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Saturday, December 24, 2016

El principio de Reinhardt aplicado al sistema político

En su famoso artículo de 1948, El Juicio de Paris (Das Parisurteil), Karl Reinhardt planteó lo siguiente:
Así como la eternidad y magnificencia de los dioses son preservadas al costo de la transitoriedad y trágica fragilidad de los hombres, así también éstas son preservadas como medios para la grandeza humana al costo de cierto fracaso divino.
Este principio de equilibro espiritual, cuando se aplica a la dimensión económica, implica que alguien “debe” perder lo que otro está ganando. Muchas personas creen que esto ocurre siempre y que, por lo tanto, quienes tienen muchos recursos solamente pudieron obtenerlos a costa de otras personas y que la única situación económica universal verdaderamente justa sería una en la que los recursos estén repartidos de forma igualitaria. Estas personas, por supuesto, están equivocadas. El principio de Reinhardt se aplica a la dimensión económica solamente cuando ocurre una transferencia sin intercambio.

Wednesday, December 14, 2016

Sociedad civil y prosperidad




“UNA SOCIEDAD CIVIL ES UNA EN LA CUAL LA GENTE TIENE DOS COSAS FUNDAMENTALES; LIBERTAD Y LAS HERRAMIENTAS PARA FORMAR ASOCIACIONES.”

RICARDO VALENZUELA
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Ante un mundo cada vez más poblado y de creciente escasez, los gobiernos no encuentran la fórmula mágica para enfrentar ese reto, el reto de abrir las puertas a la prosperidad. El filósofo Santayana afirmaba que, aquellos que no aprenden de la Historia, están condenados a repetirla. Yo pienso que la lección más importante de la historia moderna es la que nos han enseñado tres eventos conformados recientemente:




Los éxitos y fracasos al tratar de construir una sociedad civil en lo que fue la Unión Soviética; el fracaso estrepitoso del modelo Neo Confuciano aplicado en el este de Asia; y el resurgimiento de las economías en el mundo de habla inglesa, particularmente en los Australia y Nueva Zelanda y recientemente las de los países bálticos. Esas experiencias nos permiten entender las raíces culturales del nuevo fenómeno que hoy emerge y que se le ha llamado “ultra prosperidad.” Ultra prosperidad se ha definido como la habilidad de una economía para generar un crecimiento a largo plazo por encima de las normas históricas. Un crecimiento económico no inflacionario y en un estado de pleno empleo.
Bajo los estándares del concepto de ultra prosperidad, el crecimiento experimentado por los EU durante los últimos treinta años no ha sido un hecho excepcional, sino la conformación de una nueva norma que, a pesar de sus problemas actuales y las nocivas interferencias del estado, se espera continúe agresivamente durante todo el Siglo XXI, en el que se proyecta el PIB de los EU al final de la segunda década se ubique cercano a los 30 Trillones de dólares. Hay varias explicaciones para este fenómeno. Todas ellas asumen un Dow de 30,000 para mediados de la próxima década, y algunas van hasta predecir un Dow de 250,000 para mediados de este siglo.
Estas lecciones nos han enseñado una cosa—la relación entre prosperidad y sociedad civil. Una Sociedad Civil es una en la cual la gente tiene dos cosas fundamentales; libertad y las herramientas para formar asociaciones —compañías, clubes, sociedades, empresas, y redes informales— que después actúan como un gran sistema intercomunicado y autorganizado para resolver las necesidades de la comunidad. Los gobiernos en las Sociedades Civiles exitosas han servido básicamente como los proveedores de la estructura que alguien ha llamado el guardián de funciones —un justo e imparcial adjudicador, mantenedor de la paz  y el centinela de la paz interna y externa.
Las Sociedades Civiles se desarrollan lenta y gradualmente, no se encuentran en estado natural. En la actualidad los países con sociedades civiles débiles o que no las tienen, se dividen en dos tipos. Los primeros son aquellos en los que la sociedad civil es un tejido de complicidades entre el estado y ciertos miembros de la familia política, un exclusivo club de saqueadores. Los menos comunes son aquellos en los que sociedades civiles existentes fueron destruidas por el Estado opresivo. En el Siglo pasado vimos cómo ideologías opresivas crearon maquinarias gubernamentales perversas para destruir las sociedades civiles. Las monarquías nunca las permitieron, las dictaduras las asesinaron.
Las experiencias de la ex Unión Soviética y el este de Asia, han reforzado la importancia de la Sociedad Civil en la prosperidad de las naciones. El comunismo ha sido la maquinaria más eficiente para destruir la Sociedad Civil. La recuperación de esa fatal plaga se puede predecir respondiendo dos preguntas —¿cuánto tiempo estuvo un determinado país bajo tal yugo y qué tan fuerte era su Sociedad Civil antes de que lo subyugaran? Países como Polonia, Hungría, Estonia que portaban Sociedades Civiles relativamente fuertes antes del comunismo y fueron subyugadas después de la segunda guerra mundial, son las que mejor se han recuperado. Aquellas que estuvieron oprimidas por más largo tiempo, como Rusia y sus diferentes regiones, viven todavía un limbo de falta de definiciones. Las regiones que tenían sociedades casi monárquicas como Albania y Asia Central, permanecen al final de la lista. Insurrecciones, corrupción, y sociedades civiles putrefactas hacen imposible la recuperación.
El este de Asia es una historia diferente pero con los mismos resultados. Los países exitosos de Asia siempre tuvieron economías de mercado pero con sociedades civiles sumamente débiles. Los negocios siempre se basaron en relaciones familiares o gubernamentales, los que no pertenecieran a esos círculos, siempre corrieron riesgos muy anormales al tratar de participar. Ese tipo de sociedad prospera por algún tiempo, sobre todo si tienen ética de trabajo. Los tigres se convirtieron en expertos copiadores de negocios para repetirlos en sus países más barato, más eficiente, y con el apoyo y capitalización gubernamental.
Finalmente el modelo neo confuciano —lealtad familiar, proteccionismo, supresión del individualismo, ética de trabajo, ayuda estatal— tuvieron que enfrentar las furias de los mercados libres agigantados por las verdaderas sociedades civiles a nivel mundial, provocando el derretimiento del milagro asiático y un tapabocas para todos aquellos profetas del Apocalipsis que durante los 80s inundaron el mercado con sus libros prediciendo el declive de los EU ante el imparable Japón. Curiosamente países como Hong Kong y Singapur, que habían sido colonias inglesas heredando sobre todo su sistema legislativo, fueron salvadas por sus “blindajes” Anglo Confucianos contra ese neo confusionismo.
Ahora, ¿este análisis deja a México y América Latina sin respuesta? En México nunca ha existido una verdadera Sociedad Civil. La concentración de poder en la época de la colonia no permitió su formación. Al lograr nuestra independencia no tuvimos paz hasta el gran invento de los revolucionarios; el PRI. En esos momentos, como dice Fukuyama, el PRI asumió el papel de Luis XVI en Francia concentrando todo el poder para impedir el desarrollo de la Sociedad Civil. Fue en esa época cuando Plutarco Elías Calles le dio vida a la Cosa Nostra mexicana. Mediante los tentáculos opresivos de “La organización” se controlaron obreros, campesinos, burócratas, profesionistas, partidos políticos e inclusive infinidad de “organizaciones empresariales”
En estos momentos México es un potaje de lo peor analizado; un país con noveles y débiles instituciones, sin una verdadera sociedad civil, sin un verdadero sistema legislativo, con una economía todavía controlada por la familia revolucionaria, con una incipiente democracia que nadie sabe qué hacer con ella, con insurrecciones, con una gran corrupción. Ahí es donde debe estar la lucha, en crear ese potaje de esta nueva Ultra prosperidad —sociedad civil libre, economía libre.

Sociedad civil y prosperidad




“UNA SOCIEDAD CIVIL ES UNA EN LA CUAL LA GENTE TIENE DOS COSAS FUNDAMENTALES; LIBERTAD Y LAS HERRAMIENTAS PARA FORMAR ASOCIACIONES.”

RICARDO VALENZUELA
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Ante un mundo cada vez más poblado y de creciente escasez, los gobiernos no encuentran la fórmula mágica para enfrentar ese reto, el reto de abrir las puertas a la prosperidad. El filósofo Santayana afirmaba que, aquellos que no aprenden de la Historia, están condenados a repetirla. Yo pienso que la lección más importante de la historia moderna es la que nos han enseñado tres eventos conformados recientemente:


Tuesday, July 19, 2016

El Estado Islámico y la muy larga guerra contra el terrorismo

Bandera del EI
Vaya Ramadán hemos tenido. Orlando: 49 muertos. Estambul: 44 muertos. Daca: 22 muertos. Bagdad: 220 muertos. Varios lugares de Arabia Saudí: 7 muertos.
Todos estos atentados han estado relacionados con el Estado Islámico (EI), aunque ha variado su grado de implicación. El terrorista de Orlando fue al parecer radicalizado a distancia, mientras que se cree que los terroristas de Estambul eran una célula del EI procedente de Siria. Salvo en Orlando, en todos estos atentados ha participado más de un atacante. El aterrador grado de coordinación y disciplina ha hecho que algunos hablen de “manadas de lobos” y no de “lobos solitarios”.
En todos los casos, excepto en Daca y Orlando, la mayoría de los muertos han resultado ser correligionarios musulmanes. Se dijo que en Daca los terroristas sólo habían matado a los rehenes que no pudieron recitar versos del Corán. En cambio, en el atentado de Bagdad –el peor de todos y el peor que haya ocurrido allí jamás–, todas las víctimas eran musulmanas, que estaban celebrando su liberación nocturna de las restricciones del Ramadán.



Entre los analistas ha sido común decir que estos ataques se cometieron en respuesta a las pérdidas territoriales sufridas recientemente por el EI. Se dice que la organización terrorista ha perdido el 47 % de su territorio en Irak y el 20% en Siria. Los analistas (y algunos funcionarios del Gobierno de EE.UU.) sugieren que, en consecuencia, el EI está tratando de mantener su relevancia ampliando las operaciones fuera del núcleo de su califato. Podría ser. O podría ser también que el EI ha estado todo el tiempo planeando una campaña de atentados en el extranjero, al margen de que perdiese territorio o no. No sabemos lo suficiente como para ofrecer una respuesta definitiva.
Lo cierto sigue siendo que, incluso en sus actuales condiciones de debilidad, el EI es la organización terrorista más poderosa del planeta, y posiblemente incluso la más fuerte de la historia. Las autoridades de EE.UU. calculan que sus ingresos petroleros se han reducido a la mitad, pero aún así sigue generando 150 millones de dólares al año.
En cuanto a sus recursos humanos, el New York Times informó de lo siguiente:
Las filas del Estado Islámico en Irak y Siria se han reducido a entre 18.000 y 22.000 combatientes, desde un pico de unos 33.000 el año pasado, según las autoridades estadounidenses. Pero hay movilizados unos 20.000 militantes bajo la bandera del Estado Islámico en al menos ocho organizaciones afiliadas en Libia, Egipto, Afganistán, Pakistán y Nigeria, entre otros. al-Qaeda, en comparación, tuvo su pico en 2.000 combatientes.
En resumen: no demos por muerto aún al EI. Tiene potencial para causar estragos en los próximos años, en cualquier forma que adopte. Es obvio que sería enormemente ventajoso destruir su control físico del territorio en Irak y Siria, que es lo que posibilita su enorme flujo de ingresos (que provienen de los impuestos a las personas bajo su dominio y de sus enredos criminales, y de la producción de petróleo) y lo que le proporciona un espacio para entrenar y adoctrinar a sus reclutas, así como el aura triunfal que tanto ha contribuido a su atractivo para potenciales terroristas de todo el mundo.
Pero aunque destruir el califato reducirá sin duda la amenaza del EI, es probable que no la elimine. Como al-Qaeda, de la que una vez fue filial, el EI demuestra una desoladora capacidad para adaptarse a las adversidades: ya vimos cómo pudo resucitar tras las derrotas que sufrió en Irak en 2007 y 2008, cuando allí era conocido como al-Qaeda.
El hecho de que el presidente Obama haya ralentizado la campaña contra el EI –han transcurrido dos años desde que se restableció el califato– ha dado tiempo a la organización de Bagdadi para montar una red terrorista mundial que no será fácil eliminar. La continuada capacidad del EI para perpetrar o inspirar ataques terroristas en todo el mundo hace que la afirmación del presidente de que ha sido “contenida” resulte ridícula. Sí, casi: ha quedado suelto en el mundo un patógeno letal que no va a ser fácil erradicar.
Si hay algo positivo en la ofensiva mundial del EI es que podría unir a más países aún en la lucha contra él. En concreto, Turquía tiene la capacidad de causar un considerable daño al EI si la situación se agrava lo suficiente. El año pasado, el Gobierno turco ya tomó medidas contra el EI, lo que probablemente provocó el atentado en el aeropuerto de Estambul y los ataques previos. Esperemos que ahora Turquía redoble sus esfuerzos.
Pero aun en el caso de que la amenaza del EI acabara reduciéndose, hay otras organizaciones terroristas, como al-Qaeda, que aguardan entre bastidores. De hecho, los mayores beneficiarios de la campaña contra el EI en Irak y Siria podrían ser otras organizaciones terroristas suníes y chiíes ansiosas por llenar el vacío. La única manera de evitarlo es fomentar que haya Gobiernos funcionales en Siria e Irak que puedan controlar su propio territorio, pero hay escasas esperanzas de lograrlo en un futuro cercano. Sigue siendo guerra larguísima, y no se ve ninguna luz al final del túnel.

El Estado Islámico y la muy larga guerra contra el terrorismo

Bandera del EI
Vaya Ramadán hemos tenido. Orlando: 49 muertos. Estambul: 44 muertos. Daca: 22 muertos. Bagdad: 220 muertos. Varios lugares de Arabia Saudí: 7 muertos.
Todos estos atentados han estado relacionados con el Estado Islámico (EI), aunque ha variado su grado de implicación. El terrorista de Orlando fue al parecer radicalizado a distancia, mientras que se cree que los terroristas de Estambul eran una célula del EI procedente de Siria. Salvo en Orlando, en todos estos atentados ha participado más de un atacante. El aterrador grado de coordinación y disciplina ha hecho que algunos hablen de “manadas de lobos” y no de “lobos solitarios”.
En todos los casos, excepto en Daca y Orlando, la mayoría de los muertos han resultado ser correligionarios musulmanes. Se dijo que en Daca los terroristas sólo habían matado a los rehenes que no pudieron recitar versos del Corán. En cambio, en el atentado de Bagdad –el peor de todos y el peor que haya ocurrido allí jamás–, todas las víctimas eran musulmanas, que estaban celebrando su liberación nocturna de las restricciones del Ramadán.


Friday, July 8, 2016

Política: Ocaso de ideas y carencia de líderes

PoliticoLa relación de dependencia entre estas dos variables parece a todas luces evidente. Un líder sólo puede brotar cuando quien pretenda abrogarse esa condición esté en posesión vivencial de ideas y, además, esté dispuesto a llevarlas a término. Sin ideas, el líder no pasará de ser un simple papanatas con capacidad para esparcir el mal por el mundo, dependiendo, simplemente, del espacio que le permitan los que le contemplan.
Dejar de preocuparnos, incluso eliminar en la educación cualquier consideración a los fundamentos del saber, ha arrancado de raíz la posibilidad de ideas fundadas y contrastadas sobre las que edificar unliderazgo responsable. Por eso, los que hoy llamamos líderes no apelan a la razón ni al sentido común de las cosas, sino que tratan, por todos los medios, de despertar las emociones en quienes les escuchan. Por otro lado, una sociedad cansada, con horizonte reducido, es presa fácil a la hora de instigar su emotividad.



Que así sean las cosas no evita que esa carencia –en la causa y en el efecto– pase su correspondiente factura de empobrecimiento social; empobrecimiento de una sociedad que ni siente ni se compromete, sino que desenvuelve su vida vegetativa en una serie de formalismos –las elecciones entre ellos– que le ayudan a convencerse de que realmente vive. Un vivir, sin tullir ni bullir.
¿Dónde están hoy aquellos líderes empresariales? ¿Dónde está un Henry Ford, o un Gotlieb Daimler y un Karl Benz, o, retrocediendo un siglo más, un Amschel Mayer Rothschild…? ¿Dónde están los políticos como Harold Macmillan, Konrad Adenauer, Alcide De Gasperi, Robert Schuman y Jean Monnet, cuya obra se ve hoy vituperada por quienes desprecian las normas anteponiendo a éstas sus caprichos y sus intereses?
La mediocridad de hoy es la de las ideas. Las ideas enraizadas no son objeto de renuncia ni, en su esencia, pueden ser objeto de transacción. Hoy vivimos el triunfo del principio por algunos atribuido a Groucho Marx: “Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros”. ¿Puede un empresario dejar de mirar al mercado para cultivar la amistad con un ministro? Los llamados jóvenes empresarios, ¿pueden condicionar su actividad a la obtención de ayudas públicas?
¿Puede un pretendido líder político, ante el fracaso electoral, proclamar que en los próximos comicios cambiará de discurso? ¿A cuál tienen que creer los electores? ¿Podemos llamar líderes del Brexit a quienes desaparecen de la faz de la Tierra ante el panorama que han dejado en el Reino Unido? ¿Qué líderes son los que, a la hora de llevar a término el programa anunciado, tras recibir la aprobación mayoritaria de los británicos, deciden dejar todo a lo que resulte de la voluntad de quienes no creían en ello? Aunque peligrosa, ¿era todo una farsa?
Nuestra esperanza es que la historia juzgue, con la severidad acorde con la ofensa, a estos falsos líderes que ultrajaron a la sociedad sin respeto ni consideración.

Política: Ocaso de ideas y carencia de líderes

PoliticoLa relación de dependencia entre estas dos variables parece a todas luces evidente. Un líder sólo puede brotar cuando quien pretenda abrogarse esa condición esté en posesión vivencial de ideas y, además, esté dispuesto a llevarlas a término. Sin ideas, el líder no pasará de ser un simple papanatas con capacidad para esparcir el mal por el mundo, dependiendo, simplemente, del espacio que le permitan los que le contemplan.
Dejar de preocuparnos, incluso eliminar en la educación cualquier consideración a los fundamentos del saber, ha arrancado de raíz la posibilidad de ideas fundadas y contrastadas sobre las que edificar unliderazgo responsable. Por eso, los que hoy llamamos líderes no apelan a la razón ni al sentido común de las cosas, sino que tratan, por todos los medios, de despertar las emociones en quienes les escuchan. Por otro lado, una sociedad cansada, con horizonte reducido, es presa fácil a la hora de instigar su emotividad.


Wednesday, June 15, 2016

¿Es la democracia la gran cosa?

Votación
Mi gran escepticismo sobre la democracia como algo esencial en sociedad e incluso como “derecho natural” no será novedad para los lectores de Libertad.org.
La realidad histórica y política es que la democracia es una espada de doble filo, y cuando expongo mi opinión y reseño que la democracia está sobrestimada, me catalogan rapidito como una persona autoritaria, liberticida, antidemocrática y antipueblo. Esta reacción, mayormente entre círculos izquierdistas, se basa en la premisa falsa de que es si un político o una institución tienen legitimación democrática entonces es sinónimo de algo bueno.
Para muchas personas sería un verdadero choque plantear cómo dos de los países más libres, el Reino Unido y Estados Unidos, son los menos atados a los principios de la democracia y el sufragio universal. Este planteamiento se sostiene si analizamos la estructura constitucional de ambos países; la Constitución de Estados Unidos es el documento más conservador en el planeta, donde el voto se menciona poco, algo que es reservado a los Estados de la Unión.



La estructura del gobierno es una que divide el poder, en donde el Ejecutivo no lo dirige directamente el elector sino el Colegio Electoral. La rama legislativa, el Senado, antes de la Enmienda XVII era elegido por las legislaturas estatales por un periodo de seis años. El Poder Judicial, investido en los magistrados de la Corte Suprema, tampoco se elige directamente. El presidente nomina y el Senado ratifica.
En el caso del Reino Unido, es una monarquía constitucional donde no se vota por el/la monarca (Jefe del Estado), donde en el sistema parlamentario no se vota directamente por el primer ministro sino por miembros del Parlamento. Tiena la Casa de los Lores que no es electa sino que sus miembros son elegidos por el gobierno de por vida y representa una importante parte fiscalizadora de la legislación proveniente de la Cámara de los Comunes. Un país donde los grandes avances en la libertad como el derecho de Habeas Corpus no provienen de movimientos democráticos sino de mayormente de conflictos entre monarca y Parlamento, representado por una aristocracia que no era electa y unos comunes que eran electos por un electorado limitado. Este sistema nos legó la Carta Magna, bendito documento que ha ilu,minado el camino de más de una constitución.
Como podemos apreciar estos países son baluartes de la libertad porque su sistema no es totalmente democrático, donde existe una prudente restricción en actuar y adquirir el poder. Son sistemas que se basan en una concepción de la naturaleza humana que comprende sus flaquezas y por eso tiene un escepticismo natural a lo que John Madison y John Adams, entre otros, denominaron como “la tiranía de la mayoría”. Esto no quiere decir que favorezca un retorno al pasado, ya que el sufragio es universal, pero sí enfatizo que no veamos la democracia como algo sagrado o la panacea a nuestras aflicciones. Una institución no debe ser necesariamente eliminada porque no tener legitimación democrática. Habrá que analizarla bajo el criterio de si mantienen y defienden la libertad y el orden.
Es importante cuestionar la sacralidad de la democracia y si de verdad nos hemos beneficiado de este movimiento democrático, sus ideas y del sufragio universal. El sistema democrático permite el traspaso del poder político sin necesidad de matarse (literalmente) por alcanzarlo. En este punto, es un magnífico sistema ya que es la forma pacífica y civilizada de hacer las cosas. Pero, pasado ese umbral, también vemos cómo por la búsqueda de votos, los partidos venden sus ideales y a su base política, traicionando sus promesas, atacando las libertades personales y envolviéndose en la bandera del populismo en nombre de un supuesto bienestar social. Por ejemplo, América Latina ha sufrido enormes decepciones con la institución democrática debido a la corrupción política.
Podríamos concluir que no nos hemos visto necesariamente beneficiado bajo este sistema – quizás hasta hayamos empeorado. En muchos casos, la democracia se ha convertido no solo en legitimación sino en arma retorica e ideológica para el intervencionismo contra el individuo y hasta a nivel militar en otros países. Las intervenciones militares en nombre de supuestos valores democráticos universales se han repetido en el siglo XX y XXI. Las intervenciones contra la libertad individual en nombre de un supuesto bienestar social general han sido impuestas por elementos legitimados por la democracia.
El modelo de los Padres Fundadores de Estados Unidos, basado en un gobierno limitado con balance de poderes, ha ido cambiando lentamente a favor del intervencionismo del Estado que recorta libertades individuales de forma lenta pero segura – todo ello bendecido en nombre de la democracia y el progreso social. ¿Estamos mejor o peor? Porque en nombre de ese mismo principio, hoy tenemos una deuda de 19 billones de dólares, oleada, sacramentada y creada por nuestros representantes democráticamente electos. Conceder legitimidad democrática a nuestros políticos se puede convierte fácilmente en potentes armas contra nuestra propia libertad. Reflexione sobre esto que también es resultado de la democracia.

¿Es la democracia la gran cosa?

Votación
Mi gran escepticismo sobre la democracia como algo esencial en sociedad e incluso como “derecho natural” no será novedad para los lectores de Libertad.org.
La realidad histórica y política es que la democracia es una espada de doble filo, y cuando expongo mi opinión y reseño que la democracia está sobrestimada, me catalogan rapidito como una persona autoritaria, liberticida, antidemocrática y antipueblo. Esta reacción, mayormente entre círculos izquierdistas, se basa en la premisa falsa de que es si un político o una institución tienen legitimación democrática entonces es sinónimo de algo bueno.
Para muchas personas sería un verdadero choque plantear cómo dos de los países más libres, el Reino Unido y Estados Unidos, son los menos atados a los principios de la democracia y el sufragio universal. Este planteamiento se sostiene si analizamos la estructura constitucional de ambos países; la Constitución de Estados Unidos es el documento más conservador en el planeta, donde el voto se menciona poco, algo que es reservado a los Estados de la Unión.