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Wednesday, November 30, 2016

Ingreso Básico Universal: ¿por qué ahora tampoco?

Iván C. Carrino considera que el ingreso básico universal se basa sobre falsas suposiciones, como aquella de que las máquinas del futuro están concentradas en una minoría de la población.

Iván C. Carrino es Editor de El Diario del Lunes, el Informe Económico de Inversor Global (Argentina). Obtuvo su maestría en Economía de la Escuela Austríaca en la Universidad Rey Juan Carlos (España).
La semana pasada, un colega y compañero de trabajo me pasó el link de una charla Ted protagonizada por Eduardo Levy Yeyati, destacado economista argentino, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella y autor de varios libros, no solo de economía sino también de novelas como “El Juego de la Mancha” y “Chancho”.
Su más reciente trabajo es esta charla Ted, que se titula “Ingreso Básico Universal: ¿Por qué ahora?”. En dicha exposición, que ya cuenta con cerca de 9.000 visitas, Yeyati plantea que llegó la hora de pensar en un ingreso básico universal, financiado con impuestos, de manera de paliar un problema que parece inexorable: el avance tecnológico y sus negativas consecuencias para la distribución del ingreso y el crecimiento de la economía.



En lo que queda de esta nota intentaré explicar por qué creo que la propuesta de Yeyati está mal fundamentada y, por lo tanto, debería desestimarse por completo.
El economista parte de plantear un sombrío futuro para el desarrollo, producto del avance de la tecnología. En pocas palabras, sostiene que la “buena noticia es que en el futuro todos vamos a tener que trabajar menos” mientras que la mala es “que va a haber menos trabajos”.
El reemplazo del hombre por la máquina, para Yeyati, es un hecho indiscutido, y pone como ejemplos a los cajeros automáticos que reemplazan a los cajeros humanos, o las agendas telefónicas del celular, que reemplazarían a las secretarias.
Sin embargo, este es el primer punto en el que el argumento flaquea. Es que como explica David Autor en su trabajo enfocado en este tema, a pesar del avance de los cajeros automáticos, hoy hay más cajeros humanos que antes. El número de cajeros automáticos en EE.UU. se cuadriplicó, pasando de 100.000 a 400.000 entre 1996 y el año 2010. Esto redujo el número de cajeros humanos por sucursal bancaria. Sin embargo, el número total de cajeros humanos creció de 500.000 a 550.000 entre 1980 y 2010.
El motivo de esta suba es que, al reducir los costos de operar una sucursal, la cantidad de sucursales se multiplicó, lo que incrementó la demanda de personal. Así, la instalación de cajeros automáticos terminó por incrementar la demanda de cajeros humanos, quienes ahora no sólo entregan billetes al cliente, sino que le brindan un servicio más general de relación y contención.
Lo mismo podría suceder con el caso de las secretarias. Las computadoras y los teléfonos inteligentes pueden reemplazar alguna parte del trabajo que hoy realizan las secretarias. Esto hará que en el futuro sea mucho más barato montar una oficina. Y el resultado puede ser una menor cantidad de secretarias por empresa, pero no una menor cantidad en términos agregados. De hecho, la Oficina de Estadísticas Laborales sostiene que desde 2014 hasta 2024, la cantidad de secretarias y asistentes personales crecerá en 119.000.
Otro punto que impacta de la charla Ted es la relación entre avance tecnológico y concentración de la riqueza. En una de las frases más aplaudidas de toda la exposición, Eduardo Levy Yeyati pregunta:
“¿De qué sirve el progreso tecnológico, si crea abundancia que se concentra en pocas manos a las que les sobra todo?"
De acuerdo con el argumento, el progreso tecnológico genera una abundancia “mal repartida”, porque el ahorro de los costos de producción beneficiará solo al dueño de la máquina, pero no al trabajador reemplazado por ella. Para que se comprenda el argumento, Yeyati lo lleva al extremo y plantea qué ocurriría si todo fuera producido por máquinas y esas máquinas estuvieran en posesión del 1% más rico de la población.

En ese caso el 1% sería infinitamente rico pero el 99% estaría en la miseria. A menos, claro, que el gobierno cobre impuestos mucho más progresivos y redistribuya la riqueza. Es decir, imponga el Ingreso Básico Universal y obligue a que lo paguen “los ricos”.
El problema con todo este razonamiento es que parte del desafortunado supuesto de que solo el 1% de la población tendrá acceso a “las máquinas”. Uno se pregunta por qué se asume este escenario si una simple mirada de la realidad lo refuta.
Según un estudio del Pew Research Center, en Corea del Sur, 88% de la población tiene un “Smartphone”, el último grito tecnológico en telefonía móvil. En Australia este número es 77%, en EE.UU. 72%, en Canadá 67% y en Chile 65%. En Argentina, 48% de la población posee un teléfono celular inteligente.
Puede que no lo parezca, pero son éstas “las máquinas” del futuro que amenazan nuestro trabajo, como el propio Yeyati sugirió en su ejemplo de la secretaria. Sin embargo, no es cierto que el 1% de la población las posea. Muy por el contrario, la tecnología está cada vez más democráticamente distribuida y es, por tanto, un igualador social, en lugar de un generador de desigualdades.
El profesor de economía Donald Boudreaux planteaba justamente esto en un breve artículo en su blog titulado “Uber contra Piketty”. Allí, sostenía que:
"Uber permite que un bien de consumo se convierta fácilmente en un bien de capital (…) La intervención del gobierno contra Uber constituye un ataque contra las fuerzas del mercado que están incrementando la cantidad de capital que las personas comunes pueden poseer, controlar y poner a producir”.
No son los ricos ni el 1% de mayores ingresos quienes se benefician de la tecnología, sino las “personas comunes”, que cada vez tenemos más acceso a la tecnología.
Hay muchas otras cosas que objetar de la exposición sobre el Ingreso Básico Universal. Entre ellas, si alcanzará lo recaudado para financiarla, si es cierto que una mayor desigualdad frena el crecimiento económico, si imponer una medida de este tipo no destruirá el sistema de incentivos, o si no se trata de una medida demagógica e inmoral. Son todos temas para seguir discutiendo.
Sin embargo, hoy debería quedar clara una cosa: el argumento por el cual se pide que se imponga un Ingreso Básico Universal no está debidamente fundamentado. En primer lugar, no está claro que la tecnología destruya empleo en términos agregados. En segundo, es directamente falso que el avance tecnológico vaya a favorecer sólo a los más ricos de la sociedad.
En este sentido, y hasta que no aparezcan razones de mayor peso, creo que es necesario descartar de plano esta propuesta y liberarse de la culpa que nos imponen algunos discursos.
El avance tecnológico, a diferencia de lo que se quiere sugerir, trae dos buenas noticias. La primera es que, en el futuro, todos vamos a tener que trabajar menos. La segunda es que si se permite que avance, todos seremos más ricos.

Ingreso Básico Universal: ¿por qué ahora tampoco?

Iván C. Carrino considera que el ingreso básico universal se basa sobre falsas suposiciones, como aquella de que las máquinas del futuro están concentradas en una minoría de la población.

Iván C. Carrino es Editor de El Diario del Lunes, el Informe Económico de Inversor Global (Argentina). Obtuvo su maestría en Economía de la Escuela Austríaca en la Universidad Rey Juan Carlos (España).
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Friday, July 29, 2016

¡México en llamas!

Cuentos políticos

Francisco Martín Moreno
 
¿Quién con dos dedos de frente se puede oponer a la Reforma Educativa, a mejorar la calidad de la educación, a formular políticas educativas, a medir el grado de aprendizaje de los alumnos, etc…?
Dicha reforma, imprescindible para el país, no se encuentra paradójicamente a debate en las actuales circunstancias. En este conflicto de muy preocupantes dimensiones nacionales sorprende el desprecio abierto por el destino de los niños mexicanos, el máximo valor a tutelar por una sociedad civilizada y responsable. ¿Cuántos pequeñitos del dolorido y atrasado sureste mexicano llevan años sin poder asistir a las aulas a capacitarse, y cuántos más que sí pueden ir a la escuela son incapaces de aprender las operaciones aritméticas elementales? ¿Qué porvenir les espera a nuestros hijos?



¿Qué subyace en el fondo de este conflicto, supuestamente, magisterial? En primer orden, el derrocamiento del gobierno del presidente Peña Nieto por fuerzas oscuras y poderosas ajenas al destino de México y, en segundo lugar, un objetivo económico, puesto que a la Coordinadora se le ha cancelado el acceso a centenas de millones de pesos que, anteriormente, disfrutaba como los narcos exigen un derecho de piso. Uno y otro gobernador de Oaxaca, corrupto o cobarde o ambos calificativos juntos, se prestaron al soborno exigido por la Coordinadora a cambio de no crear desórdenes en el Estado durante sus respectivas gestiones. La suspensión de dichas prebendas, pagos al hampa, se tradujo en un sistema de represalias bien organizadas que hoy en día tienen contra la pared a la autoridad local y a la federal.
¿Qué sigue? ¿Imponer el orden y desalojar por medio de la fuerza las carreteras y las ciudades tomadas por la mafia magisterial? ¡Claro! Eso esperan los líderes para apostar de nueva cuenta a halcones modernos a sueldo, en las azoteas para disparar a la multitud y volver a culpar al gobierno de otra masacre de severas repercusiones domésticas e internacionales.
¿Realidad? El gobierno carece de herramientas para controlar la sublevación masiva que ya está presente. ¡Qué diferente escenario tendríamos si se hubiera arrestado a los infames asesinos que dispararon contra la gente en Nochixtlán y haberlos mostrado ante las cámaras confesando sus crímenes y acusando a los autores intelectuales. ¿Cierto? Pues ¡falso! La CNTE hubiera alegado en su inocencia la perversión de la autoridad por haber inventado asesinos para culpar a dicha organización. ¿Consecuencias? Una buena parte de la ciudadanía habría dudado del gobierno porque todos nos creemos todo y cuando la verdad se presenta, también dudamos de la verdad… llegamos al extremo de creer más a los criminales que a la propia autoridad que en pocas ocasiones se ha conducido de buena fe… el escepticismo nacional tiene profundas raíces históricas.
¿Sugerencias? El gobierno requiere de nuevos interlocutores con la Coordinadora, una entidad mafiosa mucho más hábil que los operadores políticos de este gobierno y de los anteriores que se negaron a confrontarla… ante la patética ausencia de una inteligencia nacional y de una evidente falta de oficio político para anticiparse a la grave situación que se enfrenta, se debe empezar una marcha atrás discreta y elegante, una huida medianamente digna, para heredarle discrecionalmente la controversia al nuevo presidente en el 2018.
¿Resumen? Más vale una graciosa huida, lavándose lo mejor que se pueda el rostro, que otro México en llamas.

¡México en llamas!

Cuentos políticos

Francisco Martín Moreno
 
¿Quién con dos dedos de frente se puede oponer a la Reforma Educativa, a mejorar la calidad de la educación, a formular políticas educativas, a medir el grado de aprendizaje de los alumnos, etc…?
Dicha reforma, imprescindible para el país, no se encuentra paradójicamente a debate en las actuales circunstancias. En este conflicto de muy preocupantes dimensiones nacionales sorprende el desprecio abierto por el destino de los niños mexicanos, el máximo valor a tutelar por una sociedad civilizada y responsable. ¿Cuántos pequeñitos del dolorido y atrasado sureste mexicano llevan años sin poder asistir a las aulas a capacitarse, y cuántos más que sí pueden ir a la escuela son incapaces de aprender las operaciones aritméticas elementales? ¿Qué porvenir les espera a nuestros hijos?