Los medios de comunicación masivos "han perdido su credibilidad al ayudar a Washington a mentir", denuncia el politólogo y economista en un nuevo artículo.
La mayoría de los estadounidenses "que son capaces de pensar" han renunciado a los medios de comunicación masivos, sostiene el politólogo y economista norteamericano Paul Craig Roberts en su página web oficial.
Para Roberts, una característica de un Estado totalitario o autoritario son los "medios de comunicación que no se sienten responsables de investigar y encontrar la verdad, aceptando, en vez de ello, el papel de propagandistas", y en este sentido, afirma, "toda la prensa occidental ha estado en el 'modo de propaganda' durante mucho tiempo".
"En EE.UU., la transformación de los periodistas en propagandistas se completó con la concentración de medios de comunicación diversos e independientes en seis megacorporaciones que ya no están a cargo de los periodistas", critica el experto para agregar que, como consecuencia, las personas inteligentes confían cada vez más en "medios de comunicación alternativos que hacen preguntas, ordenan hechos y ofrecen análisis en lugar de una historia oficial increíble".
"Han perdido su credibilidad al ayudar a Washington a mentir"
Los principales medios de comunicación "han perdido su credibilidad al ayudar a Washington a mentir", argumenta el autor del artículo citando como ejemplos "las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein", "las armas nucleares iraníes", "el uso de armas químicas por Al Assad" o "la invasión rusa de Ucrania", entre otros.Asimismo, prosigue Roberts, han perdido su credibilidad al aceptar incondicionalmente el discurso de las autoridades acerca de los ataques que bien podrían ser de bandera falsa.
"A pesar de las evidentes inconsistencias, contradicciones y fallos de seguridad que parecen demasiado poco probables para ser creíbles, los principales medios de comunicación nunca hacen preguntas ni investigan. Simplemente se presenta como un hecho lo que dicen las autoridades", denuncia el analista, que afirma sentirse "molesto" por el hecho de que los medios de comunicación "no tengan ningún interés en la comprobación de los hechos" y, en cambio, etiqueten como 'teóricos de la conspiración' a aquellos que plantean cuestiones incómodas.
Así, el politólogo recuerda que cuando unos 2.300 arquitectos e ingenieros escribieron al Congreso para solicitar una investigación real sobre el 11-S, les despidieron como "teóricos de la conspiración" en lugar de tramitar su solicitud con el respeto que merecían.
Los principales medios de comunicación nunca hacen preguntas ni investigan. Simplemente se presenta como un hecho lo que dicen las autoridades"El Gobierno nos tiene donde quiere tenernos, impotentes y desinformados", lamenta el experto agregando, en referencia al 11-S, que la mayoría de los estadounidenses "son demasiado ignorantes para diferenciar entre un edificio que se derrumba por daños asimétricos y uno que estalla".
"Los periodistas convencionales no pueden cuestionar e investigar y conservar su empleo. Los científicos no pueden hablar y seguir recibiendo fondos", apunta Roberts, para insistir en que "la verdad ha sido empujada hacia los medios alternativos de Internet".