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Monday, October 3, 2016

Deuda externa de México se ha duplicado durante gestión de Peña Nieto

By: Elena Toledo - 

deuda externa
Las bajas en el precio del crudo y la depreciación del peso han sido solo algunos de los factores que han impactado en el incremento de la deuda externa de México. (Univisión)
Desde el año 2012 cuando inició la presidencia de Enrique Peña Nieto, la deuda externa de México ha incrementado un 109 %. Desde el cierre del 2012 hasta agosto del 2016 el saldo en pesos mexicanos de las obligaciones contratadas en moneda extranjera subieron más de US$100 millones.
Dicho crecimiento se debe al alza de 43,5 % en la cotización del dólar, lo que significa una depreciación del peso que lo llevó de 13.0372 a 18.5773 en los primeros 45 meses del sexenio de Peña Nieto. Solamente este fenómeno, significó un incremento de la deuda externa del 57,2 %.
A esto se le suma que esta deuda también es impulsada por el endeudamiento de Pemex debido a la caída en los precios del crudo que inició en junio del 2014 agudizándose a inicios del 2015. Paralelo a esto, se realizaron modificaciones a la Ley General de Deuda Pública, lo que permitió a la petrolera autonomía para endeudarse.



Pemex recurrido a la acción antes mencionada justificándose en la reducción de sus utilidades y flujo de caja para la operación diaria, como producto de esto, en la actual administración, su deuda ha incrementado 57 %.
Hasta el mes de agosto del presente año, la deuda externa ya representaba en el sector público tres cuartas partes de todos los ingresos programados para el 2016.
Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, opina que si el Gobierno no contrata más deuda en dólares, la misma podría seguir creciendo en pesos debido a las presiones cambiarias.


Según ha reportado Bloomberg el crecimiento de la deuda externa de México ha provocado que tanto Moody’s Investors Service como S&P Global Ratings tengan una perspectiva negativa respecto a la calificación soberana del país azteca.
Esta perspectiva negativa se debe al crecimiento de la deuda externa respecto al Producto Interno Bruto (PIB) y la acumulación de déficit fiscales, siendo esta la mayor preocupación de estas agencias calificadoras.
Fuente: Negocios Reforma

Deuda externa de México se ha duplicado durante gestión de Peña Nieto

By: Elena Toledo - 

deuda externa
Las bajas en el precio del crudo y la depreciación del peso han sido solo algunos de los factores que han impactado en el incremento de la deuda externa de México. (Univisión)
Desde el año 2012 cuando inició la presidencia de Enrique Peña Nieto, la deuda externa de México ha incrementado un 109 %. Desde el cierre del 2012 hasta agosto del 2016 el saldo en pesos mexicanos de las obligaciones contratadas en moneda extranjera subieron más de US$100 millones.
Dicho crecimiento se debe al alza de 43,5 % en la cotización del dólar, lo que significa una depreciación del peso que lo llevó de 13.0372 a 18.5773 en los primeros 45 meses del sexenio de Peña Nieto. Solamente este fenómeno, significó un incremento de la deuda externa del 57,2 %.
A esto se le suma que esta deuda también es impulsada por el endeudamiento de Pemex debido a la caída en los precios del crudo que inició en junio del 2014 agudizándose a inicios del 2015. Paralelo a esto, se realizaron modificaciones a la Ley General de Deuda Pública, lo que permitió a la petrolera autonomía para endeudarse.


Thursday, June 23, 2016

El fracaso del presidencialismo

Leo Zuckermann
 
Leo Zuckermann es analista político y académico mexicano. Posee una licenciatura en administración pública en El Colegio de México y una maestría en políticas públicas en la Universidad de Oxford (Inglaterra). Asimismo, cuenta con dos maestrías de la Universidad de Columbia, Nueva York, donde es candidato a doctor en ciencia política. Trabajó para la presidencia de la República en México y en la empresa consultora McKinsey and Company. Fue secretario general del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), donde actualmente es profesor afiliado de la División de Estudios Políticos. Su columna, Juegos de Poder, se publica de lunes a viernes en Excélsior, así como en distintos periódicos de varios estados de México. En radio, es conductor del programa Imagen Electoral que se trasmite en Grupo Imagen. En 2003, recibió el Premio Nacional de Periodismo.
Ya pasaron muchos años desde que el politólogo español Juan Linz argumentó que los regímenes parlamentarios eran superiores a los presidenciales. Cuánta razón tenía. Lo estamos viendo en muchos lados.
En Brasil, un Congreso donde están representados más de una veintena de partidos, con una mayoría de legisladores comprobadamente corruptos, ha apartado de su cargo a la Presidenta. No se trata, como dicen los afectados, de un golpe de Estado porque el juicio de destitución se ha realizado conforme a las reglas establecidas en la Constitución.



No obstante, la razón por la que han retirado del cargo –temporalmente aunque todo indica que será de manera permanente– a Dilma Rousseff suena más a una maniobra política que a la comisión de un delito que merezca quitarle el puesto que se ganó en las urnas. Al quite ha entrado el vicepresidente, uno de los principales artífices para remover a su jefa. Más pronto que tarde, Michel Temer tendrá que tomarse una sopa de su propio chocolate al enfrentar a un Congreso hambriento y dividido. En una de ésas, el nuevo presidente termina igual que Dilma.
Ya pasaron muchos años desde que el politólogo español Juan Linz argumentó que los regímenes parlamentarios eran superiores a los presidenciales. Cuánta razón tenía. Lo estamos viendo en muchos lados...
En Venezuela, el electorado votó mayoritariamente por un Congreso opositor al Presidente. Comenzó, así, una lucha entre los dos poderes. Los opositores están tratando de revocar el mandato de Maduro juntando firmas para realizar una consulta popular al respecto. El presidente, por su parte, ha declarado un estado de emergencia que le otorga más poderes y abiertamente habla de destituir al Congreso. Mientras todo esto ocurre, la economía está al borde del colapso. No hay gobierno en Venezuela. Tampoco medicinas, electricidad, cerveza ni papel de baño.
Cuando Linz escribió su ensayo acerca de la inferioridad del presidencialismo frente al parlamentarismo, dijo que la excepción era Estados Unidos, régimen que, por muchas razones, había funcionado históricamente incluso con gobiernos divididos. Pero estos últimos lustros hemos visto una polarización que ha desincentivado los acuerdos entre la Casa Blanca y el Capitolio. Hoy la parálisis es lo que caracteriza al Washington de Obama. Lograr que el Senado ratifique a un embajador se ha convertido en un dolor de muelas para el presidente.
Extrañamente, después de varios años de parálisis gubernamental, de bloqueos entre el Presidente y el Congreso, el régimen mexicano, gracias al Pacto por México, se desatoró. Los dos primeros años del presidente Peña fueron ejemplo de que sí es posible sacar reformas estructurales trascendentales. El sueño, sin embargo, duró poco. Cada vez más existen bloqueos entre los dos poderes con todo y que el PRI tiene mayoría en una de las cámaras. En el sexenio que viene las cosas se pondrán peor si el candidato que gane la Presidencia lo hace con menos del 30% del voto y su partido no tiene mayoría en ambas cámaras.
En fin, que los presidencialismos nos han dado prueba tras prueba de disfuncionalidad. ¿Son mejores, entonces, los parlamentarismos, tal y como argumentaba Linz?
Depende. Los regímenes donde el Parlamento se forma por representación proporcional suelen ser más inestables. Italia es el caso histórico. En Israel, las coaliciones de gobierno son muy frágiles. Netanyahu ha sobrevivido mucho tiempo como primer ministro gracias a que les reparte mucho dinero a los partidos chicos que lo apoyan y el fracaso de la izquierda para enfrentarlo. Pero los gobiernos de Netanyahu no han logrado resolver el principal problema de ese país: la paz con los palestinos.
Estos casos contrastan con el parlamentarismo alemán que sí ha producido gobiernos estables y eficaces. Aquí estamos hablando de un sistema mixto de integración del Parlamento entre representación proporcional y distritos de mayoría. Pero el mejor parlamentarismo, o por lo menos el que más me gusta a mí, es el británico. Ahí todo el Parlamento se elige por distritos de mayoría. Ciertamente hay una sobrerrepresentación enorme para el partido ganador, pero cuenta con los votos legislativos para sacar adelante su agenda legislativa. Si ésta es buena, el electorado los premia reeligiéndolos. Si, en cambio, el gobierno resulta ser un desastre, los votantes le dan una patada en el trasero dándole la oportunidad a la oposición de gobernar con amplios márgenes de acción.

El fracaso del presidencialismo

Leo Zuckermann
 
Leo Zuckermann es analista político y académico mexicano. Posee una licenciatura en administración pública en El Colegio de México y una maestría en políticas públicas en la Universidad de Oxford (Inglaterra). Asimismo, cuenta con dos maestrías de la Universidad de Columbia, Nueva York, donde es candidato a doctor en ciencia política. Trabajó para la presidencia de la República en México y en la empresa consultora McKinsey and Company. Fue secretario general del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), donde actualmente es profesor afiliado de la División de Estudios Políticos. Su columna, Juegos de Poder, se publica de lunes a viernes en Excélsior, así como en distintos periódicos de varios estados de México. En radio, es conductor del programa Imagen Electoral que se trasmite en Grupo Imagen. En 2003, recibió el Premio Nacional de Periodismo.
Ya pasaron muchos años desde que el politólogo español Juan Linz argumentó que los regímenes parlamentarios eran superiores a los presidenciales. Cuánta razón tenía. Lo estamos viendo en muchos lados.
En Brasil, un Congreso donde están representados más de una veintena de partidos, con una mayoría de legisladores comprobadamente corruptos, ha apartado de su cargo a la Presidenta. No se trata, como dicen los afectados, de un golpe de Estado porque el juicio de destitución se ha realizado conforme a las reglas establecidas en la Constitución.


Saturday, June 18, 2016

¿La próxima crisis se llevará por delante a los más ricos?

Ante la perspectiva de una posible crisis financiera inminente, nos preguntamos si los ricos, esta vez, también tienen algo que temer. ¿O acaso vivimos en una economía estructurada para satisfacer sus intereses?
pixabay.com

Cada vez son más las voces que alertan sobre el posible advenimiento de una nueva crisis financiera. Incluso en un escenario masificado de medios de comunicación, en los que cada opinador o 'experto' expone sus tesis influidas por doctrinas e ideologías variopintas, las predicciones y los argumentos que se escuchan empiezan a agruparse en torno a una idea común y ese coro de voces alarmadas parece referirse a una amenaza real.
Cada vez son más las voces que alertan sobre el posible advenimiento de una nueva crisis financiera
Es como si otra vez estuviéramos viendo crecer un tsunami en el horizonte y, desde la orilla, se sintiera el temor a que una nueva crisis arrasará de nuevo los mercados, cuando aún estamos retirando los escombros del anterior desastre.



Rumores de un desastre inminente

Hace escasamente un mes y medio, Ignacio Crespo, el economista español que predijo con éxito la crisis financiera de 2008, ponía fecha al próximo derrumbe financiero y lo situaba muy cerca, en 2017: "Los servicios de estudios de los grandes bancos mundiales ya están empezando a percibir claros síntomas de la próxima recesión, basados en el análisis de señales como los tipos de cambio de las principales divisas y bolsas del mundo, la duración previsible de la recesión y las vías de salida".
Paul HackettReuters
Esto va a ser un desastre, deberíamos estar muy preocupados y prepararnos
Si esto les resulta inquietante, vean lo que opina Jim Rogers, el experto inversor estadounidense que ha sabido predecir cada una de las crisis financieras de las últimas décadas: "Esto va a ser un desastre, deberíamos estar muy preocupados y prepararnos". En declaraciones recogidas por el 'Wall Street Daily', Rogers afirma directamente que "la próxima crisis financiera global ya ha empezado y conllevará graves consecuencias a los países desarrollados. Se vaporizarán cientos de billones de dólares de riqueza y declinarán o desaparecerán muchas viejas instituciones, partidos políticos, gobiernos y costumbres".
Los mismos inspectores del Banco de España que en 2006 alertaron, sin éxito, sobre una burbuja inmobiliaria que desataría una crisis bancaria en el país vuelven a alzar la voz
En suelo español también se ve la sombra de una nueva crisis que planea sobre la economía. Hace pocos días el diario 'El Mundo' se hacía eco de una inquietante noticia: "Los mismos inspectores del Banco de España que en 2006 alertaron, sin éxito, sobre una burbuja inmobiliaria que desataría una crisis bancaria en el país vuelven a alzar la voz. Ahora han estallado por el deterioro en las inspecciones de la banca y el peligro de que los errores del pasado puedan volver a repetirse".

¿Tienen los ricos algo que temer?

Todo indica que no pisamos un suelo económico muy estable. Pero, ¿esto es así para todos?
Jon NazcaReuters
No lo parece. A principios de este año, RT informaba de la publicación de un documento de Intermon Oxfam, cuyas principales conclusiones resultaron demoledoras. Como su propio nombre indica, todos vivimos en un sistema económico que funciona para favorecer al 1 % de la población mundial. Las cifras son tan interesantes como desoladoras: "En 2015, solo 62 personas poseían la misma riqueza que 3.600 millones, la mitad más pobre de la humanidad. No hace mucho, en 2010, eran 388 personas".
En 2015, solo 62 personas poseían la misma riqueza que 3.600 millones 
Además, el mismo informe indica que esta abrumadora desigualdad tiene una perversa tendencia a crecer, en el seno de un sistema socioeconómico que, a todas luces, la alimenta: "La riqueza en manos de las 62 personas más ricas del mundo se ha incrementado en un 44 % en apenas cinco años, algo más de medio billón de dólares (542.000 millones) desde 2010,hasta alcanzar 1,76 billones de dólares".
El informe de Intermon Oxfam no se limita a ofrecer datos, sino que intercala reflexiones muy esclarecedoras que componen, junto a las cifras, el dibujo de una realidad exageradamente injusta: "Es innegable que los grandes beneficiados de la economía mundial son quienes más tienen. Nuestro sistema económico está cada vez más distorsionado y orientado a favorecerles. Lejos de alcanzar a los sectores menos favorecidos, los más ricos están absorbiendo el crecimiento de los ingresos y la riqueza mundial a un ritmo alarmante. Una vez en sus manos, un complejo entramado de paraísos fiscales y toda una industria de gestores de grandes patrimonios garantizan que esa riqueza no sea redistribuida, quedando fuera del alcance de la ciudadanía en su conjunto y de los Gobiernos”.
Es innegable que los grandes beneficiados de la economía mundial son quienes más tienen. Nuestro sistema económico está cada vez más distorsionado y orientado a favorecerles
¿Y en España? Los datos son igualmente preocupantes. Un anexo del mismo estudio indica que "España no es una excepción: en 2015, el 1 % más rico de la población concentra ya casi tanta riqueza como el 80 % más pobre. Mientras, la población en situación de pobreza y exclusión ha alcanzado en 2014 su máximo histórico, un 29,2 % de la población, 13,4 millones de personas". En cuanto a la tendencia de crecimiento de esa desigualdad, la cifra es también alarmante y, curiosamente, simétrica: "España es también el país de la OCDE en el que más ha crecido la desigualdad desde el inicio de la crisis, tan solo por detrás de Chipre, y casi 10 veces más que el promedio europeo. Incluso, 14 veces más que en Grecia". El informe señala que, durante el año pasado, las 20 personas más ricas de España disfrutaron de un incremento del 15 % de su riqueza. Es el mismo porcentaje que supuso la reducción de riqueza que tuvo que soportar el 99 % de la población de ese país.
España no es una excepción: en 2015, el 1 % más rico de la población concentra ya casi tanta riqueza como el 80 % más pobre
El dato es tan importante que ese 99 % ha pasado a convertirse en un nuevo sinónimo para referirse a 'los oprimidos', o 'los indignados', que también declaran ser 'los del 99%'. No en vano, se convirtió en el lema del movimiento 'Occupy Wall Street' ('We are the 99 %') [Ocupa Wall Street (Somos el 99 %)] y lo hemos escuchado recientemente en la campaña preelectoral española, en boca del político comunista Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida. Eso no es extraño, porque la distribución de la riqueza en España es, simplemente, tan injusta como en el cómputo global del planeta. Sin embargo, la derecha española, en el poder, no parece consciente de la gravedad de la situación.
A finales de ese mismo año, 2015, Álvaro Nadal, en calidad de director de la Oficina Económica del presidente del Gobierno, declaraba que "no es cierto que el problema de la economía española sea la desigualdad" y explicaba que "todo el espectro de la izquierda dice que el problema de la economía española es un problema de desigualdad, de reparto de la riqueza. Es incorrecto. Nosotros no hemos resuelto nuestros problemas de pobreza mirando eso, sino solucionando nuestras problemas de competitividad", según informa 'El Plural'.
La derecha española, en el poder, no parece consciente de la gravedad de la situación
Quizá se entiende mejor su postura si tenemos en cuenta que se avecinaban las elecciones de diciembre. Pero a la luz de los datos, resulta muy difícil compartirla. Intermon Oxfam, al menos, insiste en lo contrario: "Mientras los hogares más pobres han ido perdiendo poder adquisitivo a través de los salarios y un modelo fiscal cada vez más regresivo, la concentración de riqueza y patrimonio en muy pocas manos no ha encontrado frenos para seguir creciendo".

Desigualdad-crisis-desigualdad: un círculo vicioso

Llegados a este punto, la pregunta es inevitable: ¿Están relacionadas las crisis económicas con la desigualdad global?
Damir SagoljReuters
En un reciente artículo firmado por el economista Vicens Navarro y publicado en la página web de la asociación Attacc se establece una clara conexión entre ambos fenómenos. Navarro afirma que "una de las causas más importantes de que ocurriera la Gran Recesión y de que ésta fuera tan larga fue el gran crecimiento de las desigualdades, resultado de la aplicación de las políticas públicas que se conocen como políticas neoliberales". A su juicio, el diagnóstico es tan irrefutable que "incluso un gran número de organismos internacionales responsables de haber promovido tales políticas, como el Fondo Monetario Internacional o la OCDE, estén, por fin, cuestionando la aplicación de tales medidas neoliberales, que todavía se reproducen y promueven en la mayoría de países de la Eurozona". Para concluir, Navarro lamenta que "en España tal cuestionamiento no ha ocurrido todavía, en parte debido a la muy limitada diversidad ideológica de los mayores medios de información y persuasión. La enorme falta de diversidad ideológica de estos grandes medios —claramente influenciados por la banca, cuyos créditos los sostienen— explica que en España todavía la sabiduría convencional esté estancada en tal pensamiento".
Una de las causas más importantes de que ocurriera la Gran Recesión fue el gran crecimiento de las desigualdades, resultado de la aplicación de las políticas públicas neoliberales
En conclusión, parece que, en efecto, como se suele comentar, y como la historia viene confirmando tozudamente, el sistema neoliberal capitalista, tanto a nivel local como global, está abocado a producir crisis económicas periódicas. Algunos indicios sugieren que estamos, de nuevo, al inicio de una de ellas. Y también parece que, una vez más, los más ricos no sólo saldrán indemnes, sino que probablemente se harán más ricos todavia. Así que podemos establecer que la relación entre la desigualdad y las crisis económicas no sólo existe y es directa, sino que además es circular y se reproduce constantemente. Entonces, ¿Es este sistema sostenible? Y, si no lo es, ¿cuanto tiempo le queda?  Hay quienes ya pronostican su fin, pero lo cierto es que sigue vivo. Y mientras así sea, todo indica que los ricos, 'los del 1 %', están a salvo.

¿La próxima crisis se llevará por delante a los más ricos?

Ante la perspectiva de una posible crisis financiera inminente, nos preguntamos si los ricos, esta vez, también tienen algo que temer. ¿O acaso vivimos en una economía estructurada para satisfacer sus intereses?
pixabay.com

Cada vez son más las voces que alertan sobre el posible advenimiento de una nueva crisis financiera. Incluso en un escenario masificado de medios de comunicación, en los que cada opinador o 'experto' expone sus tesis influidas por doctrinas e ideologías variopintas, las predicciones y los argumentos que se escuchan empiezan a agruparse en torno a una idea común y ese coro de voces alarmadas parece referirse a una amenaza real.
Cada vez son más las voces que alertan sobre el posible advenimiento de una nueva crisis financiera
Es como si otra vez estuviéramos viendo crecer un tsunami en el horizonte y, desde la orilla, se sintiera el temor a que una nueva crisis arrasará de nuevo los mercados, cuando aún estamos retirando los escombros del anterior desastre.


Tuesday, June 14, 2016

Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en un 'Puerto Rico' del Pacífico?

Durante las últimas semanas, el foco de atención del mundo estuvo en Grecia, que busca medidas para afrontar su enorme deuda. Más tarde sucedió algo similar con Puerto Rico, donde según algunos expertos la situación económica es aún peor. ¿Será Japón el próximo en esta fila de los más endeudados? "Probablemente no, pero la tercera mayor economía del mundo enfrentará una serie de graves desafíos si Tokio no apresura el programa de reformas", subraya 'The National Interest'.
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?Reuters

Según señala un artículo en 'The National Interest', sin un empuje más fuerte para hacer frente a la deuda del sector público, la estrategia nipona de estimular un mayor crecimiento económico podría tropezar y causar una deflación.
El 23 de julio el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la deuda de Japón es "insostenible". A pesar de que el gobierno nipón intenta tomar medidas más enérgicas en la esfera financiera, el FMI estima que la deuda del sector público del país, que está en torno al 250% del PIB, reanudará su trayectoria ascendente y llegaría hasta el 290% del PIB en 2030. Así, la entidad financiera pone de relieve que la deuda del sector público de Japón es ya más alta que la de cualquier economía avanzada.



El gabinete del primer ministro Shinzo Abe "está trabajando duro" para cambiar la situación económica de Japón. Con un ojo puesto en estimular un mayor crecimiento, el gobierno japonés ha reducido en 2015 la tasa del impuesto de sociedades del 35,64% hasta el 33,06%. El gobierno de Abe planea reducir esa tasa hasta un 20% en los próximos años. Otras medidas incluyen la reforma del sector agrícola, la reforma del mercado de la electricidad, y la creación de zonas estratégicas nacionales especiales, para buscar aprovechar las múltiples exenciones de las regulaciones económicas.
Aunque el FMI sostiene que da crédito a Japón en sus intenciones, al mismo tiempo no está convencido de que se esté haciendo lo suficiente en el frente de la deuda. Kalpana Kochhar, la directora del FMI para Japón, señaló que mientras que los riesgos de la deuda "han sido contenidos, no podemos asumir que esto continúe". Además, no sólo el FMI muestra  preocupación por la deuda de Japón. En abril, Fitch Ratings rebajó la calificación soberana de ese país de AA- a A+ (el mismo nivel que Israel y Malta), informa el artículo.
"El tema de la deuda no va a desaparecer para Japón. Aunque el gobierno tiene activos considerables para aprovechar y la administración Abe ha estabilizado los niveles de la deuda, las preocupaciones de mediano y largo plazo sobre la deuda son justificadas. Al mismo tiempo, las autoridades se ven atrapadas en una posición en la que no se sienten que pueden abandonar una estrategia de crecimiento y adoptar un enfoque de austeridad más agresivo.
Los políticos japoneses son conscientes de la repercusión de las medidas de austeridad en Europa. Al mismo tiempo, entienden que el control fiscal, combinado con medidas específicas de crecimiento, al igual que ocurrió en EE.UU y el Reino Unido, pueden tener éxito. Pero la principal diferencia aquí es que los niveles de deuda en EE.UU. y el Reino Unido fueron mucho menores [que en Japón]", recalca la publicación.
"La economía japonesa está entre la necesidad de aumentar el crecimiento económico, lo que parece estar realizando gradualmente y la urgencia especial de controlar la deuda. El gobierno de Abe ha estabilizado la deuda, pero todavía quedan preguntas significativas en cuanto a la sostenibilidad de esa línea política. El FMI y Fitch justamente expresan sus preocupaciones y los políticos japoneses deberían escuchar esas opiniones.
Japón no causará preocupación en el corto plazo, pero cuanto más tiempo continúe la mala situación con la deuda, lo más probable es que podamos enfrentar un 'Puerto Rico' en el Pacífico", advirtió el autor del artículo, Scott MacDonald.

Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en un 'Puerto Rico' del Pacífico?

Durante las últimas semanas, el foco de atención del mundo estuvo en Grecia, que busca medidas para afrontar su enorme deuda. Más tarde sucedió algo similar con Puerto Rico, donde según algunos expertos la situación económica es aún peor. ¿Será Japón el próximo en esta fila de los más endeudados? "Probablemente no, pero la tercera mayor economía del mundo enfrentará una serie de graves desafíos si Tokio no apresura el programa de reformas", subraya 'The National Interest'.
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?Reuters

Según señala un artículo en 'The National Interest', sin un empuje más fuerte para hacer frente a la deuda del sector público, la estrategia nipona de estimular un mayor crecimiento económico podría tropezar y causar una deflación.
El 23 de julio el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la deuda de Japón es "insostenible". A pesar de que el gobierno nipón intenta tomar medidas más enérgicas en la esfera financiera, el FMI estima que la deuda del sector público del país, que está en torno al 250% del PIB, reanudará su trayectoria ascendente y llegaría hasta el 290% del PIB en 2030. Así, la entidad financiera pone de relieve que la deuda del sector público de Japón es ya más alta que la de cualquier economía avanzada.


ROBERTO CACHANOSKY Argentina: Gasto público, deuda externa e inflación



Si el gobierno llegara a financiar obras públicas con deuda externa igual puede generar más inflación.

Por una cuestión de simplificación en las explicaciones económicas para una amplia audiencia no especializada en temas económicos, se ha dicho muchas veces que la inflación es consecuencia de emitir moneda sin respaldo. Es decir, de darle a la famosa maquinita sin que haya reservas que respalden esos pesos que se emiten.
Lamentablemente esa simplificación ha llevado a una confusión sobre el problema inflacionario que está dando lugar a complicar más el problema económico. Me refiero a que se cree que si para reactivar la economía el gobierno toma deuda externa para financiar obras públicas, esa medida no sería inflacionaria.


 
En rigor si el gobierno toma deuda externa para financiar obras públicas, los dólares que reciba tendrá que transformarlos en pesos para pagar salarios, insumos y demás gastos operativos. Todos esos rubros se pagan en pesos, no en dólares.
Para transformar en pesos los dólares que toma como deuda para financiar el gasto el gobierno tiene dos opciones: a) vender los dólares en el mercado a tenedores de pesos, con lo cual no aumenta la cantidad de moneda en circulación y no es inflacionario pero sí hace caer el tipo de cambio nominal y el tipo de cambio real, generando problemas del sector externo o b) puede entregarle los dólares al BCRA para que los ponga en las reservas y contra esas mayores reservas emitir los pesos. De ahí que se diga que esta forma de financiamiento no genera inflación porque tiene respaldo en divisas.
Sin embargo, esa mayor cantidad de pesos en circulación puede producir presiones inflacionarias si no aumenta la demanda de moneda o la productividad de la economía.

El cuadro 1 muestra los efectos de la emisión monetaria sobre el nivel de precios al margen de las reservas que tenga el BCRA.
Tomemos el caso 1 y supongamos que hay $ 10.000 en circulación. Que la gente quiere tener siempre atesorados o guardados por las dudas $ 2.000, esto quiere decir que el dinero que si bien hay emitidos $ 10.000 los pesos que efectivamente están en circulación son $ 8.000. Los $ 2.000 que la gente guarda y no usa es lo que se llama demanda por moneda.
Ahora bien, imaginemos que la economía produce 800 unidades de bienes, al dividir los $ 8.000 para transacciones por las 800 unidades de bienes, el precio promedio de los bienes es de $ 10.
Tomemos ahora el caso 4 y supongamos que el estado, por la razón que fuere (ingreso de divisas o financiamiento al fisco) emite moneda y lleva el stock de pesos en circulación a $ 11.000. Si la demanda por moneda sigue siendo $ 2.000, entonces quedarán en circulación para realizar transacciones $ 9.000. Si la economía sigue produciendo 800 unidades, el precio promedio de los bienes sube a $ 11,25 generándose un proceso inflacionario. Insisto, no importa si se emitió contra reservas o para financiar el gasto público. Lo cierto es que la gente no aumentó la demanda de moneda y el remanente que quedó boyando en el mercado impactó en el nivel de precios porque como contrapartida no aumentó la oferta de bienes.
Ahora, vayamos al ejemplo 5. Si el stock de moneda aumenta a $ 11.000 pero la demanda de moneda baja a $ 1.000 y la cantidad de bienes ofrecidos se mantiene constante en 800 unidades, el precio promedio de la economía se eleva a $ 12,5.
El ejemplo 6 muestra qué pasa si sube la cantidad de moneda en circulación, cae la demanda de moneda y también la productividad de la economía. En ese caso el precio promedio de la economía sube a $ 14,3. Es decir, la emisión monetaria aumentó el 10% respecto al ejemplo 1, pero al caer la demanda de moneda y la oferta de bienes y servicios los precios aumentaron el 43%. Esto quiere decir que no necesariamente un 10% de aumento en la cantidad de moneda se traduce en un 10% en el nivel general de precios. Puede subir más si cae la demanda por moneda, si baja la productividad de la economía o si aumentan la cantidad de moneda y cae la demanda de moneda.
Como puede verse a lo largo de los 6 ejemplos del cuadro 1, hay varias combinaciones posibles que puede acelerar la inflación, con lo cual no es que si el gobierno toma deuda externa para financiar obra pública no habrá inflación porque emite contra reservas. Pueden aumentar las reservas y los pesos en circulación, pero si la gente no quiere esos pesos adicionales o disminuye la demanda por moneda, el proceso inflacionario igual se acelera.
Si el gobierno recurre al endeudamiento externo para financiar el gasto público puede no frenar el proceso inflacionario por la emisión de pesos para transformar en esa moneda los dólares que recibe, con lo cual el tipo de cambio real bajará o bien vende los dólares en el mercado y hace bajar el tipo de cambio nominal agravando la caída del tipo de cambio real.
En definitiva, siempre volvemos al mismo punto. No es cuestión de ver cómo se financia el déficit fiscal. El problema es el astronómico nivel de gasto público que dejó el kirchnerismo. Aquí no hay magia para solucionar un problema estructural que viene de lejos y el kirchnersimo lo llevó hasta su máxima expresión.
© Economía para Todos

ROBERTO CACHANOSKY Argentina: Gasto público, deuda externa e inflación



Si el gobierno llegara a financiar obras públicas con deuda externa igual puede generar más inflación.

Por una cuestión de simplificación en las explicaciones económicas para una amplia audiencia no especializada en temas económicos, se ha dicho muchas veces que la inflación es consecuencia de emitir moneda sin respaldo. Es decir, de darle a la famosa maquinita sin que haya reservas que respalden esos pesos que se emiten.
Lamentablemente esa simplificación ha llevado a una confusión sobre el problema inflacionario que está dando lugar a complicar más el problema económico. Me refiero a que se cree que si para reactivar la economía el gobierno toma deuda externa para financiar obras públicas, esa medida no sería inflacionaria.