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Wednesday, December 21, 2016

¿Beltrones supply-sider?



“VALE LA PENA ANALIZAR CON SERIEDAD LA PROPUESTA DE BELTRONES TENDIENTE A ESTIMULAR LA OFERTA NACIONAL Y AUMENTAR LOS INGRESOS DEL GOBIERNO.”

RICARDO VALENZUELA
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Una vez más el proyecto de reformas que tanto urge al país, parece condenado al archivo de un congreso de irresponsables que durante los últimos 10 años han mantenido secuestrada la patria. Todas son prioritarias pero tal vez la más importante es la fiscal. ¿Por dónde nos vamos?
El senador Beltrones se ha sumergido en la problemática fiscal que tiene a México postrado y ha presentado una interesante propuesta que se asemeja a el Supply—Side de la era Reaganesca. Vale la pena analizar con seriedad esta propuesta tendiente a estimular la oferta nacional y aumentar los ingresos del gobierno ¿Qué es eso?




A mediados de los años 70 los EU transitaban por una oscura pesadilla. Los economistas se rascaban la cabeza al observar que las recetas tradicionales ya no respondían.
En los primeros seis años de la administración Nixon, habían inyectado al paciente todos los antibióticos que los Doctores económicos de Cambridge y Harvard tenían a su disposición. Sin embargo, los signos vitales seguían deteriorándose. El FED emitía dinero de más y luego de menos. Nixon se convertía en Keynesiano e instalaba un presupuesto para promover “empleo total.” Los déficits del presupuesto se provocaban a propósito y también por accidente. La curva de Phillips, ese “maravilloso instrumento” que los políticos utilizaban para establecer un balance entre desempleo e inflación al mismo tiempo que “entonaban” la economía, era establecida en los libros de texto.
El dólar se devaluaba y se cerraba la ventana del oro. A los japoneses y alemanes se les consideraba tercos y, lo peor, demasiado eficientes. El dólar se devaluaba de nuevo, luego se echaba a flotar. Los precios y salarios se congelaban. Al final de todos esos tratamientos, muchos se preguntaban si el paciente no estaría más enfermo de lo que se había considerado, o si la medicina aplicada lo estaba matando. Los Doctores económicos ahora argumentaban el que a su medicina no se la había dado tiempo suficiente para que hiciera efecto—además el paciente ya estaba envenenado con tantas otras medicinas.
En medio de ese desorden una publicación en 1975 reportaba: “Ante la confusión de nuestros Doctores económicos, sería saludable el buscar una segunda opinión. Buscaremos alguien cuyo diagnostico no tenga implicaciones políticas. Hay dos expertos en estos momentos; Robert Mundell, un canadiense profesor en la Universidad de Columbia, y Arthur Laffer profesor de la Universidad de Chicago”. Durante los últimos años estos dos economistas habían iniciado una revolución copérnica en el mundo de la política económica. Con el paso del tiempo se identificarían como los padres del Supply—Side, y Mundell ganaría el premio Nobel de economía en 1999.
La visión de ellos, aun en esos años de 1975, se inicia con una de sus afirmaciones favoritas: “La única economía cerrada hoy día, es la economía mundial.” La mayoría de economistas piensan que las economías nacionales pueden ser independientes de las del resto del mundo. Hoy día nos damos cuenta de que las economías, y especialmente la de México, son afectadas por miles de eventos internacionales; ej. Si devaluamos, vendemos nuestros productos más baratos, por lo mismo, nuestra capacidad de compra (importaciones) se nos reduce dramáticamente.
Laffer y Mundell gritaban a los cuatro vientos lo diabólico de las devaluaciones. Las devaluaciones nunca han promovido el aumento de las exportaciones y solamente provoca inflación en el país devaluador. Laffer y Mundell afirmaban que el mundo sería un lugar más vivible con un sistema designado para mantener los tipos de cambio de todas las monedas del mundo fijos. De esa forma el mundo tendría una moneda común. Los intereses, precios e inflación sería la misma en todas partes.  
“Se puede expandir el PIB no estimulando la demanda, sino dando incentivos a la oferta. El instrumento más efectivo que tienen los gobiernos para cambiar los incentivos de los actores económicos es el sistema impositivo” afirmaban. Hay un intercambio macroeconómico entre trabajo y descanso. Una hora extra de trabajo es balanceada contra una hora de descanso; al margen, un impuesto al producto del trabajo cambia los precios en favor de la holganza. Así es que si se reducen los impuestos se incrementará el trabajo productivo adicional, más producción, más demanda agregada y más prosperidad.
La teoría Supply—Side tiene su origen en la famosa ley de Say: “La oferta crea su propia demanda. Los fabricantes pagan a sus trabajadores para manufacturar sus productos, los trabajadores usan sus salarios para adquirir esos productos. Los ahorradores prestan su dinero a los inversionistas que construyen las fábricas, las utilidades que producen las fábricas van a pagar el capital e interés. Precios más altos demandarán más productos, salarios altos demandará más trabajadores, y altos rendimientos demandará más inversiones. A menos de que el gobierno intervenga, por ejemplo fijando precios, los mercados aclararán los caminos y todo mundo estará feliz y satisfecho al lograr sus objetivos.”  
Al reducir los impuestos hay más incentivos para trabajar y producir, el consumidor con más dinero en su bolsillo demanda más, las empresas con dicha reducción tendrán más dinero en sus tesorerías para contratar más gente, hacer las inversiones requeridas y enfrentar esa nueva demanda, producir más, al haber más producción y más gente trabajando, la base impositiva es más alta, los gobiernos reciben más impuestos aun cuando sus tasas sean más bajas.
Laffer afirmaba; “un impuesto de cero obviamente no produce ingreso para el estado, mientras que un impuesto de 100% mataría las actividades económicas produciendo al igual cero ingresos para el estado”. El pensaba, debe haber una curva que conecte ambos extremos y la curva debe de tener su punto alto en alguna parte de su comportamiento. Es decir, llega un momento en el cual el incrementar las tasas impositivas reduce la actividad económica y, como es obvio, los ingresos del estado. Viceversa, en reducir impuestos en un momento dado, aumenta la actividad económica y, aunque las tasas sean menores, aumenta los ingresos del estado.
De las ideas de esos dos hombres nació la teoría económica que revolucionaría el desarrollo de los EU. El libre mercado combinado con Supply–Side de Ronald Reagan, dictarían la pauta a seguir en el manejo económico de la nación más poderosa sobre la tierra en la década de los 80s, sentando las bases para el increíble desarrollo y prosperidad que vivió durante los siguientes veinte años, y que en estos momentos se derrumba.
Tal vez Beltrones tenga la fórmula mágica para darle al país una bocanada de aire. Es una pena que los otros aspirantes a la gran silla, al estilo clásico de la política mexicana, se la estén saboteando.

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