Honduras prepara una "ciudad modelo", con
leyes propias y mínima regulación, para atraer inversores al estilo de la ex
colonia británica en China.
DANIEL LUNA
Una
ciudad-estado creada en medio de la nada. Así puede resumirse el proyecto que
va a poner en marcha el Gobierno de Honduras con el objetivo de transformar el
país en una potencia económica mundial.
La idea es simple: se toma un área deshabitada, se le otorgan leyes propias, diferentes a las del resto del país, que no obstaculicen la inversión ni la creación de empleo, y se abre la puerta a cuantos empresarios nacionales o extranjeros estén dispuestos a instalarse. El resultado, a juzgar por la experienca de Singapur, Hong Kong y otras ciudades asiáticas con legislaciones de este tipo, debería ser un desarrollo espectacular.
La idea es simple: se toma un área deshabitada, se le otorgan leyes propias, diferentes a las del resto del país, que no obstaculicen la inversión ni la creación de empleo, y se abre la puerta a cuantos empresarios nacionales o extranjeros estén dispuestos a instalarse. El resultado, a juzgar por la experienca de Singapur, Hong Kong y otras ciudades asiáticas con legislaciones de este tipo, debería ser un desarrollo espectacular.