La tarea de la Moralidad es enseñarte qué valorar y cómo valorar; su tarea es enseñarte cómo lograr la vida y la felicidad.
La Rebelión de Atlas ofrece una
nueva concepción del ideal moral, una concepción de lo sagrado y lo
sublime muy diferente a la del Sermón de la Montaña.
El código moral de Atlas muestra los verdaderos requisitos de la vida y la felicidad, las virtudes de: Pensamiento, Producción, y Comercio.
[Pensamiento]
La Rebelión de Atlas es un himno a la mente del hombre.
Cada valor que el hombre ha logrado tuvo
primeramente que ser descubierto por una mente individual, desde
recoger frutas, a cazar con lanzas, a plantar cultivos para cosecharlos
meses más tarde; desde la invención del teatro como fuente de gozo y
combustible emocional, al descubrimiento de la perspectiva en pintura, a
la creación de música, y luego de más y más armonías y formas de
composición más complejas; desde la identificación de las leyes del
movimiento a la formulación de las leyes de la lógica; desde el
descubrimiento de gérmenes y antibióticos a la invención del transistor y
el ordenador. . .
Para cada uno de estos pasos, alguna
mente tuvo que descubrirlo. Esta es la fuente de la vida humana y la
felicidad. Adorar la vida, por lo tanto, significa adorar la
inteligencia del hombre. Y si es la propia vida lo que uno busca,
entonces el desarrollo de la propia inteligencia es el objetivo más
fundamental.
Aprender a pensar, a hacer conexiones, y
ver más lejos de lo que se ha visto hasta ahora; aprender a pensar con
cuidado, de forma sistemática, lógica, objetiva; aprender a ver todas
las implicaciones de las propias ideas; todo esto se convierte en la más
importante de las tareas.
La medida del propio conocimiento y el
poder del propio pensamiento determinarán el éxito o el fracaso de todos
los valores que uno persigue, desde obtener un título universitario, a
tener éxito como médico o como programador o como director general, a
criar niños competentes, bien educados e independientes.
Para Ayn Rand, como para los Padres
Fundadores, el pensamiento abstracto no es un juego en el que uno se
deleita cínicamente con las supuestas paradojas del universo. El
pensamiento – el pensamiento abstracto – es intencionado, exige una
seria dedicación a la propia vida. Exige la honestidad de una mente que
busca todos los hechos, porque *éstos*, y sólo éstos, dictarán sus conclusiones sobre cómo actuar.
Exige la independencia de una mente
alcanzando su propio veredicto, no importa cuánta gente diga lo
contrario. Exige la integridad de una mente comprometida en actuar según
sus propios criterios. El pensamiento es intencional, el pensamiento es
egoísta, el pensamiento es por el bien de la producción.
[Producción]
Lo que nos lleva a la segunda: Producción.
La virtud de la Producción, La Rebelión de Atlas
muestra, significa la dedicación a hacer lo ideal, real. Significa
mucho más que tener un trabajo. Es una dedicación a la labor de “rehacer
la tierra en la imagen de los propios valores”. Representa la unión
apropiada entre lo espiritual y lo material.
Lo que La Rebelión de Atlas
muestra es que las almas de un artista y de un empresario son una misma
cosa. El artista tiene una nueva visión de la belleza, de lo que podría
ser, y se esfuerza en darle forma material, para erigir la escultura de
una mujer, pintar un bello paisaje, o escribir Cyrano de Bergerac. El
empresario tiene una nueva visión de la prosperidad, de lo que podría
ser, sean ferrocarriles entrecruzando el continente, un metal superior
al acero, o un ordenador en cada escritorio, y trabaja sin cesar para
que su visión se haga realidad.
Toda producción nace de una dedicación a
la propia vida y a la realidad; es la forma terrenal de idealismo, y
sin ella no hay auto-estima.
[Comercio]
Ahora bien, el productor, cuando trata
con otros hombres, exige un modo de existencia sin sacrificios. En
cuestiones tanto de materia como de espíritu, en dinero y en amor, es un
comerciante.
“Un comerciante no pide que le paguen
por sus fracasos ni pide ser amado por sus defectos. . . . Igual que él
no entrega su trabajo excepto a cambio de valores materiales, tampoco
entrega los valores de su espíritu – su amor, su amistad, su estima –
excepto en pago y a cambio de virtudes humanas, en pago por su propio
placer egoísta, el cual recibe de los hombres que respeta”.
Comerciar es moral, no porque logra el
bienestar de los humildes o la riqueza de la nación; la justificación
del comercio no es que de alguna manera convierte el egoísmo en
auto-sacrificio. “La mano invisible” de Adam Smith, entendida como
justificación, es corrupta.
El comercio no necesita ninguna
justificación externa. La justificación del comercio es precisamente que
es comercio. Es una interacción en la que cada persona es capaz de
perseguir su propio interés. Es la única forma de interacción en la que
los hombres se relacionan como iguales, no como explotador y explotado.
¿Cuál es el resultado? ¿Qué sucede, por
ejemplo, cuando cambias tu salario por un ordenador? Cada una de las
partes consigue su propio interés; cada uno consigue algo de más valor
que aquello a lo que renuncia. El comercio es la única forma de
interacción que inmediatamente exige auto estima, exige que cada
comerciante busque lo mejor para su propia vida, y a su vez permite que
cada persona conserve su auto-estima, porque ni se sacrificó a los
otros, ni trató de engañar a la realidad con el doble estándar de exigir
el sacrificio de otros a él.
Pensamiento, Producción y Comercio. Estos forman el núcleo de La Rebelión de Atlas y su nuevo código de moralidad basado en la vida.
[Fe, Esperanza y Caridad]
Observad lo drástico que es el contraste de este ideal con la concepción religiosa de la moralidad del Sermón en la Montaña. Fe, Esperanza y Caridad son sus virtudes.
Fe significa creer, en la ausencia de lógica. Es lo contrario del Pensamiento.
Esperanza significa que eres incapaz de
conseguir el ideal, que la perfección está más allá de tu alcance, pero
que por la gracia de Dios tal vez la consigas en alguna supuesta “otra
vida”. Es lo opuesto a trabajar para conseguir el ideal en esta vida; es
lo contrario de la Producción.
Caridad significa entregarte en cuerpo y
alma a tu prójimo e incluso a tu enemigo, sin esperar nada a cambio. Es
lo contrario del Comercio.
Jesús, en la cruz, exhibió estas
virtudes: tenía la Fe de que había un padre no-terrenal. Tenía la
Esperanza de que se ganaría la gracia de este ser no-terrenal. Tenía la
Caridad de sacrificar su propia alma por las de los pecadores. El
resultado fue su muerte.
Para una moralidad de la vida esta no puede ser la imagen del ideal moral. Entonces, ¿cuál es?
Los grandes pensadores y productores. Los hombres de la mente. Los héroes de La Rebelión de Atlas.
Los científicos, filósofos, artistas, inventores y hombres de negocios
que hacen posible un modo humano de existencia, personas como
Aristóteles, Newton, Edison y Rockefeller, filósofos como Francis Bacon y
John Locke, científicos como Isaac Newton y Benjamin Franklin,
pensadores políticos y hombres de acción como Voltaire, Turgot y Thomas
Paine.
En términos de Ayn Rand: los hombres de la mente.
[. . .]
por Onkar Ghate, Profesor de Filosofía del Ayn Rand Institute.
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