Es oficial. Y público. El secretario general de UNASUR, el controvertido Ernesto Samper, no optará por ser reelecto. Dejará a UNASUR y regresará a Colombia, donde -tras la paz con las FARC- presumiblemente hará política, desde la izquierda. Es una buena noticia.
Samper, un fiel servidor de los bolivarianos, percibe el viento de cambio que sopla en la región y sale del frente de batalla. Cabe
recordar que Samper fue designado en la UNASUR en el 2014, por dos
años, con una posible prórroga de su mandato porotros dos años. Ahora
acaba de acordar que se irá de UNASUR el 31 de enero de 2017. La
elección de su sucesor está entonces abierta. Para los numerosos
cazadores de funciones internacionales, se abre toda una oportunidad.
Ernesto Samper vive con una pesada mochila en sus espaldas. Fea. De la que él mismo luce ciertamente responsable.
La de haber sido elegido presidente de Colombia con dineros del
narcotráfico dedicados a su campaña, en 1993 y 1994. Se dice que fueron
unos 10 millones de dólares, aportados en su momento por Miguel Rodríguez Orejuela, a la sazón líder del Cartel de Cali, según revelara El Nuevo Herald, en noviembre de 2014.
Por esto, los Estados Unidos no le conceden visa para poder ingresar a ese país. Porque, como ha puntualizado el ex presidente norteamericano Bill Clinton, “las personas que colaboran a sabiendas con los narcotraficantes no son bienvenidas en los Estados Unidos”. Por esos aportes del Cartel de Cali se
sospecha que en la administración presidencial de Ernesto Samper
existió alguna influencia de gente que estaba efectivamente vinculada
con el narcotráfico, lo que es bien serio.
La mencionada decisión de Ernesto Samper de alejarse de UNASUR fue
materializada en una carta dirigida por él a los Estados Miembros de la
organización. Está entonces claro que muy pronto dejará la sede de
UNASUR, en Quito. Un comunicado oficial, de fecha 26 de agosto, hace
pública la decisión de Samper.
Regresará a Colombia, país que presidiera entre 1994 y 1998, luego de vencer -en segunda vuelta- a Andrés Pastrana a quien curiosamente -al final de su mandato- entregaría los atributos presidenciales. Sin pena, ni gloria.
Presumiblemente Samper retomará su actividad política, en la que ha
estado inmerso desde 1981 cuando fuera el coordinador de la campaña
electoral de Alfonso López Michelsen. Ha sido diputado y senador de Colombia, así como embajador de su país ante las Naciones Unidas. Durante la presidencia de César Gaviria fue, además, Ministro de Desarrollo Económico y, luego, embajador en España.
Para las imprescindible desideologización de UNASUR, la salida de
Ernesto Samper parecía indispensable. Siempre dio las cartas
mañosamente, favoreciendo al marxismo bolivariano como constante. A
punto tal, que por momentos parecía estar a su entera disposición. De
independiente, su imagen no tenía nada. De dependiente, mucho. La región
se ha sacado de encima un hombre lleno de parcialidad. No será fácil
–atento las divergencias que hoy existen- encontrar un sucesor que no
genere resistencias. No obstante, lo cierto es que Venezuela se está
quedando sin el que fuera un útil neumático de auxilio, lo que es
saludable.
Emilio J. Cárdenas
Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas
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