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Thursday, August 4, 2016

La deuda irresponsable

Por: Javier Aguilar
gdpbonds
La noticia sobre la deuda pública española no nos coge por sorpresa, sino que confirma lo que muchos hemos estado advirtiendo: no se han hecho los ajustes necesarios.
El gasto público en España apenas se ha reducido un 4% durante la última legislatura, después de haber aumentado casi un 10% desde 2007 a 2012. Y lo que es peor, se han seguido manteniendo estructuras políticas y gasto superfluo como duplicidades administrativas, diputaciones, subvenciones y esos llamados “observatorios” que ciertamente se dedican a poco más que a observar.
Por otra parte, la tímida reforma laboral, si bien ha tenido efectos positivos, no ha permitido crecer al ritmo que muy optimistamente preveía el Gobierno.


Esta peligrosa combinación genera un déficit en las arcas públicas del cual no podemos culpar a los ingresos, puesto que recuperaron los niveles anteriores a la crisis tras el brutal sablazo fiscal que nos dio Montoro a los españoles. Cabe añadir que “sorprendendemente”, los ingresos subieron también después de la bajada impositiva previa a las elecciones. Quizás escucharon hablar en el último momento de la Curva de Laffer.
Para cubrir el déficit y poder seguir financiando los servicios públicos y los chiringuitos políticos se recurre a la deuda, y es esto lo que hace que haya aumentado tan drásticamente. Recordemos que España solo cumplió un año de los 4 (y por los pelos) el objetivo de déficit.
Lo peor de todo, a mi manera de ver, es que se endeudan con nuestro dinero sin que podamos evitarlo y para colmo tendremos que pagarlo. Es como si contrataran una hipoteca en su nombre y no le estuviera permitido cancelarla. Concretamente, a cada ciudadano español le toca pagar 23.045 euros, cifra por supuesto mucho mayor si solo contamos a los que trabajan, que son los que realmente lo pagan (más específicamente los trabajadores del sector privado).
Aunque algún político se jacte de que endeudarse es beneficioso para l a economía, basta echar un vistazo a los países más endeudados. Entre los primeros encontramos a Japón, Zimbabue, Grecia, Antigua y Barbuda, Líbano, Jamaica, etc. Mientras que países con mucha menos deuda como Estonia, Australia, Noruega o Hong Kong tienen unas economías más saludables. Cierto es que no se trata de un hecho determinante, pero sí que tener la deuda tan alta pone en riesgo la estabilidad económica y la confianza de nuestro país de cara a los mercados.
Afortunadamente, Mariano Rajoy ha informado a la Comisión Europea de que si son necesarios más ajustes, los llevará a cabo. Pero no se fíen mucho de alguien que, además de haber mentido repetidas veces siendo Presidente del Gobierno, no cree en lo que hace. Y es que el PP no está orgulloso de haber tenido que hacer recortes (ya oímos a Margallo decir que se habían pasado varios pueblos). Sin embargo, no queda otra.
A pesar de todo, sí que podemos destacar algo en lo que acierta el Partido Popular, y es que necesitamos crecer y crear empleo para que la deuda sea sostenible, de forma que haya más contribuyentes y el peso se distribuya mejor. Dicho esto en boca de la Vicepresidenta, podríamos inferir que solo quiere que trabajemos para arreglar sus desmanes y pagarle a su clientela política, pero no seamos malpensados.
Por lo tanto, para que no nos asfixiemos en la deuda ni entre los impuestos que muchos prometen (que es como prometernos que nos van a robar la tele para que les dejemos entrar en casa), hay que realizar reformas liberalizadoras del mercado laboral que permitan disminuir el desempleo, así como bajar impuestos para que los contribuyentes puedan desarrollar más eficientemente su actividad económica, además de seguir reduciendo el gasto del elefantiásico Estado.

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