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Friday, October 7, 2016

El No da a Colombia la oportunidad de una paz verdadera

By: Hana Fischer - 

(FARC-EP) Colombia
En una elección el sentir popular se expresa de varias maneras, una de ellas es absteniéndose de votar. (FARC-EP)
El domingo dos de octubre los colombianos rechazaron el acuerdo de paz negociado entre el presidente Juan Manuel Santos y las Farc en Cuba. El resultado fue de 50,21 % a favor del No y 49,78 % que votó el Sí.
Podría parecer que la diferencia entre ambas posturas es mínima. Pero no es así. En una elección el sentir popular se expresa de varias maneras, una de ellas es absteniéndose de votar. Teniendo en cuenta que en el mencionado plebiscito el 63 % de la población no acudió a las urnas, eso significa que únicamente el 18 % de los colombianos apoyaron el Sí. Es decir, una ínfima porción.
Por otra parte, teniendo en cuenta la relevancia del tema, es imposible atribuir dicha actitud a la indiferencia. Por consiguiente, la interpretación lógica es que esas personas con su abstención, emitieron un potente mensaje hacia aquellos que negociaron el acuerdo: no les tenemos confianza.



Las razones son varias

El lugar escogido para negociar fue Cuba, contando con el beneplácito de los hermanos Castro que apoyaron el acuerdo, tal como prueba el hecho de que Raúl haya asistido en persona a la firma del Acuerdo Final en Cartagena. También el chavismo lo respaldó. Conociendo la forma en que ambos regímenes conciben la democracia, ese aval es una advertencia del modo en que podrían evolucionar sus instituciones republicanas si las FARC tomaran el poder.
Santos negoció el acuerdo contando con índices de aprobación muy bajos (alrededor del 29 %), por lo que su capital político era exiguo al momento de firmarlo. Por otra parte, en muchos aspectos lo negociado riñe con el sistema republicano y democrático de gobierno.
Uno de los pilares de la paz social es la garantía  de que todos son iguales ante la ley. La existencia de Justicias diferentes para unos y otros, en rigor, no es justicia. En consecuencia, no es correcto afirmar que una justicia transicional permitirá la pacificación del país. Esa ley “perdona tutti” a las FARC, difícilmente será aceptada por las víctimas y sus familiares, tal como demuestra la evidencia histórica.
Recordemos que sus miembros son culpables de crímenes de lesa humanidad, torturas, abusos sexuales y reclutamiento de menores. Infamias que sobrepasan a las cometidas por las dictaduras militares latinoamericanas de las décadas de 1970-1980. También en estos países se trató de dar vuelta la página otorgando amnistía a los abusadores y el resultado no ha sido el esperado: se sigue clamando por “Verdad, Justicia y castigo a los culpables”. Eso ocurre porque hay ciertas cosas que no son perdonables.
Además, tal como expone Danilo Rojas -presidente del Consejo de Estado (corte encargada de los procesos administrativos), esa justicia transicional acareará inseguridad jurídica. Expresó su preocupación por el futuro de la acción de tutela, el concepto de cosa juzgada, la reparación de las víctimas y otros temas que pueden generar conflictos de competencias con respecto a la justicia ordinaria.
Otro de los mensajes emitidos a través del susodicho acuerdo fue, que el crimen paga, que es buen negocio. Se pueden cometer las más terribles atrocidades y no obstante, ser “premiados”. Plinio Apuleyo Mendoza (escritor, periodista y diplomático colombiano) en una carta abierta a Mario Vargas Llosa detalla lo que obtendrán los FARC:
Quedarán eximidos del pago de cárcel a pesar de los atroces delitos que cometieron durante más de 50 años; tendrán 26 curules efectivas en el Congreso, 31 emisoras de radio, canal de televisión, un caudaloso presupuesto para la difusión de su plataforma ideológica y ocuparán vastas zonas de concentración en el país, sin presencia de la Fuerza Pública, y que de hecho se convertirán en pequeños estados independientes para propagar su proyecto socialista.
Mendoza expresa que además, “las FARC constituyen el tercer cartel mundial de la droga y que no van a renunciar a su millonario negocio. La prueba es que en los dos últimos años de negociación, los cultivos de coca se han duplicado en el país, pues el Gobierno suprimió la fumigación aérea”. Eso significa que el narcotráfico tendría sus propios representantes en el parlamento.
Uno se pregunta: ¿qué sentido de la democracia surge del mencionado acuerdo? ¿Otorgar escaños parlamentarios que no responden al voto popular?
Varias de las actitudes de los líderes de las FARC delatan ese desprecio hacia la democracia y que para ellos no es más que un mecanismo para obtener el poder total, a la manera de Hugo Chávez y acólitos. Aceptaron la realización del plebiscito convencidos que ganaba el Sí por amplia mayoría (así lo indican las encuestas), pero no por auténtica convicción democrática.
Así lo delata el triunfalismo que mostraron al firmar el acuerdo. Lo revela el comunicado que emitió su jefe máximo Rodrigo Londoño, alias “‘Timochenko’, tras conocerse que una mayoría manifestó no estar de acuerdo con el pacto firmado. En un video publicado en línea declaró con arrogancia, que el resultado del plebiscito no tiene efectos jurídicos y que debe ser implementado a pesar de los resultados adversos en los comicios.
El acuerdo fue negociado entre élites sin participación de la sociedad civil. La paz era un objetivo extensamente anhelado, pero… ¿a cualquier precio? ¿Sería pan para hoy y hambre para mañana?
Ese sentir fue expuesto por la colombiana Andrea Ardila. Ella declaró que quedaba:
La sensación de un acuerdo no justo para el colombiano común, para los que vivieron atrocidades, para los que de una u otra manera sentían que no podía haber crímenes de lesa humanidad sin un pago mínimamente justo […] y no de pronto una sensación de paños de aguas tibias para crímenes tan complicados.
Por su parte el secretario general de la OEA Luis Almagro, escribió en su cuenta Twitter que “Es clave que el proceso de paz llegue a todos los colombianos, incluyendo al 60 % que no votó. Apoyamos diálogo incluyente. La Paz es obra de todos”.
En conclusión, constituyó una buena noticia para Colombia la no aprobación del pacto firmado y una oportunidad para que la paz se cimente sobre bases más sólidas.

El No da a Colombia la oportunidad de una paz verdadera

By: Hana Fischer - 

(FARC-EP) Colombia
En una elección el sentir popular se expresa de varias maneras, una de ellas es absteniéndose de votar. (FARC-EP)
El domingo dos de octubre los colombianos rechazaron el acuerdo de paz negociado entre el presidente Juan Manuel Santos y las Farc en Cuba. El resultado fue de 50,21 % a favor del No y 49,78 % que votó el Sí.
Podría parecer que la diferencia entre ambas posturas es mínima. Pero no es así. En una elección el sentir popular se expresa de varias maneras, una de ellas es absteniéndose de votar. Teniendo en cuenta que en el mencionado plebiscito el 63 % de la población no acudió a las urnas, eso significa que únicamente el 18 % de los colombianos apoyaron el Sí. Es decir, una ínfima porción.
Por otra parte, teniendo en cuenta la relevancia del tema, es imposible atribuir dicha actitud a la indiferencia. Por consiguiente, la interpretación lógica es que esas personas con su abstención, emitieron un potente mensaje hacia aquellos que negociaron el acuerdo: no les tenemos confianza.


Saturday, July 2, 2016

Brexit: ¿oportunidad o amenaza?

Adrián Ravier explica que si el Reino Unido logra negociar tratados de libre comercio para gozar de la misma integración económica con Europa que cuando estaba dentro de la Unión Europea, el Brexit habrá sido una oportunidad. Pero que considera esto algo poco probable.

Adrián Ravier es Doctor en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y profesor de Macroeconomía en la Universidad Francisco Marroquín.
Brexit es un término que deriva de dos palabras: British [en referencia a los británicos] y Exit [salida], lo que resume el posible abandono de los británicos a la Unión Europea. Es temprano aun, sin embargo, para afirmar que Brexit implica la “definitiva” salida de Inglaterra de la Unión Europea. Mientras los mercados se asustan, caen las bolsas, se desploman la libra y el euro, y sube el riesgo en la región, hay movilizaciones para volver a votar e intentar revertir la decisión.



Brexit ya está mostrando consecuencias profundas, tanto económicas como políticas, pero en esta nota me propongo argumentar que Brexit no es en sí mismo, una buena o una mala decisión, sino que dependerá de las políticas que se tomen en los próximos meses que Brexit se convierta en una oportunidad o una amenaza para los británicos.
Se sabe que todo bloque económico genera beneficios para sus miembros, que en el caso de la Unión Europea significó libre movilidad de bienes y servicios, capitales y personas. El problema de estos bloques, sin embargo, es que la política hacia fuera de los países miembros suele ser bastante proteccionista, lo que significa una pérdida de oportunidad de extender los mercados y aprovechar la división internacional del trabajo. La Unión Europea ha representado una enorme oportunidad para los países rezagados como Portugal, Irlanda, Grecia o Irlanda, en el sentido de alcanzar cierta convergencia en los ingresos y salarios de estos países con los más ricos de la Unión, como Alemania, Francia e Inglaterra. Sin embargo, Bruselas no se ha caracterizado por seguir una política a favor de los mercados. Por el contrario, ha contribuido en expandir el Estado de Bienestar, ha fomentado una presión tributaria excesiva, ha ampliado las regulaciones y la burocracia sobre la actividad económica, y ha impedido desarrollar acuerdos de libre movilidad de bienes y servicios, capitales y personas con el resto del mundo. Un párrafo aparte implicaría la administración que el Banco Central Europeo hace del Euro, aunque Inglaterra ya se mantuvo bastante al margen de sus políticas monetarias al mantener la libra.
Si Inglaterra sale de la Unión Europea, y decide buscar acuerdos bilaterales que mantengan los privilegios con la misma Unión Europea, pero al mismo tiempo lo extiende hacia el Nafta, América Central y el Caribe, América del Sur, Asia y Africa, entonces Brexit habrá sido el primer paso hacia el éxito, implicando ello, incluso, una lección para sus socios europeos. Si por el contrario, Inglaterra se mantiene aislada, perdiendo los beneficios del bloque económico, pero no avanzando además en otros acuerdos con el resto del mundo, entonces Brexit será una amenaza, un golpe al mercado, pues se achican los mercados para todos los socios europeos, y especialmente para Inglaterra.
Chile puede ser ahora mismo un ejemplo para Inglaterra. Mientras se rehusó a integrar el Mercosur, desarrolló un tratado de libre comercio que permite que hoy se habla del Mercosur + Chile. En paralelo Chile integra un acuerdo con los países de miran al pacífico, además del NAFTA, la Unión Europea y Asia, entre los acuerdos más importantes que sostiene. Su política lejos de verse limitada por mantenerse fuera del Mercosur, le ha permitido abrir sus mercados mucho más lejos que los miembros de este bloque, convirtiéndose hoy en la primera economía latinoamericana en atraer capitales con su consecuente crecimiento económico.
Los mercados no recibieron bien la noticia. Brexit, por ahora, parece ser el inicio de una política proteccionista para Gran Bretaña, de la cual Escocia e Irlanda esperarán desligarse. Hablar de la Unión Europea + Inglaterra parece por ahora muy lejano. Brexit entonces amenaza la calidad de vida de los británicos.

Brexit: ¿oportunidad o amenaza?

Adrián Ravier explica que si el Reino Unido logra negociar tratados de libre comercio para gozar de la misma integración económica con Europa que cuando estaba dentro de la Unión Europea, el Brexit habrá sido una oportunidad. Pero que considera esto algo poco probable.

Adrián Ravier es Doctor en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y profesor de Macroeconomía en la Universidad Francisco Marroquín.
Brexit es un término que deriva de dos palabras: British [en referencia a los británicos] y Exit [salida], lo que resume el posible abandono de los británicos a la Unión Europea. Es temprano aun, sin embargo, para afirmar que Brexit implica la “definitiva” salida de Inglaterra de la Unión Europea. Mientras los mercados se asustan, caen las bolsas, se desploman la libra y el euro, y sube el riesgo en la región, hay movilizaciones para volver a votar e intentar revertir la decisión.