Grandes mitos sobre la Gran Depresión (1929 - 1941)
De la obra “Great Myths of The Great Depression” publicado en mayo de 1998. Condensado y traducido por Gabriel Gasave.
La Gran Depresión
1929 - 1941
1929 - 1941
Muchos han abandonado la búsqueda de la
verdad y han hecho circular conclusiones falsas acerca de lo ocurrido
siete décadas atrás.
La gente continua aún hoy, aceptando
criticas injustificadas al mercado libre y apoyando políticas
gubernamentales que resultan económicamente destructivas.
¿Cuán mala fue la Gran Depresión?
Durante los 4 años que van de 1929 - 1933:
• La producción nacional de las fabricas, minas y servicios cayó más de la mitad.
• Los ingresos de la población disminuyeron un 28%.
• Los precios de las acciones colapsaron a una décima parte de lo que estaban al inicio del proceso.
• El número de desempleados que era de 1.6 millones en 1929 pasó a 12.8 millones en 1933. 1 de cada 4 trabajadores había perdido su empleo en el momento más leve de la crisis, trayendo rumores de una nueva Guerra Civil.
• Los ingresos de la población disminuyeron un 28%.
• Los precios de las acciones colapsaron a una décima parte de lo que estaban al inicio del proceso.
• El número de desempleados que era de 1.6 millones en 1929 pasó a 12.8 millones en 1933. 1 de cada 4 trabajadores había perdido su empleo en el momento más leve de la crisis, trayendo rumores de una nueva Guerra Civil.
Los viejos mitos nunca mueren; ellos
continúan apareciendo en cursos de economía y textos de ciencias
políticas. El gran mito de este siglo veinte es el que sostiene que el
capitalismo de libre mercado ha sido responsable de la Gran Depresión y
solamente la intervención del gobierno logró recuperar a la economía
americana.
Un cuento de hadas moderno:
A los estudiantes se les suele enseñar,
que la libre empresa colapsó por su propio peso en 1929, iniciando una
larga década de depresión económica plena de destrucción y miseria.
El cuento es típicamente presentado de la siguiente manera:
“Un importante pilar del capitalismo, el mercado de capitales, fracasó y condujo a los Estados Unidos a la depresión.
El presidente Herbert Hoover, un
partidario del laissez faire, se negó a emplear el poder del gobierno
para intervenir en la economía y como resultado las condiciones
empeoraron.
Franklin Delano Roosvelt, cabalgando
sobre el blanco caballo de la intervención gubernamental condujo a la
nación hacia la recuperación.
La lección que esto enseña es que no se
puede confiar en el capitalismo, y que el gobierno necesita tomar un
activo rol en la economía a efectos de salvarnos de la catástrofe”.
Como lo han demostrado los hechos, esa
afirmación corresponde más a un libro de cuentos que a una seria
discusión sobre historia económica.
La Gran, Gran, Gran, Gran Depresión:
A efectos de entender correctamente los
sucesos, debemos ver a la Gran Depresión no como una, sino como cuatro
depresiones consecutivas dentro de una.
El profesor Hans Sennholz describe a esas 4 Fases como:
I - El ciclo económico
II - La desintegración de la economía mundial
III - El New Deal
IV - La Ley Wagner
La primera fase explica por qué ocurrió
el colapso de 1929, mientras que las otras 3 cómo la intervención
gubernamental mantuvo a la economía en crisis por más de una década.
FASE I: El ciclo económico
La Gran Depresión no fue la primera que tuvo lugar
en Estados Unidos, pero sin embargo ha sido la más larga.
Varias otras
la han precedido:
- 1819: luego de 3 años de creciente inflación por parte del Second Bank de EE.UU..
- 1836/37: cuando el presidente. Andrew Jackson frenó la inflación del Second Bank.
- 1857: después de una década de expansión del dinero y el crédito debido a que los gobiernos estaduales financiaran sus deficits a través de los bancos oficiales.
- 1873: tras la Guerra Civil y la inflación de “greenbacks”.
- 1893-95: luego de años de depreciación de la plata y los billetes.
- 1921: generada por la inflación que financió la Primera Guerra Mundial.
- 1836/37: cuando el presidente. Andrew Jackson frenó la inflación del Second Bank.
- 1857: después de una década de expansión del dinero y el crédito debido a que los gobiernos estaduales financiaran sus deficits a través de los bancos oficiales.
- 1873: tras la Guerra Civil y la inflación de “greenbacks”.
- 1893-95: luego de años de depreciación de la plata y los billetes.
- 1921: generada por la inflación que financió la Primera Guerra Mundial.
Factor común: una desastrosa manipulación de la oferta de dinero por parte del gobierno.
Ninguna de esas depresiones duró más de 4 años y la mayoría terminó dentro de los 2 años.
La de 1929 se prolongó al menos unas
tres veces más, debido a que el gobierno añadió a sus errores monetarios
una serie de intervenciones dañinas .
Subiendo el Volumen:
La Escuela Austríaca ha destacado siempre la estrecha relación que existe entre la oferta de dinero y la actividad económica:
- Cuando el gobierno "infla" la oferta de moneda y de crédito, la tasa de interés en un comienzo baja.
- Las empresas invierten este “dinero
fácil” en nuevos proyectos productivos y se produce un boom respecto de
los bienes de capital.
- A medida que el boom se va
desarrollando, los costos se incrementan, la tasa de interés se reajusta
hacia arriba y las ganancias se resienten.
- Los efectos del dinero fácil se hacen
evidentes y la autoridad monetaria, temiendo una inflación de los
precios, comienza a disminuir el crecimiento de la oferta de dinero o
incluso llega a contraerla. En cualquiera de los casos, la manipulación
sacude a la economía como si fuese un castillo de naipes.
Todo esto es lo que sucedió durante la
década del 20, así como en cada uno de los ciclos económicos (Boom-Bust
Cycles) de la historia de los Estados Unidos
El Federal Reserve System (“Fed”) había
venido incrementando la oferta de dinero en más de un 60 % desde
mediados de 1921 y hasta mediados de 1929 (Rothbard).
Ese derroche de dinero y la expansión
crediticia constituyeron el comienzo del New Deal (el nombre con el cual
se hace referencia a las políticas altamente intervencionistas que
llegarían más tarde con el Presidente Franklin Roosvelt).
Las autoridades monetarias manejaron
activamente la economía, en parte para estimular el boom interno y en
parte para asistir al Banco de Inglaterra en su deseo de mantener los
tipos de cambio previos a la Primera Guerra Mundial.
El torrente de dinero redujo las tasas
de interés, empujando al mercado bursátil vertiginosamente hacia arriba,
dando lugar a los “Años Locos”.
Pocos advirtieron lo que sucedía. Los
precios relativamente estables desde principios de 1920 ocultaron la
inflación monetaria, haciendo pensar que la situación podía mantenerse.
Substanciales reducciones en las tasas
del impuesto a las ganancias en los años del presidente Coolidge
incrementaron la inversión y el crecimiento real de la economía, con un
gran progreso tecnológico y descubrimientos de formas más económicas de
producción.
Esta explosión en la productividad
redujo gran parte del efecto de la inflación del Fed en los precios
(salvo los casos notables de las acciones y de las propiedades en
Florida).
Pero las distorsiones y malas inversiones alentadas por la inflación monetaria debían tarde o temprano ser corregidas.
Toda expansión artificial de la moneda y
el crédito provoca desequilibrios en la economía al enviar falsas
señales, colocándola al borde de una caída (caída que solamente puede
empeorar cuando el gobierno cambia su política de dinero fácil por una
de contracción monetaria)
A comienzos de 1929 el Fed redujo la
oferta de dinero, subiendo las tasas de interés y por los siguientes
tres años la oferta de dinero se redujo en un 30 por ciento!
Esta deflación luego de la inflación hizo pasar a la economía de un tremendo boom a una colosal depresión (bust).
Unos pocos observadores sostuvieron que
esa deflación fue querida por la Fed, pero la mayoría de los economistas
creen que en realidad se trató de una falla de cálculo.
En ambos casos, se trata de un fracaso de la política monetaria del gobierno.
Muy pocos inversionistas vieron venir la crisis y comenzaron a vender sus acciones y a comprar oro a comienzos de 1928.
El Gran "Crash" no ocurrió, como muchos suelen decirlo, en un solo día (El Jueves Negro del 24 de octubre de 1929).
Ya el 5 de septiembre se comenzó a
negociar muy poco en acciones luego de una buena alza dos días antes. A
comienzos de octubre se hablaba de una “corrección deseable”. El 3 de
ese mes, las acciones sufrieron su mayor caída del año pero al día
siguiente volvieron a repuntar, manteniéndose estables por una quincena.
El desastre real comenzó el 23 de octubre: 6 millones de acciones cambiaron de mano. El promedio industrial cayó 21 puntos.
El jueves 24 las acciones siguieron vendiéndose aún más y se detuvo finalmente a la 7.08 pm.
Las distorsiones en la economía
promovidas por la política monetaria del Fed llevaron al país hacia la
recesión, pero otras políticas e imposiciones que llegaron luego
convirtieron a esa recesión en un desastre en gran escala.
El crash del mercado bursátil fue
solamente un síntoma -no la causa- de la Gran Depresión: el mercado
subió y cayó en una casi directa sincronización con lo que el Fed hacía.
Pese a que el mito moderno sostiene que
el mercado libre se “auto-destruyó” en 1929, la salvaje manipulación de
la moneda por parte del Federal Reserve System evidencia como el
gobierno fue el principal culpable de la caída de la bolsa.
FASE II: Desintegración de la economía mundial
Si el "crash" hubiese sido similar a los anteriores, no hubiera durado más de tres años o tal vez menos.
El desempleo promedio de 1930 era del 8,9 %, mucho más que el 3,2 % de 1929, llegando al 25 % en 1933.
Hasta marzo de 1933, fueron los años del
presidente Herbert Hoover (1929 / 33) a quien los anticapitalistas
tildaban el campeón de la economía de laissez faire.
El propio Roosvelt durante la campaña
electoral (1932) calificó a la administración de Hoover como “la
administración más dispendiosa en épocas de paz de toda la historia” y
su compañero de fórmula, John Nance Garner lo acusó de “conducir al país
por el sendero del socialismo”.
Roosvelt y Garner estaban acertados.
La mayor locura de la administración
Hoover fue la Ley SMOOT-HAWLEY TARIFF de junio de 1930. Fue la más
proteccionista legislación de la historia estadounidense, cerrando
virtualmente las fronteras a los productos extranjeros e iniciando un
vicioso conflicto internacional en el plano del comercio.
Esa Ley aumentó las tarifas arancelarias de casi todos los productos.
- Del 20 % al 34 % en los productos agrícolas.
- Del 36 % al 47 % en los vinos.
- Del 50 % al 60 % en la lana y los productos fabricados con ella.
- Del 36 % al 47 % en los vinos.
- Del 50 % al 60 % en la lana y los productos fabricados con ella.
En total 887 aranceles fueron incrementados y la Ley elevó a 3.218 el número de productos que debían pagar derechos aduaneros.
Un aspecto importante de la SMOOT-HAWLEY
TARIFF fue que muchos aranceles consistían en una específica suma de
dinero en vez de un porcentaje del precio.
Como los precios comenzaron caer a más
de la mitad durante la Gran Depresión, los efectos reales de esas tasas
se duplicaron, incrementando la protección.
Ej: los relojes que pagaban un arancel del 45 % pasaron a abonar un 55 % más una suma fija de $ 4.50 por unidad.
Aranceles al tungsteno, al aceite de
linaza y a la caseína afectaron a la industria estadounidense de la
pintura. Más de 800 productos empleados en la industria automotriz
fueron alcanzados.
A raíz de los aranceles a la lana (que
llegaron al 140 %), más de 60.000 personas empleadas en la industria
textil perdieron sus puestos, aumentando el desempleo.
Los funcionarios creían que, aumentando
las barreras al comercio exterior forzarían a los estadounidenses a
comprar dentro del país, lo que solucionaría el desempleo.
Ignoraron un principio fundamental del
comercio internacional: el intercambio es una calle de dos manos. Si los
extranjeros no pueden vender sus productos en los EE.UU., no obtienen
los dólares que necesitan para luego comprar allí.
No se pueden cortar las importaciones sin simultáneamente afectar a las exportaciones.
Vendetta:
Vendetta:
Los gobiernos extranjeros respondieron a
su vez colocando barreras arancelarias, dejando de adquirir productos
en EE.UU.. Esto afectó sobre todo a la agricultura de Estados Unidos
(perdió casi 1/3 de sus mercados)
Los precios de las granjas se
derrumbaron y los granjeros quebraban en masa (Un bushel de trigo que en
1919 se vendía a $ 1.00, en 1932 se ofrecía a 0.30 centavos).
Los bancos rurales empezaron a cerrar.
Entre 1930 y 1933, 9 mil bancos cerraron sus puertas.
El mercado de valores cayó un 20 % el día que Hoover firmó la ley y continuó haciéndolo durante los siguientes 2 años.
La crisis económica mundial generada por
la guerra de aranceles fue preparando el escenario para la Segunda
Guerra Mundial, unos pocos años después.
En 1929, el mundo le adeudaba a los
Estados Unidos $ 30 mil millones. Al no poder vender allí sus productos,
a los extranjeros se les hizo muy difícil afrontar sus deudas,
fomentando posturas demagógicas como la de Hitler.
“Cuando los bienes no cruzan las
fronteras, lo harán los ejércitos”, alertaba una vieja pero
lastimosamente cierta máxima económica.
La Smoot-Hawley por sí misma debería
haber hecho caer el mito de que Hoover era un liberal clásico, pero aún
se cometieron más equivocaciones intervencionistas.
Hoover convocó a los empresarios y les
solicitó que mantuviesen los salarios artificialmente elevados, aún
cuando las ganancias y los precios estaban cayendo.
Los precios al consumo cayeron un 25 %
entre 1929 y 1933, mientras que los salarios sólo cayeron un 15 %, lo
que aumentó el costo de hacer negocios.
Esto generó un desempleo creciente .
Hoover incrementó también el gasto público en subsidios y planes de ayuda.
En 1 año -1930/31- la participación del estado en el PBI pasó del 16,4 % al 21,5 %.
Vemos como el New Deal fue en realidad una extrapolación de las medidas que empezaron con Hoover.
Para completar la situación, en 1932 se
sanciona la REVENUE ACT (Ley de Ingresos) que duplicó el impuesto a las
ganancias para la mayoría de los estadounidenses, eliminándose
exenciones.
Se elevaron los impuestos a la gasolina, a los automóviles y también las tarifas postales.
FASE III: El New Deal
En 1932 Roosvelt ganó las elecciones y asumió el 4 de marzo de 1933.
En su plataforma, el Partido Demócrata prometía
una reducción del 25 % en el gasto federal, un presupuesto equilibrado y
una moneda respaldada en oro para evitar riesgos, así como también
remover al gobierno de las áreas que corresponden al sector privado.
Nada de eso se cumplió.
En sus primeros 100 días de gobierno, en lugar de eliminar las barreras erigidas por su antecesor creó otras nuevas.
El Congreso le otorgó a Roosvelt el
poder de fijar el precio del oro y de confiscar las existencias de ese
metal que estaban en poder de los americanos.
Pasó a ser ilegal que un particular tuviera oro en su poder.
El dólar fue devaluado en un 40 % respecto del oro.
En el primer año del New Deal, propuso
gastos por $ 10 billones mientras que los ingresos del gobierno eran de
solamente $ 3 billones.
Entre 1933 y 1936 los gastos del gobierno subieron más de un 83 %.
En 1935 propuso al Congreso crear el
Social Security (Sistema de Seguridad Social) y en 1938 propició el
dictado de una Ley de Salario Mínimo.
Si bien estas medidas gozaban del apoyo
del pueblo, muchos economistas estimaban que sus consecuencias no serían
muy buenas (En 1933 una ley de salarios mínimos había dejado sin
trabajo a unos 500.000 trabajadores negros).
FASE IV: The Wagner Act
El escenario para el colapso de 1937/38
fue establecido con la aprobación en 1935 de la National Labor Relations
Act o Ley Nacional de Relaciones del Trabajo, más conocida como “Wagner
Act” que vino a ser una especie de Carta Magna del trabajo organizado.
Llevó los conflictos laborales fuera de
los tribunales y los tramitó ante la National Labor Relations Board
(Agencia Nacional del Empleo) que se convirtió en fiscal, juez y jurado,
todo en uno.
Los sindicatos y esa Agencia pervirtieron la ley, concediéndole a los primeros ciertas inmunidades y privilegios.
Los EE.UU. abandonaban así un gran logro de la civilización Occidental, la igualdad ante la ley.
La Wagner Act fue un desquite del
gobierno por la declaración de inconstitucionalidad que la Corte había
efectuado respecto de la AAA y de la NRA y sus códigos laborales.
Desarmó a los empleadores respecto de
los sindicatos. Cualquier medida empresaria era tildada de “práctica
laboral injusta”, susceptible de ser castigada.
Se convirtió en ilegal el hecho de que un empleador no acatase las demandas gremiales.
Amenazas, boicots, huelgas, toma de plantas y una creciente violencia dañaron la productividad y aumentaron el desempleo.
Roosvelt acusaba al empresariado de
constituir una “realeza económica” e hizo todo lo posible para extraer
recursos de los más ricos, tratando de “comprar” los votos de los más
pobres..
En 1937 intentó modificar el número de
miembros de la Corte, pero no logró obtener el apoyo del Congreso. Sin
embargo, posteriormente al retirarse algunos de sus miembros opositores,
los mismos fueron reemplazados por otros más proclives hacia las ideas
del gobierno.
El atraco que la administración Roosvelt
realizó sobre el comercio, la propiedad y la libre empresa provocó que
el capital necesario para reactivar la economía fuera gravado con
impuestos y forzado a pasar a la economía subterránea.
Cuando hizo ingresar a los EE.UU. en la
Segunda Guerra Mundial, en 1941, intentó cambiar su agenda
anti-negocios, pero gran parte de esos capitales se canalizaron a través
de la industria bélica en lugar de destinarse a la producción de bienes
de consumo.
Conclusión:
En los albores del ingreso de los
Estados Unidos en la Segunda Guerra, es decir doce años después de aquel
24 de Octubre de 1929, diez millones de americanos estaban desocupados.
Roosvelt había expresado que para 1932
la crisis estaría superada, pero la misma persistió durante dos periodos
presidenciales e incontables intervenciones más.
¿Cómo es que entonces fue electo en cuatro oportunidades?
La ignorancia y el deseo de concederle el beneficio de la duda podrían explicarlo.
Cuando el pueblo comenzó a tomar
consciencia de la situación, llego la Segunda Guerra y parecía poco
conveniente entonces cambiar de caballo en medio del río y elegir a
alguien nuevo.
La destrucción que la Guerra produjo de
personas y recursos, no ayudó a recuperar a la economía americana, pero
si lo hizo el renacimiento del comercio entre los países aliados.
Con el presidente Truman, menos hostil a
la actividad privada, muchos capitales retornaron a la economía para
alimentar el boom de postguerra.
La Gran Depresión finalmente terminó
pero debería de haber grabado en nuestras mentes el más colosal y
trágico fracaso del gobierno en la historia estadounidense.
La génesis de la Gran Depresión
descansa en la políticas inflacionarias del gobierno americano durante
los años 20. Fue prolongada y exacerbada por una serie de equivocaciones
posteriores: aranceles al comercio, altos impuesto, subsidios,
controles a la producción y a la competencia, leyes laborales
coercitivas, por mencionar algunas pocas.
No fue el mercado libre el que produjo
doce años de agonía, fueron los estropicios políticos en una escala tan
grande como nunca antes había acontecido.
Aquellos que analizan los eventos de los
años 20 y 30, culpando al mercado libre por la calamidad económica,
tienen sus ojos, oídos y mentes firmemente cerradas a la realidad de los
hechos. Cambiar esta forma de pensar acerca de estos sórdidos episodios
de la historia americana resulta vital para revivir la fe en los
mercados y preservar nuestras libertades.
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