¡Que desastre! En esta loca guerra de Siria, los grupos armados apoyados por EEUU están luchando contra otros grupos rebeldes apoyados también por Estados Unidos. ¿Cómo es posible?
Esto es así porque la Casa Blanca de Obama inició la guerra en Siria, pero luego perdió el control del proceso. Cuando EE.UU. tiene un presidente fuerte, por lo general es capaz de mantener a los militares y a los servicios de inteligencia a raya.
Pero el gobierno de Obama ha tenido un secretario de defensa débil y un grupo de estrategas nenazas que son los peores comandantes militares desde que Luis XV puso a su amante, Madame de Pompadour, a cargo de las fuerzas militares francesas durante la Guerra de los Siete Años. Los franceses fueron derrotados por los prusianos. El enemigo de Francia, Federico el Grande de Prusia, llamó a uno de sus perros “la Pompadour”.
Como resultado, las dos ramas del poder estratégico ofensivo de Estados Unidos, el Pentágono y la CIA, se han separado en Siria. La creciente competencia entre los militares estadounidenses y la militarizada CIA ha estallado de manera abierta en Siria.
Harto de la increíble incompetencia de la Casa Blanca, el ejército estadounidense se lanzó a apoyar a sus propios grupos rebeldes en Siria, mientras que la CIA hizo lo mismo.
Poco después estallaron combates en Siria e Irak entre grupos apoyados por Estados Unidos. Las Fuerzas Especiales estadounidenses se unieron a la lucha en Siria, Irak y más recientemente, en Libia.
Las atrocidades bien publicitadas, como las matanzas y las decapitaciones, avergonzaron en gran medida a Washington, haciendo más difícil retratar a sus salvajes yihadistas como liberadores. Lo único que la política estadounidense en Siria tuvo de excepcional fue su asombrosa incompetencia.
Pocos pueden realizar el seguimiento de los 1.000 grupos de yihadistas que no paran de cambiar de nombre y modificar sus alianzas. Añádele a esto turcomanos, yzidíes, armenios, nestorianos, drusos, circasianos, alauitas, asirios y palestinos. Ah, sí, y alevíes.
Mientras tanto, el ISIS ha estado creando el caos en Siria e Irak. Pero, ¿quién es realmente el ISIS? Unos pocos miles de vándalos de veinte y pico años con poco conocimiento del Islam, un deseo ardiente de dinamitar el orden existente y buenas dotes mediáticas. El liderazgo de estos anarquistas con turbante parece haberse formado en los campos de prisioneros de Estados Unidos en Afganistán.
EE.UU., Arabia Saudí y Turquía armaron y financiaron al ISIS para utilizarlo como arma contra Siria, que estaba aliada con Irán, quien se negó a recibir órdenes de las potencias occidentales. Occidente carga con la pesada responsabilidad de la muerte de 450.000 sirios, haciendo que al menos la mitad de esta nación de 23 millones se conviertan en refugiados, y destruyendo este una vez hermoso país.
En algún momento, el ISIS se sacudió a sus tutores occidentales y se volvió literalmente loco. Pero EE.UU. aún no ha hecho un esfuerzo concertado para aplastar al ISIS debido a la utilidad que sigue teniendo en Siria y en EE.UU., donde el ISIS se ha convertido en el chivo expiatorio favorito de los políticos.
Luego están los kurdos, un antiguo pueblo indoeuropeo sin estado repartido en Turquía, Irak, Irán y Siria. Las potencias occidentales les han negado un estado nacional desde la Primera Guerra Mundial. Los rebeldes kurdos en Irak han sido armados y financiados por Israel desde la década de 1970.
Cuando los yihadistas árabes aliados de Estados Unidos resultaron ser militarmente débiles, EE.UU. se volvió hacia los kurdos, que son luchadores de renombre, y armaron y financiar al YPG sirio-kurdo que forma parte del bien conocido grupo rebelde PKK que combate contra Turquía.
Yo cubrí el conflicto turco-kurdo en el este de Anatolia en la década de los 80 en el que murieron unas 40.000 personas.
Turquía está ahora luchando de nuevo contra una creciente ola de ataques kurdos que hicieron que los turcos realizasen incursiones en el norte de Siria para prevenir una unión de las fuerzas rebeldes kurdas que avanzaban hacia Turquía.
Por lo tanto, Turquía, un aliado clave de Estados Unidos, está ahora luchando contra los grupos kurdos respaldados por la CIA en Siria. El ochenta por ciento de los turcos creen que el reciente golpe de estado fallido en Turquía fue montado por EE.UU. – no por la Casa Blanca, sino por el Pentágono, que siempre ha estado unido al Ejército turco.
Esta gran crisis turco-kurda era perfectamente previsible, pero los obtusos jóvenes guerreros de la administración de Obama no la han comprendido bien.
Ahora los rusos han entrado en la refriega en un esfuerzo por evitar que su aliado, Bashar Assad, sea derrocado por las potencias occidentales. También era perfectamente previsible. Rusia afirma que está bombardeando al ISIS, pero en realidad los bombardeos están dirigidos a los grupos apoyados por Estados Unidos. Washington está indignado porque los malvados rusos están haciendo ahora en Oriente Medio lo que EE.UU. lleva haciendo durante décadas.
Ahora EE.UU. y Rusia afirman haber matado a un comandante de alto rango del ISIS en un ataque aéreo. Sus aviones de combate se están esquivando los unos a los otros, creando un escenario perfecto para un choque frontal en un momento en el que los neoconservadores estadounidenses están haciendo campaña para la guerra contra Rusia.
¿Alguien piensa que vale la pena pagar este precio por la pobre y demolida Siria? El odio a EE.UU. está ahora en plena ebullición en Turquía y en todo Oriente Medio. Cientos de millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses se han malgastado en esta guerra cruel y sin sentido.
Es hora de que EE.UU. deje de remover el caldero de la bruja.