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Sunday, July 24, 2016

Niza y los números sobre la mesa

Carlos Alberto Montaner comenta el ataque terrorista en Francia y señala la diferencia en la intensidad de la integración de los migrantes en EE.UU. vs. aquellos de Francia.

Carlos Alberto Montaner es periodista y escritor cubano, residenciado en Miami, Florida.
Muhamed Lahouaiej Bouhlel, el tunecino residente en Francia que atropelló y mató a 84 personas en Niza, era un delincuente menor conocido por la policía. Eligió el 14 de julio para perpetrar la masacre. Esa fecha marca el inicio oficial de la Revolución Francesa. ¿Escogió el día para subrayar su odio a la República y su desprecio al relato de la gesta revolucionaria, porque había muchas personas en las calles, o acaso por una combinación de ambos factores, a lo que añadía su melancólica soledad tras el fracaso familiar y su deseo de ganarse el cielo coránico por asalto?



Las razones de los suicidas son siempre misteriosas. Lo precario del crimen (un camión alquilado, armas y explosivos simulados) apunta a un “lobo solitario” o, a lo sumo, a un pequeño grupo sin grandes relaciones. Antes de morir gritó en árabe, dicen, “Alá es grande”. Ese tipo de matanzas ha sido cruelmente ensayado en Israel, hasta ahora por medio de automóviles. Es probable que el ejemplo se propague. Sucedió con los asesinatos en las escuelas en EE.UU. Los fanáticos del Califato Islámico lo recomiendan ardientemente. “Maten como puedan, con cualquier cosa que tengan a su alcance, pero maten y griten Allahu Akbar antes de morir”.
Objetivamente, la masacre terrorista hace más daño psicológico que físico. El asesino mató 84 personas. Copiosa cosecha de dolor y sangre, sólo que el promedio diario de muertes en Francia es de 1627. Todos los años desaparecen del censo más o menos 594.000 personas, pero se agregan algunas más con los predecibles nacimientos. Incluso, el saldo migratorio —los que llegan menos los que se van— es positivo. En el 2015 se quedaron 71.940 nuevos residentes. Francia es uno de los mejores vivideros del planeta.
No obstante, estos horrendos crímenes conllevan un enorme peso subjetivo. Al margen del inmenso dolor de las víctimas, por unos días caen las Bolsas, se retraen las inversiones y mucha gente tiene miedo. El miedo es un pésimo consejero político. Les hace pensar a numerosos electores que el país requiere una mano fuerte que los proteja y combata a los malvados. Ese es el origen de algunos fascismos. En Francia el hombre se llama Le Pen (o su hija, que heredó el caudillaje). En EE.UU. piensan en Trump, que promete erradicar a los malos a sangre y fuego.
Según sus vecinos, el asesino de Niza no era un tipo especialmente piadoso, así que, probablemente, trató de darle alguna significación a su vidita miserable y espesa cambiándola por la gloria eterna del paraíso islámico, rodeado de vírgenes complacientes y de los abundantes placeres que les esperan a los mártires de acuerdo con esa epicúrea visión celestial.
Son muchas las personas que no practican ninguna religión, pero creen en un “más allá” donde hay un dios que premia o castiga. Entre los musulmanes prevalece la ilusión de que existe un paraíso lleno de sensualidad al que pueden acceder rápidamente matando infieles e inmolándose durante la comisión del crimen, sin que se tenga en cuenta una vida previa llena de sombras y mezquindades. El martirio es un Jordán en el que se lavan todos los pecados.
Es una forma bastante frecuente de suicidarse. Esos tipos desesperados por un divorcio doloroso o porque el jefe lo había echado del trabajo, se vengan llevándose por delante a unas cuantas víctimas inocentes mientras realizan la gran “hazaña” de su existencia. Cuando se trata, además, de musulmanes, el estímulo es doble. Le ponen punto final a sus vidas, anotan el crimen en la causa religiosa … y a disfrutar eternamente con las huríes, como les corresponde a los bienaventurados.
Este sujeto había nacido en Túnez, pero algunos de los otros terroristas lo hicieron en Francia. El dato es importante. Casi todos los asesinos de las anteriores masacres francesas —ésta es la tercera en 18 meses— eran franceses cuyos padres inmigraron a París o a Marsella procedentes de naciones islámicas. El 72% de los musulmanes nacieron en Francia y a estas alturas deberían haberse asimilado, pero en muchos casos eso no ha sucedido.
¿Por qué? Francia es el país del occidente europeo con mayor número de musulmanes. Tal vez el 9% de su población profesa esa religión. ¿Son demasiados para asimilarse? De 66 millones de habitantes, unos 5 son mahometanos. En algunas ciudades constituyen guetos. En EE.UU., en cambio, es sólo el 1%. Apenas 3,3 en medio de 323 millones, y de ellos unos 825.000 son norteamericanos convertidos al Islam, casi todos de remoto origen africano.
Pero la gran diferencia tal vez radique en la intensidad de la integración. Los estadounidenses que profesan la religión islámica, árabes y no árabes, en su mayoría forman parte del melting-pot. Viven en los mismos barrios, van a las mismas escuelas y tienen un desempeño económico y académico mejor que la media norteamericana, mientras encuentran en esta peculiar sociedad la posibilidad de mejorar paulatinamente mediante el estudio, el trabajo y el ahorro. Para ellos EE.UU. sigue siendo, realmente, una sociedad de oportunidades.
Es verdad que en ese país, como en todas partes, hay violencia racial, pero como demuestra la elección y reelección de Barack Hussein Obama, la tendencia de la nación es a la reducción de este flagelo y a la disminución progresiva del racismo. Contrario a la percepción popular, entre 1981 y 2014 las muertes de afroamericanos a manos de la policía ha disminuido a la mitad: de 0,41 por cien mil habitantes a 0,24. (La de los blancos, en cambio, aunque menor en número, se ha duplicado: de 0,08 a 0,14).
El episodio de Niza provoca, claro, furia, pero esa emoción es pésima para tomar decisiones. Es la hora de ver la situación con frialdad y poner los números sobre la mesa. La justicia es un plato que también, como la venganza, se toma frío y con la ley en la mano.

Niza y los números sobre la mesa

Carlos Alberto Montaner comenta el ataque terrorista en Francia y señala la diferencia en la intensidad de la integración de los migrantes en EE.UU. vs. aquellos de Francia.

Carlos Alberto Montaner es periodista y escritor cubano, residenciado en Miami, Florida.
Muhamed Lahouaiej Bouhlel, el tunecino residente en Francia que atropelló y mató a 84 personas en Niza, era un delincuente menor conocido por la policía. Eligió el 14 de julio para perpetrar la masacre. Esa fecha marca el inicio oficial de la Revolución Francesa. ¿Escogió el día para subrayar su odio a la República y su desprecio al relato de la gesta revolucionaria, porque había muchas personas en las calles, o acaso por una combinación de ambos factores, a lo que añadía su melancólica soledad tras el fracaso familiar y su deseo de ganarse el cielo coránico por asalto?


Thursday, July 14, 2016

Al menos 77 muertos en Niza en un atentado perpetrado con un camión

El terrorista, que ha sido abatido, embistió a una multitud que contemplaba los fuegos artificiales del 14 de julio, la Fiesta Nacional francesa.

Francia ha vuelto a ser objetivo de los terroristas. Al menos 77 personas han muerto -varios de ellos niños- y casi medio centenar han resultado heridos, de los que 16 estarían en estado crítico, según los datos oficiales orientativos que van actualizando las autoridades francesas, cuando asistían en el Paseo Marítimo de Niza a los tradicionales fuegos artificiales con los que se celebra el 14 de julio, la Fiesta Nacional francesa.
Un terrorista ha entrado en la zona a la altura de la plaza de Masséna, aproximadamente sobre las 23.20 horas, y ha utilizado el camión blanco de gran tonelaje que conducía para investir a la multitud que allí se encontraba concentrada. Algunos ciudadanos han intentado impedir que el vehículo continuara la marcha, pero su gran tamaño y la velocidad que llevaba han evitado que los intentos tuvieran éxito.


 

La situación ha provocado escenas de pánico entre la población, que ha comenzado a correr en todas direcciones. Tras conseguir establecer un perímetro de seguridad, los agentes de las Fuerzas de Seguridad franceses y algunos de los militares que se encontraban en la zona han conseguido abatir al terrorista que conducía el camión, que ha resultado muerto. En algunas imágenes se pueden apreciar un importante número de impactos de bala en varias zonas del camión.
Según los primeros datos, el conductor podría haber avanzado cerca de dos kilómetros por la zona antes de poder ser detenido. Los servicios de emergencia han entrado entonces en el área y han comenzado a atender in situ a buena parte de los heridos, además que comenzaban el traslado de los mismos hacia los centros hospitalarios de referencia. Multitud de taxis y coches privados han colaborado en la tarea de trasladar a los heridos a los centros médicos.
La Policía Nacional de Francia ha confirmado que hay un operativo "en marcha". "Niza: operación policial en marcha. Si viven en el perímetro (de seguridad) quédense en sus casas y sigan las instrucciones", ha informado la Policía Nacional en su cuenta oficial de Twitter. La Gendarmería, por su parte, ha instado a los habitantes de Niza a mantenerse alejados del centro de la ciudad, usando esta misma red social.
El presidente del Consejo Regional de Provenza-Alpes-Costa Azul, Christian Estrosi, ha explicado a la cadena francesa BFMTV que las fuerzas de seguridad han encontrado diverso armamento en el interior del camión utilizado para el atentado: "El camión estaba cargado de armas, estaba cargado de granadas".
El diario local Nice Matin está informando de que el supuesto terrorista es un joven de 31 años, que sería de origen tunecino, y que disparó desde el camión a los ciudadanos que había en la calle al mismo tiempo que iba atropellando a otras personas.

Al menos 77 muertos en Niza en un atentado perpetrado con un camión

El terrorista, que ha sido abatido, embistió a una multitud que contemplaba los fuegos artificiales del 14 de julio, la Fiesta Nacional francesa.

Francia ha vuelto a ser objetivo de los terroristas. Al menos 77 personas han muerto -varios de ellos niños- y casi medio centenar han resultado heridos, de los que 16 estarían en estado crítico, según los datos oficiales orientativos que van actualizando las autoridades francesas, cuando asistían en el Paseo Marítimo de Niza a los tradicionales fuegos artificiales con los que se celebra el 14 de julio, la Fiesta Nacional francesa.
Un terrorista ha entrado en la zona a la altura de la plaza de Masséna, aproximadamente sobre las 23.20 horas, y ha utilizado el camión blanco de gran tonelaje que conducía para investir a la multitud que allí se encontraba concentrada. Algunos ciudadanos han intentado impedir que el vehículo continuara la marcha, pero su gran tamaño y la velocidad que llevaba han evitado que los intentos tuvieran éxito.