De naturaleza política
Enrique Aranda
Se reavivaron versiones
sobre la realización de cambios o ajustes a nivel gabinete, con miras a
poner al mismo en condiciones óptimas, con miras a enfrentar el
complicado reto que para la actual administración y su partido, el
Revolucionario Institucional, implicará, implica ya, la sucesión de
Enrique Peña Nieto en 2018.
La inminencia de la entrega del informe presidencial al Congreso, cuatro de seis, el próximo primero de septiembre, reavivó, otra vez, versiones sobre la realización de cambios o ajustes a nivel gabinete, con miras a poner al mismo en condiciones óptimas, con miras a enfrentar el complicado reto que para la actual administración y su partido, el Revolucionario Institucional, implicará, implica ya, la sucesión de Enrique Peña Nieto en 2018.
En las dos últimas semanas, efectivamente, a partir del pasado martes de manera notable, la especulación sobre relevos y/o reacomodos al más alto nivel alcanzaron un nivel tal que, incluso, comenzaron a inquietar no sólo a los supuestos implicados, afines todos al tricolor, sino, también, a dirigentes de la oposición partidista, líderes empresariales y/o jerarcas religiosos, entre otros, en virtud de que, por primera ocasión en el sexenio, prácticamente todas las especies dan por hecho el cambio y/o reasignación de los dos principales “operadores” del mexiquense… de sus dos vicepresidentes, como en otro momento, coloquialmente, alguien les identificó.
Hablamos, claro, del eventual reemplazo de Luis Videgaray Caso y Miguel Ángel Osorio Chong en Hacienda y Gobernación, respectivamente. El primero, que presumiblemente se concentraría en la operación de la sucesión en el Estado de México, la que inclusive podría encabezar, para ceder la posición a José Antonio Meade, en tanto que, el segundo, lo haría para entregar sus oficinas en el exPalacio de Cobián a Roberto Campa o a José Calzada… y migrar a Desarrollo Social (Sedesol) donde, dicen los enterados, buscaría “recomponer su diezmada imagen y estar listo a (atender) cualquier llamado…”.
En paralelo, las filtraciones refieren a la migración de Arely Gómez a la Función Pública, para posibilitar que Renato Sales Heredia llegue a la Procuraduría General, igual que a la salida por causas de fuerza mayor, enfermedad supuestamente, de Guillermo Tovar y de Teresa y Eugenio Ímaz, de Cultura y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), respectivamente, así como de Pedro Joaquín Coldwell, que iría a la embajada de Londres.
Y todo adicionado con la salida del gabinete de la (neo-neo priista) exdirigente de la Revolución Democrática (PRD), Rosario Robles, y la llegada de Ricardo Aguilar a Sagarpa.
Huelga decir que, si bien unos y otros refieren que “el tiempo de los cambios llegó…”, lo cierto es que nadie apuesta a un momento específico en que los mismos deban concretarse, pues algunos refieren a que una reingeniería de tal envergadura, tan audaz, supondría llegar al IV Informe con los cambios formalizados y, otros, piensan que “para no empañar los (posibles) beneficios de éste…”, habría que dejarlos para después.
Veremos…
ASTERISCOS
* Invitado por el titular de Desarrollo Social, Meade Kuribreña, el pasado lunes, a la entrega de la cartilla social número seis millones, en Milpa Alta, el mandamás en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Mikel Arriola, aprovechó la ocasión para anunciar la construcción, ahí, de un hospital rural para la gente que no tiene acceso a otros servicios de salud. Bien…
* Tras el sonado caso de acoso sexual a empleadas —no desmentido— en que se vio envuelto su anterior titular de Comunicación Social, Alberto García Sarubbi, el INE, de Lorenzo Córdova, estrena, presumiblemente hoy, nuevo director en la persona de Rubén Álvarez Mendiola que, en los últimos días, cumplió con la ritual visita a las siete casas… ¡perdón!, a cuando menos siete consejeros electorales.
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