombiana provista por el gobierno de Santos. Sabemos que algunas personas proceden de Venezuela, otras de Cuba y otras de un país centroamericano.
El voto electrónico dentro del plan de Castro y Chávez para ganar la reelección de Santos o la elección de Vargas Lleras. Según la inteligencia cubanoamericana, existe una posibilidad real de conectar a La Habana con Caracas, Uruguay y Colombia, con el Cable Coaxial, proyecto en el que las locomotoras de Santos y Castro trabajan a todo vapor. El objetivo es garantizar fraudulentamente el triunfo de la re-elección de Juan Manuel Santos o la victoria de Vargas Lleras, mediante el mismo sistema de máquinas para el voto electrónico utilizadas en Venezuela.
Así que, estimados amigos, el asunto no es de poca monta. Aunque nos señalen de conspiracionistas, lo cierto que es que no nos equivocamos cuando decidimos desenmascarar a Santos y, posteriormente, sus diálogos secretos con el ELN y las FARC.
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