Por Nora Gámez Torres
El éxodo cubano en cifras
Las estadísticas oficiales cubanas
subestiman el número de personas que abandona el país. En esta gráfica
se observan a grandes rasgos los patrones del éxodo durante los años de
gobierno comunista. Para los años 2012 al 2015 las cifras son
estimadas.
Cifras oficiales cubanas indican que
cerca de 660 mil cubanos emigraron desde la llamada “Crisis de los
Balseros” en 1994 hasta el 2015, pero algunos expertos consideran que el
éxodo en las dos últimas décadas pudiera acercarse al millón de
personas.
La ausencia de datos oficiales precisos
sobre el tema complican el cálculo exacto de la cifra. La Oficina
Nacional de Estadísticas e Información de Cuba (ONEI) no publica el
número exacto de cubanos que abandonan el país, sino un “saldo
migratorio”, la diferencia entre los que entran y salen del país. Según
cifras reportadas por esa entidad, la emigración ha tenido un saldo
negativo de 659,973 personas que habrían emigrado desde 1994, aunque por
definición el número de emigrados sería mayor. Según Armando Portela,
doctor en Geografía y uno de los creadores de la nueva revista digital CubaGeográfica,
las cifras reales podrían rondar el millón –casi el 10 por ciento de la
población–, si se toma en cuenta la tendencia de la ONEI de
subregistrar los datos. Así lo escribió en un artículo publicado en la
revista con el título La emigración, el río invisible.
“Cuando no hay cifras oficiales que sean
confiables, hay que hacer estimados. El millón es un estimado a partir
de las cifras que declara la ONEI, en las que hay un déficit en los
últimos años. Para los últimos años en los que ellos han subestimado la
gente que se va del país, lo que he hecho es calcular una media de
acuerdo con la cantidad de gente que se ha ido en los años anteriores y
añadirla”, explica.
El éxodo cubano en cifras
Las estadísticas oficiales cubanas
subestiman el número de personas que abandona el país. En esta gráfica
se observan a grandes rasgos los patrones del éxodo durante los años de
gobierno comunista. Para los años 2012 al 2015 las cifras son
estimadas.
En un cambio sorprendente de
metodología, la ONEI comenzó a reportar cifras positivas en el acápite
de emigración, a partir del año 2013. Aparentemente, según comentó un
economista cubano que pidió el anonimato, el cambio se produjo a partir
de la reforma migratoria que entró en vigor ese año y que permitiría a
los cubanos permanecer en el extranjero por dos años sin perder su
residencia en la isla. La ONEI habría dejado de reportar las salidas del
país hasta que no se cumpliera ese lapso de tiempo. Sobre las cifras
positivas solo se puede especular, pues la ONEI no ha aclarado si
corresponden a extranjeros que se han asentado en la isla o a los
cubanos que se han “repatriado” –un trámite que implica recuperar la
residencia en Cuba–, o ambos.
En el 2015, la entidad comenzó a
reportar de nuevo las cifras de emigración, pero muy por debajo de las
cifras oficiales estadounidenses. Según la ONEI, en el 2015 abandonaron
el país 24,684 pero con la nueva metodología no queda claro si esas
personas abandonaron el país ese mismo año o los anteriores.
Los problemas metodológicos en los
cálculos oficiales cubanos quedan expuestos cuando se comparan estas
cifras con las recogidas por la Oficina de Aduanas y Protección
Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). Según CBP en el año fiscal
2015, 40,115 cubanos llegaron a EEUU sin visa, un número que casi
duplica al reportado por Cuba, y no incluye a los cubanos que llegaron
con visas de turista y decidieron quedarse en EEUU, ni aquellos que
llegaron a través de los programa de visas para refugiados o de
reunificación familiar y que se calculan en otros 20 mil anuales. Por
supuesto, las cifras de CBP tampoco incluyen a los cubanos que emigran a
otros países, por lo que la dimensión real del éxodo debe ser mucho
mayor.
Según cifras del Departamento de
Seguridad Interna recopiladas por el profesor Jorge Duany, experto en
emigración y director del Instituto de Estudios Cubanos de la
Universidad Internacional de la Florida, 610,811 cubanos obtuvieron una
residencia permanente en Estados Unidos entre 1990 y el 2014, una cifra
parecida a la reportada por la ONEI. De nuevo, de tomarse la cifra de la
ONEI como correcta, ello implicaría que casi todos los cubanos que
emigraron en los últimos veinte años llegaron a los Estados Unidos, lo
que desconocería a las comunidades de cubanos en países como España,
Canadá o México, para solo mencionar las más importantes.
"El problema es que no tenemos estimados
confiables para la emigración cubana total, es decir, tomando en cuenta
a los que se han asentado en otros países aparte de Estados Unidos,
como México, Venezuela o España. Por lo tanto, es posible que el flujo
migratorio de Cuba hacia otros países ascienda al millón, pero es
difícil corroborarlo estadísticamente”, señala Duany.
En lo que va de año fiscal y hasta el 11
de julio, CBP ya reportó la llegada de otros 44,353 cubanos sin visa.
Con una economía estancada y sin cambios estructurales a la vista, en
los últimos tres años el éxodo de cubanos se ha disparado desde que el
gobierno eliminó obstáculos para las salidas del país y el acercamiento
entre EEUU y Cuba hace temer cambios en la política migratoria
estadounidense, que otorga beneficios de refugiados políticos a los
cubanos que llegan a su territorio.
De acuerdo con Portela, la emigración
cubana “se ha vuelto tan importante como factor demográfico y económico
que, sin exagerar, puede tratarse del desarrollo geográfico más dinámico
y persistente de todos los ocurridos en Cuba en las últimas dos
décadas”. Al mismo tiempo, las olas recientes de emigrados cubanos han
logrado cambiar no solo las características demográficas de la población
cubanoamericana sino también su “mentalidad”, señala.
“Son personas que están más vinculadas a
la isla, pues tienen familiares que dependen de ellos. Son los que más
viajan a Cuba y probablemente apoyan más la nueva política de [Barack]
Obama hacia Cuba”, explica.
En el volumen inaugural de
CubaGeográfica, Portela cuestiona el escaso tratamiento de la emigración
en las publicaciones geográficas de la isla, pese a que el fenómeno ha
moldeado dramáticamente el panorama cubano. Según cifras recopiladas por
el autor, entre 1902 y 1934, Cuba se nutrió de cerca de 1.2 millones de
inmigrantes. Luego el flujo migratorio se mantuvo cercano a cero en las
siguientes dos décadas, hasta que comenzó a crecer dramáticamente el
número de los que abandonaban el país a partir de 1959. Desde ese año y
hasta el inicio de los 90, se calcula que cerca de otro millón habría
salido del país.
Armando Portela es editor en el Nuevo Herald.
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