Alberto
Mansueti
El desastre de Maduro en Venezuela, el de
Dilma-Lula en Brasil, las pretensiones dinásticas de Ortega en Nicaragua, junto
con el estancamiento de la izquierda “light” en el Cono Sur (Bachelet, Macri, Vázquez
y Temer), deberían llevar en nuestra América a una discusión seria, concluyente
y definitiva sobre el socialismo: una plaga, en todas y cada una de sus
encarnaciones. ¡Pero no! Maduro reúne a los “No Alineados”, sindicato mundial
de la izquierda fundado en plena Guerra Fría, 1961. Y cuando Maduro se vaya, le
sucederá otro socialista, de su partido o de otro, total, ¡todos son de
izquierda o centro-izquierda!
Aquí no hay derecha; y donde la hay, es
“mercantilista”, no sirve ni para captar las jugadas de la izquierda. Por eso
el socialismo sigue reinando en su trono, pese a las cuatro grandes
calamidades: inflación, impuestos, empresas estatales, reglamentarismos, que yo
llamo “los 4 clavos”, enormes, con los cuales la izquierda crucifica nuestra
economía doméstica.
(1) Las leyes monetarias y bancarias generan
inflación, y (2) las tributarias, para sustituir a la inflación como medio de
financiamiento estatal, son abusivas, e igualmente confiscatorias; eso por el
“lado de la demanda” de la economía nacional. Por el “lado de la oferta”, (3)
las empresas estatales hacen ganancias que no son para nosotros, pero sus
pérdidas sí pagamos, en los impuestos; y (4) toda empresa privada sufre costos
y pérdidas por los reglamentarismos, dictados desde que privatizaron los
monopolios estatales, pero los traslada a sus precios, que también pagamos. Y
después sume Ud. todos los daños causados por los “sistemas” de educación y
salud en manos del Estado.
Estas políticas, vigentes desde al menos ochenta
años, nos someten a la pobreza, a la ignorancia, a la indefensión médica y a la
miseria en la vejez. Deberían ser discutidas, y generar manifestaciones y
protestas, porque golpean la vida y la familia. Pero es que en este siglo XXI,
la izquierda se refuerza con el marxismo cultural, y lanza una serie de golpes
más directos contra la vida y la familia: aborto, matrimonio “igualitario”,
“identidad de género” y otras exigencias de los LGBTI. Así provoca la justa
indignación de grupos cristianos, y hay candente debate… que sirve como cortina
de humo para tapar los pésimos resultados del marxismo económico, ¡como si no
impactaran contra la vida y la familia!
Otra plaga ideológica que usa la izquierda para
envolver todo en una densa nube gris de confusiones, distorsiones, mentiras
completas y verdades a medias, manipuladas por los medios “informativos”, es el
Posmodernismo, “cosmovisión” tratada en un gran libro: Understanding the Times:
The Collision of Today’s Competing Worldviews, por David Noebel. Se expone
junto a otras 5 cosmovisiones hoy día en disputa. (En Internet, en español:
“allaboutworldview”) Noebel describe las 6 cosmovisiones, cada una en términos
de 10 dimensiones o componentes, jerarquizados en orden de importancia, desde
la Teología a la Historia. Resumimos aquí el posmodernismo; pero no quiera Ud.
encontrarle mucho sentido, ya que está lleno de contradicciones.
(1) En Teología: Anti-teísmo. Los posmodernistas
son ateos, pero su ateísmo no es como el de otras cosmovisiones, casos del
humanismo secular y el marxismo-leninismo. Es hasta más discriminativo y peor,
porque “tolera” muy bien toda clase de “espiritualidad”, excepto las tres
religiones monoteístas, porque afirman ser verdaderas, lo cual ¡es intolerable!
(2) En Filosofía: Anti-Realismo y Anti-Verdad objetiva. Lo que es la realidad,
si la hay, no podemos saberlo, y lo mismo pasa con la verdad, afirman los
posmodernistas; pues lo que llamamos “realidad”, es en realidad una
construcción subjetiva. Y las palabras significan lo que Ud. quiera en cada
momento que Ud. quiera. (¿Ya vio las contradicciones? Le
dejo como tarea…)
(3) Moral: Relativismo ético y cultural
“comunitario”. Las religiones estructuradas, y los sistemas filosóficos, con
sus reglas morales, y las ideologías, e incluso las teorías científicas son
“grandes relatos”, para ser “deconstruidos”, y después tirar a la basura, nos
dicen los posmodernistas. Pero valorizan en cambio los "pequeños
relatos", que hace “cada comunidad”, como dice Hillary Clinton. (4)
Ciencia: Evolución, pero puntuada. Los posmodernistas desechan toda teoría,
incluso el darwinismo. Lo que destacan siempre es el caos, el desorden, el
azar, la incertidumbre, la inseguridad.
(5) Psicología: el “yo” socialmente construido. El
alma no existe; lo que existe es el “yo”, pero es una “construcción social”, y
es múltiple: hay numerosos “yo”, para descubrir, en cada uno de nosotros. (6)
Sociología: igualitarismo falso. Todas las culturas y civilizaciones son
valiosas, salvo la occidental. Palo fuerte para los hombres blancos, europeos,
machistas, capitalistas y homofóbicos, etc., etc. (¿Y la educación? Es siempre
un medio de adoctrinamiento: o es de “ellos”, o es de “nosotros”, o sea de los
posmodernistas).
(7) El Derecho: no hay ley natural, mucho menos
ley divina, ni siquiera ley justa. Eso no existe. Lo que hay es la ley
positiva, y sólo como expresión de poder. El derecho vigente debe ser
“deconstruido” con los “estudios legales críticos”, porque como la educación,
es sólo un arma de dominación o de perpetuar la dominación: de “ellos” o de
“nosotros”. (8) La Política: “progresismo”, que es la nueva izquierda; o sea la
“Política correcta”. La verdad no existe, entonces el fin justifica los medios;
todos, cualquier medio es válido: mentira, violencia, lo que sea. (9) En
Economía: anti-capitalismo; intervencionismo estatal. Los posmodernistas
discrepan sobre formas y modalidades de intervención; pero odian el libre
mercado, y cualquier cosa que a su juicio se le parezca, y que ellos llamen
“capitalismo”.
Por fin, (10) Historia: revisionismo histórico. Lo
que llamamos “La Historia” es otro “gran relato”, que no es ni puede ser
objetivo, nunca, pues toda narrativa está determinada social y culturalmente,
así que debe ser “revisada” críticamente, para “deconstruirla”. Lo que valen
son las “pequeñas historias”, que desarrolla “cada comunidad”, cada cual “desde
su “mirada”, desde “su cotidianeidad”, y para la denuncia de las
“microagresiones”, dice el “relato” posmodernista. ¡Pero niegan que sea
“relato”!
David Noebel sugiere que el posmodernismo es una
infección ideológica; y nos recomienda un auto-examen crítico de nuestras
ideas, creencias y lenguaje, o sea las palabras que usamos a diario, a ver
hasta qué punto estamos contaminados. Yo ya me lo hice. ¡Hasta la próxima si
Dios quiere!
No comments:
Post a Comment