#Argentina Violencia y destrucción en Rosario durante el “Encuentro Nacional de Mujeres” chavistas
Los días 8, 9 y 10 de Octubre de 2016, tuvo lugar en la ciudad de Rosario el 31 Encuentro Nacional de Mujeres, organizado por el movimiento chavista Patria Grande y el colectivo Mala Junta, definido como un encuentro continental de feministas, colectivos LGBT, sexoservidoras, representantes de los pueblos originarios y demás grupos que dicen sentirse excluidos del sistema, bajo un lema anticapitalista, antiamericano, antiliberal y antimacrista. La marcha de cierre del evento culminó en un impresentable despliegue de intolerancia, agresividad, destrucción de la propiedad privada en toda la ciudad y violencia contra la Catedral Nuestra Señora del Rosario, ante el que las autoridades municipales, provinciales y nacionales brillaron por su pasividad y los medios locales se destacaron por su silencio cómplice.
En su manifiesto fundacional, Patria Grande explica: “No exageramos si decimos que en gran parte somos hijos e hijas de Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana, de Evo y la Bolivia indígena y campesina, de todo un ciclo de resistencia y movilización continental que alcanzó hitos como la derrota del ALCA y la formulación del ALBA, y que fortaleció la defensa de la Revolución Cubana” y agrega que buscan promover el cierre de la economía al resto del mundo, la expropiación de las industrias estratégicas, la ley mordaza para los medios, el no pago de la deuda externa, una reforma impositiva contra los ricos, y una reforma educativa que responda a los intereses de los sectores populares, entre otras propuestas de similar magnitud.
Preocupa mucho que operen de manera tan impune y violenta grupos como éstos en nuestro continente, que hacen gala de una profunda intolerancia y desprecio por las instituciones de la república. No hay dudas que los representantes de grupos minoritarios tienen derecho a juntarse a debatir, planificar, intercambiar puntos de vista y a discutir las ideas políticas que escojan, por mas obsoletas que sean. También se entiende que los grupos que no se sienten representados en la política actual tengan un espacio para promover sus visiones, sea que alaben al ya fallecido Hugo Chávez Frías y a su cubano socialismo del Siglo XXI o a alias “Che” Guevara y su supuesta “revolución” de sangre y muerte en clara actitud cipaya, tal cual lo muestra Patria Grande en sus publicaciones en internet.
El problema del accionar de esta autodenominada “izquierda popular”, realmente radica en las muestras de intolerancia, la violencia y las faltas de respeto puestas en práctica, especialmente durante la marcha de cierre del citado encuentro en la que se dirigieron a la plaza principal de la ciudad (la misma que tiene la Catedral, la municipalidad, el Correo Argentino y el consulado de España alrededor) con el objetivo criminal de incendiar la Catedral Nuestra Señora del Rosario, inspirados en el tan ibérico adagio “la única iglesia que ilumina es la que arde” mientras cantaban consignas de apoyo al accionar terrorista de los años 70 en Argentina y planteaban venganza contra la iglesia católica como institución, por su supuesta postura opositora ante la guerra asimétrica desarrollada por los marxistas durante aquellos mismos tiempos.
Sus organizadores anunciaron oficialmente que visitaron la ciudad unas 60.000 personas de todo el continente con motivo del encuentro y que de la marcha de cierre participaron unas 3.000. Ése ultimo grupo fue el que protagonizó el “broche de oro” del encuentro, es decir la marcha que culminó con el ataque a la Catedral de la ciudad. En el excelente video grabado y publicado por el portal Periodismo para Periodistas, reproducido al final de este escrito, puede verse el nivel de hostilidad, agresividad y descontrol – por decir lo menos – desplegado por sus representantes durante este repudiable acto. Un material que verdaderamente muestra en todo su “esplendor” lo que los medios locales y nacionales decidieron ocultar de manera celosa y cómplice.
Ante la ausencia total de autoridades, esas que supuestamente deben velar por las garantías constitucionales, defender la propiedad privada, la justicia y la paz en las calles mientras gastan sin pena ni culpa nuestros impuestos, distintos grupos de oración de la ciudad se plantaron a rezar alrededor de la Catedral, con el objetivo de convertirse en una especie de cadena humana entre los manifestantes y el templo que contaba con escasa protección: una especie de vallado ínfimo, un tímido andamio y una especie de plastificación en parte de sus columnas de mármol. Ante esto, los manifestantes se pusieron a hostigar, insultar, golpear y escupir a los que oraban valientemente en un escenario verdaderamente dantesco al ritmo de un provocativo “iglesia, basura, vos sos la dictadura”.
La situación terminó saliéndose de control y muchos vecinos que habían estado llamando a la policía durante todo el día y a los que se les había informado que “las fuerzas del orden tenía instrucciones expresas de no intervenir” continuaron comunicándose desesperados al 911 y finalmente apareció un grupo de policías PSF, con escudos, cascos y protectores, que se interpuso entre las chavistas y las puertas de la Catedral. A partir de ahí la situación se complicó bastante, porque cientos de las chicas adolescentes de torsos desnudos, con las caras cubiertas y el cuerpo repleto de consignas políticas pintadas, muchas notoriamente bajo la influencia de drogas ilegales, procedieron a destruir el vallado mientras le gritaban “hijos de Macri” al personal policial presente, le arrojaban botellas, piedras y demás objetos contundentes, y prendían fuego a las vallas arrancadas.
El saldo de la jornada: transeúntes heridos, propiedad privada y pública destrozada en toda la ciudad, pintadas con insultos y frases impresentables en innumerables edificios y casas, policías heridos con impactos de bala, el edificio de la Catedral notablemente vandalizado, intercambio de disparos, la falsa acusación a la policía de haber “reprimido” pese a que decidieron actuar tímidamente y a último momento, porque no les quedó más opción.
Lo ocurrido nos deja muchísimas más preguntas que respuestas. ¿Cómo se financia toda esta violencia intolerante? Más allá de los costos de transportar, alimentar y hospedar a 60.000 personas, los manifestantes contaban con fuerte presencia paga en las redes sociales, cámaras digitales de alta calidad y hasta con un drone que filmaba los encuentros desde el aire, tal como se puede ver en el canal del Partido Obrero en YouTube. ¿Quién se hará cargo de todos los daños? ¿Por qué las autoridades de seguridad de la ciudad, la provincia y la nación tomaron una actitud que pasó de pasiva a claramente cómplice hasta que no hubo más opción?. ¿Es razonable que un partido político como el Frente de Izquierda que apoyó abiertamente el encuentro siga siendo un partido registrado para votarlo?. Antes de irse, las chavistas eligieron el Chaco como el lugar donde repetirán su encuentro en 2017.
Fuente: HACER
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