REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela Torres
Una negra borrasca cubre al mundo en estos momentos en
medio de la cual, el tema de moda, sin lugar a dudas, es el divorcio inglés de
la Unión Europea. Se manejan infinidad de argumentos para entender y justificar
la decisión de los británicos pero, en el vasto ramillete presentado, tal vez
el más poderoso sea el pavor de los ciudadanos a esa avalancha de inmigrantes
provenientes del medio oriente, que ya han tomado control de regiones claves de
Europa como es la capital política de la UE, Bruselas.
Hace unos días Turquía sufrió el último atentado
terrorista de parte de esos demonios con etiqueta de ISIS, dejando un baño de
sangre en el aeropuerto de su bella capital, Estambul. Este acto de cobardía
afecta de forma especial a los EU cuando, hace solo unas semanas, sufriera el
ataque de Orlando cobrando casi 50 vidas. Estos eventos invaden la conciencia
de los estadounidenses para dar aún más fuerza a un movimiento antiinmigrante
ya muy popular y, en especial, apunta sus baterías hacia la frontera México—EU
La frontera entre México y Estados Unidos es una de
las zonas más excitantes y de mayor potencial del mundo. Sin embargo, esta
franja se ha convertido en fuente de un serio conflicto que cada día asume
proporciones más graves, amenazantes, y de nuevo nos muestra la perniciosa
intervención de los gobiernos del mundo.
Hace unos meses tuve necesidad de hacer presencia en
el aeropuerto de mi ciudad natal de Hermosillo, en espera de uno de mis socios
para luego trasladarnos al área de Nacozari y tratar un lote de becerros. Hacía
años que no visitaba esa terminal y ahora me parecía algo totalmente ajeno a
mis recuerdos.
Me llama la atención los vuelos provenientes del DF
cargados, no del clásico sonorense que viaja a esa ciudad. Los pasajeros que
evacuaban los aviones eran todos muchachos jóvenes, humildes, de baja estatura
y de apariencia indígena. Investigo el fenómeno y se me informa. “Son todos
prospectos de ilegales que van hacia la frontera”. Luego advierto cómo un grupo
de fornidos individuos, en algo que pareciera operación militar, proceden a
cargarlos en una serie de camionetas que lucían nuevas.
Con gran curiosidad decidimos seguir esa caravana
hasta el lugar en donde se apartan las carreteras de Cananea y Agua Prieta, en
donde nosotros apuntamos al este cruzando la sierra de Bacoachi. Al llegar a
Nacozari nos sorprendimos al no encontrar habitaciones disponibles debido a la
demanda de esos prospectos de ilegales. Nuestro anfitrión nos ofrece posada y
problema resuelto.
Al día siguiente finalmente arribábamos a Agua Prieta:
"La frontera del caos". Muchedumbres de aspirantes a ilegales por
todos los puntos de la ciudad. Edificios de maquiladoras convertidos en hoteles
para esa pobre gente. Cantinas por doquier, improvisados restaurantes, gente
durmiendo en la calle, enfermos sin atención. Polleros, prostitutas, vendedores
ambulantes, mafiositos. Una economía orientada a satisfacer este nuevo mercado
de miseria humana.
Nos informan algunos amigos cómo ésta actividad se ha
desarrollado durante mucho tiempo con toda la complicidad de las autoridades.
"Ésta es una operación a gran escala con tentáculos hasta las más altas
esferas", afirma el más enterado. Continua; “Este es un mercado humano
donde se cotizan hombres, mujeres, niños y, en especial, niñas procedentes de
todo el mundo, esto es una zona de guerra, una ciudad sin ley".
Sintiendo lo pesado del ambiente, decidimos cruzar a
Douglas Arizona y nos dirigimos al Oeste sobre la vieja carretera bordeando la
frontera. El espectáculo era doloroso; del lado mexicano miles de ilusos
soñadores suspirando por la gran oportunidad, y preparando la invasión al
atardecer. Del lado estadounidense decenas de agentes de inmigración
esperándolos. Un poco más adelante, los rancheros cazadores de mexicanos con
sus fogatas, armas y cervezas, listos para iniciar la diversión de esa noche.
Mi amigo exclama, "pinches gringos". Yo lo
consuelo afirmando; no es culpa de gringos o mexicanos, son nuestros gobiernos.
El de México con sus políticos ineptos y corruptos que no permiten nuestra
economía se desarrolle para crear los empleos que esta pobre gente demanda. El
de EU que parece no entender el comportamiento de los mercados. Mientras haya
demanda de trabajo en EU y oferta del mismo en México, nadie podrá detener al
mercado y, si no se le da las avenidas legales para que fluya, nacen las mafias
que ahora vemos en esta región en donde ya reina la anarquía.
El triste panorama me hace recordar el famoso
conflicto de la sal en la Francia del siglo 17. Cuando el rey en turno
otorgara, mediante un esquema monopólico, la concesión para el abastecimiento
de sal en la ciudad de Paris a uno de sus parientes, surgía el mercado negro y
algunos aguerridos emprendedores, a base de contrabando, iniciaban el
abastecimiento a precios más bajos que los del monopolio. La respuesta del rey
y sus amigos sería estructurar un maquiavélico plan. Pretendiendo ser los
contrabandistas, proceden a vender sal envenenada para culpar a los noveles
empresarios. Un gran porcentaje de la población de Paris pagó con su vida el
que el monopolio pudiera continuar.
En el caso de nuestro mercado regional de trabajo, los
brujos de la política han armado este “mazacote” sazonado en un venenoso
potaje, el potaje de los brujos de la ignorancia y la demagogia.
Los participantes siguen la misma estrategia de los
monopolistas de Paris. El trabajo es un producto que se debería vender en un
mercado libre, sin intervenciones de los gobiernos. Pero el monopolio que
controla la demanda--oferta en EU, se encarga de que al “producto ilegal” le
viertan veneno promoviendo miedos acerca de su calidad y seguridad, privando a los
consumidores del acceso natural a lo que ha probado ser excelente. Al privar al
consumidor de elegir entre varias alternativas, lo condenan al consumo de un
producto que no enfrenta competencia y, por lo mismo, se encarece e inclusive,
llega al mercado con baja calidad.
Los primeros responsables de la oferta de este
producto originada en países en los cuales no existe la demanda, lo hacen a
través de lo más diabólico del mercado negro. Los canales de comercialización
son propiedad de las mafias en sociedades con los gobiernos corruptos, y son
ellos los más interesados en que no se establezcan avenidas legales puesto que
se les termina un negocio escandalosamente rentable. Ahora, en aspectos de
rentabilidad oculta, para los gobiernos es más atractivo la “renta” de este
producto puesto que, en exportaciones normales se recibe un solo pago al cruce
de la frontera. Sin embargo, los “ilegales” ya incrustados en el mercado de
trabajo de EU, en el caso de México envían 30,000 millones de dólares “cada
año” siendo, después del petróleo, la mayor fuente de divisas para el país.
Al abandonar Douglas le digo a mi socio: No te agüites
y mejor vamos a gritar, “Señores Obama y Peña, tiren este cerco de la vergüenza
y dejen que la libertad fluya en ambos lados de la frontera”. Y también
acuérdate, en fronteras donde no cruzan los productos, cruzan los ejércitos.
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