Objetivismo: Ayn Rand y los fundamentos filosóficos del Capitalismo
Por Ricardo M. Rojas
Cuando se menciona la palabra
“filosofía”, muchas veces se tiende a pensar en cuestiones abstractas,
desvinculadas de la realidad y sin aplicación práctica, que sólo pueden
ser comprendidas por una élite: los “filósofos”. Esa impresión es el
resultado de la actitud mantenida invariablemente por quienes han
intentado despojarse de la lógica y negar la realidad al tratar con las
ideas.
Ayn Rand, en cambio, partió del
reconocimiento de los conceptos axiomáticos de “existencia”, “identidad”
y “conciencia”, y a partir de ellos elaboró una filosofía basada en la
realidad, coherente con el mundo y sin contradicciones. Ella nos ha
enseñado que la importancia de la filosofía en la vida del hombre es la
siguiente: sin filosofía no es posible vivir.
Para explicar esta afirmación, en 1974
utilizó el siguiente ejemplo frente a los cadetes de la academa militar
de West Point: supongan que son astronautas, y que su nave espacial cae
en un planeta desconocido para ustedes. ¿Qué es lo que harían una vez
recobrado el conocimiento?
Lógicamente, las tres primeras preguntas
que el cerebro de un ser humano haría en tales circunstancias serían:
¿dónde estoy? ¿cómo lo sé? ¿qué debería hacer? Estas tres preguntas,
fundamentales para el estudio de la existencia y por ende, para la
supervivencia humana, son respondidas por las tres primeras ramas de la
filosofía: Metafísica, Epistemología y Etica. ¿Dónde
estoy? La filosofía no me dirá si estoy en Buenos Aires o en Paris o en
otro lugar (aun cuando me dará las herramientas necesarias para
averiguarlo); sin embargo, responderá al dilema: ¿estoy en un mundo
gobernado por leyes estables, firmes, cognoscibles, absolutas? ¿o estoy
en un caos incomprensible? ¿Las cosas a mi alrededor son reales, o son
sólo una ilusión? ¿Existen independientemente de mi voluntad o son
creadas por mi mente? ¿Puedo cambiarlas según mi voluntad o no? A estas
preguntas responde la Metafísica, que es el estudio de la naturaleza de la existencia como tal.
¿Cómo lo sé? Como el hombre no es
omnisciente ni infalible, debe descubrir el mundo, averiguar qué es el
conocimiento y cómo probar la validez de sus conclusiones al respecto.
¿Adquiere conocimiento por un proceso racional o por una súbita
revelación, o por instintos, o por acto reflejo? ¿Es la razón competente
para descubrir la realidad o el hombre posee alguna otra facultad
superior o paralela a la razón? ¿Puede estar seguro de algo o está
condenado a vivir en una duda perpetua? A todo ello responde la Epistemología, que estudia el conocimiento y el medio de adquirirlo.
Esta conferencia le dio título a su libro: “Philosophy: Who needs it?”. Todos los conceptos que usaré en este trabajo están tomados, tanto de ese libro como de: “Introduction to Objectivist Epistemology”, “The Virtue of Selfishness”, “Capitalism: The Unknown Ideal” y “The Romantic Manifesto”.
Esta conferencia le dio título a su libro: “Philosophy: Who needs it?”. Todos los conceptos que usaré en este trabajo están tomados, tanto de ese libro como de: “Introduction to Objectivist Epistemology”, “The Virtue of Selfishness”, “Capitalism: The Unknown Ideal” y “The Romantic Manifesto”.
¿Qué debería hacer? Las respuestas a las
dos primeras preguntas determinarán la respuesta a la tercera. ¿Qué es
bueno y malo para el hombre, y por qué? ¿Su preocupación debería ser
alcanzar la felicidad o huir del sufrimiento? ¿Debería perseguir sus
propias metas, o subordinarse a las de los demás? A ello responde la Etica, rama de la filosofía que estudia el modo en que un hombre debería comportarse.
A su vez, la respuesta que da la Etica
determina cómo el hombre debería tratar con otros hombres, lo que
involucra la cuarta rama de la filosofía, la Política, directamente
basada en las primeras tres, que define los principios de un sistema
social adecuado.
La necesidad de emplear ideas abstractas
es fundamental para la supervivencia humana, y por eso no hay elección
entre seguir o no una filosofía. Sí se puede elegir, en cambio, si esa
filosofía será elaborada por un proceso de pensamiento consciente,
racional y lógico, o mediante una acumulación de falsedades,
contradicciones y afirmaciones dogmáticas.
Como ejemplo de la presencia constante de
principios filosóficos en la vida cotidiana, Ayn Rand recordó algunas
frases que se escuchan y repiten diariamente, originadas en el
pensamiento de personas que han sido considaradas grandes filósofos, y
que generalmente son aceptadas y repetidas sin un análisis racional
consciente:
“No esté tan seguro: Nadie puede estar seguro de nada” (Platón).
“Ha hecho algo malo, pero sólo es humano, y nadie es perfecto en este mundo”
(San Agustín).
(San Agustín).
“Puede ser verdad para usted, pero no es verdad para mí” (William James).
“No puedo evitarlo. Nadie puede evitar lo que hace” (Hegel).
“No puedo probarlo, pero siento que es verdad” (Kant).
“Es lógico, pero la lógica no tiene nada que ver con la realidad” (Kant).
“Es malo porque es egoísta” (Kant).
“Primero actúe, luego piense” (John Dewey).
“He dicho eso en varias circunstancias,
pero no tengo por qué creer en eso todo el tiempo: lo que ha sido verdad
ayer no tiene por qué ser verdad hoy” (Hegel).
“¿No puede adoptar uno un compromiso y
pedir prestadas diferentes ideas de filosofías diferentes de acuerdo con
las necesidades del momento?” (William
James).
James).
Un repaso de estas frases, después de comprender el desarrollo lógico de la filosofía Objetivista, podrá ser de gran utilidad.
Este desarrollo debe comenzarse,
entonces, por la primera rama de la Filosofía: la Metafísica, que es el
estudio de la existencia. El término “Metafísica” fue generalizado por
los compiladores de Aristóteles, quien en el libro que lleva ese nombre
en realidad se refería a la Filosofía, a la que definía como la ciencia
que estudia el Ser en cuanto Ser.
La realidad es el conjunto de todo lo que
existe, y por lo tanto, el primer problema que plantea la filosofía es
el estudio de la existencia como tal.
La existencia de la realidad es lo único
de lo que lógicamente no se puede pedir una prueba, pues es el
presupuesto de toda prueba y todo conocimiento. Su demostración es
ostensible: la realidad no se demuestra, sino que se muestra.
La petición de una “prueba” de que la
realidad existe, constituye una prueba en sí misma: alguien que esté
parado frente a usted, exigiendo pruebas de algo, deberá necesariamente
existir. La realidad no puede ser probada porque, si por definición es
el conjunto de todo lo que existe, incluye también a la misma prueba, y
por lo tanto, pedir una prueba de la realidad significaría pedir que
alguien se colocase fuera de la realidad para buscarla, y eso es
imposible.
Esta es la premisa básica, el punto de
partida de la filosofía: la existencia, existe. Este axioma es el primer
ABSOLUTO, y es la base de la concepción de un mundo guiado por
principios estables y cognoscibles. El primer paso en la tarea
intelectual de destruir las herramientas de supervivencia del hombre ha
sido negar que la realidad existe. Pueden recordarse como ejemplos de
esta pretensión, con sus graves consecuencias metafísicas y
espistemológicas, “el mito de la caverna” de Platón, la división de los
mundos “noumenal y fenomenal” de Kant, o un paso más allá el Solipsismo o
la pretensión de que el hombre crea al mundo cuando mira. Todas estas
teorías pretendieron que el mundo con es compensible por el hombre, sino
un sitio misterioso, voluble e imposible de entender.
Estas ideas suponen un ataque directo al
concepto de “absoluto”. Pretenden que es imposible tener un conocimiento
absoluto de cosa alguna, o que la realidad exista absolutamente,
evadiendo el hecho de que la afirmación "los absolutos no existen” es
una afirmación absoluta, y por lo tanto, contradictoria en términos:
quien dice que los absolutos no existen, está haciendo una afirmación
absoluta y por lo tanto incontroverible, pero que a la vez debería ser
controvertida, pues no podría ser absoluta. Aristóteles jamás habló de
Metafísica. La primera mención que se conoce a ese término fue hecha por
Nicolás de Damasco en la primera mitad del siglo I, y se refiere a la
ubicación metodológica de este libro dentro de la obra total de
Aristóteles, toda vez que este trabajo fue elaborado con posterioridad a
los Tratados de la Física. En este sentido se usó el concepto de
Metafísica, que etimológicamente significa “lo que está más allá o luego
de la física”. Tal vez una denominación más correcta hubiese sido
“Filosofía”, que es a lo que Aristóteles se refiere en esta obra, y que
sirve para identificar el estudio de las primeras causas y los primeros
principios que rigen la realidad.
Es curioso advertir que el término
“Metafísica” se usa hoy en día para significar “lo que está más allá del
mundo físico o comprensible”, es decir, lo esotérico, lo
incomprensible, lo inalcanzable, y finalmente, lo vinculado con la
teología. Algo muy distinto a lo que Aristóteles tuvo en mente en esta
obra.
En segundo lugar, lo que es, no puede “no
ser”. Lo contradictorio es imposible. Afirmar que algo es y no es al
mismo tiempo, en el mismo contexto, significa afirmar también lo
contrario y así hacia el infinito; y eso es imposible. El principio de
“no contradicción” es el segundo ABSOLUTO.
Existir significa existir siendo algo.
Cada cosa que existe lo hace de acuerdo con su propia naturaleza. Del
mismo modo, el hombre existe en el mundo con una naturaleza determinada.
La materia inorgánica no puede dejar de
existir, sólo cambiar de forma. Unicamente respecto de la materia
orgánica cabe la alternativa entre existir y no existir como tal. La
vida es el proceso de acción auto-generada destinada a la
auto-sustentación. Pero ese proceso no es insoslayable y depende de que
concurran determinadas condiciones. Para vivir, los organismos deben
actuar. La naturaleza de la acción necesaria para vivir depende de la
naturaleza del organismo. Los organismos vivos, excepto el hombre,
tienen un método automático de supervivencia que les indica el tipo de
acción necesaria. Los vegetales poseen un mecanismo automático para
absorber el alimento del suelo y buscar el aire y el sol con sus hojas.
Los animales cuentan con instintos, que forman un método insoslayable de
conducta destinado a la supervivencia. El hombre, en cambio, no posee
tal código automático. Como el resto de los seres vivos necesita actuar
para continuar viviendo, pero debe hacerlo “por elección”, pues no está
predeterminado a ningún tipo específico de acción.
Para un animal, el problema de la
supervivencia es esencialmente biológico: basta con que funcione
correctamente su sistema automático de respuestas.
Para un ser humano, el problema es
esencialmente epistemológico: debe adquirir el conocimiento, aprendiendo
previamente cuál es su método específico de adquisición. El uso de ese
método no es automático, pues de lo contrario sería un instinto: el
hombre debe reconocer y usar ese método voluntariamente.
Tiene la necesidad biológica de pensar
antes de actuar: precisamente porque su conducta es voluntaria, no
automática, debe elegir cada acto que realiza. Si no piensa primero, no
puede actuar.
El método natural de supervivencia humana
es el uso de la razópn: la facultad que identifica e inegra el material
enviado al hombre por sus sentidos. El hombre sólo puede sobrevivir
adquiriendo conocimiento, y la razón es el único medio con que cuenta
para conseguirlo.
Los sentidos aportan evidencia de la
realidad, pero esa evidencia debe ser procesada por el propio cerebro.
Para realizar correctamente esa identificación e integración, el hombre
usa la lógica, que es el arte de integración no contradictoria: ningún
concepto formado por un hombre es válido a menos que lo integre sin
contradicción con la suma total de su conocimiento.
Llegar a una contradicción es reconocer
un error; mantenerse en ella es abdicar a la razón. La verdad es el
reconocimiento de la realidad.
La lógica es el reconocimiento de que
determinadas reglas rigen lo que existe, independientemente de que el
hombre las use o les dé cierto nombre. Las tres reglas básicas de la
lógica, enunciadas por Aristóteles, son:
1. La ley de Identidad. La existencia,
existe (A es A). Esta ley tiene dos axiomas corolarios: existe algo que
uno percibe; el hombre existe poseyendo conciencia, siendo la conciencia
la facultad de percibir lo
que existe.
que existe.
2. Ley de No Contradicción. Lo contradictorio es imposible (A no puede ser a la vez NO-A).
3. Ley del Tercero Excluido. Una cosa puede ser o no ser, pero no existe una tercera posibilidad.
Se suele hablar de estas reglas y las que
derivan de ellas como la “lógica aristotélica”. Sin embargo, el
calificativo de “aristotélica” es sobreabundante, pues no existe otra
lógica aparte de ésta. Una pretendida lógica distinta, debería comenzar
por negar la existencia de la realidad, pues de lo contrario debería
llegar a las mismas conclusiones. Y negar la existencia, como se vio, es
imposible.
Pero como el uso de la razón y la lógica no se produce automáticamente, la racionalidad es una cuestión de elección. La voluntad es la cualidad del cerebro humano que le permite poenr en movimiento el mecanismo de la razón. El hombre debe hacer el esfuerzo de pensar. Por eso, la voluntad es la clave del estudio del ser humano.
Pero como el uso de la razón y la lógica no se produce automáticamente, la racionalidad es una cuestión de elección. La voluntad es la cualidad del cerebro humano que le permite poenr en movimiento el mecanismo de la razón. El hombre debe hacer el esfuerzo de pensar. Por eso, la voluntad es la clave del estudio del ser humano.
El hombre es un ser de conciencia
volitiva. La conciencia es la facultad de percibir lo que existe. Se
puede estar consciente de una sola cosa a la vez, o sea, percibir una
cosa a la vez. Pero un individuo no podría funcionar si cada vez que
enfrenta una alternativa tuviera que repetir íntegramente el proceso de
aprendizaje. Para resolver este problema, el cerebro humano cuenta con
una herramienta equivalente a una tabla de datos, que le permite
almacenar las conexiones efectuadas por la conciencia: el subconsciente.
Todo problema que un ser humano ha analizado alguna vez en su vida,
provoca algún registro en su
subconsciente.
subconsciente.
El subconsciente del hombre es como una
complejísima computadora cuya función principal es la integración de las
ideas. ¿Quién lo programa? La mente consciente. Si no es programado con
datos de la realidad, lógicamente estructurados, los resultados que
constantemente emita el subconsciente serán ilógicos y contradictorios.
El programador final del subconsciente es la clase de filosofía
conscientemente elaborada.
Por eso, quienes desprecian a la
filosofía, son quienes más necesitan de ella. La realidad es Objetiva.
Los filósofos subjetivistas pregonan la libertad de evadir la realidad;
que el universo sea lo que su voluntad decida. Tratan de falsear la
relación entre la existencia y la conciencia, pretendiendo que su
conciencia cree la existencia, en lugar de percibirla. Las ligaduras que
intentan destruir son las relaciones causales. El enemigo al que tratan
de derrotar es la ley de Identidad. La rebelión contra la causalidad se
origina en el deseo de revertirla. Sin embargo, la conciencia del
hombre no sirve para objeto alguno que no sea identificar la realidad.
Los fenómenos que ocurren sin participación humana son lo “metafísicamente dado” y no podrían ocurrir de otro modo. La existencia de estos fenómenos no depende de la conciencia del hombre, sino que deben ser reconocidos y aceptados por ella. Por el contrario, todo fenómeno que involucra la acción humana es lo “hecho por el hombre” y podría haber sido diferente o no ser.
Los fenómenos que ocurren sin participación humana son lo “metafísicamente dado” y no podrían ocurrir de otro modo. La existencia de estos fenómenos no depende de la conciencia del hombre, sino que deben ser reconocidos y aceptados por ella. Por el contrario, todo fenómeno que involucra la acción humana es lo “hecho por el hombre” y podría haber sido diferente o no ser.
La voluntad provoca contradicciones si
los hombres no advierten la diferencia entre ambos conceptos. Lo
metafísicamente dado debe ser aceptado, no puede ser cambiado. Lo hecho
por el hombre nunca debe ser aceptado sin crítica: debe ser juzgado y
después aceptado o rechazado, de acuerdo con el resultado de ese juicio.
Los sentidos envían sensaciones al
cerebro, que allí se convierten en percepciones. La capacidad racional
le permite organizar el material perceptual en conceptos primarios, y
posteriormente a estos conceptos en otros cada vez más amplios, y de
este modo captar y retener, identificar e integrar, cada vez mayor
cantidad de conocimiento. Este proceso es vital para un ser humano, toda
vez que no posee respuestas
automáticas a sus problemas.
automáticas a sus problemas.
Un concepto es la integración mental de
dos o más unidades que poseen las mismas características distintivas,
omitiendo las medidas particulares. Representa conocimiento condensado,
lo que hace posible el estudio futuro y la división de la tarea
cognoscitiva. La definición, por su parte, es una declaración que
identifica la naturaleza de las unidades subsumidas bajo un concepto. El
conocimiento del hombre es contextual y posee una estructura
jerárquica, que va de sensaciones a percepciones, a conceptos primarios
que se refieren a la realidad percibida, y se integra en conceptos cada
vez más amplios. Por ejemplo, uno ve una mesa, esa sensación genera una
percepción, y a partir de lo que percibe el cerebro elabora el concepto
primario de forma, consistencia, posteriormente madera, propósito, hasta
alcanzar el concepto de mesa, y posteriormente el más complejo de
habitación, el de casa, el de ciudad, el de país. Los conceptos de
abstracciones puras son los más complejos que el hombre puede elaborar.
Debido a que todo conocimiento del hombre es contextual, dada su naturaleza no omnisciente y el reconocimiento de la realidad en la cual vive, debe elaborar conceptos de acuerdo con ese contexto. Por ejemplo, conceptos tales como “certeza” o “perfección” sólo tienen sentido si se los define en el contexto de la naturaleza humana.
Debido a que todo conocimiento del hombre es contextual, dada su naturaleza no omnisciente y el reconocimiento de la realidad en la cual vive, debe elaborar conceptos de acuerdo con ese contexto. Por ejemplo, conceptos tales como “certeza” o “perfección” sólo tienen sentido si se los define en el contexto de la naturaleza humana.
“Certeza” significa que toda la evidencia
disponible respecto de un hecho determinado, analizada de acuerdo con
las reglas de la lógica, indica que ese hecho es así y que no existe
evidencia alguna que determine lo contrario. No significa que, por falta
de conocimiento no pueda demostrarse posteriormente otra cosa (el
hombre no es omnisciente).
Recuérdese que la verdad es el
reconocimiento de la realidad, y la razón es el único estándar de verdad
que posee el hombre. La verdad o falsedad de las conclusiones,
inferencias, pensamientos y conocimientos de un hombre, descansan en la
verdad o falsedad de sus definiciones.
Precisamente porque el hombre no es
omnisciente es que existe el concepto de “certeza”. Si no pudiera
equivocarse, no tendría sentido un concepto de error y no haría falta
uno de certeza. Pero como el hombre necesita adquirir el conocimiento
mediante un método especial, es que la necesidad de estar seguro del
conocimiento que ha adquirido es básica para su supervivencia. Si no
hubiese un conjunto de cosas de las cuáles está “seguro”, no podría
siquiera mover un dedo y estaría destinado a perecer.El edificio del
conocimiento humano se levanta con ladrillos que son verdades. “Error”
significa tener como verdad algo que contradice algún hecho de la
realidad. Un error de conocimiento se produce cuando un ser humano
ignora algún dato de la realidad y afirma una falsedad; en cambio, un
error moral ocurre cuando un individuo sostiene algo erróneo a sabiendas
de que contradice los hechos de la realidad. Si un hombre quiere
sobrevivir, debe aceptar que necesita utilizar siempre las reglas de la
lógica, pues le proveen el único método para uni los datos de la
realidad sin contradicción. Evadir voluntariamente las conclusiones de
la lógica equivale al suicidio.
La “prueba” es el proceso de derivar una
conclusión, paso a paso, desde la evidencia de los sentidos, cada paso
dado de acuerdo con las reglas de la lógica. El método para validar el
conocimiento consiste en coejar el contenido mental de un ser humano con
los hechos de la realidad. Por ejemplo, si alguien afirma que los
elefantes vuelan, la validación del conocimiento consistirá en observar
el comportamiento de los elefantes. Una vez que el hombre ha respondido a
las dos primeras preguntas que le plantea la filosofía (¿qué es el
mundo en el que vive? y ¿cuál es el método que le permite conocerlo?),
la tercera cuestión a determinar es ¿qué de bería hacer?, o lo que es lo
mismo ¿cómo debería comportarse después de reconocer su propia
naturaleza y la del mundo que lo rodea?
A esta pregunta responde la Etica, que es
la ciencia que se ocupa de hallar y definir un código e valores para
guiar las elecciones y acciones que determinarán el propósito y el curso
de vida de un ser humano.
La primera pregunta de la Etica no es cuál debería ser el código de valores, sino si hace falta tal código y por qué.
Prácticamente todos los filósofos han
considerado a la Etica como sujeta a caprichos, y no han provisto una
respuesta racional, objetivamente demostrabla, a la pregunta de por qué
hace falta un código de valores. Lo aceptan como un hecho dado, sin
buscar su raíz metafísica o su validez objetiva. El desafío y gran
aporte de Ayn Rand a la Etica fue definir un concepto objetivo y
racional de la moral, basado en la naturaleza humana.
Toda vez que los organismos vivos tienen la alternativa entre existir y no existir como tales, y que deben actuar de una manera determinada por su naturaleza para lograrlo, sólo entre ellos puede elaborarse el concepto de valor; sólo para ellos las cosas son buenas o malas. Valor es aquello por lo cual se actúa, para obtenerlo y/o conservarlo.
Toda vez que los organismos vivos tienen la alternativa entre existir y no existir como tales, y que deben actuar de una manera determinada por su naturaleza para lograrlo, sólo entre ellos puede elaborarse el concepto de valor; sólo para ellos las cosas son buenas o malas. Valor es aquello por lo cual se actúa, para obtenerlo y/o conservarlo.
La vida de un organismo depende de dos
factores: el combustible que requiere del exterior, y la acción de usar
ese combustible debidamente. El organismo no tiene elección posible
respecto de lo que necesita para su supervivencia: es metafísicamente
dado, depende del tipo de ente que sea. La vida sólo puede mantenerse
por un proceso constante de acción de autosustentación. La meta de esta
acción, el Valor Supremo que debe ser ganado en cada momento, es el
mantenimiento de la vida misma del
organismo.
organismo.
Entonces la vida es el estándar de
valoración: lo que ayuda a mantenerla es bueno, lo que la amenaza es
malo. El hecho de que un ser vivo sea, determina lo que debe hacer para
vivir. Si no lo hace, muere. En este sentido, puede decirse que todo
“ES” implica un “DEBERÍA”.
Solamente una meta final, un fin en sí
mismo, hace posible la existencia de valores. Metafísicamente, la vida
es el único fenómeno que es un fin en sí mismo. Epistemológicamente, el
concepto de “valor” depende genéticamente y se deriva del concepto de
“vida”. Solamente el concepto de vida hace posible el de valor.
¿Cómo descubre el ser humano el concepto de valor? En primer lugar, mediante las sensaciones físicas de dolor y placer. El mecanismo de placer-dolor sirve como protector automático de la vida del organismo, es una capacidad innata. Pero la naturaleza epistemológica del hombre hace que este mecanismo no sea suficiente para indicarle cómo actuar.
¿Cómo descubre el ser humano el concepto de valor? En primer lugar, mediante las sensaciones físicas de dolor y placer. El mecanismo de placer-dolor sirve como protector automático de la vida del organismo, es una capacidad innata. Pero la naturaleza epistemológica del hombre hace que este mecanismo no sea suficiente para indicarle cómo actuar.
Recuérdese que los organismos inferiores
sólo tienen la facultad de la sensación; los organismos superiores
poseen la facultad de la percepción. Pero para un ser humano, la
supervivencia depende de un proceso voluntario de utilizar la razón, y
por ese camino descubrir lo que necesita para vivir.
No puede sobrevivir con la guía de meras percepciones. Una sensación de hambre le indicará que necesita comida, pero no le dirá cómo obtenerla ni cuál es buena para él. No puede satisfacer sus necesidades físicas más elementales sin un proceso de pensamiento.
No puede sobrevivir con la guía de meras percepciones. Una sensación de hambre le indicará que necesita comida, pero no le dirá cómo obtenerla ni cuál es buena para él. No puede satisfacer sus necesidades físicas más elementales sin un proceso de pensamiento.
El hombre no sabe automáticamente qué es
verdadero y qué es falso, y por ende no puede saber automáticamente qué
es correcto y qué es incorrecto, es decir, qué es bueno o malo para él.
Pero necesita este conocimiento para poder vivir.
No puede evadir la realidad: es un
organismo específico, con una naturaleza específica, que requiere un
curso de acción específico. No tiene elección sobre lo que su naturaleza
requiere, y ello deberá descubrirlo utilizando las reglas del
pensamiento, es decir, las leyes de la lógica.
Entonces, ¿cuáles son las metas correctas
que debe perseguir el hombre, y los valores que requiere para
sobrevivir? A ello responde la Etica. No es una fantasía mística ni una
convención social, sino una necesidad metafísica objetiva para la
supervivencia del hombre. El estándar de valores de la Etica Objetivista
es aquello que se requiere para la supervivencia del hombre como tal.
Un ser vivo que considerase maldad sus
medios de supervivencia, no sobreviviría (por ejemplo, un pájaro que
intencionalmente intentara romper sus alas).
El hombre debe obtener el conocimiento y
elegir sus acciones por un proceso mental, que la naturaleza no le
obliga a practicar, sino que sólo puede descubrir por sí mismo. Un
código de valores aceptado por elección es un código moral. La
alternativa del hombre es ser racional o animal suicida.
Si la supervivencia humana depende de que
se use el propio cerebro destinado a la tarea de sobrevivir, el
estándar de moralidad ha de ser el de un hombre que vive tomando
decisiones sobre la base de razonamiento hechos con su propio cerebro.
La racionalidad está directamente relacionada con la supervivencia. Dado
que todo lo que el hombre necesita debe ser descubierto por su propia
mente y producido por su propio esfuerzo, los dos factores esenciales de
su método de supervivencia son: pensar y trabajar productivamente (Es
posible imaginar una secta que adore la luna y pase el día durmiendo,
para sentarse a admirar la luna por las noches; pero para que puedan
sobrevivir, alguien deberá utilizar su cerebro y producir, al menos, el
alimento que consuman).
Por el hecho de que el ser humano no
posee un código de respuestas automáticas, y por ende su supervivencia
es un problema esencialmente epistemológico, no puede sobrevivir según
las necesidades del momento, como el resto de los animales. Cada acto de
su vida es producto de metas que se desarrollan y persiguen durante
días, meses, años, décadas, y no vive satisfaciendo puntualmente las
necesidades biológicas básicas, como los restantes animales. El
subconsciente es el lugar donde almacena los datos que le permiten
establecer las metas futuras y los modos de alcanzarlas.
La Etica se encarga de
definir un código de valores adecuado, y por lo tanto estudia al hombre
como individuo, y no en sus relaciones con los demás. No existe nada
parecido a una “Etica Colectiva” o “Etica Social” por lo mismo que no
existe un “cerebro colectivo”. Respecto de las relaciones con los demás,
el principio social de la Etica Objetivista indica que así como la vida
es un fin en sí misma, todo ser humano es un fin en sí mismo y no un
medio para los fines o el bienestar de otros.
Entonces, si la acción de un hombre está
orientada a la supervivencia, él será lo más importante para sí mismo.
El egoísmo es el motor de las acciones humanas. Un organismo vivo que
tuviera a alguien o algo más que a él mismo como el móvil de su acción,
no podría sobrevivir. Pero como para el hombre la decisión de actuar en
procura de su bienestar es voluntaria, él es el único ser que puede
actuar en contra de su propia vida, y adoptar el sacrificio como
estándar de conducta.
La vida es el medio por el cual se
obtienen y conservan los valores. Los tres valores cardinales de la
Etica Objetivista son: Razón, Propósito y Autoestima, y sus
correspondientes virtudes son: Racionalidad,
Productividad y Orgullo. A ellas se suman la Independencia, Integridad, Honestidad y Justicia.
Productividad y Orgullo. A ellas se suman la Independencia, Integridad, Honestidad y Justicia.
Todo trato entre individuos debe ser
realizado intercambiando valor por valor, ofreciendo cada uno el
producto de la aplicación de su propio cerebro a una actividad
productiva. Ello sólo puede suceder cuando los seres humanos se ven
libres de coacción unos por otros. La libertad de acción es un
requerimiento básico de la vida humana.
Sin embargo, como la racionalidad es
potencial, nada impide que algún individuo recurra a la agresión como
medio para tratar con los demás.
Agredir significa iniciar el uso de la
fuerza entrando en contacto con el cuerpo o la propiedad de otra persona
sin su consentimiento.
Por ello, la Política
existe debido a la necesidad de establecer reglas de convivencia entre
los individuos de una especie potencialmente racional, que requieren
libertad de acción para llevar a cabo las decisiones de sus cerebros y
al mismo tiempo poseen la potencialidad de la agresión.
El inicio del uso de la fuerza supone
torcer la realidad que exige que el hombre persiga sus propios
intereses; por el uso de la fuerza se le exige que actúe contra ellos.
La realidad amenaza al hombre con la muerte si no sigue sus propios
juicios racionales; la agresión lo amenaza con la muerte si lo hace.
La fuerza sólo puede ser usada en defensa propia, como represalia contra quien inicie su uso.
La libertad es un
requerimiento básico de la vida humana. No pensar es sinónimo de muerte.
Pensar sin actuar desnaturaliza la función del pensamiento. Garantizar
la libertad de pensar y actuar es la única forma de proteger la vida
humana.
El concepto de derecho se refiere a la
acción, específicamente a la libertad de acción. Significa estar libre
de toda compulsión física, coerción o interferencia por parte de otros
hombres. Es un concepto moral: los derechos del individuo son el medio
de subordinar la sociedad a la ley moral.
Un derecho es un principio moral que
define y sanciona la libertad de acción de un hombre en un contexto
social. Para cada individuo, un derecho es una sanción moral positiva de
su libertad para actuar de acuerdo con su propia elección voluntaria.
En cuanto a los demás, los derechos de un individuo sólo le imponen una
obligación de índole negativa: abstenerse de agredirlo.
La fuente de los derechos del hombre no
es la ley de dios ni la ley de congreso alguno, sino la ley de
identidad: A es A y el hombre es el hombre. Los derechos son condiciones
requeridas por la naturaleza humana para la supervivencia. Sólo existe
un derecho fundamental, del cual derivan los demás: el de un hombre a su
propia vida; lo que significa el derecho de llevar a cabo todas las
acciones requeridas por la naturaleza para mantenerla. El derecho a la
vida es el origen de todos los derechos, y el de propiedad es la única
forma de implementarlo: dado que un hombre debe sustentar su vida por su
propio esfuerzo, quien no tiene derecho al producto de ese esfuerzo no
posee los medios para mantenerla. El hombre que produce mientras otro
dispone del producto de su esfuerzo, es un esclavo.
Los derechos son principios morales que
definen las correctas relaciones sociales. Dado que sólo un hombre
individual puede tener derechos, la expresión “derechos del individuo”
es una redundancia (necesaria en el caos intelectual imperante). Pero la
expresión “derechos colectivos” o “derechos sociales” es una
contradicción en términos.
Todo grupo es sólo una cantidad de
individuos que no puede tener otros derechos que los de sus miembros
individuales. En una sociedad libre, los derechos de cualquier grupo se
derivan de los de sus miembros, a través de su elección individual y
voluntaria y el acuerdo contractual que formalizó su agrupamiento,
permitiendo la aplicación de esos derechos individuales a propósitos
específicos comunes. Todo propósito legítimo de un grupo se basa en el
derecho que tienen los participantes a la libre asociación y el libre
comercio.
La noción de “derechos colectivos” supone
que los derechos pertenecen a algunos hombres, pero no a otros, que
algunos tienen el derecho de disponer de otros como les plazca, y que el
criterio para esta diferencia radica en la superioridad numérica (tal
es lo que sucede con los llamados “derechos” a la vivienda, salud,
educación, alimento, que sólo podrían ser satisfechos utilizando a
algunos seres humanos como animales de sacrificio en beneficio de
otros).
Ahora bien: dado el concepto de derecho, ¿qué es un obierno? ¿Es necesaria su existencia?
En principio, si los individuos no
organizaran un mecanismo para defenderse de la agresión, vivirían en un
estado de guerra latente. Por eso, la organización de un gobierno surge
como una necesidad lógica. Debe distinguirse, para comprender bien este
punto, el concepto de “necesidad” entre lo metafísicamente dado y lo
hecho por el hombre.
Nada de lo hecho por el hombre era
necesario metafísicamente. El gobierno es necesario (recomendable su
creación y sostenimiento voluntario) en tanto soluciona un problema de
coexistencia pacífica entre los hombres. Pero ello no significa que
individuo alguno deba o pueda ser obligado por otro a sostener un
gobierno: el “derecho a obligar” es una contradicción en términos.
En este contexto, el gobierno
es una institución creada por los hombres para poner en vigor ciertas
reglas de convivencia en un área geográfica dada. Es un medio para
mantener el uso de la fuerza física retributiva bajo un control
objetivo.
Si se dejara a los individuos
particulares la tarea de proteger sus propios derechos, por una parte la
efectiva protección dependería de que el que se defiende tenga la
suficiente fuerza frente al agresor, y por otro lado, se correría el
riesgo de que se organizaran grupos de linchamiento que actuando
subjetivamente perdieran de vista el justificativo del uso de la fuerza.
Ayn Rand hablaba de “gobierno”, y
como este término ha sido objeto de muchas consideraciones en los
últimos tiempos, es útil hacer una consideración adicional. A diferencia
del cocenpto liberal clásico de gobierno, basado en el monopolio del
poder, que a su vez descansa en la facultad de cobrar impuestos en forma
compulsiva para mantenerlo, Ayn Rand extendió, como es lógico, el
principio de que nadie puede iniciar el uso de la fuerza al propio
gobierno.
De este modo, si bien Ayn Rand también
usó la terminología clásica de gobierno como detentador del monopolio
del uso de la fuerza, puede deducirse que en su concepción el gobierno
sólo existiría en tanto y en cuanto se pudiese establecer un sistema de
aportes no compulsivos que permitiese mantenerlo. Si se profundizase
este razonamiento –cosa que Ayn Rand no tuvo tiempo de hacer-, pienso
que habría un punto de acercamiento entre su pensamiento y el de quienes
se oponen al concepto de gobierno –precisamente por la carga de
compulsión que implica-, y prefieren hablar de auto-gobierno, agencias
de protección de derechos, o términos similares.
Pienso que probablemente en la práctica, y
por una simple cuestión de mercado, un gobierno sin facultades de
recaudar impuestos ni iniciar de ninguna otra forma el uso de la fuerza
contra los ciudadanos, estaría en condiciones similares y llegaría a los
mismos resultados que las agencias de protección y seguridad.
La única función del gobierno es proteger
los derechos, o sea, proteger al hombre de la violencia física. Es sólo
un policía que actúa como defensor, y como tal sólo puede recurrir a la
fuerza contra quienes inicien su uso.
Las únicas funciones propias de un
gobierno son: policía, ejército y tribunales, para proteger los derechos
y arreglar las disputas mediante reglas racionales y según leyes
objetivas.
Si la protección de los derechos es lo
que justifica la existencia de un gobierno, deberán existir reglas
objetivas para determinar cuándo un derecho ha sido violado y para la
prueba de que tal cosa ha ocurrido en un caso específico. Hay dos formas
básicas de organización social: la que reconoce la existencia de los
derechos del individuo como previos al gobierno y en consecuencia tiene
por única función y protección; y la que presupone que el uso de la
fuerza es el medio por el que deben tratar unos hombres con otros, y por
lo tanto organiza un gobierno con facultades para agredir y violar
derechos.
Ayn Rand definió al Capitalismo como el
sistema social basado en el reconocimiento de los derechos del
individuo, incluyendo los derechos de propiedad, en el que toda
propiedad es privada. Es la única forma de organizar un gobierno moral,
que se funde en el reconocimiento de los derechos y actúe para evitar el
inicio del uso de la fuerza física de unos hombres contra otros. En una
sociedad capitalista, toda relación humana es voluntaria. Los hombres
son libres de cooperar o no, de tratar unos con otros o no, como les
dicten sus propios juicios individuales, convicciones e intereses.
Tratan unos con otros sólo en términos y
por medio de la razón, es decir, por la disuasión, persuasión, y el
acuerdo contractual; por elección voluntaria y para el mutuo beneficio.
El fundamento moral del Capitalismo no es que persiga el bien común –
expresión contradictoria en términos-, sino el hecho de que es el único
sistema consistente con la naturaleza racional del hombre, que protege
la supervivencia del hombre qua hombre y cuyo principio fundamental es
la justicia.
Toda vez que la supervivencia de un
hombre depende de que sea libre de usar su cerebro para aplicarse a una
tarea productiva, el fundamento de un gobierno capitalista es permitir
que cada hombre pueda seguir su propio curso independiente de acción, de
acuerdo con su propio juicio racional. Es el hecho metafísico básico de
la naturaleza humana lo que el Capitalismo reconoce y protege.
Ayn Rand ha sido la primera filósofa en
la historia en darle a la Etica un fundamento en la naturaleza racional
del hombre, y a la Política un fundamento en esa clase de Etica. La
consecuencia de ello ha sido la posibilidad de definir y caracterizar el
gobierno de una sociedad libre, basado pura y exclusivamente en el
reconocimiento de los derechos del individuo. Demostró que, ni los
derechos son un caprichoso invento de algunos intelectuales o místicos,
ni su protección como único justificativo de la existencia de un
gobierno, una de tantas formas igualmente válidas de organización
social: demostró que los derechos existen antes de su reconocimiento y
que, por ende, la falta de tal reconocimiento supone contradecir la ley
de identidad.
Ayn Rand ha dejado un legado que en los tiempos venideros será, seguramente, una fuente de reflexión y estudio filosófico.
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