El deseo de un aumento de la riqueza puede ser satisfecho a través del intercambio, que es el único método posible en una economía capitalista, o por la violencia y la petición como en una sociedad militarista.L. von Mises
En Venezuela se han presentado reiteradamente y de forma creciente conatos de saqueo en establecimientos comerciales, no sólo de alimentos sino de otros rubros como textiles y electrodomésticos. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social registra que desde el inicio del año 2015 hasta febrero del 2016 se han presentado 351 episodios de saqueos o intentos de saqueo[1] , los cuales han venido aumentando debido a la grave crisis económica, el desabastecimiento y la escasez. En el siguiente gráfico se puede observar este incremento:
La utilización de la violencia (a través de los saqueos) no es sino otra forma distorsionada a través de la cual los ciudadanos buscan satisfacer sus necesidades. Y es que el elemento dominante de todo problema económico reducido a su máxima expresión es la escasez de recursos frente a las ilimitadas necesidades que deben ser atendidas. El problema surge entonces de la interrelación entre lo que se requiere y lo que está disponible, cuestión que busca ser solucionada a través de los diferentes sistemas económicos de la forma más eficiente posible: todos queremos estar mejor, satisfacer nuestras necesidades, pero los medios utilizados para tal fin son escasos.
Una de las formas de solucionar el problema es a través de la economía de mercado, permitiendo que las personas oferten y demanden bienes y servicios, de tal forma que no existan trabas al comercio, al generarlas condiciones para la competencia, la innovación y el emprendimiento. El sistema de precios posibilita una transmisión de información necesaria para que exista un orden espontáneo, y con ello una distribución que permite la obtención de productos por parte de las personas que más los valoran. De acuerdo con esta visión, un producto adquirirá un precio mayor si su oferta es menor de la requerida por las personas. Solo quienes puedan obtendrán el producto y quienes los elaboran, a su vez, recibirán una señal que los incentivará a producirlo a futuro.
La segunda forma de solucionar el problema de la escasez es a través de lapoco eficiente distribución centralizada, que consiste en el manejo de la autoridad central sobre las condiciones de la distribución.De esta forma no se llevará el producto a quien pueda pagarlo o lo valoren más; dependerá de reglas que la autoridad central considere pertinentes. Este sistema genera incentivos negativos a la producción porque la arbitrariedad de una autoridad niega la importancia de la libre empresa. De esta forma, los productos a distribuir cada vez serán menos, lo que genera escasez.
La tercera y última forma es la violencia, precisamente la que ha comenzado a practicarse en Venezuela. A través de la intervención de todo el sistema de producción y comercialización de productos, que viola la propiedad privada, y apoyados en la política de control de precio y cambio que lleva desde hace años, el gobierno ha fracasado en su intento de imponer una planificación centralizada, con las consecuencias expresadas arriba. Al no existir un sistema de precios, las personas se ven frustradas por no conseguir los productos y apelan a la violencia como forma de adquirir los bienes de primera necesidad que no consiguen.
Estos hechos tienen una explicación: la destrucción del mercado y el fracaso del socialismo como sistema económico. Lo más preocupante es que el modelo intervencionista parece acentuarse pese a las terribles consecuencias que ha traído, lo que genera expectativas negativas para el futuro cercano.
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