Por Alberto Acereda
Libertad Digital, Madrid
Todos los años Estados Unidos celebra su
"Columbus Day", traducido como "Día de Colón", que conmemora la llegada
de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo. Varios países celebran esta ocasión
de diversas formas: en gran parte de Hispanoamérica es popularmente
conocida como el "Día de la Raza", tal y como antes se le había llamado
también en España. Luego fue "Día de la Hispanidad" en España para
acabar siendo también allí el "Día de la Fiesta Nacional de España".
Debido a que muchos en Estados Unidos
creen que su historia evolucionó a partir de la colonización británica y
no de la española, en lugar de las reclamaciones españolas de Colón y
sus sucesores, durante mucho tiempo Estados Unidos no conmemoró el
"descubrimiento" de Colón, aunque sí se celebraron ceremonias en 1792 y
1892.
Cierto es que los inmigrantes italianos
fueron los primeros en celebrar dicha fiesta anual en ciudades
estadounidenses donde se habían asentado en gran número y como fórmula
para reivindicar su herencia. La primera de estas celebraciones las
reclaman las ciudades de Nueva York (en 1866) y San Francisco (en 1868).
Ya en 1937, el presidente Franklin D. Roosevelt proclamó el Día de
Colón como fiesta nacional y a partir de ese año se celebraba cada 12 de
octubre.
En 1971, el Congreso de Estados Unidos
trasladó la fecha del 12 de octubre al segundo lunes de ese mismo mes a
fin de dar así la oportunidad a los ciudadanos de pasar un fin de semana
largo. Dicha fiesta coincide también normalmente con el cierrre del
"Mes Nacional del Legado Hispano" que abarca anualmente entre mitad de
septiembre y mitad de octubre. Aun así, el Día de Colón suele celebrar
en Estados Unidos el patrimonio italiano e ítalo-estadounidense, ya que
se considera a Colón como oriundo genovés.
En las proclamas presidenciales desde la
Casa Blanca sobre el "Columbus Day" es común en casi todos los
presidentes recordar la figura de Colón como italiano y pasar por alto
la importancia de España en su extraordinaria gesta. Ciertamente, que
ese día es una oportunidad de reafirmar las estrechos relaciones entre
Estados Unidos e Italia, pero también, y en mucha mayor medida, para
recordar los vínculos históricos con España que es la nación que hizo
posible los viajes de Colón bajo los auspicios de la gran reina Isabel
la Católica.
Porque desde que Rodrigo de Triana avistara desde La Pinta
tierra americana, España tuvo una presencia clave en muchos territorios
que hoy son estados norteamericanos. En particular, la toponimia del
Suroeste incluye nombres de origen español (San Francisco, Santa Clara,
Santa Cruz, San Diego...) por acción de los misioneros españoles. El
nombre de Los Ángeles, en California, proviene de "Ciudad de Nuestra
Señora la Reina de los Ángeles de la Porciúncula".
La crónica Naufragios de Álvar
Núñez Cabeza de Vaca, escrita por este explorador español en sus
andanzas por el sur de los Estados Unidos y el norte de México de 1526 a
1534, se considera el primer relato cuasi-ficticio escrito en lo que es
hoy Estados Unidos. Por lo mismo, en 1887 el crítico literario
estadounidense John Gilmary Shea afirmó que la crónica española Historia de la Nueva México (1610) de Gaspar Pérez de Villagrá era "el primer poema épico de Estados Unidos".
La primera ciudad de lo que hoy forma
Estados Unidos, St. Augustine (Florida), fue fundada en 1565 por un
asturiano, Pedro Menéndez de Avilés, es decir más de medio siglo antes
de que los Pilgrims ingleses llegaran en el Mayflower a
Plymouth Rock en 1620. En St. Augustine, además, tuvo lugar el
nacimiento de Martín de Argüelles, el primer americano de origen europeo
nacido en lo que hoy es Estados Unidos, es decir veintiún años antes
que la celebrada Virginia Dare.
Ese mismo estado de Florida debe su
nombre a la "Pascua Florida", tal y como quiso el español Juan Ponce de
León cuando lo descubrió durante la Pascua en abril de 1513. Como
territorio, además, Florida ha pertenecido históricamente muchos años
más a la corona de España que a la Unión Americana.
En cuanto al famoso "Thanksgiving" o
"Día de Acción de Gracias", su primera celebración tuvo lugar en 1513
por parte de Juan Ponce de León, más de un siglo antes de que lo
hicieran los peregrinos ingleses. Y lo mismo ocurrió también en 1542
cuando el franciscano fray Juan de Padilla y los soldados españoles bajo
Francisco Vázquez de Coronado comieron junto a las tribus indígenas en
Palo Duro, Tejas.
Un mapa con las posesiones de España en
1762 incluía territorios desde el actual estado de Florida hasta Alaska,
California y Canadá. En esos años, mientras el general George
Washington luchaba contra los ingleses, España le ayudaba con dinero y
capital humano para hacer posible la gran Revolución Americana. Es así
como gracias a diplomáticos como Benjamin Franklin y sus homólogos
españoles, además de miles de soldados luchando juntos, España y Estados
Unidos juntaron fuerzas contra Inglaterra para ganar la Guerra de la
Independencia en 1776. Ahí está la figura del andaluz Bernardo de
Gálvez, cuyas hazañas bélicas sirvieron enormemente para el triunfo
final de George Washington.
España siguió influyendo en la cultura,
geografía y política americanas y esa huella se palpa aún hoy. Hay toda
una lista de exploradores y líderes militares y religiosos que
participaron en esta historia conjunta poco o escasamente conocida por
el público general y que debería ser también parte de la memoria de este
"Día de Colón".
Uno desconoce si el presidente del
Gobierno de España, que anda estos días por Washington, sabe estas cosas
de la historia, o si, de conocerlas, se las contará a Barack Obama en
su anhelada visita a la Casa Blanca. Mucho lo dudamos. Aun así, feliz 12
de octubre.
Alberto Acereda es catedrático universitario en Estados Unidos y editor de Semanario Atlántico / Atlantic Weekly.
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