Yoon Young-kwan
Yoon Young-kwan, former Minister of
Foreign Affairs of the Republic of Korea, is Professor Emeritus of
International Relations at Seoul National University.
La Brexplosión antiglobalización
SEÚL
– El populismo, el nacionalismo y la xenofobia contribuyeron a la
victoria de la campaña "Leave" (partir) en el reciente referendo del
Reino Unido sobre la pertenencia a la Unión Europea. Pero esas fuerzas
flotan en la superficie de un cambio radical más trascendente: un giro
fundamental a nivel mundial en la relación entre el estado y el
mercado.
Desde
el nacimiento del capitalismo moderno, esos dos marcos de actividad
humana generalmente estuvieron enfrentados. Mientras que el mercado
tiende a expandirse geográficamente en tanto sus participantes persiguen
beneficios económicos, el estado busca mantener en orden a todos y a
todo dentro del territorio que controla. Un comerciante puede reconocer
oportunidades de mercado en un país extranjero, pero, si pretende
aprovecharlas, se topará con el estado -más inmediatamente, con las
autoridades inmigratorias del país.
De
qué manera reconciliar la tensión entre el mercado y el estado es la
preocupación central de la economía política hoy, del mismo modo que lo
fue para Adam Smith en el siglo XVIII, para Friedrich List y Karl Marx
en el siglo XIX y para John Maynard Keynes y Friedrich von Hayek en su
extenso debate sobre el tema a mediados del siglo XX.
Consideremos
dos extremos hipotéticos en la relación estado-mercado. El primero es
un mercado global sin fisuras en el que los individuos pueden maximizar
sus beneficios materiales sin ninguna intervención del estado. El
problema con este escenario es que uno puede vivir en un país que es
vulnerable a todas las consecuencias negativas de la globalización
irrestricta, como la devaluación de la moneda, la explotación laboral,
el incumplimiento de las leyes de propiedad intelectual y demás.
El
otro extremo es un mundo integrado enteramente por estados autárquicos
aislados, donde los individuos están protegidos de las fuerzas
económicas externas y el estado tiene plena autonomía en las cuestiones
domésticas. En este escenario, habrá que renunciar a todos los
beneficios económicos conocidos de la división global del trabajo.
Entre
estos dos extremos se encuentra gran parte del mundo tal como es,
caracterizado por proyectos de integración regional como la UE y el
Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte.
Podemos
identificar oscilaciones importantes durante la historia del
capitalismo en los dos últimos siglos, hacia el mercado y hacia el
estado. Por ejemplo, el rechazo de las Leyes del Maíz en el Reino Unido
en 1846 favoreció un mercado libre en el comercio internacional y una
globalización acelerada hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Después
de la Primera Guerra Mundial, el péndulo volvió a oscilar hacia el
estado. El capital financiero en Occidente estaba debilitado
políticamente y una clase trabajadora movilizada aprovechó la
oportunidad para exigir empleos y programas de asistencia social que
iban en contra de la lógica y las reglas de un mercado globalizado. En
las vísperas de la Segunda Guerra Mundial, sobrevino un creciente
proteccionismo de la mano de políticas aislacionistas -como cuando Gran
Bretaña abandonó el patrón oro en 1931 en respuesta a una gran demanda
de la libra-. The Economist declaró ese lunes 21 de septiembre
"el fin definitivo de una época en el desarrollo financiero y económico
del mundo". Después de la aprobación del Brexit, el mismo periódico
advirtió: "Gran Bretaña está navegando en una tormenta con nadie frente
al timón".
La
conferencia de Bretton Woods en 1944 marcó otra nueva oscilación hacia
el mercado, sólo que esta vez permitió cierto grado de autonomía
nacional. Hasta fines de los años 1960, un equilibrio armonioso de
apertura internacional y autonomía nacional dio lugar a una prosperidad
generalizada.
Ahora
bien, la turbulencia regresó en los años 1970 cuando el crecimiento
lento y los precios elevados de la "estanflación" así como una crisis
energética global hicieron oscilar el péndulo hacia mercados totalmente
liberalizados -un cambio del mundo keynesiano al mundo hayekiano,
ayudado por Margaret Thatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan en
Estados Unidos.
Esto
nos trae al presente. La crisis económica de 2008, y la imposibilidad
de la economía global de recuperarse de ella plenamente, pusieron fin al
proyecto iniciado por Thatcher y Reagan. Como en el período posterior a
la Primera Guerra Mundial, los trabajadores empezaron a pensar que la
globalización los había dejado atrás y que los líderes políticos
favorecían a los financistas y a las grandes empresas a costa suya. En
el caso del Brexit, la campaña "Leave" votó por más autonomía nacional,
aunque tenga un claro costo material.
Una
versión norteamericana del Brexit tal vez no esté muy lejos si el
próximo presidente de Estados Unidos desecha el Acuerdo Transpacífico de
Cooperación Económica con 11 países de la costa del Pacífico, firmado
en febrero de este año. En un momento en que las negociaciones
comerciales a nivel global están casi muertas, el TPP (por su sigla en
inglés) debería parecer una estrategia razonable para impulsar el
comercio multilateral. Y, sin embargo, ambos candidatos presidenciales
en Estados Unidos dicen que se oponen a él y proponen lo que sería un
equivalente a un "Amexit" del sistema de comercio global.
Estamos
en un interregno. El descontento social y político seguirá creciendo en
todo el mundo hasta que volvamos a colocar a la relación estado-mercado
en un equilibrio saludable. El problema es que nadie sabe cómo hacerlo
mejor.
Algunos
proponen rearmonizar los mercados internacionales con autonomía
nacional, como sucedió en Bretton Woods. Pero el orden económico
internacional de posguerra fue creado para la era pre-globalización, y
no podemos volver a poner al genio dentro de la botella, aun si fuera
posible hacerlo. El Brexit marca el comienzo del fin de la última era de
globalización. Nadie puede saber qué viene a continuación, pero sí
podemos estar seguros de que no será el destino final.
No comments:
Post a Comment