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Wednesday, June 22, 2016

La hambruna en Venezuela es inminente y ni los países vecinos ni EE.UU. hacen nada

El problema no es el precio del petróleo: el Socialismo del Siglo XXI destruyó la economía venezolana y causó una crisis humanitaria sin precedentes

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La hambruna masiva es inminente, a causa de la destrucción de la economía productiva del régimen Chávez-Maduro. (YouTube)
EnglishEn Venezuela hay una crisis humanitaria sin precedentes en el hemisferio occidental. En algunas semanas, la hambruna será inevitable.
Durante los últimos días, muchos medios internacionales han cubierto la crisis venezolana y algunos reportajes acerca de la escasez de comida, medicamentos y otros productos básicos de la última semana han sido excelentes. Sin embargo, ni la prensa internacional ni la comunidad de naciones han entendido las verdaderas causas para la situación desesperada en la que la nación suramericana se encuentra hoy.



La mayoría de los medios que cubren Venezuela aún creen que la crisis actual es resultado del colapso en el precio del petróleo. Si eso fuera cierto, otros países que también dependen de sus exportaciones petroleras como Nigeria enfrentarían dificultades similares a las de Venezuela. Pero ese no es el caso. Niegeria está en medio de una crisis económica, pero no sufre la escasez extrema de comida y medicamentos que se vive en Venezuela.
Aparentemente, al mundo se le ha olvidado que las primeras imágenes de filas para conseguir comida aparecieron en Venezuela en el 2014, cuando el precio del petróleo aún superaba los USD $100 por barril. La primera escasez extrema de papel higiénico se dio en el 2013, casi dos años antes de la reducción en el precio del petróleo.
Inclusive ahora, con el precio del barril del petróleo por debajo de los USD $50, Venezuela tiene ingresos provenientes de las exportaciones mayores que los de Perú, un país con prácticamente el mismo número de habitantes (aproximadamente 30 millones) y donde no se ha reportado ningún tipo de escasez.
Si los cálculos son correctos, los ingresos por exportaciones de Venezuela este año se acercarán a los de Colombia, un país con casi el doble de habitantes. Así que es indiscutible que la reducción de los ingresos petroleros no es la causa de la trágica situación que enfrentan los venezolanos.
Los chavistas destruyeron la economía funcional 
El hecho es que Venezuela, aunque aún produce petróleo, ya no tiene una economía funcional. Diecisiete años de nacionalizaciones y confiscaciones arbitrarias de industrias privadas, granjas, fincas ganaderas, compañías de distribución, ingenios azucareros y hasta centros comerciales han destruido no solo la producción local, sino también las redes de distribución que son necesarias para que una economía funcione normalmente.
El 90% de las compañías confiscadas y nacionalizadas ya no producen nada. SIVENSA, una compañía privada de acero que anteriormente vendía mil millones de dólares anuales, sobre todo en exportaciones, tiene ahora un nivel de producción insignificante. Un país que, durante la década de los 1980 se jactaba de ser el principal productor latinoamericano de cemento, producto que exportaba a Estados Unidos, ahora tiene una escasez de cemento aún con bajísimos niveles de actividad en la industria de la construcción. Durante la mayor parte del siglo XX, Venezuela fue uno de los principales productores de café del mundo. Ahora, el café que toman los venezolanos, si es que lo encuentran, viene de Nicaragua.
Adicionalmente, un sistema draconiano de control de precios obliga a la mayoría de empresas locales a vender sus productos con pérdidas. Esto ha frenado los intentos de los emprendedores nacionales de mantener sus negocios a flote. Miles de empresas están cerrando todas las semanas.
El gobierno chavista intentó sustituir a los operadores privados con compañías estatales, las cuales casi siempre han sido dirigidas por oficiales del ejército corruptos sin conocimiento de las industrias a las que ingresan. El resultado fue la escasez de todo tipo, no solo de comida y medicamentos. Actualmente, no se encuentran llantas, baterías de automóviles o auto-partes a menos de que uno tenga buenas conexiones con el ejército o en el mercado negro.
Las flotas de distribución de las compañías más grandes de Venezuela han sido mermadas hasta el punto que ya no se pueden llamar “flotas”. En el 2004, Hugo Chávez desmanteló la Policía Metropolitana de Caracas, una fuerza de 10 mil hombres, y otras fuerzas policiacas en el país. Desde entonces, el crimen se ha disparado, y ahora ha alcanzado niveles inconcebibles en sociedades civilizadas.
En el Country Club de Caracas, el barrio más caro y, antiguamente, más exclusivo del país, donde se encuentran docenas de residencias de embajadas, hay por lo menos tres secuestros por semana. Sectores enteros de las ciudades más grandes de Venezuela, especialmente en barrios pobres, ahora son controlados por bandas criminales que no responden ante ninguna autoridad.
No hay capital en el país con el nivel de inflación más alto del mundo
La inflación ha alcanzado un nivel cercano al 1.000%. Los precios fluctúan cada hora. En un país que tenía un PIB de medio billón de dólares en el 2012, el sistema bancario venezolano, en su totalidad, no puede prestar más que USD $170 millones por causa de las devaluaciones y las regulaciones bancarias. Hoy en día sería necesario conseguir un pool de numerosos bancos para financiar la construcción de un edificio con 20 apartamentos.
Como resultado, el crédito no existe y las compañías sin acceso al capital han venido cerrando, agravando aún más el problema. Muchos de estos negocios eran los proveedores esenciales de productos básicos como farmacéuticos y dispositivos médicos.
Esta semana, tras los saqueos que se dieron a nivel nacional porque los ciudadanos desesperados que enfrentan el hambre, muchedumbres violentas y organizadas en las carreteras han asaltado camiones cargados con comestibles. Esto ha causado un trauma más para el ya precario sistema de distribución de productos básicos, ya que los camioneros prefieren dejar de trabajar para evitar el riesgo de perder su principal activo.
Todo esto empeorará a menos de que haya un cambio inmediato de gobierno en Caracas. Venezuela tiene que desmantelar de inmediato todas las regulaciones concebidas por la camarilla comunista que gobierna el país y por sus ineptos asesores cubanos.
 El incompetente régimen de Maduro debe llegar a su fin 
Inclusive si el régimen de Maduro diera un giro de 180 grados e intentara acoger al capitalismo de la noche a la mañana, el régimen carece del conocimiento para mejorar y reconstruir la cadena de suministro del país, y proveer la seguridad necesaria para lograrlo.
El gobierno de Maduro, el cual está lleno de oficiales del ejército corruptos, narcotraficantes y apparatchiks comunistas simplemente no puede empezar a solucionar los problemas que creó en primer lugar.
En el PanAm Post, advertimos acerca de las consecuencias de las acciones de Maduro hace casi tres años.
Ahora, lo que presenciamos es mucho peor de lo q

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