Isaac Katz dice que la corrupción "al menudeo" afecta más a las familias de menores ingresos, de manera que resulta ser un impuesto regresivo.
Hay sin embargo un aspecto que difícilmente será atendido y combatido por el SNA: la corrupción "al menudeo". De acuerdo a estimaciones realizadas por Transparencia Mexicana cada año se cometen más de 200 millones de actos de este tipo, afectando relativamente más a las familias de menores ingresos es decir, se trata de un impuesto notoriamente regresivo. Ejemplos de este tipo de corrupción abundan: pagos que hay que hacer para obtener un permiso de construcción, para conectarse a las redes de electricidad y el sistema de agua, para que el servicio de limpia municipal recoja la basura generada en los hogares y los establecimientos mercantiles, para evitar ser sancionado con una multa por una infracción real o inventada (extorsión) que violente tal o cual reglamento, para abrir y operar una empresa y muchos, muchos más.
Uno de los grandes problemas que tenemos en México es, como atinadamente lo escribió Luis Rubio en su artículo publicado en el periódico Reforma "Las reglas y el crecimiento", la enorme discrecionalidad en la interpretación y aplicación de leyes y reglamentos. Es precisamente esta discrecionalidad lo que le permite a funcionarios públicos actuar como buscadores de rentas y utilizar el poder público para obtener un beneficio personal. Y es en este aspecto del arreglo institucional que es prácticamente imposible que el SNA logre una mella significativa, sino es que nula.
Es claro que se requiere avanzar para alcanzar un arreglo regulatorio, en los tres órdenes de gobierno que sea eficiente, transparente y no sujeto a la interpretación discrecional por parte de los burócratas; solo así se podrá combatir el flagelo de la corrupción "al menudeo". El problema, sin embargo, es que no está en el interés de los funcionarios en los diferentes niveles de gobierno, sean gobernadores, presidentes municipales, directores de áreas que otorgan diferentes tipos de licencias y permisos, etcétera, transitar hacia ese arreglo institucional ya que hacerlo implicaría la pérdida del poder para actuar como buscadores de rentas. No están dispuestos a perder su poder para extorsionar a los agentes económicos privados. Y esto nos seguirá costando una fortuna en términos de crecimiento no logrado y en el bienestar de la población sacrificado.
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